Travesía de la Transparencia y el Viento

De Casiopea
Cargando el mapa…


Travesía de la Transparencia y el Viento, 2016
2016/11/08 - 2016/11/19
DestinoLas Ramadas de Tulahuén
ProfesoresPatricio Cáraves, Jorge Ferrada
AyudantesMariana Stuardo, Claudia Wesser, Franco Marzal Díaz
TalleresARQ 1º

TRAVESÍA: VER LA TIERRA; CONFORMÁNDOLA

Patricio Cáraves Silva

Parafraseando un texto de los más antiguos que la humanidad guarda registro; diría que el momento actual de la Escuela nuestra de Arquitectura y Diseño; es el tiempo de oír. De oírnos y de oírse. Por ello, es que damos cuenta, ante nosotros mismos y, ante quien quiera seguirnos. Siendo un acto público, lo hacemos en lo más interno nuestro. Lo construimos en las aulas, salas de clases, transformadas por las exposiciones en nuestras cámaras. No en un salón. Allí, entramos en la intimidad de cada Taller.

El nuestro, que viene llegando de realizar la Travesía que hemos llamado de la Transparencia. Travesía que estructuramos en dos campos: A.- la travesía del “atravesar” B.- la travesía de la obra.

A.- del atravesar: hemos ido a través de la Cordillera de los Andes; que es el mayor tamaño del Continente Americano. Se la atraviesa por pasos y túnel que de algún modo es atenuarla, así, por Los Libertadores : Portillo – Mendoza, San Francisco : Fiambalá – Copiapó.

Y, también a través de obras de travesías anteriores: Juncal, Usno, San Andrés, La Serena. Hoy sólo algún vestigio, para el que sabe encontrarlas. Aquí, a 32 años de estas travesías, es hora para abrir una reflexión en torno a estas obras de inicio, ¿liberadas de permanecer? ¿instaurar?.

B.- Del ir a través, recorriendo en bus, la tierra no la extensión, pegado a la ventana dibujando, caemos en la cuenta que el croquis de trazos que fijan perfiles, no basta, la pupila en su apetencia por ver, coge y recoge superficies ricas, distinguiendo luces de variadas tonalidades. Tal vez, con la acuarela, podrá recogerse algo más que perfiles.

Nota: la extensión; allí está el acto de extenderse. Ocupar un lugar en el espacio. medida del espacio ocupado por el cuerpo. El territorio; porción más o menos extensa de superficie terrestre, perteneciente a…

Porque vamos levantando el acta plática de la extensión. Y, es aquí que nos damos cuenta que lo que atravesamos y recorremos es el territorio. Es la tierra bajo la inconmensurable bóveda celeste. El territorio tiene límites. Cuando se atraviesa el espacio medible, se va por la tierra. El terreno, que es porción medible limitada por accidentes geográficos: río, montañas, lagos,… Así, valles. Comarcas. Es por lo señalado, que nuestras travesías atraviesan el territorio americano. La extensión es lenguaje poético. El territorio, la tierra es arquitectónico. Es lo disponible, abierto a ser trabajado, elaborado.

Nuestra Travesía, una vez atravesada la Cordillera, nos internamos en ella, por el cajón de Ovalle, Monte Patria, Tulahuén y, nos detenemos en Las Ramadas de Tulahuén, penúltimo poblado ante el macizo cordillerano. Poblado; sólo un camino trazado en la ladera, paralelo al río Grande. Junto al camino, a lo largo, una veintena de casas a ambos lados. Yendo por este camino poblado, advertimos una discontinuidad, un corte por un violento cambio de altura. Para salvarlo, el camino se interna quebrada adentro. En este sitio surge la obra de travesía. Travesía de la obra; ante una huella, el camino del asno diría Le Corbusier. Las gentes y los animales han trazado un “atajo”. La obra: nos decimos, atajar el paso vertiginoso. Dar con la detención, que atraviese este umbral.

En clase durante la travesía, conformamos un fundamento común: larga lámina de ubicación yuxtapuesta, sin revés ni derecho, ambidiestra. Con ella, todo el Taller interviene la tierra para darle la forma; En el alto: un parapetto, plaza del viento. En el bajo: un parapetto, plaza del saludo. Entre ambos, los peldaños ordenados por los estribos que son descansos. Así, de atajo a detención, para verse los rostros y, dar con el saludo. Tal vez algo hay del “saludo más vasto” porque en el espacio rural el saludo es un rito que contiene gesto, voz y mano que junto a descubrirse la cabeza , la otra avanza para ofrecerse.

“Esta plaza al viento

que inocente nos saluda.

Esta plaza al viento

Que alegre nos recibe.

Esta plaza al viento

Que alegre nos recibe

Esta plaza al viento

Que inocente nos saluda.”

La única y mayor realidad de la obra de Travesía es la de erigir. Es el inicio del inicio; el nacimiento del largo camino para llegar a la obra de arquitectura y a la par en nosotros, formadores: acceder al oficio. La obra, es un primer disponer, decidir, elegir. Materia y materiales. Todo ello es ya forma.

La obra fue entregada al Pueblo de las Ramadas de Tulahuén, a sus vecinos, en un acto que se inició después de la Misa de las 7 p.m. Salimos en procesión desde la Capilla , hacia la obra. Recorriendo el pueblo con cantos de acción de gracia. Llegados al lugar el sacerdote bendice la obra y a la gente. A continuación, el poeta, lee en voz alta el poema y escribe las palabras allí cantadas, en forma de rúbrica con la que selló la obra. Pero aún esto no basta, debemos señalar cuál es la lección de este Taller de primer año. Hemos atravesado un año académico: …clases, …Trabajos, …tareas, …fichas de lecturas mil ocasiones de observar. Todo para acceder, o rozar la observación. Y, ¿por qué la observación? Porque es con lo que generamos conocimiento, luego vendrán los años de información los que deberán ir junto a los de conocimiento. Partimos generando el lenguaje para adquirir conocimiento. El listado recientemente dicho tiene por objetivo, afirmar que lo que se ha adquirido es la “persistencia”: Asistir con obra.