Travesía Montevideo (o de la Luz)

De Casiopea
Cargando el mapa…


Travesía Montevideo, 2016
2016/11/06 - 2016/11/16
DestinoMontevideo, Uruguay
ProfesoresMarcelo Araya, Carlos Chávez, Pedro Garretón, Herbert Spencer
AlumnosKim López, Dominique Dallmeyer, Alejandro Marambio, Felipe Arancibia, Camila Benavides, Juan Pablo Bórquez, Catalina Cea, José Pablo Díaz, Daniel Fernández, Mabel Núñez, María Carolina Tapia Infante, Tomás Vergara, Davor Koscina, Tamara Hidalgo Porzio, Katherine Nicol Piñones Zuleta, Mariana Boubet Neumann, Marcelo Massiani Klocker, Maximiliano León, Maria Jesus Oliva Palma, Camila Jeria, Matías Quero, Agustina Fernandez, Luciano Cimino
TalleresDG 2º, DG 4º, DO 2º, DO 4º

Ámbito

Lecturas

Expresiones Culturales

Candombé

En la segunda mitad del siglo XVIII el puerto de Montevideo era la única vía de entrada de africanos esclavizados hacia el virreinato del Río de la Plata. A fines de ese siglo el 35% de la población montevideana era de descendencia africana. En sus horas de libertad recrearon ritos de su antigua tierra. Esas celebraciones fueron conocidas como Tangos o Tambos hacia el 1800. El término candombe data del 1830. Hoy el candombe se ejecuta también en la calle, fines de semana y días feriados. Es un espacio de encuentro para tocar el tambor, bailar, o simplemente escuchar la ejecución acompañando la procesión. El 6 de enero los tambores conmemoran el día de San Baltasar o “llamada de reyes”. El primer jueves y viernes de febrero las comparsas protagonizan el Desfile de Llamadas que recorre los tradicionales barrios Sur y Palermo. Casas antiguas, calles y veredas angostas caracterizan estos barrios que son la “sede” de los afrouruguayos. La música del Candombe está conectada a las viejas raíces afrouruguayas; tradición de hacer música con los tambores en marcha (chico, repique y piano). Es un único tipo de tambor de tres tamaños. La ronda de los tambores alrededor del fuego es uno de los ritos mágico que tiene el candombe. El Candombe fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009.

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fuente: http://www.descubrimontevideo.uy/es/patrimonio-cultura/candombe

Murga

La tradición sentencia que la Murga proviene de Cádiz, España. En 1908 una compañía de zarzuelas vino a Montevideo. El negocio no funcionó y decidieron presentarse por las calles, como murgas, para recaudar fondos con los cuales pagar el regreso a su país. Se llamó “Murga la Gaditana”. En el siguiente carnaval, una agrupación parodió a ese conjunto y se presentó como “Murga la Gaditana que se va” La tradición, o la leyenda, dice que, desde entonces, la murga fue afilando sus dientes armando la base de la actual estructura murguera, la presentación, el desarrollo humorístico y la despedida “seria” e incorporó nuevos elementos, más gente y ritmos de otros lugares, entre ellos el africano. En la segunda parte del repertorio, el desarrollo humorístico, era donde aparecían las críticas sociales utilizando la técnica del cuplé, el armado de una escena que debería producir la risa y pocas veces se lo usó sin ese propósito. Esto no quiere decir que en la presentación y en la despedida no estuviera la opinión comprometida, sino que en la segunda parte se descargaba la puesta en escena donde, mediante la ironía, desfilaban situaciones y personajes claves de la política uruguaya.

La murga uruguaya está compuesta por 17 integrantes en escena, divididos de la siguiente manera: un director escénico, 13 cantantes y tres integrantes de la batería. El director es el encargado de pasar las diferentes tonalidades de las canciones e ir dirigiendo y llevando el ritmo del espectáculo, tal como lo hace un director de coro. Los 13 cantantes del coro se dividen por “cuerdas” según las diferentes tonalidades de voz, desde los tonos más bajos que justamente se llaman bajos, seguido por los segundos, primos, sobreprimos y tercia. La batería utiliza básicamente tres instrumentos que son platillos (charleston Nº13 o 14), redoblante (tambor de batería) y bombo.

Los ritmos más tradicionales que se tocan son “la marcha camión” que es un ritmo autóctono uruguayo, el candombeado que está relacionado con el candombe que desciende de Africa y combinaciones de plena, marchas y malambos.


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fuente:

El Mate

En Uruguay el mate es considerado bebida nacional. Uruguay es, de los países mencionados, el máximo consumidor de mate. En ningún otro país del mundo se consume tanta yerba mate, producto obtenido del árbol del mismo nombre. Las hojas secas son trituradas y muchas veces mezcladas con otras hierbas para obtener gustos y otros resultados además de la típica energía que produce el mate. El mate uruguayo se toma caliente y amargo, y se compone de un set de piezas: el agua se porta en un termo que mantiene su calor, la yerba mate se deposita en un recipiente también denominado mate que se obtiene del porongo (la planta Lagenaria siceraria); y el agua es absorbida mediante una bombilla. El ritual del mate uruguayo En Uruguay tomar mate es un ritual muy estimado por sus habitantes. Esta actividad ha sido practicada desde antes de la colonización por sus habitantes nativos. Inclusive la Iglesia Católica luchó por erradicar esta costumbre pero fue en vano, terminó bebiéndola ella. A diferencia de los demás países, el mate en Uruguay es bebido a toda hora y en cualquier lugar. A él se le han atribuido características de unificador social, debido a que en Uruguay lo consumen integrantes de todas las clases sociales; y es famosa la “ronda de mates”, donde los amigos se juntan a compartir un mate y dialogar amistosamente. Daniel Vidart, antropólogo uruguayo, dice acerca del mate: "tras el ademán litúrgico de preparar, cebar y tomar mate hay una concepción del mundo y de la vida... El mate vence las tendencias aislacionistas del criollo, empareja las clases sociales...Y en todos los tiempos fue el mate el que hizo la rueda y no la rueda la que trajo al mate". Como podemos observar, el mate es, quizá, el elemento más antiguo de la cultura uruguaya y es por eso que en este país su importancia es tan relevante.

fuente: http://www.viajeauruguay.com/gastronomia/el-mate-uruguayo.php

MITO DEL ORIGEN DEL MATE http://sobreleyendas.com/2008/10/07/el-mate-la-leyenda-de-su-origen/

Los Charruas

Poco se conoce de las costumbres de los Charrúas antes del 1500 y como de costumbre tenemos que recurrir a crónicas de la época, muchas de ellas escritas según el interés de quien hacía el relato. Por eso se encuentran aspectos contradictorios sobre ellos, por ejemplo hay quienes dicen que eran amistosos, otros feroces, honestos o ladrones, sucios o aseados, etc. Lo que es evidente es que los Charrúas al no tener escritura no pudieron hablar de sí mismos, y quienes lo hicieron, en general, tenían o el interés de quedarse con sus tierras, sus mujeres y sus alimentos, o usarlos como fuerza combatiente según el caso, o por el lado religioso, cumplir con el mandato de convertirlos a la fe católica. Si los Charrúas no aceptaban estas imposiciones, entonces los juicios de valor sobre ellos serían desfavorables. También es conocido entre los Charrúas que cuando los predicadores les decían que Dios conocía todo lo que hacían y pensaban los hombres, los indios les respondieron: “no nos gusta ese Dios que sabe todo lo que hacemos, mejor nos vamos a los montes para vivir tranquilos sin que nadie sepa lo que pensamos y hacemos”, y sonreían irónicamente. En otra oportunidad un Charrúa ante la amenaza de que si no se convertía iría al fuego eterno después de su muerte, dicen que contestó que quizás fuera mejor, así estaría más cerca del calor y no del frío de la tierra que cubriría su cadáver.

Estas apreciaciones de los charrúas nos están indicando por un lado su lógica contundente ante las insinuaciones teñidas de irracionalidad de los sacerdotes, y por otro lado el sentido del humor y de la ironía expresada con cierta fineza, sin caer en la irrespetuosidad. En 1842 una china, criada del estanciero Manuel Arias relataba que: ” Las mujeres se cortan los dedos cuando se muere el marido. De modo que son tantos los dedos cortados cuantos son los maridos que ha perdido. El luto de los parientes es atravesarse el cutis y ponerse plumas de avestruz en todo el cuerpo. Al día siguiente se van a gritar a una cuchilla y arrancarse las plumas de avestruz”.

los Charrúas tenían un sentido de su realidad que no era fácil cambiar por un sistema de fe que no podían entender, y que poseían la inteligencia y el sentido del humor suficiente como para dar ese tipo de contestaciones.

Características de la vivienda

Antes de la colonización los Charrúas ubicaban su vivienda cerca de ríos y arroyos y en lugares que les asegurara una abundante alimentación natural.

En general la vivienda consistía en una estructura simple de 4 palos clavados en la tierra sobre los cuales colocaban travesaños horizontales. A los costados ataban esteras de juncos o totoras para protegerse del viento, y en épocas de frío y lluvia agregaban otras para formar un techo más bien plano.

Eran fáciles de armar y trasladar, dado que no tenían “paradero fijo”, como dice uno de los descendientes que conozco y que ha vivido como Charrúa, y recuerda la tradición de sus abuelos lejanos. Cuando escaseaba la alimentación se mudaban a otro lugar más adecuado, por eso que la vivienda estaba de acuerdo a su tipo de vida trashumante. Ya a partir del siglo XVIII, y con el aporte del ganado vacuno y caballar aparecieron las llamadas tolderías, en que se remplazaba las esteras por cueros, pero siempre mantuvieron alguna parte de su vivienda compuesta por juncos.

Con ramas arqueadas y cubiertas con cueros de buen tamaño, construían techos de toldos como bóvedas, alargados o redondeados. Ver láminas.

Dormían siempre sobre la espalda, como casi todos los indios y en la toldería no habían bancos ni mesas, y prácticamente ningún mueble. El grupo de Charrúas que vivían con el cacique Sepé, en 1857, cerca de Tacuarembó, había establecido una toldería al estilo primitivo de los Charrúas: con sus ranchitos de rama arqueada como toldos de carreta, la correspondiente zanjita alrededor, hecha a cuchillo para que corriera el agua, y su lecho de hojas o pajas que renovaban cuando estaban húmedos.

Utensilios

Los utensilios que usaban eran pocos y sencillos: armas para la cacería, y armas de guerra y pequeñas piezas de cerámica propias de los pueblos que son cazadores y recolectores nómadas.

En la época prehispánica tenían cuchillos de piedra, arcos y flechas, azagayas (lanzas pequeñas o dardos arrojadizos), rompecabezas ( que eran piedras con puntas talladas que sobresalían algo más de dos centímetros de su forma esférica, y que iban atadas a una rama o tira de cuero de unos 40cm de largo para su manejo). Los arcos de los Charrúas eran simples, que fueron disminuyendo de tamaño con el paso del tiempo. La honda fue utilizada en la caza y como arma agresiva en la lucha, manejándola con gran destreza, arrojando piedras que podían matar un pájaro en vuelo y derribar animales corpulentos. Esta arma fue utilizada hasta 1830 aproximadamente, según la versión del sargento mayor Benito Silva que convivió con ellos: ” perseguidos unos 60 Charrúas por 300 brasileros en las costas del Mataojo, empezaron a dispararles piedras con las hondas, y fueron estas tan bien dirigidas que los brasileros fueron corridos y dejaron toda la caballería a los Charrúas a los cuales se la habían tomado. Por eso todo Charrúa lleva generalmente 6 o 7 hondas colgando en el pecho. Están hechas con hilos con que fabrican los quillapis (ponchitos) . Por un extremo termina en un nudo que sirve para asegurarla en la mano, y por el otro remata en un asa de tres ramales, en donde se pone la piedra”. La honda fue un a arma de poco bulto, liviana y certera.

Otra de sus armas arrojadizas eral las boleadoras, empleada en la caza y en la guerra en sus dos tipos: de dos o tres bolas.

Hechas de piedras duras y de grano fino, para obtener un buen pulido, sus diámetros y sus formas variadas, de 4 a 8 cm, ovoides, redondas, elipsoides, apuntadas, acilindradas, con forma de peras. Les tallaban un surco circundante o doble ranura para ceñirles un tiento retorcido de un metro o un metro y medio. En la de dos bolas, las piedras eran similares, pero cuando eran de tres, una de ellas era más chica, las unían radicalmente, las dos grandes con ramales de igual longitud y la chica con un ramal más largo, servía de manija.

La bola perdida, también conocida como ” bola pampa o Charrúa” tenía afinidad con la boleadora, consistía en una bola sujeta a un solo ramal. Algunos cronistas han considerado a la bola perdida como un arma de mucha precisión y que llegaban a arrojarla a 100 mts, pero cayó en desuso al ser sustituida por la honda.

Azara ha dejado una espléndida descripción de las boleadoras y de su manejo: ” Las hay de dos clases: la primera compuesta de tres piedras redondas, gruesas como un puño, recubiertas de piel de vaca o caballo y amarradas a un centro común con cuerdas de cuero del grueso de un dedo y tres pies de largo. Cogen con la mano la más pequeña de las tres, y después de haber hecho dar vueltas con violencia a las otras por encima de la cabeza, las lanzan hasta la distancia de 50 pasos, y se enredan de tal modo alrededor de las piernas, el cuello o el cuerpo de un animal u hombre que es imposible escaparse.

La otra clase de bola se reduce a una sola piedra y la llaman bola perdida. Es del mismo grueso que las otras, y unida a una correa que cogen por el extremo para hacer dar vueltas a la bola como una honda, y cuando la suelta da un golpe terrible a cien pasos o más lejos porque la lanzan cuando el caballo corre a rienda suelta. Si el objeto está cerca, dan el golpe sin soltar la bola.” ”Al tiempo de la conquista ( escribe el P. Lozano), que no sabían manejar el caballo, eran tan sueltos y ligeros en la carrera, que daban el alcance a los ligeros gamos; ni le hacían ventaja los avestruces, para cuya caza usaban las bolas de piedra, no sólo para enredarlos y detenerlos, arrojándoselas atadas en una cuerda a los pies, sino para herirlos en la cabeza, en que eran tan certeros, que poniéndose a competente distancia no erraban tiro; y la misma destreza tenían en la flecha, haciendo certísima puntería a 100 pasos de distancia. Hoy son menos ágiles en la carrera, pero muy diestro en el manejo de los caballos, que abundan en su país”.

Poseían una incipiente alfarería, que con barro amasado y secado al sol, hacían sus recipientes tanto para cocinar o para beber (vasos). Los Charrúas utilizaban en la fabricación de sus vasijas, tierras negras y arcillosas de las barrancas, y el limo finísimo de los ríos, a éstos mezclaban en proporcion calculada arena cuarzosa, para que la mezcla adquiriera dureza. Aún se encuentran esporádicamente restos de las mismas. Con el contacto con el blanco se introdujeron nuevos elementos deshechándose la alfarería primitiva.

Indumentaria

Cuando llegan los colonizadores se les encontraban desnudos en el verano, en los tiempos fríos se vestían con una especie de poncho que armaban con pieles de animales silvestres o salvajes, principalmente de venados, prenda que fué llamada Quillapì o Kiyapí, voz que en guaraní significa cuero de nutria. López de Sousa dice haberlos visto desnudos pero adornados con penachos y pintados con variados colores. A los Chaná-beguáes cubiertos de pieles y algunos con adornos nasales de cobre. Un soldado alemán, Ulrico Schimdl dijo que cuando llega Pedro de Mendoza, los hombres estaban desnudos, y las mujeres cubiertas desde el ombligo hasta las rodillas, con un trapo que él supuso que era de algodón. Otro observador (hacia el 1658), que se llamaba Acarette du Biscay, dice que vestían un Quillapí desde el cuello hasta los talones, y se calzaban con un pedazo de cuero bajo los pies, atados con tiras a los tobillos. Las mujeres con la cintura cubierta (como se dijo) y también la cabeza con juncos de variados colores, semejantes a un sombrerito. Por último, volviendo a los Charrúas que habitaban cerca de Tacuarembó en 1857, ( en la estancia de Nadal Paz, ó Paz Nadal), ya usaban ropa de bayeta u otra tela ordinaria, como un pollerín, que llegaba hasta la mitad del muslo a los hombres y hasta la rodilla a las mujeres. Se contentaban con ese abrigo, y si les ofrecían más, lo rechazaban.

El atuendo de los Minuanes, ( primos hermanos de los Charrúas),en 1764, según Pernetty, también era formado por un quillapí que colocaban sobre el hombro derecho o sobre el izquierdo, con el pelo hacia afuera o hacia adentro, según el estado del tiempo. La parte del cuero pelado tenía pintado cuadrados, rombos, o triángulos, de colores rojo o azul.

En 1787, se les vió a los Minuanes con una camisa, unos calzones de estopa, y un poncho que les había sido regalado a un Cacique, y su mujer, también vestía un poncho de lienzo de los que se tejían en las Misiones Jesuíticas, una camisa ancha, y calzones de lienzo grueso, el pelo suelto y caido por la cara y una gargantilla al cuello.

Otros indios traían un cuero de venado sobre sus espaldas, un taparrabo de lienzo y un poncho de algodón, también confeccionado en las Misiones.

En general no hubo grandes diferencias entre la vestimenta de los Charrúas o los Minuanes.

En cuanto a los adornos, López de Sousa menciona (en 1531), que algunos de los Chaná-beguaes se horadaban las narices y se introducían en esos orificios ” pedazos de cobre muy brillantes”. El Gral Antonio Díaz no vió ningún Charrúa con “barbote” ( a diferencia de otros grupos étnicos Charrúas que si lo tenían), que se lo colocaban debajo del labio inferior, cerca de la mitad del mentón; tampoco se ha encontrado ninguna prueba documental de que este adorno lo usaran los Charrúas que habitaban la Banda Oriental.

Hombres y mujeres Charrúas usaban generalmente un vincha blanca (Benito Silva, 1825). Las mujeres completaban el atuendo con collares de cuentas o de valvas de moluscos de agua dulce y con zarcillos hechos con pedazos de plata o con cuentas unidas por un hilo. También llevaban plumas de ñandú en la cabeza. Según Acevedo Díaz: …”la vincha y las plumas las usaban atadas con un tiento, con el que se ataban el cabello, siendo las plumas de garzas o de avestruz”. Cuando las mujeres llegaban a la pubertad y tenían la primer menstruaciación se les pintaba en la frente tres rayas azules que caían verticalmente desde el nacimiento del pelo hasta el nacimiento de la nariz y les trazaban otras dos que les cruzaban las mejillas, transversalmente hacia ambos lados de la nariz. Esa costumbre fué abandonada en los últimos tiempos, lo mismo que los tatuajes corporales.

Sobre su higiene, a pesar de opiniones de Pernetty, de Azara, etc,sobre que nunca se lavaban y sus cuerpos despedian un olor desagradable, se acepta que solían bañarse y con mucha frecuencia en verano, tomándolo como un ejercicio placentero.( Es evidente que traían la costumbre de sus ancestros que vivían al lado del mar, eran pescadores y habilísimos nadadores, es muy probable entonces que sintieran la necesidad de tomar contacto con el agua frecuentemente).

Cosmovisión

SU DIOS ERA LA LUNA “ZOBA” O “GHIDAI”

No tenían una religión semejante al Cristianismo, centrada en un Ser supremo, creador del universo, pero aunque algunos cronistas de la época informaron que no tenían religión, sus ceremoniales fúnebres revelan que tenían creencias del más allá, aunque de éstas es muy poco lo que se ha sabido. Es de hacer notar que tanto a sus muertos como a sus perros cimarrones , los enterraban en tumbas en las cimas de los cerros, en los “bichaderos”, los que a veces fueron considerados erróneamente solo como lugares de vigilancia del enemigo. Los enterramientos eran de poca profundidad, cubriendo el cuerpo con tierra, ramas, o piedras. Muchas veces ponían las boleadoras encima clavando la lanza del fallecido a un lado de la sepultura, y del otro lado dejaban el caballo atado a una estaca, porque suponían que el difunto emprendería un viaje, aunque sin explicitar a donde. Había un rito funerario consistente en encerrarse en un lugar cercado por piedras (que también se le denominó “Bichadero”); allí se infligían heridas en su cuerpo y pasaban sin alimentarse hasta que aparecía en su mente algún ser viviente al cual invocaban como a un ángel de la guarda. Se han localizado varios bichaderos en los cerros, por ejemplo el Itapabó, El Pentágono, Bugres, De las Ánimas, Tupambay, Sopas, Tangurapá, etc.,.

Lo cierto que sufrían bastante y lloraban mucho al muerto, siendo a veces su duelo bastante cruel. En las primeras épocas, si el muerto era un adulto, las hijas, hermanas y esposas, podían llegar a cortarse alguna de las falanges de los dedos, comenzando por el meñique, y siguiendo con otros dedos si continuaban muriendo sus familiares. A veces pasaban dos lunas encerrados en sus chozas o tolderías, donde no hacían más que llorar y tomar muy poco alimento. También a veces se clavaban el cuchillo o la lanza del difunto atravesándose los brazos,los costados del cuerpo, etc. En cambio los maridos no hacían duelo por la muerte de su mujer, ni el padre por la de sus hijos, pero sí por la de sus padres varones, ocasión en que se ocultan dos días completamente desnudos sin alimentarse, más que con carne o huevos de perdiz. Después por la noche le piden a otro indio que le atraviesen el brazo con un pedazo de caña, de modo que los extremos salen por los dos lados, a veces en varias partes desde el puño hasta el hombro. Con este aspecto salía el que estaba de duelo yéndose solo y desnudo a cualqueir parte sin temer a ningún animal feroz. Lleva en su mano un palo con punta de hierro , con el que hace un hoyo donde se mete hasta la altura del pecho, pasando una noche dentro del mismo. Al otro día se quita las cañas y vuelve a una especie de cabaña para esos ritos, donde por diez o doce días apenas bebe y come (agua y algunos huevos de perdices). Estos alimentos los dejan a su alcance los niños y se retiran corriendo sin decir una palabra. Al cabo, el deudo se va a reunir con los demás de la tribu. Si bien nadie está obligado a realizar estas ceremonias dolorosas, la mayoría las lleva a cabo, porque piensa que podría ser considerado como débil si no lo hiciera, en el concepto de los demás, aunque nadie le recrimina si no lo hace.

Con relación a la parcialidad de los Minuanes, Azara informa que el duelo de los hombres es como el de los Charrúas, pero más corto, y en lugar de clavarse cañas, se atraviesan gruesas espinas de pescado en piernas, muslos, y antebrazo.

Con el tiempo se fueron suavizando estos ceremoniales, principalmente el de cortarse las falanges, ya que les perjudicaba su carencia principalmente en tiempos de guerra.

La medicina de los curanderos, brujos o chamanes, según Azara, consistía en tres operaciones: 1- Un remedio general era chupar con mucha fuerza el estómago del paciente para extraer el mal, a veces el curandero se colocaba espinas o gusanos bajo la lengua para hacer creer al enfermo que las extraía de su cuerpo, y así curaba su enfermedad, 2- Otro era la aplicación de ceniza caliente directamente al cuerpo del enfermo, 3- La frotación, después de engrasarle el cuerpo, con gran fuerza con un pedazo de cuero por el lado del pelo.

La Navegación

Las primeras crónicas los consideraros exelentes canoeros, aunque probablemente los confundieran con los Chaná-beguas , que vivían en el paraje del Arroyo Solís y en el Delta entrerriano. Hay distintas versiones en cuanto si los Charrúas fueron o no canoeros, pero si lo hubieran sido sería como resultado de acercamiento e intercambios posiblemente con los guaraníes, porque no hay ninguna evidencia de que hayan construido embarcaciones, ya que nuestra flora no cuenta con árboles de suficiente espesor a tales efectos.

Por lo tanto deberíamos concluir que los Charrúas vivieron siempre como nómades, recolectores, cazadores y pescadores, y solo una de sus parcialidades, los Chanaes, fueron expertos en la navegación.

Fuente: https://chancharrua.wordpress.com/los-charruas-y-sus-costumbres/

Finanzas

Ruta

Cotizaciones, traslados, alojamiento, lugar

Integrantes:

  • Agustina Fernández
  • Luciano Cimino
  • Gabriela Rojas
  • Francisca Collarte
  • Paula Sotomayor
  • Alejandro Marambio
  • Karen Aballay

Travesía Montevideo

Fechas: 8 de Noviembre al 18 de Noviembre

Un barrio de gran significado Ciudad Vieja, el nombre dado al casco antiguo de la ciudad. Hasta 1829 estaba rodeada por una muralla que protegía a la ciudad de posibles invasiones. Encierra las construcciones más relevantes de la era colonial y de las primeras décadas de la independencia. Son asimismo barrios relevantes del desarrollo inicial de Montevideo los de Ciudad Vieja, Unión, Centro, Barrio Sur, La Aguada, Villa Muñoz, Cordón, Palermo, Parque Rodó, Tres Cruces y La Comercial.

Avión

Tiempo de viaje estimado: 2 horas 15 min

  • Aerolínea LATAM: $162.184
                                            Do 06 Nov 10:05 am      12:20 pm 
                                            Mi  16 Nov  12:00 pm      14:40 pm
  • Aerolínea SKY: $135.876
                                            Do 06 Nov 08:30 am     10:45 am
                                            Mi  16  Nov  11:20 am      13:35 pm

Buquebus Buenos Aires - Colonia + Bus Colonia - Montevideo (27 horas 15 min)

21 horas (bus) - 1 hora 30 (buquebus) - 4 horas 30 min (bus)

  • Bus: $55.000
  • Buquebus Buenos aires Colonia: $65.520

Restauro

Obra