Texto Examen. Pablo Arteche -profesor ayudante-

De Casiopea
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A propósito de los actos del taller de segundo año, y su modo de constituir lo colectivo en el estudio de la arquitectura.

“Acto del Paso”. Miércoles 30 de septiembre. Ciudad Abierta.

El acto que abre una dimensión de la obra desde la palabra.

Partimos desde los talleres hacía un punto del límite poniente de los terrenos de la Ciudad Abierta, lugar que habíamos determinado para la obra, cercano a las Torres de Agua. El poeta Manuel Sanfuentes llega el día acordado para el acto, con una lienza y ubica al total del taller en dos líneas, enfrentados a una distancia aproximada de unos 9 metros. De a pares los alumnos sostienen esta primera medida y la llevan al lugar de la obra, donde esta vez se ubican libremente. Luego desde una primera distancia y suelo horizontal único del exterior de los Talleres, pasamos a lo múltiple, sobre las dunas irregulares del límite y los nuevos distanciamientos que allí nacieron. Finalmente, en el lugar, cada alumno dice una palabra con las que se conformo el poema nombrado como “A Saber”. Apareció en ese momento la relación posición-palabra, y de esta manera el acto se ubicó, adquiriendo presencia en el espacio. La propia forma del acto que construye la palabra. Entonces la obra “El paso”, se origina en el decir y oír la palabra, con posición y distanciamiento a la vez, en un tránsito que va de lo único a lo múltiple. Esto es lo que el acto nos dice.


A Saber

La creación habita

en la fragua del viento.


La unión en la curva

alameda el horizonte del romance

que permanece en el tiempo.


La mirada sin descaro de un regalo

y la intuición entramada del caos

en el cosmos escondida.


Es la vigilia de la entrega

de un amor enmarañado

que atraviesa al unísono

el pulcro pulso de un ocaso.


Es Antares distendida en su postura.


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Acto de finalización de la obra de travesía. Jueves 5 de Noviembre. Parque Nacional Pan de Azúcar.

El acto como resolución de la obra y su espaciamiento.

Primer Momento: El taller se congrega a una distancia en la cual la obra aun no se hace presente a la vista, a la orilla del camino, al atardecer. Nos dirigimos en conjunto hacia ella y en el trayecto cada uno toma una piedra prestada del desierto. Segundo Momento: Llegamos a la obra y nos ubicamos de tal manera de trazar la cruz de los ejes originales sobre los cuales están dispuestos los 4 pormenores, sobre los 4 puntos cardinales. Se lee Amereida, a propósito de la Cruz del Sur. Tercer Momento: Cada uno deja su piedra en el suelo, se reubica entorno a uno de los pormenores, se forman 4 grupos. Se lee el poema del taller, “A Saber” Cuarto Momento: Todos volvemos a la cruz inicial, recogemos una piedra y se la devolvemos al desierto, mientras abandonamos la obra. Se termina el acto con la última luz del día.

Martin Heidegger en su texto “Arte y Espacio” define: “Espaciar: Liberación del lugar, donde los destinos del hombre residente cobran giro” “Espaciamiento: Puesta en libertad de lugares”

Se desencadena el acto en el espacio de esta manera, para dejar de manifiesto en primer lugar el espaciamiento que construye la obra, la “puesta en libertad del lugar” que nombra Heidegger, a través de un primer habitar, acompañado por la palabra poética que abre y origina. Y a la vez en aquel signo de recoger y devolver a la extensión del desierto lo que le es propio, desde el artificio del acto de habitar por primera vez la arquitectura.


Helio-Cubo, instrumento de estudio de la luz en un mínimo interior habitable.

El estudio que en su propio desarrollo se conforma como un acto.

El taller construye un cubículo de 3 metro de arista en la escuela. En grupos se dedican una semana, por turnos, a intervenir sus superficies con aberturas para dar paso a la luz al interior, que luego dibujan y observan. Esta experiencia pensada para abrir en los alumnos una dimensión arquitectónica que desembocara en los proyectos de final de etapa, resulta que en su propio desarrollarse, en el hacer y deshacer continuo de la totalidad del taller emprendiendo esta tarea, se conforma sin pretensiones como un acto, el de ir al encuentro y hallazgo de algo entre varios. El acto de hacer y observar lo realizado, con la mano tensionada entre el rayo de luz que al hacer un corte en el cartón ingresa al interior , el primer trazo del croquis que es capaz de recogerlo y la palabra que nombra toda esta situación que se desencadena en el espacio. El acto de la sensibilidad ante la luz, contractado en una experiencia, 4 o 5 alumnos enclaustrados por unas horas en esta situación, puramente habitando.


Heliocubo1.jpg Heliocubo2.jpg


He relatado esta, 3 experiencias de actos los cuales el taller de 2° año ha protagonizado este tercer trimestre.

La palabra Acto para nosotros, es la máxima posibilidad de lo en común, como conformación de un lenguaje creativo convergente y constructor. La construcción del mundo, la sociedad, la cultura, la ciudad, debe nacer de una comprensión desde lo colectivo, donde la individualidad es la posibilidad del encuentro con el otro. Hago el distingo del individualismo, que es la búsqueda de la persona del encuentro consigo mismo y su propia recompensa.

“La poesía hecha por todos”, nos resuena desde la palabra poética.

Pienso entonces, desde los actos, que esta una lección arquitectónica interna que se lleva este taller, y quizás de las travesías en general, la experiencia que se hace propia, en la construcción creativa desde lo colectivo, que exige el encuentro con otro.