TEORÍA BARRIAL:EL BARRIO NACE DESDE EL COMPARTIR

el compartir como el acto regalado que se potencia con el habitar y construye barrio (comunión)

El acto de compartir visto de tres maneras, nace desde un compartir físico: la espacialidad de la geomorfología y como influye esta en el modo de habitar. Luego, este compartir físico se vuelve también social: la construcción de ritos comunes y como estos generan una identidad barrial. Para que así, con el paso del tiempo sea además un compartir histórico: La historia en común que regala el arraigo con el cual se consolida el barrio, es decir, podemos reconocerlo/experienciarlo como tal.


1. LA ESPACIALIDAD Y COMO INFLUYE EN EL MODO DE HABITAR: la intimidad como regalo del habitar el cerro

a. La topografía y su búsqueda de intimidad: ‘‘adentrarse en resguardo para encontrarse con el otro’’

cerros: azul / espacios de conectividad: verde / pie de cerro: rosado / quebradas/accesos: azul / cerros aledaños: morado / periferia: naranjo

Defino el acto de los cerros Florida, Mariposa, Monjas y La Cruz (azul) a partir de la observación de su resguardo dentro de la morfología de la ciudad (ubicación, orientación y desarrollo). Se retranquean de lo público del puerto y Almendral (espacios de conectividad: verde) ocultándose tras el pie de cerro (rosado), construyendo así un umbral público-íntimo desde colón al acceso de estos (quebradas: azul)). A su vez están resguardados/contenidos por el cuerpo de los cerros aledaños (morado); mientras cada cual, desde el eje de su quebrada, se repliega/vuelca en sí mismo generando en sus laderas espacios de intimidad.




b. La proximidad como valor espacial del habitar la ladera: ‘‘acceder adentrándose en umbrales de intimidad pública’’

‘‘El hombre camina derecho porque tiene un objetivo; sabe a donde va, ha decidido ir a determinado sitio y camina derecho. El asno zigzaguea, pierde el tiempo un poco, sesera esmirriada y distraída; zigzaguea para evitar los cascotes, para esquivar la pendiente, para buscar la sombra; se preocupa lo menos posible. El hombre rige sus sentimientos con la razón; reprime sus sentimientos y sus instintos en pos del objetivo que tiene. Gobierna a la bestia con su inteligencia. Su inteligencia erige normas que son efecto de la experiencia. La experiencia nace del trabajo; el hombre trabaja para no perecer. Para producir hay que tener una línea de conducta; hay q obedecer las reglas de la experiencia. Hay que pensar por adelantado el resultado. El burro no piensa en nada, en nada más que dar vueltas. El asno ha trazado todas las ciudades del continente, incluso París, desgraciadamente.En las tierras que las nuevas poblaciones invadían poco a poco, la carreta pasaba así a contento de las prominencias y de los huecos, de los guijarros o de la turba; un arroyo era una gran obstáculo. En el cruce de rutas, al borde del agua, se contruyeron las primeras chozas, las primeras casas, los primeros poblados; las casas se alinearon a lo largo de las rutas, a lo largo del camino de los asnos.’’ (La Ciudad del Futuro, Le Corbusier, pág. 15)

Plano de accesos y circulaciones superpuesto con las áreas reconocidas según su grado de intimidad.


Plano topográfico (quebradas) superpuesto con mapeo de las pendientes de las quebradas y cimas. Celeste: Laderas abalconadas / Amarillo: Cimas
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Mapa de reconocimiento de barrios

El habitar la ladera como resultado del camino del asno y del hombre: desde la huella del agua (quebrada) se accede al cerro, por ser esta lo más proximo al cuerpo. A partir de este eje principal (calles principales/ tránsito alto) surgen escaleras, pasajes y calles que se sumergen en las laderas y que, por medio de recodos y repliegues, permiten abarcarlas completamente, apropiandose del lugar (asentamiento/arraigo). En este recodo sobre recodo replegado, sobre volcamiento del cerro propio de la quebrada (fusión del camino del hombre y del asno), se van construyendo espacios de proximidad, intimidades medidas por el alcance del sonido (sonidos del interior de las casas extendidos al espacio común, conversaciones a distincia, etc.), es decir espacios con sonidos propios (retiro) donde la intimidad privada de cada cual se desborda hacia el espacio común, construyendose así una intimidad común. La conexión de varias proximidades (vecindades) arman los corazones o núcles barriales, patios/accesos comunes donde se fecunda la conciencia y encuentro con el otro a través de la intimidad desplegada.