Diferencia entre revisiones de «Taller de Amereida 2022»

De Casiopea
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|Tipo de Curso=Ramo Lectivo
|Tipo de Curso=Ramo Lectivo
|Profesores=Jaime Reyes, Isabel Margarita Reyes
|Profesores=Jaime Reyes, Isabel Margarita Reyes
|Alumnos=Francisca Silva Piña, Emily Hutt Fontt, Fernanda Murillo, Catalina Muñoz Castro, Gabriela Alliendes, Catalina España Veas
|Alumnos=Francisca Silva Piña, Emily Hutt Fontt, Fernanda Murillo, Catalina Muñoz Castro, Gabriela Alliendes, Catalina España Veas, Amanda Espinoza Saavedra
|Palabras Clave=amereida, poesía, oficio
|Palabras Clave=amereida, poesía, oficio
|Carreras Relacionadas=Arquitectura, Diseño
|Carreras Relacionadas=Arquitectura, Diseño

Revisión del 21:23 10 mar 2022



Asignatura(s)Taller de Amereida
Año2022
Tipo de CursoRamo Lectivo
ProfesoresJaime Reyes, Isabel Margarita Reyes
EstudiantesFrancisca Silva Piña, Emily Hutt Fontt, Fernanda Murillo, Catalina Muñoz Castro, Gabriela Alliendes, Catalina España Veas, Amanda Espinoza Saavedra
Palabras Claveamereida, poesía, oficio
Carreras RelacionadasArquitectura, Diseño

Estudiantes

Primer Semestre

Encargo del curso

  1. Las clases serán presenciales y se requiere asistencia a las clases que se desarrollan los días miércoles en la Ciudad Abierta.
  2. Tarea de Observación. Cada clase se dará una tarea de observación, que implica dibujo y anotaciones.
  3. Construcción de un Cuaderno del Taller. Cada clase habrán una serie de intervenciones de poetas, arquitectos y diseñadores profesores; cada cual debe realizar apuntes a esas intervenciones. Los apuntes son manuscritos y se agregan dibujos.

Cuadernos y Apuntes

En nuestra Escuela de Arquitectura y Diseño existe una larga tradición, que comparten alumnos y profesores, de mantener la actividad artística y del oficio casi cotidianamente en cuadernos, bitácoras, libretas, etc.

Se definen estas bitácoras o cuadernos como un documento en páginas de papel con contenidos gráficos y textuales realizados a mano; dibujos, bosquejos, esquemas y textos manuscritos. Tienen diversos formatos o soportes: libretas, croqueras, cuadernos, carpetas, etc.

Conocidos son los llamados cuadernos de viaje o de trabajo de campo, que son de uso común tanto en las ciencias como en las artes desde hace varios siglos, utilizándose para registros metódicos de experiencias y observaciones. Incluso pueden contener cuestiones biográficas o más personales. 

Este tipo de documentos se conocen por el nombre de “bitácora”, denominación heredada de los diarios de navegantes especializados dedicados a narrar expediciones, viajes y vivencias diversas .

En esta Escuela de Arquitectura y Diseño existe una larga tradición, que comparten alumnos y profesores, de mantener la actividad artística y del oficio casi cotidianamente en cuadernos, bitácoras, libretas, etc.

Ya desde los inicios de la Escuela se acostumbró a mantener en esta clase de soporte en papel los registros, ideas, proyectos o bocetos, reflexiones y comentarios acompañados siempre del dibujo en sus más amplias variedades. Por ejemplo el arquitecto Mauricio Puentes explica que [1]“Cuando Alberto Cruz desarrolla su proposición para el proyecto urbanístico de Achupallas en Viña del Mar el año 1953, destinado a una población obrera en la zona alta de Viña del Mar, elabora un cuaderno de anotaciones y observaciones que se han incluido en los documentos fundamentales de la ead pucv.”

Podríamos decir que llevar y hacer cuadernos análogos es un mundo-sistema en el que se recoge lo sucedido y a la vez se plantea lo posible por suceder. En los cuadernos, que son a la vez reflexivos y dinámicos, es posible observar las complejidades de cada cual a través de los esquemas, dibujos, notas, escritos. El arquitecto Miguel Eyquem explicaba este modo de trabajo para una obra de arquitectura[2]: “Alberto [Cruz Covarrubias] trabajaba especialmente con lápiz y papel en su cuaderno. Iba anotando nuestras discusiones de maestros, los cálculos de la luz. Dibujaba las proposiciones que conversábamos para estudiarlas y así sugería soluciones.” El arquitecto Alex Moreno, a propósito de sus conversaciones con el propio M. Eyquem sugiere en estos cuadernos incluso la palabra escrita alcanza una estatura distinta:

"La palabra debe ser también dibujada. Ella constituye una caligrafía que es el dibujo cuidadoso que custodia un modo privilegiado de relación. Que la palabra es dibujo lo testimonian los manuscritos iluminados, la caligrafía china, la caligrafía árabe y el cultivo de la escritura en la Escuela de Valparaíso."

Este acontecer en cuadernos pareciera que hoy día es escaso en las nuevas generaciones, debido en parte a la inmediatez exigida por las comunicaciones, a la falta de intermediarios en los mensajes colectivos y también al abandono de los quehaceres manuales. Sin embargo y a su vez, nunca antes estuvieron disponibles una casi infinita cantidad y diversidad de materiales (lápices, colores, papeles) para poder realizar este acontecer en cuadernos. Estos no son necesariamente mejores para dibujar o escribir que una tableta digital, las que incluso hoy constituyen importantes herramientas para el desarrollo de ideas creativas en los procesos de diseño[3]. Pero por otra parte, los cuadernos análogos aportan con complejas relaciones de distintos aspectos de todo el proceso creativo[4]. Se pueden proponer al menos tres cosas diferentes, en lo que a cuadernos análogos se refiere.

En primer lugar exigen o proponen un tiempo dilatado, tal vez difuso, para el cuerpo. Y por lo tanto para el espíritu. Dibujar y escribir, si bien se pueden realizar rápidamente o al pasar, son ejercicios manuales pacientes, delicados. Una página anotada y dibujada puede construirse dilatadamente, mientras se está concentrado en otra cosa (por ejemplo en una reunión o atendiendo en una clase). Un cuaderno es también un instrumento para poner atención. Esto es, por ejemplo, el quid de unos buenos apuntes, en el sentido que anotar con palabras propias “mejora la capacidad para recordar, comprender y aplicar los conocimientos”[5]. El arquitecto Mauricio Puentes explica que

"vale empecinarse en dar cuenta que la observación que se registra en una relación estricta entre dibujo y texto, es aquella que permite no solo ver sino permanecer e indagar en una especie de lapso de tiempo-espacio donde el mundo se muestra desde lo entero, a diferencia de una imagen fotográfica que retiene un instante donde no ocurre la permanencia."

La segunda cuestión es que los cuadernos, al acumular contenidos en forma análoga, producen un cuerpo material que se revisa, se reexamina o se explora casi íntegramente cada vez. Es decir se puede seguir una idea; asistir a un proceso, más que a algo finalizado. Los cuadernos son la expresión o acaso un vestigio del devenir del pensamiento junto a ciertas emociones. Es decir, comparece algo que está acaeciendo, aconteciendo, en una suerte de presente total.

La tercera cuestión es que el soporte permite recibir todo tipo de expresiones en un mismo espacio. Aunque un computador es capaz de contener casi infinita información, y aunque los computadores personales se nombren también en inglés como cuadernos (notebook) indefectiblemente compartimentan esa información en extensiones distintas y requiere de softwares diferentes para visualizar o trabajar sobre cada una de esas extensiones. En el notebook la libreta de contactos contiene sólo contactos, los archivos de texto casi sólo textos, los prototipos en 3D no se mezclan con la música. De hecho, uno de los esfuerzos de los creadores de software y de sistemas operativos es precisamente mezclar objetos informáticos lo más fluidamente posible (ayudar al multitask). La hoja de papel de un cuaderno soporta una variedad sorprendente de información, notas, escritos y por supuesto dibujos al unísono, en una suerte de cadencia propia y única. Esa medida dice del ritmo del habitar, del estar y por qué no, del ser.

Por otra parte, además de los cuadernos de autor que arquitectos y diseñadores mantienen y sostienen como parte fundamental de sus quehaceres disciplinares, muchos estudios de obras de arquitectura y de diseño se editan y publican en forma de cuadernos. En estos se privilegian las secciones gráficas porque “la educación en las artes visuales se consigue, en buena parte, por medio de ilustraciones y porque la expresión gráfica es uno de los recursos fundamentales del arquitecto”[6] y del diseñador. Hoy se puede considerar una “reconceptualización del cuaderno de bocetos en términos de los diversos encuentros que permite y las funciones que pueden desempeñar en el desarrollo de la práctica creativa” en la formación de estudiantes de pre y posgrado”[7]. Esto significa que los cuadernos pueden hoy ser una práctica directa en la formación, no sólo en el estudio de cuadernos antiguos de maestros; pues “ofrecen una metodología de investigación única que une lo analítico y reflexivo con lo estético y artístico”[8].

Entrega semanal y evaluación final

  1. Los apuntes se entregan cada semana hasta los días martes al mediodía. Las entregas se realizan en PDF. En el siguiente enlace 2022 Entrega Tareas Primer Semestre T. Amereida se encuentran carpetas para cada curso: Taller de Amereida 1, 2, 3, etc. Cada Archivo debe estar titulado del siguiente modo: Nombre.Apellido. Tarea X.
  2. Cada entrega tendrá un máximo de 4 puntos. Al final de semestre se aplicará una escala para sumar los puntos y obtener la nota.

Primera Clase. Miércoles 9 de marzo

Primera Parte. Jaime Reyes G.

Cumplimos 70 años.

Este año nuestra Escuela cumple setenta años. Aunque la Escuela misma es más antigua, nosotros consideramos el año de 1952 como de refundación, cuando un grupo de arquitectos y artistas compuesto Alberto Cruz, Arturo Baeza, Jaime Bellalta, Fabio Cruz, Miguel Eyquem, Godofredo Iommi, Francisco Méndez, José Vial y Claudio Girola – quien llegó al poco tiempo – se incorporaron a la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), fundando simultáneamente el Instituto de Arquitectura, el que sirve y alimenta a la Escuela. La invitación al grupo fue realizada por el Rector de la Universidad de aquel entonces, Padre Jorge González. Ninguno de estas personas viven hoy día. Sí estamos quienes fuimos sus alumnos y discípulos.

En estas décadas han sucedido muchísimas cosas y han estado en la Escuela algunos miles de alumnos, como ustedes, que hoy son arquitectos, diseñadores, artistas. No quiero hacer ahora el currículum vitae de la Escuela, ya habrá tiempo para ello. Quisiera más bien plantear una pregunta. Si tenemos setenta años ¿Es esta una Escuela vieja, antigua, o joven aún? Tal vez un intermedio. La Escuela es una institución y eso podría darnos una pista. Estoy hablando de instituciones compuestas por personas y a las que las personas adherimos, adscribimos, participamos, etc. ¿Cuánto viven las instituciones? Desde luego las hay muy antiguas; por ejemplo religiosas como la Iglesia Católica, que tiene alrdedor de 2.022 años o el judaísmo que tiene unos 3 mil. Por ejemplo deportivas, como mi club de fútbol Everton de Viña del Mar que nació en 1909 (tiene 112 años). La Escuela (esta) es una institución universitaria. La universidad de Salamanca oficialmente nace en 1252, ellos estarán ahora celebrando no 70 años, sino 770. Nuestra PUCV tiene 93 años y la universidad de Oxford comenzó sus actividades en el 1096.

Entonces, al parecer no hay una medida muy concreta para decir si somos demasiado o poco antiguos. Depende de con quien nos comparemos. Pero creo que sí hay algo que nos permite decir que somos jóvenes independientemente de cuantos años tengamos. Y ese algo es qué hacemos, hoy, con nuestra tradición.

Tenemos tradiciones, fundamentos, textos fundacionales y fundamentales. Tenemos prácticas especiales que llevamos adelante desde hace mucho. Este mismo Taller de Amereida nace como asignatura en 1968. Tenemos usos y costumbres. Vivimos, trabajamos y estudiamos de acuerdo a ciertos preceptos, reglas, principios, acuerdos, recuerdos (por ejemplo aquí en la Ciudad Abierta no tenemos propiedad privada, vivimos en hospederías y nos gobernamos por Ágoras). Tenemos nuestras propias leyendas y también unos mitos. Tenemos también una historia. La cuestión entonces es qué hacemos, con todo esto que tiene ya setenta años, para ser jóvenes. No es que la juventud sea un valor moral intrínseco de la condición humana, pues esta se cumple y florece a cualquier edad. Con mantener la juventud quiero decir mantener el rumbo abierto, estar disponibles a perder el piso que nos sostiene en la seguridad y el confort, ser aventureros, volver a no saber para poder estar siempre aprendiendo, permitir que lo desconocido surja en nuestras artes y oficios. Luego, lo que debemos hacer con nuestra tradición, con el legado, es ponerlo en juego.

Poner en juego es, por ejemplo en palabras del poeta Godofredo Iommi, tener una norma y su apartado[9]:

la norma y su transgresión, de suerte que podríamos decir que toda construcción conlleva a ambas. Cuando no las conlleva, en el lenguaje de la tradición artística, se dice que es académico, es decir, aplica recetas aunque no lo sepa, o bien se suele decir también es “estetizante”… La verdadera construcción implica a ambas simultáneamente. ¿Por qué? Porque brota de este primer apartado, sin el cual no habría ninguna posibilidad de llevarlos juntos… Si a la norma le damos el valor de continuidad, al apartado tenemos que darle el valor de discontinuidad… sólo se puede construir lo discontinuo en un trasfondo de continuo e inversamente sólo se puede pensar lo continuo en un trasfondo de discontinuo. En términos precisos, a eso y sólo a eso, se le llama ritmo. Cualquier otra versión de la palabra ritmo no es correcta.

Se trata entonces de la construcción de un ritmo, nada menos. Octavio Paz decía que[10] “el ritmo no es exclusivamente una medida vacía de contenido, sino tiempo original.” Es decir, este poner en juego nuestra tradición es para construir un tiempo nuevo, único, pleno, presente. Será por eso que en los cumpleaños acostumbramos a dar regalos; es decir presentes.

Segunda Parte. Carlos Covarrubias.

Saludo de bienvenida a primer año. Parte 1
Saludo de bienvenida a primer año. Parte 2
Primera clase. Parte A
Primera clase. Parte B

Tercera Parte. Isabel Margarita Reyes.

Cuarta Parte. Taller ACCEDER A LA OBSERVACIÓN. ALVARO MERCADO, EMANUELA DI FELICE, MARÍA PAZ SÁNCHEZ, FRANCISCA OÑATE

Notas y Referencias

  1. Puentes Riffo, M., & Soler, A. L. (2008). La observación arquitectónica: la periferia efímera de Valparaíso. Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  2. Eyquem, M. (2016). El proyecto de la obra: de la gravedad a la levedad : Miguel Eyquem. (G. Squella & S. Arriagada, Eds.). Ediciones ARQ.
  3. Evans, M., & Aldoy, N. (2016). Digital Design Sketching using the Tablet PC. The Design Journal, 19(5), 763–787. https://doi.org/10.1080/14606925.2016.1196091
  4. O’Neill, S. J. (2013). Re: thinking and designing a digital sketchbook. Digital Creativity, 24(4), 291–309. https://doi.org/10.1080/14626268.2012.752753
  5. Sangvanich, K., & Chinokul, S. (2018). Reflective sketchbook journals for art education students in Thailand. International Journal of Education Through Art, 14(3).
  6. Sangvanich, K., & Chinokul, S. (2018). Reflective sketchbook journals for art education students in Thailand. International Journal of Education Through Art, 14(3).
  7. Power, N. (2018). Re-imagining the sketchbook as a medium of encounter. Art, Design & Communication in Higher Education, 17(2).
  8. Gilbert, J. (2002). Legitimising Sketchbooks as a Research Tool in an Academic Setting. Journal of Art & Design Education, 17(3), 255–266. Recuperado de https://doi.org/10.1111/1468-5949.00134
  9. Iommi, G. (1985). Norma y Apartado. En Diez Separatas del Libro no Escrito. Valparaíso: Ediciones e[ad],.
  10. Paz, O. (1986). El arco y la lira: el poema, la revelación poética, poesía e historia. Fondo de Cultura Económica.