Taller de Amereida 2014: Clase 5

De Casiopea


AsignaturaTaller de Amereida
Del CursoTaller de Amereida 2014
5
Fecha2014/04/30

Taller de Amereida 5ª Clase, primer trimestre 2014


Jaime Reyes

De los Pizarrones de 1972

La clase pasada finalizamos con un fragmento aparecido en los pizarrones de la exposición de los 20 años, en 1972 (e[ad] 1972):

“Nos parece que la condición humana es poética, vale decir que por ella el hombre y la mujer viven libremente y sin cesar en la vigilia y coraje de hacer un mundo”.

Ahora quisiera ahondar en ella.

Una Conjetura

Esta no es una proposición propiamente tal, es decir, no está formulada como un enunciado que se pretende demostrar. Lo primero que dice es “nos parece que…”. Es decir se trata de un parecer; un parecer es más una conjetura; una opinión o juicio formado a partir de indicios u observaciones; o datos incompletos o supuestos. Por lo tanto no la podemos tratar como una verdad demostrada e irrefutable; no es un teorema que sirva para sostener formalmente otras afirmaciones. De hecho, nuestro deber para con esta conjetura es precisamente no tratarla como si fuera una verdad revelada ni un dogma o principio innegable. Es más, debemos interrogarla, ponerla en cuestión y hablar y conversar sobre ella. Es importante, pues de muchas formas Amereida tiene allí sus raíces.

Una Condición

Durante una buena parte del Siglo XX y aún hoy la posibilidad de la existencia de una condición humana, cualquiera que esta sea, ha sido puesta en duda. Tener una condición implica que poseemos una serie de características propias y definitorias, comunes a toda la especie. Se trata de unas cualidades esenciales establecidas por una o varias partes de nuestro ser. Es algo que debe necesariamente ocurrir, que debe hacerse o suceder, para que se cumpla lo humano. Tener condición es que poseemos un modo peculiar de ser lo que somos. Todos sin distinción tenemos eso mismo. Luego la conjetura supone que esa condición, que va de todos a todos en la humanidad, es poética. Suponer eso es lo mismo que decir “que por ella el hombre y la mujer viven libremente y sin cesar…”

La Paradoja de la Libertad

¿Qué quiere decir libremente y sin cesar? Que no se podría vivir libremente sin condición humana, pues entonces estaríamos irremediablemente sometidos a la circunstancia, a la suerte de haber nacido en este u aquel medio social o político. Sin condición humana seríamos constantemente oprimidos por diversos poderes ocultos o explícitos, constreñidos por una realidad poderosa que no permite transformaciones a partir de la labor de cada cual. La condición humana nos libera, por implica que más allá de toda opresión y aún bajo las peores circunstancias (la cárcel, la guerra, la mentira, el hambre o la pobreza) somos libres, porque hay algo que traemos desde el nacimiento, que nos pertenece por el sólo hecho de ser humanos y que no puede extinguirse mientras perdure la vida. Es algo que acontece por el sólo hecho de estar vivos y no se puede quitar ni someter, ni dominar, ni destruir. Y esto es un drama, porque las ideologías nos quieren hacer creer que no somos nunca libres hasta que derrotemos a los enemigos perversos que son ellos, los otros, los que nos impiden ser lo que debemos ser [1]. Pero ella, la libertad, como no depende del medio ni de la circunstancia, florece junto a nosotros en la prisión, en las vastas y estériles estepas primitivas, en las selvas de aires espesos, en los maritorios australes y gélidos del fin del mundo.

Es una paradoja, pero de hecho no tenemos opción a la libertad; la tendremos nos guste o no. Incluso si escogemos no ser libres, pues ya escogimos.

El Coraje y la Vigilia

¿Podríamos vivir de otra forma, es decir, en el adormecimiento y la cobardía?

La vigilia, por una parte, es permanecer despierto en el tiempo en que debiésemos estar dormidos. Por otra parte es la víspera de algún evento importante. Entonces se trata de permanecer despiertos en la víspera de algún acontecimiento especial. Estar atentos, sin cesar, no es otra cosa que vivir en el presente. Vivir en hoy, siempre aquí y ahora, nunca en mañana. Pareciera que la gracia es que una bella vigilia es que la víspera no se consuma, no se resuelva. Es un estado de tensión dulce que acontece en el ahora. La vigilia sucede en el presente y su objeto se realiza sólo en el presente. Y si bien podría pensarse que atiende a algo que va a suceder después, que está a la espera, en verdad no es así. Un buen vigilante es que el que vela el sueño de los demás; y lo hace justo cuando los demás están durmiendo, no después ni mañana, sino aquí y ahora.

En este estado es en el cual se puede hacer un mundo. Lo contrario es el adormecimiento, ajeno al presente, ausente de los regalos que la vida dispensa doquier y en todo momento. Puro futuro. No hacer mundo.

El coraje es la pasión de la acción. La palabra proviene del latín corazón. El coraje es una virtud del corazón y profundamente poética. Y no es sólo una metáfora o una abstracción; sangre entrando y saliendo a borbotones de este músculo y llenando el cerebro, las manos, los labios. En este estado es en el cual se puede hacer un mundo. Lo contrario es la cobardía, que en el fondo no es la huída del peligro o el miedo; la cobardía es no hacer nada. No hacer mundo.

Notas

  1. Todas las formas de existencia que conocemos se apoyan en el tiempo de la esperanza y la nostalgia. Las nuevas que se reclaman, piden sostenerse en la abertura o vigilia ininterrumpida de la libertad. La libertad como fundamento mismo del obrar que hace mundo. (Iommi, Godofredo 1969)