Taller Habitabilidad y Riesgos en el Borde Costero 1º Semestre 2019 - Desarrollo Proyecto - Pablo De los Ríos

De Casiopea
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TítuloTaller Habitabilidad y Riesgos en el Borde Costero 1° Semestre 2019 - Desarrollo Proyecto - Pablo De los Ríos
Tipo de ProyectoProyecto de Taller
Palabras Clavedesarrollo proyecto
Período2019-2019
AsignaturaTaller del Acto y el Vacío: Habitabilidad y riesgos en el borde costero
Del CursoTaller del Acto y el Vacío: Habitabilidad y riesgos en el borde costero
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Pablo de los rios
ProfesorFelipe Igualt, Joaquín Fernández

Ciclo 1. Observación

Recorrer pausado en cobijo ante flujo atenuado

Primeramente, nos referimos a este acto a partir de las cualidades y condiciones observadas del borde en el primer ciclo. Nos referimos a las observaciones dadas en lugares expuestos como el borde costero en Valparaíso/Viña del Mar, y en lugares ciertamente contenidos bajo cierta particularidad luminosa en su interior tales como en las galerías y en las iglesias. Todo esto en dar cuenta del acto del recorrer pausado en cobijo ante flujo atenuado.

Tenemos por una parte, lo observado netamente en el borde costero desde lo que se logró definir de este, donde se hace presente este acto del recorrer pausado. El borde se da como una extensión continua que comparte su recorrido con el mar, y asimismo su habitar ante y en este. Dicha extensión, permite el ir y venir de las personas bajo su continuidad, pero asimismo trae cierta discontinuidad ante su forma de habitarlo. El recorrido compartido con el mar deja al cuerpo expuesto ante cierta la dualidad entre el vacío y el lleno del mar, una dualidad que toma cierta condición atrayente que invita a las personas a detenerse ante este. Se da entonces cierta pausa, una detención que trae a la vez contemplación.

Por otra parte, este recorrer pausado se da también en espacios resguardados tales como en las galerías y en las iglesias, ante cierto atravesar y permanecer de dicho flujo. Se da ante un resguardo elevado que trae consigo una luz concentrada bajo cierta tenuidad. Damos con cierta luz que se adentra y decrece, una luz cenital, que a la vez permanece sostenida bajo cierta condición de lo leve.

Finalmente, damos con el cobijo dado ante cierto flujo atenuado dado por la pausa de un recorrer. El cobijo aparece en el gesto corporal ante cierta levedad y tenuidad, cierto temple, además de la disposición espacial que le permite dar a este con la postura en el cuerpo. Una disposición presente en las iglesias y galerías, y asimismo en la levedad sostenida en las arenas de la orilla ante la condición atrayente del mar.

ACTO: Recorrer pausado en cobijo ante flujo atenuado

Vacío Concéntrica atenuada.

Reflejo Transversal quebrado de concavidad central.

Luz Fugado ascendente.



Ciclo 2. Abstracción

Permanecer fugaz en despliegue orientado de flujo atenuado

123.

Primeramente, damos con el habitar ante la aparición de un entre dado por un debajo, un espacio acotado por un cielo y un suelo que acompaña al habitante y lo conlleva a cierta gestualidad y forma de desenvolverse ante las condiciones que entrega dicho espacio. El habitar de dicho debajo trata una interrogante del como se habita o se puede habitar este entre, poniendo en duda los limites y el concepto de interior ante su implicancia y complementación con el exterior.

Damos con el permanecer fugaz, ante una forma de desenvolverse en el espacio en una dimensión longitudinal acompañada de cierta inmensidad atrayente. El permanecer fugaz entra como una forma de detención ante el asombro o forma de fascinación ante dicha condición atrayente. Damos entonces con la forma con la cual el habitante se dispone ante este encuentro con la apertura o vacío central en una instancia pausada y breve.

Dicho encuentro puede recaer en un enfrentamiento visual directo o indirecto. El enfrentamiento indirecto conlleva a una postura de espaldas al vacío, o perfilado ante este, un resguardo propio que deja al habitante meramente acompañado por este. Mientras que por otra parte, el encuentro del habitante con el vacío lo sumerge ante y en esta dimensión vertical a partir del despliegue.

Dicho despliegue se orienta primeramente desde la postura, dándose a partir del gesto de apoyarse y asomarse, una breve transición y distensión que le trae esta forma de adentrarse al cuerpo hacia lo extenso y externo desde una amplitud visual sostenida por cierta levedad y transparencia en un mirar en descenso transversal, una mirada que recorrer y atraviesa el entre.

Dicha levedad y transparencia no solo se construye en esta dimensión visual de adentrarse hacia lo lejano, sino hacia lo que esta meramente contenido, ante un resguardo parcial. Aparece entonces un encuentro de proximidad corporal ante el cielo acotado por una distancia que hace perder la sensación de sobrecogimiento de interior, dando así una a semejanza con el alto vertical de un exterior. Aparece de este modo una transparencia entre interior y exterior, un flujo permeable cuya complementación dada espacialmente hace aparecer dicha levedad, además de por la luminosidad, tal como por la tenuidad de los matices.


ACTO: Permanecer fugaz en despliegue orientado de flujo atenuado.

Vacío Exterior: de Recorrido Transversal Fugado Orientado.

Vacío Interior: de Despliegue Tenue ante Estrechez Fugada.

Vacío del Abajo: Transversal de Resguardo Permeable.

Ciclo 3. Proyecto

Maqueta 1:50

Fachada maqueta2 pdlrc3s12019.png

Acto. Permanencia contemplativa en resguardo permeable

Se da una dualidad en el acceder de la avenida principal. Un acceder elevado hacia las alturas del cerro y directo, o un acceder continuo en la avenida, en un recorrer bordeante.
El cuerpo queda alzado bajo una elevación, ante un acceder en extensión prolongada. Un descenso dado por una estancia ampliada, una dimensión longitudinal sostenida por una estrechez bordeante, de vista compartida al mar.
El habitar del borde costero se ve contrastado por una insistencia en el andar orientado, ya sea el mar o el comercio, en un andar continuo, un otear de vista dual.

Primeramente, damos con un sentido de habitar, desde dos principales ejes, el recorrido en largo de la playa, y la calle Borgoño, se da un sentido de conectividad urbano desde esta avenida principal que recorre todo el borde costero de Concón. Remarcamos entonces, que en dichos dos ejes que se forma un entre, un ancho que da con el acceder a un encuentro contemplativo y distendido con el mar.

Hablamos de una dualidad de encuentros con el mar, caracterizado ya sea por un encuentro contemplativo o un encuentro indirecto que envuelve y cobija al cuerpo sensorialmente. Se da entonces, una intimidad con este, ante su cualidad atrayente en su apertura, y su cualidad envolvente en su contención sensorial y espacial, donde aparece el descanso ante el respaldo y resguardo al cuerpo.

Aparece una permanencia fugaz o transitoria acompañada de la amplitud del mar. Acompañada desde un despliegue orientado en una relación corporal, una intimidad en la gestualidad contemplativa ya sea apoyándose y dando con el asomarse desde un encuentro con el mar, desde lo elevado hacia lo lejano. O dado bajo una leve distensión dada una proximidad con el mar, ante un apoyo en cobijo en levedad, traído por el recibimiento de la arena.

Asimismo, este despliegue contemplativo y de potencia orientada, da cuenta de una permeabilidad en los interiores que acompañan al mar en su proximidad con su largo bordeante. Permitiendo un encuentro en transparencia y al descubierto con el mar, una forma de complicidad espacial de encuentros entre lo resguardado y lo expuesto. Damos entonces con un resguardo tenue, encontrado en la permeabilidad de los interiores próximos a este mar de dinamismo incesante. Un resguardo permeable que facilita el descanso y la distensión, ante una luz apaciguada que acoge su devenir bajo su contención y apertura.

Croquis conducentes