Rosario Muñoz Araya EAD 4210-01. Tarea 1

De Casiopea
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TítuloRosario Muñoz EAD 4210-01. Tarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América 2020 2S
CarrerasArquitectura, Diseño, Magíster
1
Alumno(s)Rosario Muñoz Araya

La Physis como origen de lo moderno

Tengo yo ahora en torno mío hasta dos docenas de robles graves y de fresnos gentiles. ¿Es esto un bosque? Ciertamente que no: éstos son los árboles que veo de un bosque. El bosque verdadero se compone de los árboles que no veo. El bosque es una naturaleza invisible por eso en todos los idiomas conserva su nombre un halo de misterio. (Ortega y Gasset, J.,1914)[1]

Del origen al debate

Hay que ser absolutamente moderno, una de las frases con las que comienza Godofredo Iommi en una clase de 1979 [2] para reflexionar sobre la palabra poética y el rol de los oficios en ella. Esta clase recorre una serie de observaciones sobre la arquitectura y su proporción, su origen y presencia en la actualidad, el sentido que le brindamos al observarla y su transición al dominio de su propio contenido.

Si bien pensando a futuro, en lo moderno, para las generaciones venideras, Godo dice que debemos dar paso a una metamorfosis, luchar constantemente con lo que se conoce, para dar paso a lo desconocido, sólo así procederá la modernidad. Iommi reflexiona sobre la creación perfecta, sobre el elogio que nace desde la exploración, desde el descubrir, dice que la poesía es un medio que no tiene un fin didáctico, pero sí el de ir al encuentro de las maravillas de la naturaleza.


De ser así ¿Cuál es la absoluta modernidad que inundan los espacios que no conocemos? ¿será lo desconocido algo que consideremos tan maravilloso como moderno?

Nos encontramos en la búsqueda constante de experiencias que nos encanten, con la modernidad que se encuentra en nuestras manos, aquí y ahora, seguimos con ansias de más, pero hemos dejado de lado el pasado, aquel donde la physis ponía como eje central el origen divino de la naturaleza, y dimos paso a el hombre como theos, este pensándolo, cómo llave maestra de la liberación de los secretos de la modernidad y en cómo está desarrolla habilidades para asombrarnos a una velocidad tan abrumante que no hay espacio para la contemplación.

De la physis

La cita de El bosque, refleja fielmente que en ocasiones, podemos asombrarnos con aquello que no conocemos y que estamos por descubrir. La naturaleza, como habla Iommi, puede contener todos los puntos de una obra, debe contemplarse en todos sus sentidos, posee una multiplicidad de aristas y reflejos, siempre cambiantes, contienen la belleza y la armonía. ¿No es acaso la naturaleza la obra divina de la creación? La conexión y unión de los componentes de la naturaleza nutren de gracia y decoro nuestra visión, nos entrega un regalo, se nos manifiesta desde un singular a un todo, se debe elogiar por cada novedad que diariamente intercambia, su cuota de conocido por nuevas perspectivas, ya que sin elogio no hay un reconocimiento verdadero.


Pero, ¿Qué es la creación? ¿Es una concepción humana? ¿es algo inherente a la existencia? ¿La naturaleza es parte de ello? ¿De un todo?

¿No saben que el fuego es amo de todo? (Amereida II, 1986)[3]

En “la Guerra del fuego” de Jean-Jacques Annaud, se puede contemplar el como una creación puede ser inexistente para algunos hasta el punto en que te encuentras con ella. Podemos recordar la larga travesía por la que cruzan los integrantes de esa tribu de hombres de las cavernas, cuantos encuentros, con cosas que no concebían, con la lucha, con el hambre, con el miedo y el triunfo, pero que hasta el último minuto no dejaba de ser producto de ir en la búsqueda del fuego, de una herramienta que no sabían producir.

Cuando es desconocida, no se tiene la noción de su esencia. Mantener vivo aquello esencial pero desconocido en su forma, es lo que da paso a las intenciones que proponemos como seres en evolución. El fuego, que les brinda calor y alimento, no fue algo conocido hasta que se produjo su comprensión, entendimiento, técnica y posterior creación. Todo en un punto pasa de un espacio desconocido, para ser la esencia de una existencia. Cuando estos hombres de las cavernas pierden su fuego y salen en búsqueda de otro, son conscientes de que existe, pero aún así no lo conocen verdaderamente hasta cuando son capaces de crearlo.

Sartre escribe que en el ser humano «la existencia precede a la esencia» [4]. ¿Qué quiere decir esto? Sartre da un famoso ejemplo: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la» piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que se construirá, que luego tendrá existencia. Es una especie de metamorfosis por la que las concepciones atraviesan. Todo en un punto es desconocido y conocido, pero no es hasta que lo concebimos en nuestra mente que existe para nosotros.

Podemos conocer la naturaleza, pero aún así es infinitamente desconocida, cada uno le da un significado propio y es definida según la percepción de nuestra esencia, aquello que nos define, es lo que construye nuestra mente y justifica lo que vemos o cómo actuamos.


Si bien el fuego dejó de ser ajeno, este abrió
infinitas puertas que resultaron en más
desconocidos, ¿es acaso, lo desconocido una
puerta para descubrir diferentes caminos
hacia nuevas existencias?

En este Tiempo, el hombre sólo puede
vivir en tránsito, es decir, en la indiferencia
del pasado, del presente y del porvenir
con solamente la posibilidad amenazadora de la
ruptura de esa indiferencia.

¿Qué es lo que debe tener un lugar para que un
tal encuentro sea posible?

La esencia del lugar depende de la
esencia del encuentro: y hay una historia del lugar.
El fin de la historia del lugar es cuando el lugar
ya no es más que encuentro de sí mismo (Amereida II, 1986)[5]

Es aquí donde podemos comenzar a reflexionar sobre qué es la physis y su filosofía sobre la naturaleza. Los primeros filósofos de Mileto tomaron la physis o naturaleza como objeto principal de sus investigaciones a la que concibieron como el principio u origen de la realidad, origen que atribuyen a distintos elementos materiales, como el agua, el aire o lo indeterminado, a los que consideraron el principio o "arjé" del que procede la realidad que conocemos. [6] Su significado refiere a crecer o brotar, en ocasiones concebida como una deidad griega, que daba explicación y sentido a todas las preguntas de la humanidad.

Aristoteles fue uno de los primeros filosofos en utilizar la Physis como un medio para dar sentido a lo que no se conocía, sus estudios se centraban en torno a la naturaleza en un intento de lograr una comprensión del cambio, del devenir y fueron conduciendo a otras interrogantes como la concepción del ser o del no-ser, la aparición y la presencia del otro; lo múltiple y lo diverso, la identidad. Para él la naturaleza resultaba ser una especie de organismo que se encontraba presente en todo, incluso en el propio ser, y desplegaba cuestionamientos sobre la evolución, de aquello incluso desconocido. Consideraba que la physis tenía su propio principio de movimiento propio, de tener fuerza, el poder, para originar su propio cambio.

De la transición: Physis y Logos

En ese momento comienza a generarse una dualidad en la concepción de la naturaleza como entidad divina creadora: Por una parte se alude a la generación; por la otra, al ser y devenir de algo que es fuente de movimiento, de su propio movimiento. La physis permanece en continua transformación. Esto significa tanto como que nunca es idéntica consigo misma, que está permanentemente alineada respecto de sí, lo que a su vez implica la necesaria presencia del otro, del no-ser, en el seno de lo que es origen de todo lo que es. [7] El ser humano, tiende a presentarse como un ser superior, a medida que avanzaba el tiempo empezó a emplear la técnica para mejorar su rendimiento, producción y resultados, si la naturaleza podía ser una potente fuerza de movimiento y evolución el ser humano también podría, y evitaría esa diferenciación, esa variable en la que siempre caía la naturaleza, podría decirse que ella avanza a través de la prueba y error, el ser humano, en parte, también, pero cuenta con la conciencia para generar el cambio. Ya no se podía buscar el origen en algo vivo y con poder propio, sino, en una pluralidad de elementos, átomos de carácter material y en un principio diferenciados que justificara el origen de ese movimiento y no que quedara a la interpretación de un algo divino, necesitaba dar sentido a lo que se hacía y a lo que se habitaba. Es en este momento cuando el Ser se sitúa en el centro de todo y desplaza a la physis como elemento primordial, el humano toma las riendas de su destino y comienza a labrar su futuro.

Heráclito habla del logos como de la ley y el orden: todo se realiza según el logos, que es eterno, universal y necesario, [8] una nueva estructuración, de la vida, de la concepción del ser y de su rol en el mundo, podría decirse que es en este instante donde el Ser comienza su transición a como conocemos las sociedades hoy en día, elaborada a través de una técnica que se desprende de la naturaleza como eje central y va en búsqueda del sentido de la existencia. Podría decirse que al momento de dejar la Physis de lado comenzamos nuevamente a no saber y emprender un camino de autodescubrimiento, el logos se caracterizaba por desarrollarse como un medio de persuasión, no conocía todas las respuestas pero sí las iba encontrando a su paso, en este camino desconocido.

Aquí podemos cuestionar en qué minuto se genera el cambio, en el que el ser se desprende de su origen desde la naturaleza y da paso a desarrollar técnicas que lo definirán como un ente moderno, descubridor y vinculador. ¿Existió alguna vez ese quiebre? o solo dejamos de concebir los avances desde la existencia de la physis? Y si se considerara que el camino a lo moderno es una búsqueda constante de dar sentido a lo que aún no conocemos, como la naturaleza que se encuentra en una constante transición, si el sentido mismo de lo conocido toma esencia de las experiencias que van en el encuentro, como el fuego dejo de ser ajeno cuando salió a nuestro encuentro ¿Y sí el transitar es un encuentro con nosotros, y da paso a este porvenir, cruzando por el presente y dejando el pasado atrás?

Si el nombre de camino no es más que una metáfora ¿Cuál es entonces su sentido propio? Creo que se concederá en reconocer como camino la traza visible de un modo de existencia completamente específico al ser humano; ponerse a hacer la experiencia de lo que sea. Partir a la búsqueda. Tratar de ver. (Fédier, 1995) [9]

El salir en búsqueda de nuevos mundos para abrir nuevos mercados, era el afán de Europa, juntar riquezas, explotación colonial o incluso el servicio a dios. Colón buscaba en sus travesías descubrir nuevas miradas, nueva naturaleza y nuevas historias para contar, pero sabiendo que aunque no fuera a ganar nada, sólo el hecho de emprender el viaje le era suficiente, avanzar en lo desconocido.

Colón inspirado en las anécdotas de su predecesor, Marco Polo, tenía este afán por lo humano y la naturaleza, de ver con sus propios ojos lo que relataban en las historias llenas de magia y diversidad. Pero él no va al encuentro de este desconocido, sino al encuentro de sus pre-concepciones. Nunca supo realmente a donde llegó cegado por las maravillas y la desesperación de pisar tierra tras un dificultoso viaje, cegaron su visión y sentido y no observó con ojos de desconocido.

El momento en el que se descubre América, es un choque entre dos mundos, América no fue descubierta, América los descubrió a ellos, y es esto que pone en juego la identidad de Europa frente a toda esta conversación. Según J. H. Elliot, "al descubrir América, Europa se descubrió a sí misma", ya que puso en jaque todo lo que conocían y en todo lo que creían, el juego de las culturas y el ver con ojos ajenos a aquellos en los que no logran reflejarse siendo similares.

De esta manera, afirma Todorov, Colón descubrió América, pero no a los americanos. Su percepción etnocéntrica del otro, proveniente de la convicción de superioridad que el europeo tenía, aniquiló toda intención de conocimiento etnográfico real del otro, y sentó las bases para la justificación del esclavismo y de la asimilación de los indígenas. Para Colón los nativos no eran más que parte del paisaje natural del Nuevo Mundo, seres raros tales como pájaros, plantas, animales diversos que no tienen derechos ni voluntad, y que constituyen especímenes dignos de cualquier colección para ser mostrada en Europa. De estos nativos no hay nada que aprender, ni su lengua, ni sus costumbres, mucho menos las diferencias que tienen entre sí. Así, para Colón no hacía falta conocer a los indígenas; era suficiente con inventarlos desde la perspectiva de sus preconcepciones religiosas o novelísticas, como nobles salvajes, como los mejores seres en el mundo, o como los más crueles, hostiles y cobardes, cuya esclavitud se justificaba por sus criminales prácticas caníbales. Por eso había que transformarlos, que asimilarlos. De hecho, como para Colón lo diferente era sinónimo de ausencia, en el Nuevo Mundo no existía nada, sino que todo estaba por fundar: nuevos nombres, nuevas creencias religiosas, nuevas costumbres. Y ésa es precisamente la misión que Colón descubre para sí: la asimilación de los indígenas y la edificación del otro sobre los cimientos de sus preconcepciones.[10]

La tendencia de ver a otro como un ser diferente, es lo que separa lo que ellos conocen y desconocen, caen en la cuenta de que pueden ser únicos y a la vez múltiples, que todo lo que defienden, no significa lo mismo para otros, las creencias cambian.

Luego Europa, contaba historias del nuevo mundo, de ellos y de sus actos, su naturaleza y sus dioses, como si fueran criaturas mágicas, desconocidas. Ser americano es pertenecer a esta cuota de desconocido, pero que no deja de conocerse por quienes los habitan y recorren a quienes salen a su encuentro. Americano, es aquel que comparte junto a otros la tierra desconocida para algunos, pero hogar de otros.

Con el tiempo, nuestro territorio americano ha sabido desprenderse de las comparativas y restos de Europa, dejando un continente único, que es conformado por todos, diverso y contenedores de sus propias historias, hemos sabido rescatar la cultura que conformó las creencias de nuestros ancestros. Tenemos nuestros propios relatos. América es en sí una historia para contar, llena de magia, batallas, valentía y lucha de cada uno de sus habitantes.

América es ser descubridores de nosotros.

Sobre lo moderno

En cierto sentido el hombre no debería desprenderse de lo que conoce, sino observar desde otra perspectiva, las cosas seguirán teniendo su significado, pero es la resignificación lo que puede abrir múltiples posibilidades, y el observar de manera distinta, dar paso a lo moderno.

Podemos relacionar la evolución con lo moderno, estar en un constante avance, ser hábiles con lo que se presenta y desarrollar capacidades que permitan trascender al ser. Los antiguos cazadores-recolectores no solo debían enfocarse en juntar alimento para comer, Según Yuval Harari en su libro de animales a dioses [11] el cazador-recolector tenía un conocimiento más amplio, más profundo y más variado de su entorno inmediato que la mayoría de sus descendientes modernos. No solo dominaban el mundo circundante de animales, plantas y objetos, sino también el mundo interno de sus propios cuerpos y sentidos. En la actualidad vemos reducida esa capacidad de adaptabilidad o de desarrollar habilidades que nos permitan ir más allá de lo que nos rodea, el ser moderno puede que haya perdido el interés por el descubrir, o el de conocer y reconocer lo que lo rodea, nos limitamos a un saber reducido, un área que nos acomode más, los antiguos cazadores, poseían habilidades que para el día de hoy serían impensables de comparar; más que un interés era una necesidad de subsistir. ¿Será que el hombre ha dejado de lado la sobrevivencia y ha dado paso al existir, sin justificar su presencia en el mundo?

Pero entonces ¿Qué es el mundo? EL mundo no es más que un cierto cumplimiento de la pura posibilidad que es el hombre. [12]

Sobre el ser absolutamente moderno

Si proponemos a la naturaleza, como eje central, que impulse nuestro que hacer humano probablemente sólo retrocedamos a aquel tiempo donde todo se atribuía a deidades mitológicas, que posiblemente no tenía un objetivo final como prioridad. Pero es necesario cuestionarse que tan alejados debemos permanecer de ella, la physis se definió como origen y poder, reflexionar sobre como tiene el poder de adaptar, de impulsar, de avanzar, de crecer. Hoy nos encontramos en un territorio que en muchas ocasiones se vuelve ajeno, existe una gran diversidad que no necesariamente nos hace sentir parte de un territorio, en ocasiones vincularnos con la physis aprender de ella y de como esta, silenciosamente, nos ha ido a acompañando a lo largo de nuestro camino, nunca la dejamos de lado, solo establecimos nuevas prioridades, nos pusimos al centro de todo.

La naturaleza es moderna, sigue presente y seguirá muchos años más, trascenderá, debemos dejar de establecerla como un medio de explotación para la técnica, no se compone solo de recursos, sino de múltiples conocimientos, de variados detalles que pueden ayudarnos a comprender y ver de otra manera lo que nos rodea, contemplar la obra, apreciar sus estados como un arte y seguir aprendiendo de ella para se absolutamente modernos, porque eso no depende de los conocimientos que desarrollemos como seres humanos, sino que se encuentra en como manipulamos lo que tenemos y desconocemos, y en cómo podemos sostenerlo para darnos sentido.

Bibliografía