Pensamiento Ecológico

De Casiopea
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Hablar de ecosistemas de información —o información ecológica (googlee: “information ecologies” y verá)— tiene que ver con entender cómo está cambiando la perspectiva que tiene la gente respecto de la tecnología. En particular, la pregunta apunta a entender cómo la gente usa la tecnología en un “contexto localizado” y cómo eso impacta en el como vivimos, jugamos, trabajamos y nos relacionamos; impacta todas las esferas y niveles de la vida humana. El objetivo de quienes sostienen la idea de pensar la información desde un punto de vista ecológico es crear una discusión balanceada acerca la tecnología comprendiendo las finas ebras de la interdependencia, identificando un “bajo continuo” y madurando una mirada lúcida —por lo tanto, crítica— y sobre todo, humana.

El problema radica en que nuestra perspectiva de la tecnología (o de la gente en general) es muy limitada. Esto produce principalmente 3 creencias populares que terminan implementando tecnologías carentes de corazón:

  • La tecnología se acelera exponencialmente y no tenemos nada que hacer, sólo tratar de mantenernos actualizados y no quedarnos atrás
  • La diseminación de procesos automatizados minará la destreza, el juicio y el oficio de las futuras generaciones de trabajadores
  • La eficiencia mecánica en comparación al desempeño de las personas desconocerá siempre la riqueza del ser humano

Este modo de percibir la tecnología está bastante diseminado y se evidencia en el lenguaje y en las métaforas utilizadas para referirse a la tecnología:

  • Tecnología como Herramienta se refiere a la tecnología que se acomoda a la mano y a la mente de los individuos (ergonomía, usabilidad). Pensar en ella como una herramienta es útil cuando diseñamos para capacidades humanas y necesidades específicas. La crítica a este enfoque es que rara vez toma en cuenta las coordenadas sociales, organizacionales, políticas o emocionales más complejas asociadas al contexto de uso.
  • Tecnología como Texto piensa en la forma que contiene significado y que comunica algo dependiendo de la situación. Es útil al momento de debatir la construcción de significados y evidenciar los tácitos de la comunicación, así como definir el rol del diseñador. Tiene que ver con pensar el diseño de la tecnología como la construcción de un guión que está embebido en la forma. La crítica a esta visión radica en la mirada determinista que contiene al usuario dentro de esquemas previsibles y cerrados.
  • Tecnología como Sistema es la mirada más amplia que comprende la interrelaciones y dependencias. La sintetización que suele ocurrir para volver comunicable esta mirada, suele incurrir en simplificaciones extremas que dejan de lado los detalles importantes.


Tal vez exista una cuarta mirada, la que entiende la tecnología como una ecología. La metáfora para entender esta mirada se ilustra como un sistema vivo de relaciones e interdependencias complejas, dentro del cual existe la diversidad, la co-evolución y la localización de las acciones. Podríamos entender esta partida semejante a la mirada sistémica pero más concentrada en los detalles y particularidades de sus componentes. Esta mirada comprende la relación con la tecnología como la construcción de un sistema autopoiético que vive en la constante renovación de sus componentes en virtud de la evolución simbiótica entre hombres y tecnología, que toma la forma de la conversación en red; lo que Humberto Maturana llama “leguajear“.

En este paradigma, la noción de localidad es crucial ya que constituye el origen de la diversidad. Sin diversidad no hay ecosistema. Son los componentes diversos los que co-evolucionan en su interacción. Hay gente que llama a estos componentes los replicantes de tercer orden.

Entonces…

Estos nuevos esquemas de pensamiento para comprender la tecnología y nuestra relación con ella son difícilmente transformables en valor inmediato. Pero podemos identificar implicancias directas a nuestro trabajo de diseño:

  • Trabajar comprendiendo los valores fundamentales: hay que entender lo que a la gente le importa y por qué; qué emociones están en juego y que grado de dependencia y delegación existe con la tecnología: explorar y sintetizar.
  • Estar atento y curioso, gatillar la discusión y el debate —siempre desde una mirada crítica— nuestra relación con la tecnología: comunicar.
  • Enfocarse en los intersticios estratégicos: siempre preguntarse ¿por qué?, sobre todo en las preguntas que nos tocan desde nuestra realidad local, desde nuestro propio contexto. Es a partir de estas situaciones-ejemplo que podemos generar conceptos que parecieran estar dirigidos sólo a nosotros mismos pero que en la práctica pueden tener un alcance muchísimo mayor.