Paul Baumann / Observación sobre el acto reverente

De Casiopea
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Ingresar en Silencio a un Mirar Común Direccionado, pero perdido, donde la Audición es lo que Converge en el Re- Unirse.

El Acto Reverente.

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El interior aparece iluminado desde afuera, se ven sus fieles; en un interior oscuro se ven los fieles que se encuentran cercanos a la salida. Ellos se encuentran reunidos, en un interior (cerrado) en el cual hay un punto de mayor jerarquía espacial: el altar, punto desde donde se emite la misa, convergiendo el resto en éste. Los habitantes se trasladan dentro, de una manera muy discreta. Ellos quedan siempre mirando de frente.

Se podría decir que existe una invitación desde el exterior a ingresar, más que mostrando su interior, el espacio trata de mostrar a los mismos fieles que habitan para llamar la atención de los otros y mostrarles que en ese lugar se es posible permanecer. La mirada colectiva no se fija realmente en el altar (al menos no gran parte del tiempo), sino en un fondo, no se le da la espalda a la Liturgia, sería entonces la postura la que fija la mirada. Los fieles cercanos no se ven las caras entre si, al menos no estando enfrentados completamente, no se distraen entre si, no se da cabida al interrumpir el acto COMÚN al producirse interacciones entre ellos. En cuanto a la mirada, ésta se pierde en su propio frente orientándose, aunque sea levemente hacia el altar. Pero según eso la mirada no sería el sentido primordial de este acto, su función es evitar que cercanos distraigan al resto con una comunicación entre ellos, mas no es estrictamente necesario mirar directamente al foco de atención. Es aquí donde la Audición cobra mayor jerarquía, pues es ella quien percibe la misa. He aquí el por que del ingresar discreto, pues se entra en silencio.

Sin embargo el altar tiene la cualidad visual de ser un espacio abierto dentro del interior, no solo al crear un vacío, sino que también es el lugar dentro del interior cuya luz más se asemeja al exterior, sin tener que ser estrictamente directa. Considerando al altar no solo al sacerdote y el mesón, sino todo el vacío que los contiene junto a la vertical que sostiene el símbolo de la cruz.

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Estando la mirada de la común direccionada por la postura hacia una vertical (y no necesariamente un punto en el espacio) es, sin embargo la Audición el sentido de real convergencia en la Liturgia.


Lámina

La lámina entregada puede ser revizada en formato PDF.

Archivo:Actoreverentepbaumann.pdf