Diferencia entre revisiones de «Pablo Miranda Rojas - Casos Referenciales»

De Casiopea
Línea 88: Línea 88:
Por un lado, (en el templo de San expedito en Reñaca), aquel acceder lateral se enmarca en la altura y la linealidad de pórticos y pilares, remarcando con una luz expuesta y directa el continuo de un espacio de gran volumen y abertura visual, por el otro lado, (Monasterio Benedictino de la santísima trinidad) aquel acceder lateral obstaculiza la mirada, proponiendo un elemento arquitectónico que hermetiza completamente nuestra relación con el altar (un muro), una espacie de antesala que anula la mirada para dar lugar al oído, a ese encontrarnos con lo divino y el altar.
Por un lado, (en el templo de San expedito en Reñaca), aquel acceder lateral se enmarca en la altura y la linealidad de pórticos y pilares, remarcando con una luz expuesta y directa el continuo de un espacio de gran volumen y abertura visual, por el otro lado, (Monasterio Benedictino de la santísima trinidad) aquel acceder lateral obstaculiza la mirada, proponiendo un elemento arquitectónico que hermetiza completamente nuestra relación con el altar (un muro), una espacie de antesala que anula la mirada para dar lugar al oído, a ese encontrarnos con lo divino y el altar.
Este muro que recibe junto al desnivel de suelo que asciende hacia el encuentro diagonal con el altar, propone en sus pliegues y despliegues un ajuste de volúmenes, que hacen del lugar un espacio pequeño pero holgado a la vez, y no tan sencillo  en el manejo de la luz, como el caso anterior.
Este muro que recibe junto al desnivel de suelo que asciende hacia el encuentro diagonal con el altar, propone en sus pliegues y despliegues un ajuste de volúmenes, que hacen del lugar un espacio pequeño pero holgado a la vez, y no tan sencillo  en el manejo de la luz, como el caso anterior.
En uno se trabaja la simpleza de la luz, en aberturas expuestas que proponen un trazo de luz continua ( Templo de San expedito), en la otra se trabaja la “espesura de la luz” en muchos planos distintos y la superposición de éstos , que hacen del lugar una envolvente continua de luz., en la “mixtura” de éstas.
En uno se trabaja la simpleza de la luz, en aberturas expuestas que proponen un trazo de luz continua ( Templo de San expedito), en la otra se trabaja la “espesura de la luz” en muchos planos distintos y la superposición de éstos , que hacen del lugar una envolvente continua de luz., en la “mixtura” de éstas.



Revisión del 21:20 8 may 2013

Lateralidad que propicia el develar

Introducción:

Los casos referenciales de estudio, precisan un interés personal en la conformación que estos proponen del espacio, como aquel lugar de culto que recoge en el acceder la contemplación envolvente y bordeante de lo construido.


1. Caso referencial: Templo de San expedito, Reñaca

“La curva que envuelve desde sus bordes que enmarcan de luz expuesta”


"Se accede en un paso direccionado, y contenido, que poco a poco va develando en el giro del cuerpo la relación directa y visual ante el altar. Un acceder desde la lateralidad, generando cierta distancia que contempla y se enfrenta ante el vacío lumínico del lugar; aquel retiro del cuerpo demarcado entre pilares, que retienen en el bordear la completitud del interior".

Características formales del interior:

  • 1- Acceso lateral que devela la mirada volcada hacia el altar
  • 2- Iluminación expuesta y directa posicionada lateralmente en altura

a- Sobre la lateralidad

Posee un acceder desde la lateralidad, es ahí donde se nutre y conforma la cualidad del rito. Una lateralidad enmarcada por pórticos y pilares que abrazan la totalidad desde sus bordes, develando poco a poco la inclinación de la mirada hacia el altar. Aquella distancia en retiro que nos mantiene ante la contemplación de un vacío lumínico y su determinada altura.

El corredor lateral conlleva la forma y el recorrido del templo, nutriendo así en el desnivel del suelo la presencia central hacia el altar, el cual alza la mirada en la búsqueda de la totalidad, en un cielo fragmentado que se encima a nuestros ojos conteniendo ciertos brillos de luz que otorgan la amplitud del lugar entre llenos y vacíos. Se logra así posicionar una magnitud en el contraste de claroscuros.

Será este giro que abraza y devela lo que posiciona holgura y distensión, mientras que se arremete la iluminación expuesta que acompaña la forma desde la altura y su presencia lateral, ratificando el giro visual hacia el altar. Por ende; los pilares que enmarcan el abrazo del recorrido, más la luz directa que encandila la mirada, hace que el gesto del giro sea inmediato y directo, donde el permanecer logra su presencia en el resguardo.


" Aquel abrazo que retiene, en la conformación de un borde que se distancia y contempla. Relación volumétrica ante el lugar"


"La envolvencia que sostiene el bordear, cuya lateralidad expone el vacío central lumínico del templo, cuyos pilares en curva enmarcan niveles de ascendencia a la mirada, en la conformación de un retiro que contempla. Es estar enfrentado ante una cierta distancia próxima"

2. Caso referencial: Iglesia Monasterio Benedictino de la Santísima trinidad, Santiago, Las condes

“Pliegues y despliegues de planos superpuestos y bordes iluminados”


"Desde el exterior se recoge en la simpleza de la forma su volumen, ante una explanada que conlleva al encuentro, cual distancia que contempla y que hace de ensamble de sus volúmenes en un continuo"

a- Desde el exterior:

La obra aparece por su linealidad, volúmenes puros sin mayores quiebres que hacen pulcra a la fachada. Aquella mirada exterior, cambia una vez estando dentro, gestando en primera instancia una detención que obstaculiza para luego develar en quiebres constantes e irregulares la luminosidad de lo divino.


b- Del acceder:

Desde el exterior hacia el interior, el acceder plantea una simpleza, una holgura que una vez accedido a ésta se obstaculiza, posicionándonos a alzar la mirada, lo cual hace que lo primero que veamos sea un muro de gran altura que hermetiza un horizonte, dificultando nuestra presencia visual hacia el altar. Nuestra mirada entonces se retiene hacia y entre sus pliegues y despliegues de cielo. Se enmarca así una lateralidad, aún más radical que el caso anterior (templo de San expedito), pues bien, aquí aquella lateralidad "obstaculiza para develar", guiándonos en la propuesta de lo que se escucha, para luego llegar a encontrarnos con la presencia divina y el altar en la mirada.

El acceder es ascendiendo, en donde aquel muro nos recibe en una gran altura, para luego en su declive ascendente disminuir y develarnos la dirección hacia el altar, que es enmarcado por un cielo superpuesto ante los muros, dejando en ellos fisuras constantes e irregulares de luz . Se ilumina así el lugar en la “mixtura lumínica” de sus bordes.


c- Características formales del interior:


  • 1- Acceso lateral que hermetiza, obstaculizando la mirada para dar lugar a un develamiento hacia la luz, relación de acceso desde la penumbra hacia la mixtura lumínica.


  • 2- Mixtura lumínica, la luz de borde que nutre en la doble piel de lo construido su luz indirecta.


"La doble piel" de sus muros que contienen la luminosidad indirecta, (como aquella espesura que cubre una totalidad pura), hace que no exista una luz que invada el interior en jerarquía y dominio , sino más bien existe una mixtura de estas que hacen que el lugar resplandezca en un tono blanco radiante, el cual se sostiene en ensambles de cielo y suelo, cuales pliegues y despliegues de un continuo. Aquellas aristas formadas, dan la sensación de que el cielo estuviera flotando, haciéndonos perder la orientación y su proporción en el dibujo. No encontramos un punto fijo de referencia, mas bien lo irregular de los quiebres dictaminan la completitud de su iluminación y su espacialidad ramificada por sus quiebres.

Dos cuadrados que en planta de interceptan, hacen en la propia presencia un rombo de cielo, que nutre de luz sus vértices y aristas, denotando un trabajo de la luz completo e imprevisto para quien accede a él, (no sabemos a simple vista de donde proviene la luz que aparece), para luego entender que hay superposiciones de planos que hacen de lo irregular, algo regular y determinado por los “pliegues lumínicos” esenciales de la obra.


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Analogía

En ambos casos referenciales el acceder resulta ser de manera lateral, conllevando a un abrazo que recoge y devela la presencia ante el altar y lo sagrado. Si bien ésta es la particularidad esencial de cada una, el cómo lo resuelven es diferente. Por un lado, (en el templo de San expedito en Reñaca), aquel acceder lateral se enmarca en la altura y la linealidad de pórticos y pilares, remarcando con una luz expuesta y directa el continuo de un espacio de gran volumen y abertura visual, por el otro lado, (Monasterio Benedictino de la santísima trinidad) aquel acceder lateral obstaculiza la mirada, proponiendo un elemento arquitectónico que hermetiza completamente nuestra relación con el altar (un muro), una espacie de antesala que anula la mirada para dar lugar al oído, a ese encontrarnos con lo divino y el altar. Este muro que recibe junto al desnivel de suelo que asciende hacia el encuentro diagonal con el altar, propone en sus pliegues y despliegues un ajuste de volúmenes, que hacen del lugar un espacio pequeño pero holgado a la vez, y no tan sencillo en el manejo de la luz, como el caso anterior.


En uno se trabaja la simpleza de la luz, en aberturas expuestas que proponen un trazo de luz continua ( Templo de San expedito), en la otra se trabaja la “espesura de la luz” en muchos planos distintos y la superposición de éstos , que hacen del lugar una envolvente continua de luz., en la “mixtura” de éstas.

Sobre la luz:

  • 1- La luz expuesta en altura, simpleza en el trabajo de la luz que demarca el giro envolvente del lugar en lo abierto. (Templo San expedito)


  • 2- La doble piel que propone la luz indirecta: destinada a la iluminación de los bordes, aristas iluminadas ante sus pliegues y despliegues. (Monasterio Benedictino)