OBSERVACIONES MAUCO

De Casiopea
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DEL LUGAR

Primer avistamiento del Cerro Mauco, se perciben tres cimas, la primera “la antena” y la más alta “la puntilla”. El perfil del cerro se segmenta en sus cimas.
entendimiento de lo próximo. La carretera traza un eje manifiesto paralelo a la línea del horizonte.

La primera expedición que se hizo comenzó desde un puesto de pan, donde una señora muy amable arrienda su estacionamiento a los visitantes del cerro por mil pesos diarios, desde aquí se adquiere el primer vistazo al cerro que muesta sus primeras cimas naturales, desde las que se reconocen “la antena” y “la puntilla”. Lo que intimida de este primer avistamiento es que no se logra ver la cumbre del cerro, de hecho lo más alto que se aprecia (la puntilla) es sólo la mitad del camino para llegar a la cumbre. Subiendo por la ladera suroeste del cerro, antes de llegar a la antena se hace una detención para observar en pausa la comprensión vertical de la costa que se adquiere en el ascenso. Desde aquí la ruta F-190 cobra relevancia al imponer su horizontalidad tajante. El agua refleja a su vez dos horizontes más uno próximo, un tanque ubicado atrás de la casa de la señora, y uno lejano, el mar. Más adelante, la antena se consagra como el primer descanso natural del cerro, su primera cima. Al llegar, es posible adquirir una primera comprensión del valle, donde el lado norte es mucho más vegetado y frondoso, más desordenado con sus cordones montañosos; y el lado sur donde domina la holgura de las planicies, pues se completa con campos de cultivos y hectáreas deshabitadas donde la vegetación natural es escasa y de mínima altura.

NORTE - LO LLENO

SUR - LO VACÍO

CIMA DUAL la cumbre es compartida

Continuando con el ascenso la pendiente se vuelve un poco mayor hasta justo antes de llegar a la siguiente cima importante, la puntilla, compuesta por una roca que se IMPONE Y CONQUISTA la cima. Desde acá, al mirar hacia el poniente, el mar cobra importancia, dando cabida a las ciudades contiguas al cerro que ahora se perciben claramente, Concón hacia el sur y Quintero hacia el norte.

Lado norte. Se presentan cordones montañosos claros a la distancia, y en cercanía los montes que conforman la zona. La frondosidad de la vegetación adquiere relevancia .
Hacia el poniente las ciudades se hacen distinguibles, El mar cobra distinción presentando un horizonte conquistador.
Ladera norte. Lo natural se vuelve lo conocido. Se distinguen los cerros contiguos con la misma morfología del Mauco, lo que los descubre como parte del conrdó montañoso de la Cordillera de la Costa.

Finalmente antes de finalizar nuestro primer ascenso, nos detenemos en la ladera norte, a unos 800 metros de distancia de la puntilla desde donde se adquiere una nueva visión, LO NATURAL PRÓXIMO, la cadena montañosa comienza a hacerse presente, repitiendo las vegetación pero fragmentándose en planos intersectados de cerros. No se llega a la cumbre esta vez.

pirca


La segunda expedición al Mauco es más directa, se propone llegar a la cumbre final, en los pies y tiempos de un senderista, de esta forma se asciende tomando los tiempos de subida y de descansos. Llegamos esta vez por el lado sur para dar cuenta del inicio del camino para vehículos que llega a la antena, este se encuentra en muy mal estado, y se mantiene cerrado. A pie desde este punto nos toma un total de 11 minutos llegar a la antena, donde tomamos un primer descanso de 10 minutos. Seguimos subiendo por el mismo sendero de la primera vez hacia la puntilla lo que nos toma un total de 45 minutos con un descanso intermedio de 5 minutos. Aquí permanecemos 5 minutos más para contemplar la panorámica, hemos subido 300 metros de altura desde que se inició el trayecto.

Retomamos el recorrido hacia la cumbre esta vez sin descanso lo que nos toma un total de 34 minutos, donde se avistan explanadas rodeadas de árboles con vestigios de gente que ha acampado, ya sea por lo provechoso de los árboles que bordean las explanadas, como los círculos de piedra para las fogatas abandonados a un costado. Esto suma un total de un ascenso de dos horas aproximadamente, con descansos intermedios. Cayendo en al categoría de de baja carga

Una vez en la cima damos cuenta del valle en 360° grados, donde se percibe desde el borde costero hasta la cordillera de los Andes, los cerros La Campana y Aconcagua se asoman en la lejanía conquistando el cielo, y el Río Aconcagua recorriendo de oriente a poniente por el lado sur de la cima. Sin embargo la cumbre adopta una DUALIDAD al compartirse entre dos pequeñas cimas, las que se encuentran apoderadas por una nube que la cubre, trayendo a presencia lo leído en antecedentes respecto del nombre Mauco, proveniente del mapudungún “agua suspendida”.

Habiéndo llegado a la cima nos encontramos con un visitante que también anda en búsqueda de la paz que se respira en la altura, quien nos señala como encontrar el pucará, pues esta se encuentra hacia la ladera sureste de la cumbre. Una vez ahí nos detenemos para contemplar el valle. Por un afán de descubrir cuanto de pirca rodea la cima procedemos a bordearla, y caemos en la cuenta de lo olvidada que se encuentra al estar invadida tras arbustos nativos en algunos tramos, sin embargo continuamos con nuestro objetivo y la bordeamos hasta darnos cuenta que esta por oculta que esté se encuentra presente en su mayoría, pues el anillo que circunda la CIMA DUAL está casi cerrado, extendiéndose por un perímetro de más o menos 1400 metros, excepto por un tramo de más o menos 800 metros.

También hay que mencionar que en su recorrido se revelan tres CUENCAS ACOTADAS al tamaño del cuerpo, éstas podrían significar los ejes direccionales de la pirca, lugares de detención estratégicos para la comprensión del valle que rodea el cerro. La primera apunta hacia el poniente, la segunda al sur y la tercera al norte, pero de estas útlimas dos se percibe con claridad hacia el este.

Cuencas.png
pirca, relación río aconcagua




DEL MODO DE HABITAR

1. Inicio camino vehicular hacia la antena. 2. Primera cumbre, la antena. 3. Segunda cumbre, la puntilla. 4 y 5. Doble cumbre

EL ascenso al cerro evoluciona por partes, desde el inicio hasta la antenta es pesado, y al ser la primera cima se vuelve un desafío al verse próximo, esto hace que uno quiera llegar rápido sin dar la oportunidad a detenerse en su trayecto. Una vez alcanzada la primera cima, el siguiente desafío es llegar a la puntilla, este trayecto si bien no es liviano, cuenta con mesetas con árboles lo que lo hace amable con los descansos. Desde acá se respira un aire más frésco, lo que trae hospitalidad a su proyección. Una vez en la puntilla nace una sensación de saciedad tanto interna como extrerna, ya que se conquista un objetivo que retribuye el esfuerzo; la visión panorámica de la costa y sus valles que se despliegan hacia el interior. Continuando con el ascenso hacia la cumbre, el sendero se vuelve amable en su pendiente y reconocimiento, lo que lo transforma en un recorrido de bajo impacto. La altitud que se adquiere eleva al cuerpotanto a nivel físico como a niveles místicos, ya que trae a persencia la teoría de la huaca sobre la cumbre, pues su trayecto invoca un sentido espiritual en su ascenso. La cima evoca una manifestación de respeto pues se recorre en su dualidad reconociendo las bondades del valle y su extensión total de mar a cordillera, esto hace alusión a las ceremonias donde se peregrina en busqueda del suelos elevados para venerar el espíritu ancenstral que convence a la tierra de ser fértil y próspera para la supervivencia. Así las tres cuencas ubicadas en la cima se manifiestan como lugares estratégicos ceremoniales que imponen lo contemplativo como modo de adorar la cumbre en su dominio de lo que la rodea; las montañas en su majestuosidad lejana hace comprensible los sacrificios que se hicieron en sus ofrendas; a su vez se contempla la cuenca hídrica del Rio Aconcagua que también trae a presencia la hipótesis de ir a este lugar a solicitar el elemento vital. Asi la cumbre se habita aludiendo al carácter sagrado dado por el habitante pre-hispánico, pues es en ella donde podemos dimensionar tanto el total de lo recorrido, que le da magnitud y altitud al cerro; como la completitud de lo que circunda el cerro, haciendo comprensible la morfología de Chile desde el fin de la Cordillera de la Costa hacia el mar, hacia la Cordillera de los Andes y sus fértiles valles intermedios.




DEL ESPACIO NATURAL