Nicolas Escobar: Amereida XI

De Casiopea
La versión para imprimir ya no se admite y puede contener errores de representación. Actualiza los marcadores del navegador y utiliza en su lugar la función de impresión predeterminada del navegador.

EJERCICIO 1: Texto enfocado en la percepción, a través de una situación presente en la que escribo todo lo que veo

La rosario dice que le da miedo escribir. Todos hablan. “había que hacer cucharita” logro oír que dijo el Mati. el ruido de los autos que pasan por avenida España llega como un pulso sonoro desde la profundidad de la quebrada. La isa se levanta para ir al baño y sale corriendo calle arriba. la rosario me pasa un caño encendido que va en la mitad. Fumo. Toso. Se lo paso al Mati que me pregunta algo que no alcanzo a contestar porque estoy escribiendo. Habla la Jose sobre “un lápiz que eran puros espejos” que le trajo su mamá de un viaje. Ahora hablan del profesor del ramo que me encargó la tarea de escribir todo esto. Llega la isa del baño, pregunta “¿cuántos minutos han pasado?”. Un caballero trabaja con una pala en el patio de una casa que se ve desde la placita en la que estamos, mientras el Mati me pregunta “¿desde que punto de vista tienes que escribir tu tarea?”, me demoro en escribir, vuelvo a escuchar y ya cambió el tema. “¿lograron ver la luna roja?” pregunta la isa al Mati y a la Jose. Un pájaro lanza un chirrido desde el fondo de la quebrada, y el caño viene de vuelta. Está nublado y no se ve el cielo ni el sol. Fumo. El edificio blanco al fondo. Cuchichean los chiquillos y la isa ofrece el ultimo cigarro de la ultima cajetilla que se había podido comprar su viejo, que ya no podrá fumar más porque cayó al hospital por culpa del cigarro. A todo esto la rosario escribe igual que yo, mirando para todos lados. “josefina”. “son reabook o son nike”. “que dice josefina que”. “tu los tení”. “teni. El wha dice jos” (intento escribir de forma instantánea lo que oigo). “isa no encuen juro Mula Crecidita Risas”. Los chiquillos ahora ven un video en el celu de la Jose. Tengo cenizas en el chaleco y una mancha en la manga de mi chaqueta. Una sola gaviota pasa volando por el cielo. El hombre en el patio sigue trabajando. Pasan unas personas caminando por la vereda. “tiene la boca como una trompa” asegura el Mati. El Mati, la Jose, la Isa, la copa del árbol proveniente de la quebrada detrás de la baranda, la escuela, un edificio gigante al final. Hacia la izquierda, la rosario sigue escribiendo, la baranda, el ruido, el mar. Habla la jose “¿qué tienes que hacer?” “Escribir todo lo que ves” dice alguien.

EJERCICIO 2: Texgto enfocado en la percepción a partir de los recuerdos de una situación real.

Abro los ojos apenas un poco, las flores se mueven suavemente con la brisa de la tarde. la hierba imprime su trama rugosa en mis codos, puedo sentir el movimiento de las plantas acomodándose detrás de mi cuello. a las abejas puedo percibirlas desde tres o cuatro veces la distancia de mi cuerpo en cualquier dirección, y si me concentro, puedo sentir la respiración de la tierra, como un sonido sordo, detrás del ruido de los arboles al crujir o de los peces que se asoman de vez en cuando agitando la superficie del agua. Es un ruido que no se oye con los oídos, una vibración. Los bellos de mi cuerpo también se mueven con la brisa que se cuela por el espacio entre los botones de mi camisa. Si existe la dicha, de seguro es a esto a lo que se refiere. Cierro los ojos y todo queda en rojo, algo anaranjado en el principio, luego, en el más intenso de los rojos, el rojo absoluto. floto en el universo del rojo, que sin un contrapunto dura apenas unos segundos, o tal vez no, ¿hay realmente cabida para el tiempo en el maravilloso flujo de la percepción?. Abre entonces el rojo, espacio para algo que no sé bien cómo describir, formas que se desenvuelven bajo sus propias leyes, el infinito inalcanzable, ahí, aun inalcanzable pero al menos visible como un objetivo claro, algo parecido a un espiral violeta, verde, amarillo, azul, tan profundo y tan variante en su flujo. Abro los ojos que tardan un rato en acomodarse a la quemante luz del sol, las formas comienzan a reconstituirse rápidamente, las flores amarillas moviéndose, las abejas amarillas moviéndose entre ellas. dejo la mente en blanco, el universo puede transformarse en otra cosa. Tendido en el piso me olvido de mi cuerpo, ya no hay dedos que pueda mover, o músculos que pueda tensionar. Mis ojos mirando al infinito comienzan a desenfocar la realidad aparente, las flores ya no son flores, más bien parecen ráfagas de luces moviéndose en un hermoso baile que flanquea el cielo. Todo esto es más realidad que lo anterior, no existe lo anterior. Todo lo anterior se ha vuelto de inmediato tan lejano y tan ambiguo.

EJERCICIO 3: Texto enfocado en la percepción a partir de una situación cotidiana y ficticia. algo así cómo un recuerdo ficticio.

Parece que la Isa se ve mas linda hoy que otros días, las luces le dan en la cara y es cómo si viera distintas versiones de ella cada vez. A veces desaparece. igual cuando estamos así bailando en grupo puedo sentir como que estoy bailando con ella nomás, está al lado mío, está todo oscuro, puedo hacer que todos los demás desaparezcan, sí, si cierro los ojos un poco, igual si… Solo puedo verla a ella entre medio de mis pestañas, la estoy mirando demasiado ¿o no? Me esta mirando y me sonríe. Yo le sonrío de vuelta. Es buena esta canción, todos bailamos y saltamos, a la Sofi se le cae su trago en mi polera y siento como un hilo frio que me recorre la espalda, rico, me siento cómo eléctrico, parece que me pide disculpas, no la escucho bien, y yo no alcanzo a decirle que no me importa, que me gustó. mi cuerpo como que no reacciona a lo que yo quiero que haga, la cabeza me da vueltas ¿por eso que no puedo reaccionar? Pero igual puedo bailar. una mano fría me recorre el brazo y finalmente me agarra la mano, es la rosario que quiere que salgamos a tomar aire. Todos se animan, vamos, nos vamos alejando de los parlantes y las luces, la gente va apareciendo mientras nosotros pasamos, nosotros aparecemos para ellos también, en esta zona hay otra música y otras luces, hace más calor, el pipe me abraza mientras saca un cigarro y se lo pone en la boca, me dice algo que no alcanzo a entender, le devuelvo un gesto de aprobación y me pone un cigarro en la boca, comienza a tocarse el cuerpo, las piernas, encuentra su encendedor y me prende el cigarro, todo mientras caminamos. ahora camino con el pipe abrazado a mi y con un cigarro prendido en la boca, me molesta el humo en los ojos, con mi mano derecha estoy afirmando mi vaso y la otra la tengo alrededor del cuello del pipe, no puedo hacer nada más que mover mi cabeza hacia un lado para que el humo pase de largo y no llegue a mis ojos. Veo la puerta. Estamos afuera, un golpe de aire fresco le da paz a mis ojos. El pipe se descuelga de mi cuello y recupero mi movilidad, nos sentamos en la cuneta, y la isa prende un cigarro, yo miro el cielo y no veo ni una sola nube y ni una sola estrella, las luces de la ciudad de seguro no me dejan ver nada, yo salí en polera nomás, pero no tengo frio, el Daniel me dice “toma”. Abro los ojos. Estoy acostado. miro el techo, no es el techo de mi casa.

EJERCICIO 4: Texto enfocado en la percepción, a partir de una situación completamente ficticia.

El capitán me dice que no tenemos alternativa, se hecha un sorbo de whiskey en el hocico y me ofrece, yo me tomo un sorbo bien largo que acumulo en mi boca, trago, pero no puedo con todo, está fuerte, me quema la garganta y siento cómo la temperatura de mi cuerpo sube de inmediato, me trago lo que me resta en la boca. Le explico la próxima tarea que he de realizar; “capitán, voy a quedarme entonces en la sala de maquinas, después del incidente de la falla eléctrica tendré que cerciorarme personalmente de que los motores no se sobrecalienten, los sensores han fallado casi en su totalidad, solo los que están provistos de una fuente de energía propia continúan funcionando. el sistema de calefacción también a dejado de funcionar, por lo que he hablado con la tripulación para que ocupen algo del carbón que llevamos para que hagan braseros en el comedor principal y así no nos congelemos, el sistema de comunicaciones también ha fallado… que le puedo decir… estuvo brava la tormenta”. El capitán me mira con unos ojos gigantes “vaya nomás Sanfuentes, haga su trabajo con tranquilidad, y no se preocupe de avisarme lo que hace a no ser que sea algo terrible”, me ofrece otro trago, y lo acepto de inmediato, me estoy congelando y el licor ayuda bastante. Me despido del capitán y me retiro de la cabina, camino por el pasillo, el buque todavía se mueve harto, el temblor de mis manos no cesa, siento como si todo en mi interior temblara. Pero veo mis manos y no tiemblan tanto, ahora paso por el comedor, en las caras que alcanzo a divisar puedo reconocer a algunos primerizos, hay olor a vómito, pero abrir las ventanas sólo los congelaría a todos. “que tal shieff”, me dice uno “suerte que estamos vivos”. La voz me llega como desde otra dimensión, profunda y ronca, no alcanzo a ver mucho, y el movimiento confunde aun más todo alrededor “¿no quiere que lo ayude allá abajo?”, giro en 90º grados hacia la derecha y alcanzo a ver una barba pelirroja robusta detrás de la barra del bar, es Martínez, parece un animal extraño o una criatura de ciencia ficción, no alcanzo a distinguir las formas o facciones que componen su cara o su cuerpo “están casi todas quebradas pero encontré ésta, así capeamos el frío juntos allá abajo, ¿le parece?”. “bien me vendría un poco de compañía allá abajo, además, no será fácil encontrar otra botella intacta” le respondo. Mientras bajamos las escaleras Martínez me habla de su experiencia “el buque quedó como de cabeza oiga, yo rebotaba en los muros del camarote”, su voz aunque es ronca es bastante dulce y amena, el eco la hace llegar hasta mis huesos, y se calma ese temblor que venía sintiendo desde que menguó la tormenta. mientras bajamos tanteando en la oscuridad, oigo los sonidos de nuestros pasos en el metal, uno tras otro, multiplicándose por el vacío. Oigo también mi propia voz cuando le respondo a Martínez los nombres de mis hijos, jamás he oído mi voz como ahora, casi siento que pertenece a otra persona.

EJERCICIO 5: Texto enfocado en la percepción desde la plena libertad de los sentidos

El depredador me mira con ojos refinados, su luz parece atravesar mis extremidades, no puedo hacer más que permanecer inmóvil, yo tengo en mi mano cinco monedas de cobre que parecen pesar más de lo que deberían. Abro mis dedos de inmediato. El ruido del metal en el suelo sacude mis sentidos, a lo que mis músculos reaccionan con brutal velocidad. Salgo disparado por entre nubes que impregnan mi cara con sus aromas, azucena, nácar y lima-limón. Puedo sentir el ojo de mi perseguidor clavado a mi cogote. Corro, corro con la voluntad de Dios sosteniendo mi carrera. Corro con la suavidad de las algas marinas por los confines del universo. Las luces que pasan alumbrándome la cara, mas vertiginosas que el salto de un clavadista, me van sacando lágrimas de los ojos, calientes, tan calientes como el candor de mi terror. Desciendo entonces por el ruido colosal de las galaxias. Por el ruido de las trompetas que me llenan la cabeza de relámpagos. He perdido a mi perseguidor, giro mi cabeza hacia atrás y solo puedo ver una estela que se desvanece.

CONCLUSIÓN

No puedo evitar imaginarme a Rimbaud, renunciando a la poesía para irse a traficar a África.