Modernismo Brasilero: la Búsqueda por el Carácter de la ciudad.

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TítuloModernismo Brasilero: la Búsqueda por el Carácter de la ciudad.
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2022 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Carolina Olivares Rojas

Modernismo Brasilero: la Búsqueda por el Carácter de la ciudad.

Introducción

En el presente ensayo, se hará un repaso de la conversión de Brasil en un país modernista desde el punto de vista latinoamericano y mostrando como esta transformación, a partir de las ideas paisajísticas de Roberto Burle Marx, montaron las bases para la arquitectura e ideales de Lina Bo Bardi. Además, se hará vinculo sobre como ambos crearon los pilares del carácter de la ciudad brasilera.

Antecedentes

Brasil y su transformación al Modernismo

Durante el periodo entre 1891 y la 1ra Guerra Mundial, Brasil estaba pasando por un momento trascendental en su historia como país: habían vencido al poder monárquico portugués y se escribió la primera constitución de la República de Brasil en 1894. Más adelante, en 1930 Getulio Vargas tomaría el poder luego de que Brasil pasara por varias crisis y conflictos exteriores que lo afectarían indirectamente. Bajo este contexto es en el cual el país pasaría por un periodo de cambio de pensamiento y de ordenamiento social, ya que hasta los años 50 Brasil se llevaron a cabo pequeñas revoluciones fallidas que oscilaban desde el poder oligárquico hasta ideales comunistas, un periodo de tiempo en el cual Brasil buscaba su identidad propia como país.

Entonces, cabe preguntarse en como un territorio que estaba dejando de lado su carácter tradicionalista pudo pasar a ser uno de los países latinoamericanos modernistas del siglo XX. Roberto Burle Marx fue un paisajista y artista plástico que nació en 1909 en Sao Paolo bajo el yugo de una familia acomodada de Brasil. Gracias a varios problemas oftalmológicos su padre decide enviarlo a Berlín en 1927 a la edad de 18 años para que iniciara un tratamiento de 2 años en Alemania, en el cual se dedico a estudiar pintura y música.

Ocurren varias aristas que ayudarían a moldear la plástica de este artista para sus proyectos en Brasil. En primer lugar, descubre un gusto y admiración profunda a la pintura de Vicent Van Gogh: durante una exposición en Berlín reflexiona acerca como el post impresionismo mostraba el paisaje en el lienzo a partir de los colores y la abstracción de este. En segundo lugar, se vuelve alumno en práctica en el Jardín Botánico de Dahlem en Berlín, dándose cuenta de que la cantidad de flora que existía en su país de origen tenía un potencial desconocido para él, aprendiendo aun más sobre especies de plantas y arboles en un lugar tan apartado como lo era Alemania. Así que, en su regreso en 1930 entra a la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Rio de Janeiro entrelazando sus estudios de Arquitectura y el conocimiento traído de Berlín (Roberto Burle Marx, el movimiento moderno con jardín - Arquine, anónimo.)

La Escuela de Bellas Artes estaba dirigida por Lucio Costa, el padre de la arquitectura moderna en Brasil, quién junto con otros artistas contemporáneos de la época buscaban adherir al carácter naciente de Brasil el toque de modernismo a las ciudades, nuevamente por esta búsqueda social sobre el ser brasilero. Costa era, además, vecino de Burle Mars. Así que pudo observar rápidamente las habilidades de su alumno para con el paisajismo, invitándolo en 1932 a ser parte del equipo proyectivo de Casa Schwartz, donde Roberto diseña el jardín.

De ahí para adelante, Roberto Burle Mars se vuelve un pilar importante a la hora de pensar en la identidad de la ciudad en Brasil, su arte va más allá de un trabajo urbanístico, es pensar la ciudad acompañada de su flora y sus morros luego de una maduración abstracta sobre figuras y colores. Se proyecta a partir del contexto con una especie de juego con el material a disposición para así crear estas formas pensadas desde vistas en plantas, ¨descomponiendo las plantaciones, y por repetición de las mismas en asociaciones basadas en el contraste de volumen, color y textura, se produce una insólita materialización, radicalmente artificiosa y formalista, del jardín moderno¨ (Roberto Burle Marx, el movimiento moderno con jardín - Arquine, anónimo.)

Así es como Michel Racine expresaba que ¨el movimiento moderno brasileño es in movimiento moderno con jardín¨, siendo entonces los cimientos para los arquitectos modernistas que proyectaron a continuación.

Lina Bo Bardi y su encuentro el paisaje

Aquilina Bo nació dentro de una familia acomodada de Roma en 1914, en algún momento de su temprana etapa mostro buena habilidad con el dibujo y un gusto por las artes visuales. De carácter decidido, entra al Liceo Artístico Mamiani para poder aprender dibujo técnico, siendo la única mujer de su clase y graduándose en 1933. Entro directamente a la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Roma licenciándose en 1939, yéndose a Milán para trabajar en la oficina de Gio Ponti, quien destaca sus obras ilustrativas que realizaba para la oficina.

Así, empieza un trabajo ilustrativo para diversas revistas y artículos para periódicos, algo que ella misma llamo como ¨periodismo técnico¨ ya que todo su enfoque era hacia la arquitectura, se destaca su trabajo en la revista Grazia donde los lectores le enviaban cartas sobre faltas de inmobiliario, respondiendo en la revista con alguna solución practica con materiales que todos tenían en ese momento en mano. Todo esto, bajo una Italia de ideales fascistas que se enfrentaba a la Segunda Guerra Mundial, las condiciones sociales y económicas dificultaron mucho su trabajo como arquitecta, que estaban enfocadas en reconstruir la ciudad pasada la guerra; esta reflexión sobre lo social y lo humano sería la base para su enfoque en la arquitectura que desarrollaría en Brasil.

De valores claros, Lina Bo participo en contra de la ocupación alemana como afiliada del Partido Comunista, tendría siempre esa noción de luchar por un encuentro mejor desde la arquitectura. En algún momento, su colega Carlo Pagani vuelve de su paso por las tropas italianas y abren un despacho de arquitectura, que es demolida por bombas en 1943, perdiéndose trabajos y proyectos que jamás podrían salir a la luz. Al año siguiente, ambos fundan la revista ¨Quaderni di Dumos¨ y con Raffaele Carrieri y Bruno Zevi -quién se había formado con Walter Gropius y fue alumno destacado de Frank Ll. Wright- crean el seminario de arquitectura ¨A Cultura della Vita¨.

Durante su adolescencia, conoció a Prieto Maria Bardi, con quien muchos años más tarde contraería matrimonio, si bien Lina no deseaba casarse, salir al extranjero sin estarlo y pasar por un hotel estando sola podría – a palabras de Pietro- resultar desagradable (OLIVEIRA, 2014). Más adelante, deciden emprender un viaje a Brasil donde a él se le pide crear un museo en Sao Paolo, proyecto que tomaría Lina más adelante.

Desarrollo

Brasil, el Modernismo y su holgura vinculante

Como hemos visto, para la llegada de Lina Bo Bardi, Burle Mars ya había montado la primera capa del carácter de las ciudades brasileras: una mezcla tura entre el espacio construido y el ambiente natural tropical. Lina rescata esto, hay un sentido por lo social en Brasil latente pero que, paulatinamente, estaba siendo apartado del centro. Queriendo rescatar esto es que su arquitectura va enfocada siempre a un servicio por lo público, por supuesto dejando de lado los proyectos privados. A continuación, se describirán brevemente dos proyectos de Bo Bardi para decantar en un análisis.

Su primera obra llegada a Brasil fue su propia residencia. La ¨Casa de Vidrio¨ -como fue apodada por los vecinos- fue pensada para crear un vínculo con el contexto y el interior de la casa. Consta de una superficie apoyada en pilares de 17 cm de diámetro, su recorrido trata de un estar constante con el entorno y el patio interior donde habita el árbol, creando una ilusión de una casa en el árbol. Aun así, la superficie habitable podemos dividirla en dos, la social y la privada; donde la social es la que se recubre por este muro cortina de vidrio que hace lucir al interior de la casa, sin embargo su parte posterior, que es donde se ubican todas las habitaciones y baños, se halla más privada con un muro de ladrillos que evita la mirada curiosa desde afuera, Olivia de Oliveira en el libro ¨Lina Bo Bardi, Obra construida¨ señala que son como dos polos opuestos que se atraen a través de otro patio interior.

La parte social, como lo llama de Oliveira, consta de una gran ala que contiene el cuarto de estar, comedor, biblioteca y una chimenea, a través del pasillo llegamos a la cocina que no llega a estar cerrada del todo.

Paralelamente, su marido Pietro Maria Bardi había sido escogido para la creación del Museo de Arte de Sao Paolo, misión que el deja a cargo de Lina. Ella toma la decisión de trasladar el proyecto a un terreno llamado Trianon, donde la condición para edificar algo era dejar libre la visión hacia la ciudad.

Probablemente, de lo último sale la idea de elevar esta plataforma con unos grandes pilares a 8 metros de altura. Nace entonces, el MAPS con dos superficies, una subterránea y otra colgante. La holgura que queda entre la calle Paulista y 9 de Julho crea un lugar de estar que puede ser ocupado para manifestarse, observar, permanecer o, simplemente, disponerse para protegerse del sol.

Por dentro, se pensó en un ambiente abierto con caballetes que Bo Bardi había diseñados que resultaron muy contrarios a como se exponían obras: se trataban de unos caballetes de vidrio trasparentes unitarios que se disponían por todo el espacio, se formaba un juego con la transparencia, se podían ir cambiando continuamente entonces la exposición montada, logrando que los visitantes nunca pudiesen ver continuamente la misma exposición.

Análisis

Si pudiésemos observar el punto de unión entre la postura de Burle Mars y Bo Bardi es que ambos tienen una forma de relacionarse con el contexto en el cual se encuentran, una ¨relación le corbusiana¨. Lo curioso es que Roberto Burle Mars proyecta en el afuera: le construye caminos y crea patrones a través de una abstracción propia artística del espacio, y Lina Bo Bardi proyecta desde el adentro que ve este afuera. En la Casa de Vidrio vemos una clara tendencia a la arquitectura moderna europea, de hecho, la Casa 50x50 (que curiosamente, también se le conoce como la Casa de Vidrio) o la Casa Fansworth de Mies Van der Rohe tienen en común la utilización del vidrio para formar un vínculo con el afuera, no se habita apartado de él, sino se vive dentro de este afuera de manera resguardada. Como primera obra en la Brasil Moderna, Bo Bardi nos presenta el primer encuentro con el país, su paisaje natural.

Pero en cambio, en la ciudad, nos muestra algo distinto. El MASP crea un habitar inferior público esporádico: como concentración de una protesta, actos públicos, o hasta un parque de skater. El vínculo con lo publico se forma en el abajo, el atravesar con la ciudad. Lo privado seria entonces una instancia en la cual uno accede luego de una toma de decisiones, lo público siempre está ahí latente al paso para caer casi por obligatoriedad. Este vacío sería la conexión entre la ciudad y las edificaciones, la holgura inferior reemplaza el vidrio siendo el verdadero estar continuo en la ciudad, teniendo mucho que ver con la visión humana de Lina hacia la arquitectura.

Conclusiones

Como síntesis, Burle Mars crea el contexto urbano de la ciudad y Bo Bardi la forma de unirlo con las edificaciones. Esto luego de una decantación europea por parte de ambos artistas: Roberto trae desde Berlín la abstracción paisajística y el conocimiento botánico y Bo Bardi la arquitectura modernista a Brasil, sin embargo, ambos le agregan el factor propio del carácter brasilero que es su espacio natural: la flora y contextos que hay en cada proyecto.

La Brasil Modernista trae consigo la abstracción de un proceso artístico propio de cada artista, pero siempre viendo lo natural como un factor de lo público. Así, la ciudad brasilera presenta este recorrer bajo el gran lienzo que forman sus veredas, jardines y morros, entregando una belleza única que, tanto Bo Bardi y Burle Mars enfocaron hacia toda la gente de Brasil, sin distinción de clases sociales, dando siempre la oportunidad de encuentro de entre pares, entregando el verdadero carácter de la ciudad.