Margarita Casas Tarea 3 - Módulo investigación T1 2019

De Casiopea




Títulotarea 3
Del CursoMódulo Investigación T1 2019
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Margarita Casas

Titulo

Abstract

La biblioteca pública se ha presentado siempre como un espacio de vínculo informativo y de divulgación cultural para la sociedad. Aun cuando actualmente se pueden creer obsoletas debido al desarrollo tecnológico, su evolución no puede quedarse atrás, y su inminente actualización podría ir más allá de los nuevos medios individuales que aparentemente la redefinen. En el presente estudio se trata la temática mediante propuestas y visiones múltiples, que tienden a definir la biblioteca, para intentar reconocer los lineamientos más importantes para una construcción reformulada1. Se plantea la encrucijada que enfrenta esta institución en la actualidad, al proponerse muchas veces desde un modelo obsoleto ante la revolución tecnológica, o que no reconoce las dinámicas sociales o individuales de las personas que hacen uso de ella. Al replantear la biblioteca, además de incluir las nuevas variables de los medios de información, de consumo rápido y múltiple, deberá comprender la sociedad en la que se inserta y desde ahí enfrentar la actualidad. Es necesario poner los espacios a disposición de la comunidad, para así generar un nuevo compromiso cívico. Para convertirse en una institución comunitaria, la biblioteca pública debe reconocer e interpretar a la sociedad que la contiene. Ante esto nos preguntamos ¿Cómo puede la biblioteca pública replantearse desde lo colectivo?

Desarrollo

Según el manifiesto sobre la biblioteca pública, ésta “constituye un requisito básico para el aprendizaje a lo largo de los años, para la toma independiente de decisiones y el progreso cultural del individuo y los grupos sociales” (UNESCO, 1994). Dada la importancia que ha requerido la institución a través de su extensa trayectoria, a su vez nos preguntamos, ¿qué valor tiene desde la visión de los usuarios? La discusión es amplia, pero aun así hay partes que se aproximan a expresar lo que se vive desde la sociedad. Por un lado, la australiana Kay Poustie (2000), Directora del Servicio de Bibliotecas Públicas del Ayuntamiento de Stirling, afirma que “es evidente que desde la imagen pública la función más importante de una biblioteca pública está relacionada con la enseñanza, desde los párvulos hasta la función que desempeña (…) en el aprendizaje permanente” (p.15). Esto llega a ser de gran importancia ya que define para la biblioteca un ámbito fundamental que, si bien es clásico de sus funciones en todos los tiempos, es lo que, según plantea la autora, la población rescata desde lo que esta ofrece. En otra mirada, que trasciende la idea de la percepción que se tiene sobre la biblioteca, se puede hablar también de la forma que tiene el uso de ella. Cuando se reconoce que lo que interesa es el aprendizaje, se puede dilucidar a su vez que “las bibliotecas se convierten en espacios increíblemente animados y concurridos cuando se diseñan con la idea de que a las personas lo que realmente les gusta es tener contacto con otras a la vez que aprenden e investigan” (Ford, 2002, p.195). Lo que nos plantea la bibliotecaria estadounidense Bárbara Ford, antigua presidenta de la American Library Association, profundiza aún más en la realidad educativa de la biblioteca, dándole un valor también al hecho de ser ésta pública. Cabe dar cuenta de un aprendizaje que tiene una forma en específico, que se realiza y completa desde lo colectivo, donde el deseo de ir a ese lugar en busca de conocimientos tiene que ver también con la idea de convivencia en una educación común y libre.

Si bien la concepción general e histórica otorga un valor al trabajo fundamental que ejerce la biblioteca, queda igualmente expuesta a los cuestionamientos sobre la posibilidad de que sea establecida desde un modelo genérico, o bien, retrógrado. Actualmente encuentra cuestionada su validez, cuando con el progresivo desarrollo tecnológico proliferan cada vez más los medios de información. Bajo el riesgo de caer en la obsolescencia, la evolución se hace necesaria, con la responsabilidad de que al asumir las nuevas tecnologías, se debe también conocer hasta qué punto se les dará cabida. El hecho, ya presente, de que se abran sus puertas a la tecnología no necesariamente elimina su carácter trascendental, “esto no quiere decir que las otras funciones queden olvidadas, la biblioteca pública de hoy ya es una “biblioteca híbrida” donde se funden la función de conservación de documentos con la oferta de información y formación a través de versiones electrónicas” (Rodríguez, 2004, p.12). La función “híbrida” que plantea la autora realmente hace presente el hecho de que la inclusión de las novedades, más que quitarles lo fundamental a las bibliotecas, las ponen a su servicio en la facilitación de conocimientos. Desde el ámbito del modelo genérico de la biblioteca, la problemática abre a su vez una oportunidad para que éstas se replanteen desde la representación. La manera en que Adriana Betancur (2001) aborda la situación, desde una nueva construcción “como alternativa a la simple implantación de una idea mundial de biblioteca, que no podría actuar en las claves propias de nuestras particulares condiciones sociales políticas” (p.16) deja ver que la relación con la institución no es del todo posible cuando ésta no está pensada para la comunidad específica donde se implanta. A partir de esto se abre también el cuestionamiento de cuál podría ser la manera más efectiva de hacer de la biblioteca un referente en el panorama local. Desde ahí, la propuesta más latente es la de hacer de esta un espacio para la participación ciudadana, donde se rescate y difunda el conocimiento local. Sobre esto, Betancur (2001), quien dice que “no podría hablarse de desarrollo local sin la recuperación, organización y circulación de la información generada en las comunidades, vista como insumo fundamental de los procesos de planeación, evaluación y gestión de lo público” (p.22) concuerda con la visión que tiene la Guía para promover la participación ciudadana desde las bibliotecas públicas (2017) donde estipula que “la biblioteca puede servir de foro público para favorecer la participación ciudadana, facilitar el diálogo ciudadano sobre temas de interés común (…) y recomendar una acción apropiada que refleje la dirección legítima de toda la comunidad” (p.29). Ambas visiones convergen en el hecho de que, en esta institución, se puede dar la organización colectiva. Sea bien desde la difusión de información local, o de los actos comunitarios, se hace necesaria la participación ciudadana, por medio de la biblioteca pública, para la gestación de una opinión con bases informadas. Es mediante esta colocación de la biblioteca como intermediario cuando se le da el valor de representación, de ente integrado en el lugar que la acoge.


Desde la percepción del usuario y la forma en la que espera recurrir a los servicios, a la actualización tecnológica y localizada, las diversas propuestas se encuentran al rescatar la importancia de lo colectivo en dos grandes ámbitos: el aprendizaje y la participación. Son éstos factores, clásicos y actuales, los que inciden en el planteamiento para la correcta constitución de una biblioteca. La conformación desde el rescate de lo público, crea una institución donde existe la retroalimentación de la ciudadanía en base al conocimiento compartido, con esta como medio.

Bibliografía

Rodriguez, Elena, (2004). Biblioteca pública y sociedad: Adecuación al entorno. Boletin ANABAD, 54, 2-16

Ford, Bárbara (2002), Todos son bienvenidos: la biblioteca pública como espacio de integración ciudadana, (España.Ministerio de Cultura. Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación, Valencia).

Betancur, Adriana, (2001). Servicios de información ciudadanos y comunitarios: Nuevos sentidos para las Bibliotecas Públicas, Revista Interamicana de Bibliotecología, 24, 13-24.

Fernández, J., Ivusic, J., (2017). Guía para promover la participación ciudadana desde las bibliotecas públicas, Santiago: Fundación Democracia y Desarrollo

Poustie, Kay, (2000), Un centro de conocimiento para la comunidad, una nueva función para la Biblioteca Pública, Biblioteca y Gestión, N°6, España: Fundación Bertelsmann


Anexo: fichas de lectura

Ficha 1

Texto

Fernández, J., Ivusic, J., (2017). Guía para promover la participación ciudadana desde las bibliotecas públicas, Santiago: Fundación Democracia y Desarrollo.

Resumen

El texto presenta lineamientos a seguir para la transformación de una biblioteca pública existente, en un espacio que promueva y acoja la participación ciudadana. Se plantea a la biblioteca pública como un agente intermediario entre la ciudadanía y el gobierno local; como un lugar donde se puede gestar la opinión pública en base a la información dispuesta, y dialogar con las autoridades sobre temas de interés común. La guía principalmente expone las características del actuar que debiera tomar la biblioteca como institución, para lograr este tipo de acciones colectivas.

Citas

01: “Para avanzar en participación ciudadana es preciso que las instituciones -incluidas las bibliotecas- trabajen en distintos niveles y acciones para fomentar el compromiso cívico” (Fernández e Ivusic, 2017, p.21)

02:“La facilitación de información y la transparencia pública para el acceso a los datos no sólo da cuenta de hacer efectivo un derecho ciudadano, sino que también permite mantener una relación continua con la comunidad” (Fernández e Ivusic, 2017, p.22)

03:“La biblioteca puede abrir canales de información hacia la ciudadanía, transmitiendo las iniciativas o proyectos que se estén desarrollando a nivel municipal (…) también puede recoger intereses desde la comunidad e informar al gobierno local” (Fernández e Ivusic, 2017, p.23)

04:“Generar la retroalimentación entre ciudadanía y gobiernos locales fortalece los vínculos y facilita la corresponsabilidad entre las partes. Desde esta mirada, la biblioteca pública toma un rol de facilitadora para la deliberación” (Fernández e Ivusic, 2017, p.24)

05:“La biblioteca, por ejemplo, puede convocar a un diálogo participativo (…) es un ejercicio en que de forma colectiva los vecinos plantean sus necesidades y propuestas, y priorizan con el gobierno local y la biblioteca algunos de ellos” (Fernández e Ivusic, 2017, p.24)

06:“La biblioteca puede ser parte de un proceso de co-participación con la comunidad formando en conjunto con el municipio y uno o más grupos sociales locales una instancia en que estos últimos se involucren en la toma decisiones y el uso de recursos públicos” (Fernández e Ivusic, 2017, p.26)

07:“la biblioteca pública se presenta como un lugar neutral de las fuerzas políticas y económicas, con infraestructura y equipamiento capaz de acoger a sus visitantes” (Fernández e Ivusic, 2017, p.29)

08:“La biblioteca puede servir de foro público para favorecer la participación ciudadana, facilitar el diálogo ciudadano sobre temas de interés común (…) y recomendar una acción apropiada que refleje la dirección legítima de toda la comunidad” (Fernández e Ivusic, 2017, p.29)

09:“La biblioteca logra ser un actor sin conflictos de interés y con posibilidades de liderar la facilitación de procesos, fundamentalmente de articulación de actores en el territorio” (Fernández e Ivusic, 2017, p.30)

Ficha 2

Texto

Dominguez, M., Merlo, J., (2001) La biblioteca pública al servicio de la comunidad, Las bibliotecas públicas en España: una realidad abierta, (pp. 205-224). Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez

Resumen

Se presenta, mediante el artículo, a la biblioteca pública como una institución con un deber con la comunidad en la que se inserta. En respuesta a esto se da el servicio informativo que esta entrega. A partir del desarrollo de la información local se amplía el espectro a conocimientos que sean facilitadores para la vida de los integrantes de dicha comunidad. Se propone un servicio desde lo práctico y cotidiano.

Citas

01:“La biblioteca pública actual no se entiende como una institución de carácter meramente cultural, sino que, sin olvidar su papel como agente cultural, debe potenciar su carácter dinamizador como elemento de desarrollo social, convertirse en un gran centro de información para la comunidad local y favorecer la participación activa del ciudadano en la sociedad” (Domínguez y Merlo, 2001)

02:“La biblioteca pública, además de proporcionar el servicio de referencia o información bibliográfica tradicional, ha de facilitar también otro tipo de información destinada a cubrir un espectro de necesidades mucho más amplio y fundamentalmente de carácter práctico” (Domínguez y Merlo, 2001)

03:“Un servicio de información a la comunidad debe entenderse en un contexto más amplio y debe ofrecer al ciudadano no solo la información referente a la propia localidad o la generada por ella, sino también todo tipo de información de carácter útil o práctico necesaria para el desarrollo de la vida cotidiana” (Domínguez y Merlo, 2001)

04:“La biblioteca pública no puede vivir de espaldas a los ciudadanos, ya que se trata de una institución sociocultural que debe asumir su responsabilidad en todos los ámbitos de la vida local” (Domínguez y Merlo, 2001)

05:“El fomento o auspicio del estudio de temas de interés local es uno de los procedimientos más evidentes de integración de la biblioteca pública en los ámbitos de interés de sus ciudadanos” (Domínguez y Merlo, 2001)

Ficha 3

Texto

Poustie, Kay, (2000), Un centro de conocimiento para la comunidad, una nueva función para la Biblioteca Pública, Biblioteca y Gestión, N°6, España: Fundación Bertelsmann

Resumen

El artículo rescata la condición clásica de las bibliotecas públicas como lugares de aprendizaje permanente, y lo asume como algo relevante para una persona en cualquier etapa de su educación. Al mismo tiempo plantea la necesaria actualización de estas, según la evolución tecnológica, que además de renovar sus propios medios debería llegar a la transmisión de los nuevos conocimientos hacia los usuarios.

Citas

01:“A menos que las bibliotecas públicas estén dispuestas a aceptar que han llegado a un momento crítico en el desarrollo de sus servicios y se adapten a la nueva economía del conocimiento y la globalización del mismo, caerán en la obsolescencia y su financiación estará en tela de juicio” (Poustie, 2000, p.11)

02:“No es necesario que las bibliotecas públicas renuncien al papel que ocupan en la sociedad debido a las nuevas tecnologías (…) lo que deben hacer las bibliotecas públicas es examinar los productos que ofrecen al público y las posibilidades que les brindan” (Poustie, 2000, p.11)

03:“Deben abordar la cuestión de la conversión de las bibliotecas públicas en centros de conocimiento, a fin de que puedan seguir contribuyendo al aprendizaje permanente de la población, una función que ha pertenecido a las bibliotecas públicas desde su inicio” (Poustie, 2000, p.12)

04:“Es evidente que la imagen pública de la función más importante de una biblioteca pública está relacionada con la enseñanza, desde los párvulos hasta la función que desempeña la biblioteca pública en el aprendizaje permanente” (Poustie, 2000, p.15)

05:“La biblioteca pública lleva a cabo una nueva función; la de centro para el aprendizaje permanente y el aprendizaje autodirigido, que utiliza las nuevas tecnologías y las pone al alcance del público en general” (Poustie, 2000, p.16)

06:“Siempre ha existido un esfuerzo consciente por parte de las bibliotecas públicas para emprender programas por sí mismas (…) y el ímpetu para garantizar que las comunidades locales tengan acceso a la formación en materia de las tecnología de la información” (Poustie, 2000, p.18)

07:“El nuevo papel de las bibliotecas públicas no será únicamente ofrecer acceso a la información contenida en las redes, sino enseñar a las personas cómo obtener el máximo valor de ésta y tener criterios para usar la información a la que acceden” (Poustie, 2000, p.19)