TítuloMaría Paz Sánchez Morales EAD 4210-01. Tarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América 2020 2S
CarrerasArquitectura, Diseño, Magíster
1
Alumno(s)María Paz Sánchez Morales

El desafío de ser absolutamente moderno en la actualidad

El artista es moderno al despojarse de su obra

La palabra poética nos indica que debemos ser absolutamente modernos, pero ¿realmente lo somos en la actualidad?. Todo parte desde la poética que según la entiendo es la construcción que va desde las artes, en ello nos toca la arquitectura. Con esto podemos decir que es una construcción entre todos y no para todos, como se refiere en la clase dictada en la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV en el año 1979 dentro del Taller de América "Hay que ser Absolutamente Moderno" esto es en el sentido de que todos formamos parte de la construcción de este camino desde la poética de las artes. Hay que entender que cuando se piensa una obra no será 100% única en relación con las demás obras ya existentes. Lo que no significa que debemos luchar con lo preexistente para que sea absolutamente moderno. Con esto quiero decir que siempre se basará desde una construcción pasada para llegar con dicha obra. Entonces ¿Qué es lo que nos despoja lo desconocido? .Según lo que dice Edgar Allan Poe (1850) en el texto: "La poesía es perfecta y no tiene otro fin que el de describir el vuelo de la mariposa enceguecida por la estrella. Va hacia la estrella sabiendo que la luz de la estrella la va a convertir en cenizas…"[1], lo puedo descomponer en dos caminos: perderse en esa luz hasta convertirse en cenizas, esto pues se crea una des significación del camino, pues se cree que la obra la hace un único autor, convirtiéndose en competencia entre autores y por otro lado, está el otro camino, que, desde esa misma sed, se comprende y ama dicha construcción desde la poética.

La obra pierde su significado cuando se piensa desde el propio ser y no para otros, es decir se desvaloriza al no ser creada para los demás y solo bajo fines egoístas que es desde la competitividad por ser el mejor y original en crear y ser el creador de dicha obra. Sin embargo, la originalidad pierde su sentido cuando no se reconoce que la obra es una construcción de todos (el /los arquitectos, la comunidad, etc.) que lleven a integrar la obra desde el elogio, es decir desde el reconocimiento de la misma. Como decía Alberti (1991): "La belleza como armonía de todas las partes entre sí, que posee una cualidad resultante desde su contexto y unión de los elementos, que en ella resplandece toda forma de belleza nutrida de gracia y esplendor".[2]

Sin embargo, el mundo puede renovar su esperanza (Iommi,1982)[3], que lo interpreto personalmente que aún puede existir el cambio en ir hacia lo moderno, en el sentido de ser consciente que desde lo colectivo se puede llegar a la coincidencia de tal algoritmo sorpresivo y que tal vez no se pensó de esa manera hasta ayer.

Por tanto, se podría decir que el artista, en este caso refiriéndonos al arquitecto debe despojarse de su obra que lo envuelve con fines propios, pues los artistas son los receptores de sus propias obras, no los contenedores de ella. Tal como cita Godofredo Iommi a Paul Cézanne a comienzos de la pintura moderna: "El artista es sólo un órgano receptivo –pues dice– ... si muestro la menor debilidad –sobretodo si pienso mientras estoy pintando– si me entrometo, entonces todo se desploma y se pierde."[4].Es algo que se debe aprender a dejar ir lo ya construido, en este sentido lo llamaría el despojo de la obra una vez terminada, pues la obra tiene significados múltiples que va cambiando de persona a persona que tenga la oportunidad de contemplarla o habitarla en todas sus dimensiones, ya que ella es la que une al artista con quien la contempla. Cézanne expresó que la única preocupación que debiese tener el artista es fortalecerse en su arte como único fin [5] , pues desde mi perspectiva las opiniones o criticas ajenas pueden perjudicar en el artista, en cuanto a que esas opiniones no pueden ser más importantes que la obra, pues ahí se estropearía el juego entre el autor y su creación.

Además, se debe tener en consideración que la obra misma tendrá interpretaciones incluso si el artista quien la creó ya no exista, pues la evolución de la sociedad es concorde con la apreciación de la obra, pues ellas nos van a seguir cautivando a pesar de la distancia en épocas de historia.

"La obra de arte es un modelo de la manifestación del ritmo… emerge aquí o allá como una transgresión que indica por una parte su vínculo con lo instituido, al que modifica, y por otra su autonomía, por cuanto cada obra se auto sustenta con su lógica peculiar" (Iommi, 1986). Esto no significa que nos queremos asemejar o copiar dicha obra de arte, más bien es el aprendizaje que nos dona su creación para poder ser originales en nuestro propio hacer, es decir dicha obra nos abre el camino para seguir evolucionando y perfeccionando en el propio arte. Esto lo puedo relacionar con la simetría desde la propia obra: "la verdadera simetría no se encontrará ya más en el terreno de representar el mundo, sino en ciertas creaciones materiales del hombre, como, por ejemplo, la arquitectura"[6](Girola, 1982). Claudio Girola escultor y artista visual, reconocido como uno de los gestores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, exponía que la obra estaba sujeta dentro de un estado del ritmo, es decir que estaba abierta a cambios aunque ya primeramente estuviese configurada su forma:

"Puede haber un orden, una ley, que implique la existencia de una estructura sin que esta estructura haya tomado ya su disposición definitiva, intangible. Una tal estructura está ligada a una actividad del hombre que la percibe en lugar de existir fuera de él, en lo absoluto."

Esto se puede ver claramente en la civilización Sumeria que fueron una de las primeras civilizaciones que se asentaron en el entorno de los ríos Tigris y Éufrates, cerca de su desembocadura en el Golfo Pérsico teniendo conocimiento de su existencia en torno al año 3500 a.C. Esta cultura nos dejó la herencia en la escritura que se denomina “cuneiforme”, donde presionaban con tallos vegetales o calamos en tablillas de arcilla húmeda para formar los signos de su idioma. La invención en cuanto a la escritura fue crucial para darle camino a más culturas en poder avanzar y plasmar la historia en cada una de ellas.“Si bien el cuneiforme fue originalmente concebido para el sumerio, se adoptó luego para escribir otras lenguas, entre ellas el acadio, usado como lingua franca en el Cercano Oriente antiguo de la segunda mitad del II milenio.” (Seri, n.d.)[7]

Por tanto, la invención de la escritura, ejemplifica el desapego entre el artista y su obra (o el creador y objeto creado), en cuanto es una creación colectiva no atribuible a una sola persona, y que en ese momento tiene un impacto que beneficia a varias culturas. No importa tanto el artista sino el impacto de la obra.

Así se nos aparece la obra, ella nos dona lo hecho desde el pasado para poder palparnos de sabiduría y así poder seguir con el camino del acontecer del arte; la obra por si sola es absoluta.Podríamos decir que el juego que el artista tiene con su obra es infinita y al mismo tiempo está llena de contradicciones y afinación, he ahí la aparición de la obra, entender esto es un constructo mental que nos permitirá ser absolutamente modernos. Godofredo Iommi lo dice así: "El artista se muestra contemplativo sobre y en la obra de arte, cómo la necesidad y el juego, la contradicción y la armonía se pueden aunar para la producción de la obra de arte".

La tradición y ruptura en la obra de Travesía: Desarrollo clave desde el retiro del ágora

“Ahora bien, la experiencia de la Travesía misma se ha presentado no como algo único. Como un solo viaje. Si no, al contrario, como múltiple. Tal cosa toca un nervio primero de la arquitectura; la multiplicidad” (Cruz, 1985)[8]

Hablemos desde la obra de travesía – la travesía se trata de un viaje a algún lugar de América, en que se realiza una obra concebida y construida por varios. Esta obra es una donación, tanto para la comunidad residente como para la extensión americana. Podríamos decir que ésta es una tradición que está culminando a su ruptura. Godofredo Iommi, poeta y fundador de la Escuela de Arquitectura y Diseño e[ad] – PUCV, se refiere a la ruptura del siguiente modo:

Pero el hecho común que afecta toda la tradición, tanto en las religiones orientales como en las mediterráneas y las nórdicas, se caracteriza por la ruptura. En un instante determinado de una vida, vamos a decirlo así porque es una vieja forma anterior a la teología, se pudo pensar sin esa ruptura, una vida unitiva…(Iommi, 1991)[9]

Godofredo Iommi planteaba que siempre se tiene que considerar la ruptura como un suceso culmine que podía suceder en un determinado momento y que había que ser conscientes que esto implicaba un retiro, como se ve en el texto de La Ilíada de Homero:

Al retirarse Aquiles, al desmantelar la batalla aparecen las naves y todos los otros héroes, es decir viene a presencia la Grecia entera, pero sin héroe, es decir, la palabra «héroe» que contiene al «eros», permite colegir el retiro como el retiro del eros. Este modo de hacer aparecer una realidad lleva consigo el retiro. (Homero, n.d.) [10]

Sobre esto Iommi señala: “Todo esto para que haya lugar. El retiro que da lugar y deja lugar al lugar.” (Iommi, 1991)[9] Los distintos acontecimientos que se vienen arrastrando en Chile, desde el estallido social del año 2019 hasta la actual pandemia mundial, no han permitido realizar viajes de travesías. Es decir, las condiciones del país han complicado enormemente la realización de obras desde la Escuela de Arquitectura y Diseño hacia el continente americano, lo cual es ciertamente una proximidad con sus comunidades. Esto a mi juicio ha generado un replanteamiento de cómo se trae la obra hacia el otro, ya que se sostiene en la posibilidad de ir al lugar. Posibilidad muy baja en las circunstancias actuales, y sin claridad de si en algún momento aumentarán al punto en que se encontraban hace 20 años. ¿Cómo podemos sostener la dimensión abierta por las obras de Travesía, con una evidente crisis en el acceso al lugar? ¿Cómo podrá despojarse dicha construcción sin que nadie pueda observarla y al mismo tiempo no exista una construcción entre artistas?.

Alberto Cruz y Godofredo Iommi, en el texto La Ciudad Abierta: de la Utopía al Espejismo, se refieren a la permanencia de este modo: “Tal vez signifique que la construcción no debe «fundarse» en la expectación o término que apoye la perspectiva de un futuro siempre distante (meta-modelo), pronto, siempre, a alcanzarse (apertura propia de la temporalidad)”(Iommi, Godofredo; Cruz, 1983)[11]. Por tanto, una posible respuesta para sostener las obras de travesía es que dicha permanencia debe ir desde la hospitalidad, para dar lugar a la discusión. Una que recoja los acontecimientos claves que están modificando y conformando el nuevo habitar que se nos abre paso. Lo llamaría el “retiro desde el ágora”, es decir que la discusión colectiva que nos convoca como escuela nos haga la aparición del desconocido que nos deja dicho lugar ya vivido, para así poder construir el lugar por vivir. En el mismo texto mencionado anteriormente, se indica que los orígenes de las obras de la Ciudad Abierta se encuentran en un ámbito inicial, construido a partir del interés de oír la voz poética. Este ámbito se sostuvo a través de la realización de phalénes, o actos poéticos (ibid.)[11] Es decir que antes de tener un lugar, lo que permitió construir dicha posibilidad fue el hecho de oír. Este oír es precisamente lo que se propone: volver a darle un lugar relevante al acto poético que nos construya un ámbito ante la posibilidad de recuperar el lugar. Sin embargo, hay que tener en consideración también que el contexto en el que nos insertamos no es puramente artístico. Esta consideración, que quizás no ha sido tomada en cuenta en el pasado, ha devenido en una dura crítica de descontextualización de la realidad nacional. Así lo señala Jocelyn Holt, historiador y escritor chileno, en el texto de Nicolás Verdejo, arquitecto exalumno de la e[ad]:

Jocelyn-Holt ofreció un crítico análisis a propósito de la condición arqueológica, a su entender nada favorable, de los relatos históricos de la EAUCV y de los vacíos políticos y sociales en ellos presentes que podrían sugerir, incluso, concebirla como pura experimentación plástica, morfológica o bien estética (Verdejo, 2018).[12]

Los acontecimientos nombrados, repercutirán en una modificación importante en cómo se tiene estructurado a nivel Escuela, respecto específicamente a las Travesías y sus obras. Por tanto, la presencia del contexto exterior a la Escuela debe ser fundamental en la toma de decisiones que nos permitirán aludir el primer camino de este discernimiento. La negación de este contexto actual impedirá un buen desarrollo de adaptación hacia el futuro. ¿Por qué la Escuela desde hace mucho tiempo no ha considerado los temas contingentes claves para una nueva percepción del presente? Un ejemplo de esto es el silencio de opinión de la Escuela a propósito de la existencia del campo de Detención en Ritoque entre el 1974 y 1975. ¿Cómo es posible que estando a 5 km de distancia de dicho campo, la Ciudad Abierta no asumiera una postura ante este hecho? Tener una postura ante este tipo de situaciones nos permitiría estar acordes a lo que está pasando actualmente y no estar desconectados de la realidad de Chile. Sobre esto, Verdejo nos indica lo siguiente:

El problema de una construcción historiográfica de la EAUCV plantea, entonces, un conflicto dialéctico entre posturas e interpretaciones provenientes desde el interior de la colectividad y todas aquellas que surgen desde su exterior. En segundo lugar, cabe considerar además las brechas narrativas producto de los puntos de vista de los ámbitos disciplinares (ibid.).[12]

Además de la desconexión entre la postura interna y la externa, podríamos considerar también un conflicto entre las posturas internas ante la estimulación de factores externos. Es decir, que, al no estar posibilitados a tener una discusión constructiva, no permitirá que se genere un conflicto dialéctico de las distintas posturas del cuerpo de la EAD, en base a las inquietudes que surgen del exterior en temas contingentes. La discusión genera la colectividad dentro del espacio entre los que participan. En este sentido, dentro de la escuela esta posibilidad se da muy poco. Me parece que aquí está el inicio de resolución de este problema.

El sentido de esta discusión es hacer aparecer el punto de vista del otro, sobre su realidad y el contexto en que se encuentra. Es una ocasión de reflexión que se nos abre ante la imposibilidad de acceder al lugar, y que nos permite entender de mejor modo sobre la actualidad de la travesía y de su obra.

Referencias

  1. Poe, E. A. (1850). The Poetic Principle.
  2. Alberti, L. B. (1991). De Re Aedificatoria. In Fuentes de arte.
  3. Iommi, G. (1982). Hay que ser Absolutamente Moderno.
  4. Iommi, G. (1986). ¿ Por qué, Cómo y Cuándo Hay Arte ?
  5. Bernard, E. (1907). Souvenirs sur Paul Cézanne et lettres inédites. Paris. Recuperado en: http://www.latorredelvirrey.es/wp-content/uploads/2016/05/1.recuerdosdecezanneycartasineditas.pdf .
  6. Girola, C. (1982). Simetría y Lateralidad en las Artes Plásticas.
  7. Seri, A. (n.d.). El uso de la escritura cuneiforme para escribir el acadio.
  8. Cruz, A. (1985). Dar Cuenta del Darse Cuenta.
  9. 9,0 9,1 Iommi, G. (1991). Borde de los Oficios.
  10. Homero. La Ilíada
  11. 11,0 11,1 Iommi, Godofredo; Cruz, A. (1983). La Ciudad Abierta: de la Utopía al Espejismo.
  12. 12,0 12,1 Cambiar de Vida. Incidencias en la Escuela de Arquitectura de la UCV respecto al escenario social y político de Chile 1967-1973.Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/328899001_Cambiar_de_Vida_Incidencias_en_la_Escuela_de_Arquitectura_de_la_UCV_respecto_al_escenario_social_y_politico_de_Chile_1967-1973.