Magdalena Friedrichs Lagos Tarea 3 - Módulo investigación T2 2016

De Casiopea




TítuloMagdalena Friedrichs. Tarea 3
Del CursoMódulo Investigación T2 2016
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Magdalena Friedrichs Lagos

Tarea 3: Fichas de Lectura y discusión de autores.

Fichas de lectura.

Ficha 6

Autor: María José Castillo, Rossana Forray.

Título: La vivienda, un problema de acceso al suelo.

Editorial: ARQ ediciones.

Año: 2014.

Ciudad: Santiago.

Documento: Artículo académico.

Tema: El artículo desarrolla la hipótesis de que el origen del déficil habitacional que existe a nivel nacional es producto de la inaccesibilidad al suelo edificable por parte de los compradores interesados, ya sean estos personas naturales, o el mismo Estado.

Palabras clave: Vivienda social, planificación territorial, tomas.

Citas:


Pág. 48.

“Así, la política chilena de financiamiento que fomenta la propiedad privada de la vivienda y que se basa en subsidios, no es viable a largo plazo. Primero porque en las ciudades ya no hay suelo asequible por los montos que el Estado está dispuesto a aportar”.


“Segundo, porque actualmente los valores a los que llega la vivienda social alcanzan los precios de la vivienda para sectores medios aunque nadie lo denuncie abiertamente, de modo que el producto vivienda social tradicionalmente aceptado como una vivienda de menor estándar por su bajo costo, ya no es válido. Tercero, porque como el precio de la vivienda ha aumentado y el aporte de las familias ha disminuido, además de emplearse para cubrir el alza del precio del suelo y de la construcción, el subsidio se ha destinado a financiar el monto que antes cubría el crédito hipotecario otorgado a las familias”.

  • Se evidencia que la vivienda social está peligrando como sistema viable dada la carencia de suelo disponible. Pero esto no por la carencia de hecho de estos, si no por los elevados precios que hacen inviable la modalidad de subsidios como método.

“Es imprescindible buscar otras soluciones que le permitan a la gente vivir en barrios socialmente integrados, bien servidos y seguros: arrendamiento con compra a largo plazo, arrendamiento mediante subsidios, cooperativas que aseguren el acceso a la vivienda a las familias que no tienen otras opciones. Para todas estas alternativas es indispensable que el Estado, central o local, gestione terrenos y los reserve para vivienda para los más pobres. Pero además, para consolidar barrios socialmente sustentables, es necesario asegurar que la gente pueda permanecer cerca de las poblaciones donde han crecido o vivido como allegados o arrendatarios, en las cuales ya existe un entramado social sólido y solidario que los acoge. Este requisito es relevante considerando que las periferias urbanizadas con vivienda social se han transformado en territorios degradados donde los pobladores no quieren permanecer. Hoy, el desafío es cómo hacer vivienda integrada para los diversos sectores socioeconómicos en la ciudad”.

  • El actual método que reubica a las familias lejos de centros urbanos y lejos también de su familia y red de amistados (de una vida) crea inseguridad en los grupos reubicados.


Pág. 49.

“Durante los últimos cincuenta años los pobladores han utilizado tres mecanismos principales para acceder a suelo urbano. El primero es la “toma de terrenos”. (…) El segundo mecanismo es la compra de terrenos, posibilidad que se presenta desde que en 2001 se implementa el Fondo Solidario de Vivienda. (…) El tercer mecanismo es, desde 2006, la discusión sobre leyes e instrumentos de planificación territorial y sobre la posibilidad de crear un banco de suelo fiscal”.

Pág. 54.

“(…) El acceso al suelo sigue siendo el aspecto de la producción de vivienda donde más trabas encuentran; de hecho es el puntal de la lucha: sin terreno no hay vivienda. Sin un terreno bien localizado no hay derecho a la ciudad”.

  • Esto abre la pregunta de por qué no hay ciudad. Qué hace la ciudad. ¿Es la sola adición de viviendas? ¿Cómo se nutren las ciudades?.


“A partir de 2006, los esfuerzos de los pobladores se centraron en asegurar que los allegados consigan terrenos y no sean desplazados fuera de la ciudad. Desde 1997, además de afirmar que en Santiago no hay suelo para la vivienda social, las autoridades modifican el PRMS argumentando que es necesario expandir el área urbana justamente para aumentar la oferta de suelo destinado a vivienda social, pero confirmando al mismo tiempo que la periferia lejana es el lugar que les asigna a los pobres”.

Ficha 7.

Autor: Pablo Millán Millán.

Título: Aplicación e impacto de la Ley de Habitaciones Obreras de 1906: el caso de Valparaíso (Chile).

Editorial: Revista EURE.

Año: 2016.

Ciudad: Santiago.

Documento: Artículo académico.

Tema: Trata del origen de la crisis de déficit de vivienda que sufre la ciudad de Valparaíso, que se evidenció el terremoto e incendio 1906. A partir de esto se exponen los mecanismos aplicados desde el gobierno central para subsanar el hacinamiento e insalubridad en que vivían las familiar obreras en la ciudad.

Palabras claves: Vivienda, política habitacional, estructura urbana.

Citas:

Pág. 274.

“ En un momento de la historia en que las grandes ciudades crecían a un ritmo exponencial extendiéndose como manchas de aceite, merece especial atención una población limitada topográfica, espacial y materialmente, como la de Valparaíso, lo que hace de este caso un ejemplo de referencia. Su importante papel económico en el país, su ubicación y configuración como ciudad-puerto, su alta concentración social a fines del siglo XIX y su singularidad topográfica (…).”

  • Características que marcaron el origen de la segregación espacial en la ciudad.


Pág. 276.

“Mientras que en Santiago y en otras grandes ciudades los nuevos asentamientos más pobres y populares se fueron ubicando en las nuevas periferias, siguiendo un modelo concéntrico de crecimiento (Capel, 2002, p. 378), en Valparaíso estas nuevas periferias serán los cerros (Puentes, 2013).”

  • De aquí se ven las primeras instancias de segregación residencial en la ciudad de Valparaíso, y su ubicación que se mantiene hasta hoy en día.


Pág. 283.

“ Como se puede observar, fue muy superior el número de demoliciones al de reparaciones. La eliminación de estos cuartos supuso un aumento de la presión social y de demanda de techo, con el consiguiente incremento del precio de los cuartos existentes. La mayor parte de los vecinos desalojados de los cuartos eliminados subía a los cerros, donde ocuparían nuevas áreas mediante la auto construcción”.

  • Déficit habitacional.


Pág. 285.

“Las áreas de los conventillos en Valparaíso se ubicaban, sobre todo, en la zona de la ladera próxima al plan y fueron extendiéndose hacia lo alto de los cerros. El proceso de transformación y de sustitución debería haber generado en estas zonas las nuevas construcciones higiénicas, pero no fue así. A la etapa de eliminación no le continuó la de construcción. Los motivos que originaron esta carencia constructiva estarían determinados por una topografía adversa a construcciones masivas, una escasez aguda de materiales baratos que permitieran construir a precios lógicos para una clase empobrecida, la falta de interés inversor por parte de los propietarios de los terrenos y una fuerte vinculación a la auto construcción, respaldada por el alto porcentaje de inmigración rural”.

  • Se evidencia la descordinación desde el gobierno central al aplicar políticas transversales que no toman en cuenta las variables por lo menos topográficas de cada región.


Discusión de autores.

SEGREGACIÓN RESIDENCIAL: VIVIENDA Y EQUIPAMIENTO URBANO.

  • Alumna: Magdalena Friedrichs Lagos.
  • Carrera: Arquitectura.
  • Profesores guía: Mauricio Puentes, Rodrigo Saavedra.


Archivo:Segregacion argentina cdn.plataformaurbana.cl.jpg
Segregación urbana. Fuente: www.cdn.plataformaurbana.cl

ABSTRACT.

La segregación socio residencial es un fenómeno que define el grado de proximidad espacial de las familias pertenecientes a un mismo grupo social dentro del contexto de urbano. Esta problemática acarrea una serie de situaciones que privan a las familias involucradas de la suficiente movilidad social para salir de su estado. La principal respuesta de la población ante esta situación es la auto construcción, generando una ciudad informal que se escapa de las normativas, alejándose de los centros urbanos y perdiendo contacto con los servicios básicos que estos ofrecen.

El escenario actual de la compra de terrenos disponibles para vivienda limita el campo de acción tanto del Estado como de los pobladores, dado que su valor es demasiado elevado; sin embargo, dentro de un contexto urbano interactúan otros tipos de equipamientos además del residencial, conformando así un entorno rico en cuanto a la relación entre sus partes. Cabe entonces la pregunta: ¿cómo afecta el contexto urbano de la vivienda al fenómeno de la segregación residencial?


Dentro de este panorama, la presente discusión de autores busca indagar sobre las perspectivas desde las cuales diferentes autores miran la segregación socio residencial, centrándose en los posibles métodos de acción frente a la segregación urbana.


Palabras claves: Segregación residencial, equipamiento urbano, contexto urbano, ciudad informal.

Nota: Desde la presente discusión de autores surge la potencial propuesta: un espacio educacional y comunitario que sea un centro articulador del barrio. Un centro educativo y social que integre a los todos los pobladores posibles, de tal manera que un mismo complejo de cabida a un espectro etáreo amplio de la población radicada en el área de influencia del proyecto.

DESARROLLO DE LA DISCUSIÓN DE AUTORES

La segregación socio residencial es un término que relacionado con las Ciencias Sociales, por lo que existe más de una definición para ella. A lo largo del presenta trabajo usaremos la definición dada de Francisco Sabatini (2003), la cual se refiere al concepto de segregación residencial como aquella disposición espacial aglomerada de un grupo social que contribuye a agravar determinado problemas de sus integrantes. De acuerdo al mismo autor, este fenómeno involucra dos dimensiones principales: la tendencia de los grupos sociales a concentrarse en determinadas áreas y la homogeneidad de los barrios conformados (escala de segregación), y la percepción subjetiva de estos mismo grupos sobre la segregación residencial como hecho.

La tendencia de los grupos sociales dentro de la ciudad es agruparse con aquello individuos que comparten sus mismas características, y que por lo tanto los identifican. A esto se le llama adolescencia social. La situación se torna problemática cuando a este hecho se le suman las variables de la ubicación de dicho agrupamiento (su cercanía o lejanía de los centros urbanos y el equipamiento que los contextualiza) y la escala territorial que abarcan estos asentamientos. Cuando la escala de la segregación a nivel espacial se vuelve de mayor tamaño, hay una mayor proporción de desempleados, jóvenes sin empleo ni estudios (inactividad juvenil), lo que deriva en una desinformación general además de una red de contactos laboral débil que impiden revertir dicha situación. Una segregación espacial a gran escala influye directamente en los tiempos de viaje para acceder a servicios básicos y fuentes laborales, esto tiene un carácter negativo especialmente si los grupos afectados son pobres (Sabatini, F. 2003).


Si bien el origen de la segregación residencial se remonta a la migración campo-ciudad (Pino, A., L, Ojeda. 2013. Millán, P. 2016), la raíz actual del problema radica principalmente en inaccesibilidad al suelo por parte del segmento más pobre de la población. Andrea Pino habla de la desregulación del mercado de suelo urbano y de la inaccesibilidad a la vivienda formal por parte de la población más pobre, producto de la imposibilidad de efectuar la compra de viviendas o terrenos, como dos de las principales causas de la expansión de los asentamientos autoconstruidos. María José Castillo y Rossana Forray postulan que en las ciudades ya no existe suelo asequible por montos que es Estado esté dispuesto a aportar, de modo que la vivienda social como producto ya no es válido. También Francisco Sabatini afirma que el crecimiento de la escala de segregación residencial fue producto de la liberación de los mercados de suelo y por consiguiente el alza desmesurada del precio de los terrenos. Bajo este panorama se puede afirmar que el problema de acceso al suelo edificable es el problema de fondo, la imposibilidad de adquirir una porción de territorio a causa de su elevado valor hace que se busquen precios más bajos cada vez más lejos de los centros urbanos, o que bien los pobladores en necesidad se apropien de terrenos residuales y peligrosos para levantar sus viviendas.

Si bien existe una opinión más bien unánime con respecto al origen de la problemática urbana en desarrollo, las posibles soluciones a ella abarcan un espectro más amplio en las propuestas de los distintos autores. M. Castillo y R. Forray postulan que es imprescindible buscar soluciones diferentes para poder integrar los barrios residenciales de diversos caracteres socioeconómicos. En primer lugar exponen la necesidad de que el Estado central o local gestione terrenos y los reserve para vivienda social, además de consolidar futuros barrios con la reubicación de grupos familiares/afectivos, y no familias aisladas que se combinen de manera azarosa. Afirman que el desafío es lograr que la vivienda sea integrada para diversos sectores socio económicos de la ciudad. Por otro lado, Francisco Sabatini, además de concordar con la necesidad de políticas de dispersión espacial tanto de la pobreza como de los grupos medios y altos con tal de integrarlos, propone la aplicación de medios de control de la especulación del mercado de suelo, de manera de moderar los valores que esta estos fijan. También expone como otra solución a la segregación urbano residencial la reducción de la homogeneidad social en las zonas internas de la ciudad, así como también fomentar el desarrollo de actividades no residenciales en las zonas pobres.

La dispersión espacial de grupos socioeconómicos segregados propuesta por los autores citados, es una necesidad real para cambiar la concepción de las agrupaciones que se dan dentro de la ciudad. Mas la diversificación de las actividades no residenciales en zonas de gran escala de segregación es un medio más fácil de iniciar dado que no genera controversia en los diversos actores de la sociedad, lo que entorpecería y dilataría el proceso para que esto se concretara. La implementación de equipamiento urbano en sectores segregados conforma una solución viable y con efecto a corto plazo, dentro del amplio espectro de propuestas que hay dentro del ámbito académico. Con la aplicación de esta medida se deshomogeneiza el contexto urbano de zonas pobres, creando posibilidades de trabajo y otras oportunidades dependiendo del carácter del equipamiento implementado. Si es equipamiento de salud mejora la calidad de vida, si es equipamiento educacional ayuda a combatir la desinformación y la inactividad tanto adulta como juvenil.

Caso particular: Valparaíso.

Conclusión.

Bibliografía citada.

1. Sabatini, F., Cáceres, G., Cerda, J. (2001). Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción. Revista EURE (Santiago), 27(82), 21-42.

2. Sabatini, F., Forno, S., Mora, P. & Bustos, M. (2013). Valparaíso: cerros de gente, cultura de diversidad. En F. Sabatini, G. Wormald, A. Rasse & M. P. Trebilcock (Eds.), Cultura de cohesión e integración social en ciudades chilenas (págs. 174-204). Santiago, Chile: Colección Estudios Urbanos UC.

3. Castillo, M., Forray, R. (2014). La vivienda, un problema de acceso al suelo. Revista ARQ (Santiago), 01(86), 48-57.

4. Pino, A., Ojeda, L. (2013). Ciudad y Hábitat Informal: Las tomas de terreno y la autoconstrucción en las quebradas de Valparaíso. Revista Invi (Santiago), 78(28), 109-140.