Macarena Molina Tarea 4 - Módulo investigación T1 2017

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TítuloVínculo entre el habitante, paisaje y territorio desde el caminar
AsignaturaMódulo Investigación T1 2017
Del CursoMódulo Investigación T1 2017, arquitectura
CarrerasArquitectura
4
Alumno(s)Macarena Molina

Vínculo entre el habitante, paisaje y territorio desde el caminar

Archivo:PORTADA posible .jpg
Padecimiento del territorio desde el alero de lo personal, croquis desde la altura (avión) sobre la cordillera. Aparece el paisaje, un nuevo paisaje. // Fuente propia


Macarena Molina Johannes

Arquitectura

Profesor guía: Ivan Ivelic, Erick Caro


Abstract

El olvido o alejamiento del espacio público de parte del habitante, se ve potenciado por el creciente uso del automóvil y la falta de incentivo desde propuestas arquitectónicas que avalen lo comunitario. Ello provoca el desplazarse de un lugar a otro obviando el paisaje y lo que la ciudad y la geografía regala. Potenciar espacios y recorridos públicos, donde el habitante tenga la posibilidad del goce del territorio, del entorno-paisaje y de la dimensión de naturaleza dentro de lo cotidiano, para así beneficiar la calidad de vida y la conciencia espacial, dentro de un contexto de ritmo acelerado y entorpecido en el que hoy se vive.

La construcción y el encuentro de ciudadanos están dadas por la habilitación de espacios para compartir, entre otras dimensiones, lo que da cabida a una compenetración social del territorio. Es aquí donde está el interés en abrir la pregunta hacia los autores; ¿Cuál es el entendimiento y relación entre paisaje, territorio y habitante? ¿Dónde es el punto que ellos se encuentran y hacen al ciudadano accionario de su propio espacio?

Se estudian 6 autores diferentes, en su mayoría arquitectos, los cuales abrirán una discusión respecto del tema. </ref>

Palabras clave

Ciudad – Territorio – Paisaje – Caminar – Peatón

Desarrollo

El siguiente trabajo se desarrolla desde el estudio respecto de la ciudad y el involucramiento del habitante desde el caminar. El entendimiento del contexto - entorno en el cual se desenvuelven las personas, se ve potenciado desde el ser peatón, donde es esta acción la que abre relación entre este mismo, el paisaje y territorio. Es así, donde se ve la relación e importancia en destacar la percepción personal desde el alero del habitante con el padecimiento del lugar donde éste reside. Luego, se mencionan aristas respecto de la construcción de ciudad desde lo político-social y los roles y responsabilidades que involucran al humano en su territorio.

Desde el estudio de 6 diferentes autores, cada uno con diferentes contextos, pero en su mayoría arquitectos, se abre la discusión sobre la construcción del paisaje y territorio, y dónde se encuentran estos conceptos en conjunto al ser humano como ente y con sus posibilidades desde el mero y poco invasivo desplazamiento del caminar.

La caminata

Comenzamos con situarnos bajo una referencia en un contexto histórico que refiere a la plenitud de la ciudad en cuanto a “Uno de los mayores encantos de las ciudades medievales o renacentistas lo constituye la calidad del recorrido, el encuentro con los espacios, los niveles y los quiebres, la escala hecha para el peatón, las distancias y el tiempo adecuados. Todas ellas características que distan mucho de los que hoy día son las ciudades.” (Juan José Bas Mir, 2000, p.41). La valorización del espacio público yace en la construcción y plenitud ciudadana basada en el habitante, donde la proyección y existencia de lo urbano se arroja desde el alero de una ciudad recorrible. Se mencionan distancias y tiempos, donde cabe abarcar la dimensión del caminar, ya que es muy diferente el desplazarse desde el pie, que con el uso del automóvil.

El acto de caminar, entendido como un acontecer desarrollado en plenitud cuando se habita la propia ciudad. “(…) la caminata es el segundo modo más importante en número de viajes dentro de Santiago y mayoría de ciudades, pero (…) éste no ha sido considerado como un modo de transporte como tal y su espacio e infraestructura ha pasado a ser, el resultado o consecuencia de políticas e inversiones destinadas a otros modos más que el producto de intervenciones planificadas y concertadas directamente para la caminata y el peatón.” (J.J Bas Mir, 2000, p.40). Se presenta entonces, el caminar como un valor desvalorizado o poco considerado dentro de la planificación urbana, siendo que este mismo es un medio de transporte y manera de entender la ciudad que nos ampara. Los espacios residuales que albergan el caminar, instan que el acto en sí deje de ser una acción placentera, siendo entonces desplazada por otros medios como el auto y el olvido de la vida pública. “El peatón generalmente se sacrifica, ¿por qué no? (…) en general se adapta. (…) otros equipamientos tienen tanto derecho o más que el peatón sobre su propio espacio.” (J.J Bas Mir, 2000, p.40).

El recorrido público, como sostiene Teodoro Fernandez, se posiciona como la conquista del territorio, donde el caminar es una actividad social, más que un mero deambular. De esta manera, “El paisaje se vuelve patrimonio de quien lo percibe y vive, reconociendo sus diversas escalas desde el nivel macroterritorial hasta el particular tangible, y su totalidad a través de la visión, del recorrido y de la experiencia histórica y física de cada hombre o lugar…del ojo y del pie.” (René Cerda Gosselin, p.?).

Agregando a la discusión la arista de la naturaleza, “(…) en ambos casos el paisaje fue un elemento en la composición, sirviendo para localizar o definir la acción humana. (…) armonía entre el mundo del hombre y el mundo de la naturaleza.” (J. Brinckerhoff, p.81). El autor abarca ambas temáticas (hombre y naturaleza) como un dilucidador y primera aparición dentro de los arquitectos nombrados, para dar a entender que la armonía humana depende y está directamente relacionada con el convivir con la naturaleza. Para la existencia de esto, es necesario padecer la ciudad desde el acercamiento directo, es decir, desde el pie y el estar en ella.

Entendimiento del paisaje desde la percepción personal del habitante

Desde el alero del involucramiento del habitante desde su recorrido personal, como peatón, se adentra en la temática de que “Un paisaje está configurado por una red de relaciones territoriales, biológicas, sociales, histórico-culturales, económicas, perceptuales, que cuando comienzan a operar de forma simultánea develan su presencia en el total.”(R. Cerda, p.?) De esta manera, nos adentramos en la cuestión del cómo se genera el paisaje, donde Cerda expresa que “Un territorio puede estar lleno de naturaleza o bien ser absolutamente humanizado (…), pero será la sumatoria de los factores, más el filtro del perceptor, lo que logrará generar paisaje.” (R. Cerda, p.?) Las diversas escalas de aproximación para la identificación del paisaje, están radicadas entonces en la propia experiencia del habitante, entendiendo que un paisaje para ser comprendido debe ser observado, recorrido, tocado y vivido desde diversas distancias y velocidades (caminata, bicicleta, auto, avión), en diferentes horarios y momentos del año; según respalda el arquitecto. Se da cuenta entonces de que “(…) el paisaje es un fenómeno profundamente ligado a la dimensión del espacio y su vinculación con el recorrer del tiempo.” (R. Cerda, p.?).

El territorio es lo que existe, lo entregado por la geografía y la naturaleza; el paisaje entonces, es lo que vemos, construyéndose además por la percepción propia de cada individuo; cada quien observa y entiende un paisaje de una manera en específico, lo vive y padece. Acotándonos aún más próximos al habitante en sí y su estado de goce, aparece que “Mi imagen – entonces – de una ciudad para seres humanos es la de una ciudad pequeña, u otra que ofrezca alternativas de pequeñez dentro de su grandeza. Ya que las dimensiones ´humanizadoras´ son dimensiones pequeñas, (…) diversidad interna, (…) ciudades que están luchando por sobrevivir, víctimas de un concepto errado de progreso.” (Max-Neff, p.?). Las dimensiones de pequeñez que alude el autor, van ligadas con la dimensión que ampara al habitante dentro de su ciudad, donde éste se siente pleno en ella. Un entendimiento de lo urbano basado en la escala humana, desde lo cercano, donde la intimidad y el acercamiento con el otro se da en plenitud.

Es decir que al estar en la ciudad, viviéndola y recorriéndola, se adquiere un entendimiento y valoración de la caminata, donde es ella la que tiene un tiempo específico. Es aquí donde el habitante se encuentra y halla dentro de su territorio, lo comprende. Por lo tanto, aparece la intimidad, siendo esto, causal directo e inmediato en el desarrollo del habitante y su compenetración como sociedad y comunidad.

Construcción de ciudad desde lo político - social

Se abre ahora, desde el alero de la caminata, el paisaje y territorio, la construcción de ciudad desde lo político – social, donde el habitante queda dispuesto en su contexto urbano. El autor de “La necesidad de ruinas y otros ensayos”, menciona al paisaje como un elemento que hace visible el orden social. “La importancia del espacio en términos de paisaje, la asignación de terrenos para uso privado o público, es que hace visible el orden social. El espacio, (…) identifica al ocupante (…), establece relaciones que perduran.” (J. Brinckerhoff, p.?)

Luego, se llega al urbanista colombiano Rodríguez, donde se insiste más profundamente en la temática, aludiendo que el territorio existe, o debiese existir, desde su construcción político-social, siendo lo mismo, un ente significativo para la equidad y sostenibilidad de ella. “Equipamientos urbanos, proyectos con sentido social, (…) para hacer de sus espacios lugares de relación pública, espacios para el encuentro entre el estado y los ciudadanos, (…) ordenan una nueva lectura espacial urbana de la ciudad.” (C. Rodríguez, p.14). Es así, como el habitante logra compenetrarse e involucrarse en su territorio, siendo partícipe de él. Además, dice que los procesos de planificación urbana, son el camino para la construcción de un territorio con acciones articuladas y tejidas entre sí, donde la búsqueda es la posibilidad igualitaria respecto de lo territorial y el desarrollo orientado al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.

Bajo el alero del involucramiento social dentro de la propia ciudad, es donde se menciona que; “Aplicación de políticas públicas coherentes a intervención del territorio, que centre a los ciudadanos como principio y fin para la construcción social y urbana. Lleva implícito un actuar de corresponsabilidad civil.” (C. Rodríguez, p.15) De esta manera, se observa la dimensión del involucramiento del habitante y su rol en la ciudad, siendo ella la que posiciona a las personas y comunidad como agentes accionarios dentro de donde residen, teniendo además responsabilidades como entes y comunidad. Es así como se ve la relación entre paisaje – territorio – habitante.

Conclusión

Concluyendo entonces, la ciudad abarca diferentes temáticas y aristas, en las cuales se centra este trabajo, en el entendimiento de lo urbano desde el involucramiento del habitantes desde el mero caminar, una acción innata y sencilla, cotidiana, pero que muchas veces queda desplazada por el déficit de lugares plenos que propicien y den cabida a este acto.

El ser peatón, conlleva y da lugar a que el habitante se reconozca en su territorio, capaz de observar el paisaje y ser parte de él. La importancia de ello, se halla en que de esta manera se es partícipe de los lugares, se comprende el entorno junto con su geografía y naturaleza. Estas aristas vendrían siendo de interés, vistas desde el punto de la inclusión del habitante con su entorno, para que éste pueda convivir con lo exterior, encontrando espacios de abstracción dentro de la ciudad, el cual muchas veces insta al olvido y desplazamiento de situaciones contemplativas y de relajo dentro de la dinámica rápida que trae consigo la urbe.

Por último, la construcción de la ciudad desde lo político – social, llama a que las personas como entes individuales, puedan compenetrarse desde lo comunitario, como grupo con posibilidades de encuentro, conversación y crítica respecto de dónde se desenvuelven. Así, la responsabilidad como habitante de un gran espacio, la metrópoli, queda expuesto para no olvidar que la construcción de ella debe ser para las personas y su bien estar, y no así como un agente netamente comercial que olvida lo primordial, el ser.


Bibliografia

  • Bas Mir, Juan José. (2000). Caminata y otros tipos de transporte. Artículo en revista CA, Ciudad/Arquitectura.
  • Brinckerhoff Jackson, John. (1994). Las carreteras forman parte del paisaje. Editorial Gustavo Gili.
  • Brinckerhoff Jackson, John. (1980). La necesidad de ruinas y otros ensayos. Ediciones ARQ.
  • Cerda Gosselin, René. (2007). Cuando el territorio se vuelve paisaje. Artículo en revista CA, Ciudad/arquitectura
  • Fernandez, Teodoro. (2008). Arquitectura en el paisaje. Ediciones ARQ.
  • Max-Neff, Manfred A. (2000). Una ciudad para seres humanos. Artículo en revista CA, Ciudad/Arquitectura
  • Rodriguez, Carlos Mario. (¿?). Equipamientos. Ordenar la ciudad. Artículo en revista Escala, Arquitectura Latinoamericana

Nota al pie

La discusión bibliográfica forma parte del proyecto de título de arquitectura “Recorrido público en borde marino, tramo Recreo-Caleta Portales, Valparaíso”. Inquietada por la vida pública y al aire libre, conectado con la plenitud del habitante dentro de su ciudad, aparece esta investigación.