Luminosidad que marca el ritmo del viaje
El acto de viajar suele tener como objetivo un destino, es un estado intermedio entre un punto de partida y otro de llegada. Sin embargo, el viaje puede ser visto como un fin en sí mismo: pasear, avanzar observando alrededor hace que el tramo recorrido cobre mayor importancia, transformándose toda su extensión en el lugar en el que ocurre la acción.
Para poder transmitir este modo de ver el viaje a un receptor se han confeccionado dos series de postales utilizando la técnica de punta seca. La primera serie tiene como escenario la avenida Libertad, la segunda el metro de Valparaíso a Limache.
Avenida Libertad: Recorrido a través de entradas de luz
Ritmos que ordenan el lugar
Todo viaje abarca alguna distancia. Es por esto que el lugar en el que este se lleva a cabo también posee un tiempo, se demora en ser recorrido. Esta extensión espacial y temporal significa que no es estático, tanto el camino como el viajero sufren transformaciones y se mueven, lo que termina generando un ritmo propio de cada lugar. En el caso de Libertad puede separarse en varios ritmos simultáneos (el de los automóviles, de los árboles, de las personas, etc.) pero existen dos órdenes mayores formados por los demás. Estos son el de la vereda y el de la calle.
El primero es un ritmo más lento. Es donde se mueve el protagonista, por lo que también es más cercano, más nítido. Para mostrar esto se utiliza una grafía con más detalles, más detenida y con mayores contrastes. Las líneas con que están dibujadas las ramas son más gruesas, y en general las tramas son más densas.
La sombra del suelo está hecha a partir de manchas alargadas y lisas, mientras que la luz adquiere nitidez al contrastarla limpiamente con la sombra.
Las sombras y luces presentes en el árbol definen claramente sus bordes. La grafía es relativamente lisa a ambos lados del árbol en comparación con la mayor cantidad de detalles del centro, pero cobra mayor intensidad, lo que la distingue de las manchas del fondo.
La calle, en cambio, posee un ritmo más rápido, más lejano y difuso. Su grafía también tiene estas características, formada por manchas grises de intensidad media estampadas y líneas delgadas que se pierden en el fondo.
Los blancos del fondo tienen un carácter estampado suave, aguado. Las líneas del dibujo son leves, casi grises.
Los grises están compuestos por manchas estampadas de distintos tonos,junto con algunas líneas de luces y sombras apenas notorias.
Luces dinámicas que entran de distintos modos
Uno de los componentes del ritmo es la luminosidad. En Libertad la vereda se encuentra bordeada por árboles y edificios, que la separan y contribuyen a que en ella se forme una luminosidad distinta a la del resto de la ciudad. Esta se caracteriza principalmente por su cambio constante. La densidad del follaje de los árboles por un lado, más la presencia o ausencia de edificios por el otro y la variación en la posición del sol en las diferentes horas del día hacen que la luz llegue de distintas direcciones, cambiando tanto a través del tiempo como por tramos sucesivos.
Así la luz procedente del exterior es filtrada antes de poder llegar dentro de la vereda. El trayecto se vuelve divisible en entradas de luz, presentes a lo largo de todo el recorrido pero que adquieren un carácter distinto cada vez.Los modos de entrar de la luz quedan evidenciados en los objetos que la reciben.
Las hojas son traspasadas por la luz, adquiriendo una tonalidad grisácea pero nítida.
La luz se fragmenta y se esparce entre las ramas, dando la sensación de que se encuentra filtrada.
El contraste con la sombra es alto y los contornos son definidos, aunque se suavizan un poco al extender líneas blancas más finas desde los bordes.
La luz se fragmenta en la persona, cambia de proporciones. Está construida con líneas finas blancas sobre un fondo gris.
En los troncos de los árboles la luz parece adquirir volumen, rodeándolos y pasando a la sombra gradualmente con una textura dispareja.
La luz se propaga por el suelo, lo que se traduce a una grafía clara, raspada en un solo sentido.
En las personas la luz define bordes, dibujados con varias líneas finas blancas sobre un fondo negro o gris.
Sombras que cambian al avanzar
Al igual que la luz, las sombras proyectadas también pasan a formar parte del ritmo propio del lugar. En Libertad esto es más notorio en las sombras de la persona. Estas pueden ser de dos tipos: la que la envuelve y la perfila (sobre la persona misma) y la que forma un ángulo con ella (proyectada sobre otros objetos).
Durante el viaje la sombra que envuelve a la persona sufre cambios en conjunto con la luz que llega sobre ella, se produce un intercambio de posiciones, roles, se fragmentan o se polarizan.
Las sombras proyectadas son las sombras que padecen los cambios más radicales en cuanto a su forma, dependiendo de la dirección y desde cuántos puntos entra la luz. Por momentos se invierte, se extiende o se encoge, se multiplica, adquiere distintas intensidades, se dobla y se vuelve paralela a la sujeto. Así parece que las sombras se vuelven más importantes que sus dueños, casi podría decirse que ellas se vuelven protagonistas.
En este caso la sombra en la persona casi desaparece, ya que la luz llega de frente. La que hay no es muy marcada,por eso su grafía es de líneas negras sobre gris, lo que disminuye el contraste.
Para poder ver el contraste entre la persona iluminada y su
sombra no solo es necesario diferenciarlas a ellas, sino que los
fondos también deben distinguirse de las figuras.
La persona proyecta dos sombras, una paralela y otra que se extiende por el suelo. Ambas son del mismo tipo y poseen la misma trama, aunque en distintas direcciones.
Sombra y luz se encuentran polarizadas, cada una perfila un lado del sujeto. El borde sombrío está estampado en negro.
La sombra está dibujada con tramas negras sobre un fondo negro, los contornos son dfinidos.
La sombra que envuelve a la persona deja paso a fragmentos luminosos. Estos están dibujados en el sentido contrario al de la sombra.
La sombra se encoge.
Las sombras se ven a contraluz, bordeadas por ambos lados por la luz.
Las sombras de cada persona son indistinguibles, los contornos desaparecen, formando una sola sombra que posee una textura dispareja.
El viaje en metro:continuidad que aparece interrumpida
Interrupciones que marcan un ritmo
El viaje en metro está fuertemente marcado por las interrupciones que generan sus etapas: pagar y atravesar la barrera de torniquetes, esperar, subir al tren, parar en las distintas estaciones, bajarse y volver a atravesar los torniquetes para salir al exterior. Esto contribuye a que se forme un ritmo que se repite, constante y entrecortado, pero que encierra en sí la totalidad del viaje como un continuo. Espacialmente, el escenario en el que se ve inserto también posee esta cualidad segmentada, sea la vista a través de la ventana, la separación entre vagones, la presencia de diversas series de objetos, etc. En la grafía utilizada se ha puesto un énfasis en el área segmentada, diferenciando levemente las formas en el fondo con tonos grises medios, estampados o raspados.
Luces que aparecen por contraste
En el metro, las luces se intensifican al estar alternadas con su sombra. Poseen una cualidad casi plana, y están construidas con líneas finas blancas sobre fondo negro.
Las luces del fondo son tenues y apenas se distinguen. Su grafía es de tonos grisáceos y de contornos poco definidos estampados en el papel.
Tanto las luces de los reflejos están compuestos por tramas de líneas finas. Estas se extienden por el suelo horizontalmente, entrelazándose unas con otras. Las formas aparecen sin necesidad de contornos, por el contraste entre el negro y el blanco del papel.
La luz entra a través de una serie de planos intercalados, apareciendo en tramas verticales que se extienden a través de las caras internas. Los contornos definidos de cada cara no están dibujados con una línea, sino que se forman gracias a la orientación de la trama.
Sombras que forman una trama con la luz
Las sombras en el metro se encuentran en alto contraste con las luces con las que se alternan. Son parejas, y están construidas con una trama continua y densa de líneas finas negras sobre un fondo negro.
Las verticales sombrías se entrecruzan.
El volumen de los pilares se muestra a través del paso gradual de la luz a la sombra.
Las tramas negras y blancas se repiten alternándose, entramándose entre ellas y generando la sensación de peldaños.