Diferencia entre revisiones de «Leonardo Maldonado Tarea 4 - Módulo investigación T1 2019»
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La discusión por el espacio público es un tema que no deja indiferente a nadie. Por un lado es de sumo interés para la academia: teóricos del urbanismo, la arquitectura, la sociología y otras ciencias sociales; por otro lado es una materia extremadamente sensible para los habitantes de un territorio (la vecindad) y el barrio que los rodea. En el explosivo desarrollo inmobiliario de los suburbios, es poco lo que se le ha entregado a la ciudadanía, primando el desarrollo de proyectos privados con espacios semi-públicos enrejados, por sobre espacios para sostener vida en ciudadanía (Janoschka, 2002). Pero aún cuando estos espacios han sido llevados a cabo, veremos que no siempre tienen el impacto que se espera. | La discusión por el espacio público es un tema que no deja indiferente a nadie. Por un lado es de sumo interés para la academia: teóricos del urbanismo, la arquitectura, la sociología y otras ciencias sociales; por otro lado es una materia extremadamente sensible para los habitantes de un territorio (la vecindad) y el barrio que los rodea. En el explosivo desarrollo inmobiliario de los suburbios, es poco lo que se le ha entregado a la ciudadanía, primando el desarrollo de proyectos privados con espacios semi-públicos enrejados, por sobre espacios para sostener vida en ciudadanía (Janoschka, 2002). Pero aún cuando estos espacios han sido llevados a cabo, veremos que no siempre tienen el impacto que se espera. | ||
'''<span style="font-variant: small-caps;">la pérdida de la civilidad</span>''' | '''<span style="font-variant: small-caps; font-size: 10pt">la pérdida de la civilidad</span>''' | ||
La periodista y teórica del urbanismo Jane Jacobs (1961) propone una postura bastante dura para los arquitectos, que vale la pena escuchar y entender: ''"(...) Se considera que los parques o espacios verdes vecinales son bendiciones que caen sobre las empobrecidas poblaciones urbanas. Pensémoslo de otra manera y consideremos que los parques urbanos son unos empobrecidos lugares que necesitan que les caiga la bendición de la vida y el aprecio"''. La autora argumenta sólidamente con casos reales (desde la observación de cómo funcionan distintas plazas norteamericanas) que una plaza no es ni será una solución mientras no se tenga la voluntad del vecindario para mantener dicho espacio. Es más, la plaza no es un elemento espacial mágico que súbitamente traiga vitalidad y vida de ciudadanía a espacios carentes de intercambio social (Sato, 2015); esto no debiese ser algo que nos sorprenda, ya que basta con pasear por distintos suburbios de nuestras ciudades para ver repetidas veces la misma escena: una plaza abandonada, quizás con juegos infantiles prefabricados, en muchos casos con malezas que no han sido cuidadas por años, cuyas figuras políticas locales solo recuerdan ante alguna elección. No es que no podamos encontrar casos de éxito, sino que pareciera que por cada caso funcional, encontramos tantos más disfuncionales. En este aspecto, vale la pena replantear la noción del espacio público y su rol como articulador social por sí mismo, cuando en muchos de los casos son otros los factores que lo vuelven un bien social. En base a esto podemos establecer que una plaza, por terrible que sea su ejecución, siempre será un espacio público, pero no necesariamente será un espacio democrático. Es una distinción importante, ya que en esto último subyace la crisis de espacios sociales de estos sectores, sin embargo ¿cómo definimos esta diferencia? | La periodista y teórica del urbanismo Jane Jacobs (1961) propone una postura bastante dura para los arquitectos, que vale la pena escuchar y entender: ''"(...) Se considera que los parques o espacios verdes vecinales son bendiciones que caen sobre las empobrecidas poblaciones urbanas. Pensémoslo de otra manera y consideremos que los parques urbanos son unos empobrecidos lugares que necesitan que les caiga la bendición de la vida y el aprecio"''. La autora argumenta sólidamente con casos reales (desde la observación de cómo funcionan distintas plazas norteamericanas) que una plaza no es ni será una solución mientras no se tenga la voluntad del vecindario para mantener dicho espacio. Es más, la plaza no es un elemento espacial mágico que súbitamente traiga vitalidad y vida de ciudadanía a espacios carentes de intercambio social (Sato, 2015); esto no debiese ser algo que nos sorprenda, ya que basta con pasear por distintos suburbios de nuestras ciudades para ver repetidas veces la misma escena: una plaza abandonada, quizás con juegos infantiles prefabricados, en muchos casos con malezas que no han sido cuidadas por años, cuyas figuras políticas locales solo recuerdan ante alguna elección. No es que no podamos encontrar casos de éxito, sino que pareciera que por cada caso funcional, encontramos tantos más disfuncionales. En este aspecto, vale la pena replantear la noción del espacio público y su rol como articulador social por sí mismo, cuando en muchos de los casos son otros los factores que lo vuelven un bien social. En base a esto podemos establecer que una plaza, por terrible que sea su ejecución, siempre será un espacio público, pero no necesariamente será un espacio democrático. Es una distinción importante, ya que en esto último subyace la crisis de espacios sociales de estos sectores, sin embargo ¿cómo definimos esta diferencia? |
Revisión del 22:07 27 abr 2019
Título | Leonardo Maldonado Tarea 4 - Módulo investigación T1 2019 |
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Asignatura | Módulo Investigación T1 2019 |
Del Curso | Módulo Investigación T1 2019 |
Carreras | Arquitectura |
Nº | 4 |
Alumno(s) | Leonardo Maldonado |
LA ARQUITECTURA PÚBLICA COMO POSIBILIDAD DE CONSOLIDACIÓN SOCIAL EN LAS COMUNIDADES SUBURBANAS DE DESARROLLO PRIVADO
Alumno: Leonardo Maldonado
Profesor: Patricio Cáraves
Carrera: Arquitectura
Abstract (segunda revisión)
En latinoamérica, la explosión demográfica y económica de las últimas décadas ha abierto paso al desarrollo de ciudades-dormitorio en base a modelos norteamericanos de suburbio. En estos territorios, el rol público se ha disminuido en favor de las esferas privadas, del mismo modo que su desarrollo se ha debido a negocios inmobiliarios permitidos por políticas neoliberales en desmedro de políticas públicas de desarrollo urbano. La velocidad con la que han emergido estos nuevos barrios ha superado la velocidad de operación del estado, en muchos casos constituyéndose como zonas sin orden ni representación gubernamental proporcional a su realidad, del mismo modo carentes de identidad.
El proyecto de investigación busca indagar sobre cómo un edificio cívico-consistorial puede servir como hito fundacional en un territorio irregular, sentando las primeras estacas del reto mayor que significa la recuperación de la vida pública-política; desde la contraposición de lecturas y analizando también un par de casos referenciales de espacios cívicos de características opuestas. En este sentido,se trata de cómo desde el proyecto de edificio y espacio público se puede generar un impacto urbano independiente del diseño urbanístico.
Se toman experiencias homólogas a casos chilenos en base a estudios de otros académicos latinoamericanos, analizando la situación respecto a la falta de espacios públicos y de propósitos espaciales; la planificación irregular y la oportunidad que presenta el espacio urbanizado pero no-gobernado.[1]
Palabras claves: espacio público, arquitectura cívica, suburbios
Desarrollo
La discusión por el espacio público es un tema que no deja indiferente a nadie. Por un lado es de sumo interés para la academia: teóricos del urbanismo, la arquitectura, la sociología y otras ciencias sociales; por otro lado es una materia extremadamente sensible para los habitantes de un territorio (la vecindad) y el barrio que los rodea. En el explosivo desarrollo inmobiliario de los suburbios, es poco lo que se le ha entregado a la ciudadanía, primando el desarrollo de proyectos privados con espacios semi-públicos enrejados, por sobre espacios para sostener vida en ciudadanía (Janoschka, 2002). Pero aún cuando estos espacios han sido llevados a cabo, veremos que no siempre tienen el impacto que se espera.
la pérdida de la civilidad
La periodista y teórica del urbanismo Jane Jacobs (1961) propone una postura bastante dura para los arquitectos, que vale la pena escuchar y entender: "(...) Se considera que los parques o espacios verdes vecinales son bendiciones que caen sobre las empobrecidas poblaciones urbanas. Pensémoslo de otra manera y consideremos que los parques urbanos son unos empobrecidos lugares que necesitan que les caiga la bendición de la vida y el aprecio". La autora argumenta sólidamente con casos reales (desde la observación de cómo funcionan distintas plazas norteamericanas) que una plaza no es ni será una solución mientras no se tenga la voluntad del vecindario para mantener dicho espacio. Es más, la plaza no es un elemento espacial mágico que súbitamente traiga vitalidad y vida de ciudadanía a espacios carentes de intercambio social (Sato, 2015); esto no debiese ser algo que nos sorprenda, ya que basta con pasear por distintos suburbios de nuestras ciudades para ver repetidas veces la misma escena: una plaza abandonada, quizás con juegos infantiles prefabricados, en muchos casos con malezas que no han sido cuidadas por años, cuyas figuras políticas locales solo recuerdan ante alguna elección. No es que no podamos encontrar casos de éxito, sino que pareciera que por cada caso funcional, encontramos tantos más disfuncionales. En este aspecto, vale la pena replantear la noción del espacio público y su rol como articulador social por sí mismo, cuando en muchos de los casos son otros los factores que lo vuelven un bien social. En base a esto podemos establecer que una plaza, por terrible que sea su ejecución, siempre será un espacio público, pero no necesariamente será un espacio democrático. Es una distinción importante, ya que en esto último subyace la crisis de espacios sociales de estos sectores, sin embargo ¿cómo definimos esta diferencia?
el espacio político
del espacio del poder...
...al espacio democrático
Sobre esto, es necesario revisar las carencias de los suburbios desde aspectos que escapan a la arquitectura pero que el urbanismo y la economía los pueden acercar. En un estudio de "unidades multifamiliares cerradas" en Cali[2], los académicos Peralta y García (2016) ven patrones no muy distintos a lo que podemos observar en las urbanizaciones nacionales: "este tipo de barrio se estaría desviando de las funciones institucionales y de espacio intermedio de resocialización secundaria, para configurarse en un territorio tendente al tránsito, a lo hermético y, por tanto, sin gran capacidad de generar reconocimiento mutuo entre residentes y, en general, entre todos sus usuarios." Para revertir esto, se trata quizás de los actores locales y en cómo se compone la sectorización de la ciudad: si tiene comercios; si es que hay una diversidad de usos en los edificios; si es que hay infraestructura; si es que hay servicios de utilidad para la gente local, etc. Así mismo sugiere nuevamente Jacobs (1961). Pero también puede existir una vía alternativa en dónde la arquitectura puede jugar un rol importante. En los casos en donde están dadas las bases para que un suburbio devenga en ciudad, ya sea por volumen demográfico o cualquier razón estadística, hay un momento crucial: cuando se consolida como nueva división administrativa. Ya sea que un suburbio ha crecido lo suficiente para "independizarse" de su núcleo administrativo original, llega el momento en el que se convierte en su propio municipio, comuna, provincia, distrito, etc. Entonces queda la posibilidad de emplazar un edificio que administre este territorio. Esto no es un hecho que suceda con frecuencia ni es la solución para todos los casos: la mayoría de los barrios jamás alcanza este "momentum" para consolidarse como ciudad, sin embargo en los casos en donde hay una posibilidad de edificar cívicamente, hay buenos antecedentes respecto de su impacto social.
En la arquitectura cívica sin embargo, debemos reconocer que existe una fuerte carga simbólica que puede ser herramienta de opresión y hermetismo de ser llevada acabo de una forma sesgada: "En España, al igual que en otros regímenes totalitarios, la arquitectura se empleó como un recurso propagandístico con la finalidad de ensalzar el principal objetivo político del régimen" (Portales & Palomares, 2012). Entonces, debemos distinguir entre una arquitectura pública que invita y abre el espacio, mucho más simétrica en su relación con el individuo mientras que otra somete e impone jerarquías y distancias. Es clave reconocer esto para no cometer los errores de la ola de edificios públicos que legó el brutalismo, que mientras pueden guardar algo de respeto por la academia arquitectónica, su envejecimiento en la opinión pública dista mucho de ser positivo[3] (Spencer, 2016).
Quisiera cerrar con en dos ejemplos paradigmáticos de espacios cívicos respecto a estos contrastes mencionados.
1. Congreso Nacional de Chile Juan Cárdenas, José Covacevic y Raúl Farrú Valparaíso, Chile (1990)
Ganador del concurso para realizar el Congreso Nacional en 1990, el edificio se ha convertido en un símbolo de poder y distancia de la ciudadanía. Lo que en el proyecto original estaba ideado como un parque abierto, hoy luce enrejado para separar a los ciudadanos de un muy bien mantenido jardín, a pasos de uno de los polos más caóticos de la ciudad de Valparaíso.
2. Ayuntamiento de Viborg Henning Larsen Architects Viborg, Dinamarca (2011)
El proyecto dota a la pequeña ciudad de Viborg, de 40.000 habitantes, de un centro consistorial que dobla como plaza y centro cívico/cultural. En él se desarrollan tanto actividades gubernamentales como actividades que invitan la participación de la ciudadanía, en torno al edificio y dentro de él.
En el caso del Congreso, si bien es cierto que no está inserto en un suburbio, ni que Valparaíso lo era cuando fue este edificio emplazado, lo cierto es que su origen se debió a una acción descentralizante —quizás con el propósito también de consolidar a Valparaíso. También tiene algo de este legado brutalista mencionado: masas sin diálogo con su entorno, que recuerdan al emblemático Ayuntamiento de Boston. Por otro lado, el Ayuntamiento de Viborg nos pone la otra posibilidad: en una ciudad de 40.000 habitantes (equivalente a la población de Placilla), el ayuntamiento regala una plaza a la ciudadanía, sin rejas y totalmente abierto. Al interior del recinto no solo se albergan los poderes políticos locales, sino que además dobla como centro comunitario para albergar diversas actividades culturales. El uso observado por los mandantes ex post ha sido evaluado como muy positivo por la actividad que le ha dado al lugar, reuniendo actores que antes se movían dispersos.
Así, tenemos más de una posibilidad correcta, así como incorrecta, de establecer "ciudadanía" desde la arquitectura. Lo importante es defender la noción de que esto sea un trabajo que deban realizar entidades públicas, al margen de lo positivo que puedan ser las experiencias de POPS (espacios públicos de propiedad privada), ya que como declara Lefevbre: "mientras el espacio público es cada vez más privatizado o sometido a mayores restricciones y control, las posibilidades para acciones democráticas son minimizadas". Se trata de defender el rol social del espacio cívico en los lugares largamente abandonados por los poderes políticos, aún como una cuestión de principios.
Bibliografía
Ansón, A., & Maderuelo, J. (2008). Paisaje y territorio. Madrid: Abada.
Berger, A., Kotkin, J., & Balderas-Guzmán, C. (2017). Infinite Suburbia. New York: Princeton Architectural Press.
Blakely, Edward J., & Gail Synder, Mary. (2002). Comunidades fortificadas: amurallamiento y enrejamiento de los suburbios estadounidenses. EURE (Santiago), 28(84), 145-147. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612002008400009
García, Francisco Adolfo, & Peralta, María del Pilar. (2016). Las urbanizaciones multifamiliares cerradas y su entorno urbano: una nueva geografía simbólica en la ciudad de Cali (Colombia). EURE (Santiago), 42(126), 55-76. https://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612016000200004
Jacobs, J. (2011). Muerte y vida de las grandes ciudades. Madrid: Capitán Swing Libros.
Janoschka, M. El nuevo modelo de la ciudad latinoamericana: fragmentación y privatización. EURE (Santiago) [online]. 2002, vol.28, n.85, pp.11-20. ISSN 0250-7161. http://dx.doi.org/10.4067/S0250-71612002008500002.
Lefevbre, H. (2011). La producción del espacio. Madrid: Capitán Swing Libros.
Mansilla Q, Pablo, & Fuenzalida D, Manuel. (2010). PROCESOS DE DESARROLLO URBANO-REGIONAL Y EXCLUSIÓN TERRITORIAL: Nuevas formas de urbanización en el área metropolitana de Valparaíso. Estudio de caso ciudad de Curauma. Revista INVI, 25(69), 103-123. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-83582010000200003
Montaner, J., Zaída, M. (2011). Arquitectura y Política: ensayos para mundos alternativos. Barcelona: Gustavo Gili.
Portales, Ana, & Palomares, Maite. (2012). La arquitectura como propaganda: Una mirada histórica de la arquitectura española. ARQ (Santiago), (80), 42-53. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962012000100011
Radic, Smiljan, Castillo, Eduardo, & Serpell, Ricardo. (2003). Barrio Cívico, Concepción. ARQ (Santiago), (53), 20-27. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962003005300008
Sato, A. (2015). De los bienes comunes y lo público. ARQ (Santiago), (91), 50-53. https://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962015000300008
Spencer, D. (2016)The architecture of neoliberalism: how contemporary architecture became an instrument of control and compliance. London: Bloomsbury.
Fichas nuevas
Título | The Architecture of Neoliberalism |
Autor | Douglas Spencer |
Año | 2016 |
Editorial | Bloomsbury |
Sección | Necessary Ignorance |
Resumen | El autor hace una revisión a cómo la arquitectura contemporánea ha reforzado el rol del mercado en la construcción del espacio social desde distintos elementos, tanto espacio público como la forma misma de los edificios posmodernistas, pasando incluso por aspectos tecnológicos. En este capítulo, se recalca el poder del neoliberalismo de gobernar efectivamente sobre masas des-empoderadas, ignorantes o ignoradas. |
Citas relevantes |
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Título | La producción del espacio |
Autor | Henri Lefebvre |
Año | 1974 |
Editorial | Capitán Swing |
Sección | EURE (Santiago) vol.28 no.85 Santiago Dec. 2002 |
Resumen | El artículo toca la modificación en el crecimiento urbano de las urbes latinoamericanas, en donde en las últimas dos décadas mientras se han reducido las brechas sociales (visto desde la estadística), ha crecido la segregación y el desarrollo de polos periféricos o ciudades dormitorio. Estos modelos han sido traídos desde los suburbios norteamericanos, resultando en paisajes urbanos cerrados en dónde se ha dado énfasis a la propiedad privada y se ha perdido la esfera pública. |
Citas relevantes |
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Título | De los bienes comunes y lo público |
Autor | Alberto Sato |
Año | 2015 |
Editorial | Ediciones ARQ |
Sección | Revista ARQ (Santiago) no.91 |
Resumen | El artículo manifiesta la necesidad de entender las nociones de "bien común" y "espacio público". Advierte del problema de la idealización del espacio público per se en los arquitectos y la arquitectura, especialmente cuando estos espacios no son utilizados de manera realmente colectiva. |
Citas relevantes |
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Notas al pie
- ↑ Esta discusión bibliográfica forma parte del proyecto de título de Un Centro Cívico para Placilla.
- ↑ Este es un caso idéntico a lo que ve Janoschka en el barrio de Nordelta de Buenos Aires, guardando proporciones con el valor del suelo. Del mismo modo se aplica a los casos de Placilla, Huechuraba, etc.
- ↑ No por nada se ha emprendido una masiva demolición de edificios de ésta época a lo largo del mundo, siendo el caso más importante el del Boston City Hall https://www.bostonglobe.com/opinion/2013/09/23/boston-city-hall-should-torn-down/oVs2ywpJg1qHZkmmmZIYIL/story.html