La mujer ambivalente de Gustav Klimt - Aurelia Sánchez Chacón

De Casiopea
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TítuloEnsayo 1-2ºS 2020
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2020 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
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Alumno(s)Aurelia Sánchez

La Mujer Ambivalente de Gustav Klimt

Belleza Identitaria destemporalizada

Se presenta, se representa aparente la belleza envuelta en un destiempo paradigmático que plasma aquel goce de aceptación identitaria fuera del presente, condicionado por lo figurativo de lo heredado. Tiempo estático y espacio rígido detiene e inmoviliza el ahora y el aquí el cual aparece en la ruptura. ¿Dónde queda entonces, y cuál es aquella belleza alegórica incondicional de la identidad?

Reflexión que toma su origen en y con el pintor Gustav Klimt nacido en Viena el 14 de julio de 1862, Viena como capital del nuevo imperio Austro-Húngaro en 1867 y centro cultural de Europa caracterizado por el conjunto de paradigmas plasmados en una obra de academismo clásico predominante que toma protagonismo con la fundación en el mismo año 1867 de la Escuela de Artes aplicadas de forma complementaria al Museo imperial Austriaco de Arte e Industria. Escuela que tiene como fin, poder extender y emitir conocimientos prácticos y el perfeccionamiento técnico a modo de unificar el quehacer artístico con los métodos de producción artesanales e industriales, siendo esta reconocida por ser el centro de la doctrina historicista.

Es bajo esta doctrina el enclave determinante del tipo de arte desarrollado durante el siglo XIX basado en el estilo ornamental Biedermeier (1815-1848), donde cada detalle concreto y decoración plástica responden según el modelo, glorificando el desarrollo histórico. Caracterización en cuanto se actualiza el pasado bajo un concepto temporal definiendo un lugar preciso en el espacio y luz naturalistas, como un estar inamovible, irrepetible, palpable, susceptible racionalmente, representando autenticidad, verdad, pureza de la tradición y experiencia histórica, llegando a ser definido como un “Llamado al pasado”, donde el renacimiento Italiano en la cultura liberal Vienesa era considerado un período cerrado e irrecuperable de ideales formales y de temática histórica.

La belleza es ubicada desde un punto de valor indirecto y con un tiempo determinado, teniendo además un rol funcional útil en su concepción de “espejo” a modo de recordatorio de un orden y forma de ser, además de sostener un tiempo desde una valoración exterior de lo representativo ornamental. “Somos un adorno” frase rescatada de la película “Gustav Klimt”, la cual da cuenta de un desarrollo artístico, político y social, en protagonismo de la burguesía liberal, en donde el estilo artístico de la época se desarrolló de alguna manera entorno a la identidad de esta elite, donde el Arte pictórico historicista buscaba cierto reconocimiento y consideración de sí misma la burguesía y de su siglo heredado y valorado, nombrándose como auténtica portadora del progreso material y cultural del siglo. Reconocimiento que es representado y aparece en aquel original histórico, imitación mecánica, métodos de copia naturalista y sobre todo por un destiempo que inhibe la libertad en cuanto al desarrollo de la obra de arte, no así su expresividad ya que esta palabra está sujeta a cierta ideología teniendo en este tiempo una connotación y vínculo con aquello útil y por lo tanto expresivo y en consecuencia bello.

Es en este contexto artístico, político, social y disputa de lo bello y expresivo, donde Gustav Klimt comienza, luego de sus estudios en la Escuela de Artes aplicadas, su carrera como pintor involucrándose en principio de lleno en la “era de la RingstraBe” nombre que toma la avenida circundante en la época fundacional de Viena, en la cual se plasmaron los ideales historicistas de un arte monótono, predominando fuertemente el renacimiento Italiano y siendo klimt un colaborador a este dibujo ornamental, copiando esculturas, relieves decorativos, objetos del arte industrial y dibujos figurativos en conjunto con su hermano Ernst y su compañero Franz Marsch configurando la “Compañía de Artistas”. Tiempo e historia enfrentados y reglamentados en lo que respecta a una totalidad referida en esta reflexión al desnudo y su expresividad clásica idealista utópica determinada como belleza, la cual se encuentra bajo reglas de representación y modo temporalizado.

Aquí, el retrato, donde se deja de ser espectador y en el observar mismo se reconoce y hace parte de la historia representada desde el detalle realista. Una completa honradez al personaje en tiempo, lugar y luz. Nuevamente la identidad, una identificación única de cierto grupo social. Klimt en su realización de arte pictórico historicista y en busca de esta aparente identidad, utiliza la representación de la femeneidad y el desnudo femenino para llegar a aquella identidad mencionada mediante la sensualidad y el erotismo de sus figuras, transformando levemente sus obras en alegorías alterando de algún modo el retrato como tal.

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Paralelamente al desarrollo del arte de klimt, surge en 1873 la crisis de la burguesía liberal y del liberalismo desde un punto de vista económico (“La gran depresión” La caída de la bolsa en Viena y la quiebra de la unidad bancaria Jay Cook and company) , político e ideológico, grupo social que hasta entonces, como se mencionó anteriormente, había sido el actor e impulsor del arte y la cultura en Viena. Dada la crisis y la tensión entre clases sociales, poderes políticos y la vida de masas originada por la segunda revolución industrial en 1870, nace la denominada “La cuestión social”, movimiento obrero como ente que toma protagonismo ante la crisis sumado de un conflicto étnico identitario dentro del imperio Austrohúngaro. Se distingue un dentro y fuera, un limbo entre dos realidades que responden a un espacio, luz y tiempo distintos, es decir, aparece una nueva identidad protagonista de grupos anteriormente excluídos del poder político. (Grupo literario “Jung Wien” primer grupo secesionista que protestó contra las éticas tradicionales y normas artísticas)

Contexto social, político, ideológico y económico que trajo en las obras de Klimt un nuevo modo basado en la construcción de “otro presente”, es decir, de una nueva concepción temporal entre pasado y presente que articula por lo tanto una búsqueda por la identidad actual, aquella identificación en presencia sensible de la femeneidad, la cual dispone una viveza y expresividad, una nueva visión de la antigüedad clásica, una reactualización. La femeneidad como aquella imagen que se posa desde su pureza maternal y seductiva, alterando el ideal cultural académico, donde toma los símbolos históricos y les proporciona una presencia, dando cabida a una identificación aparente de la figura histórica a través de la gestualidad erótica y seducción característica de una expresión interior y en diálogo con aquello indefinido del lugar, trayendo consigo un tiempo real y una “belleza fugaz”.

Klimt desarrolla una expresividad del pasado en busca de una permanencia ideal y de la antigüedad clásica unificando a esta última con el herotismo, un todo simbolizado desde la imagen “ambivalente femenina.”

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Es este símbolo femenino el cual klimt utiliza y trae una doble presencia temporal, responde no solo a una época, sino a un tipo de sociedad, a un sistema económico, político y a una ideología predominante. Es a través de la imagen femenina y el trabajo de su gestualidad y detalles de lugar o no lugar, donde se visualiza radicalmente un quiebre identitario influenciado por su contexto. Imagen que acompaña al artista como aquella verdad que revela lo ambivalente, es decir, lo establecido y lo nuevo en presente.

Nuevamente la pregunta inicial ¿Dónde queda entonces, y cual es aquella belleza alegórica incondicional de la identidad?

A modo de conclusión y de acuerdo a lo desarrollado, se pueden identificar dos identidades presentes en un mismo tiempo, es decir, en el siglo XIX. Siendo una primera exclusiva aparente, ornamental con lugar determinado (espacio y luz) y sin tiempo, y una segunda representativa real en la gestualidad, la cual no posee lugar pero sí un tiempo el cual es reconocido esfímero. La belleza por lo tanto se presenta de dos modos respondiendo desde la imagen de la mujer ambivalente, a dos tiempos, a dos identidades condicionada y no condicionada por lo determinado, pudiendo ser distinguida desde un tiempo pasado como belleza impropia y desde uno presente como belleza propia, es decir, la belleza como una expresión sin tiempo pero que trae en su representación un valor presente ambivalente que depende de su contexto y trasciende de lo mundano de la visibilidad. ¿Es posible entonces el aparecer de la belleza sin ser representada?

Referencias

G. Klimt, (2020), A cada tiempo su arte A cada arte su libertad, ARTEyALGO más, https://arteyalgomas.com/2019/10/24/gustav-klimt-a-cada-tiempo-su-arte-a-cada-arte-su-libertad/

R. Ruiz, (2006), Klimt, Austria

Gustav Klimt, (1991), Benedikt Taschen