La empatía como motor para el proceso de diseño

De Casiopea



TítuloLa empatía como motor para el proceso de diseño
AsignaturaTaller de Diseño de Servicios
Del CursoTaller de Diseño de Servicios 2019
CarrerasDiseño
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Alumno(s)Daniela Peñailillo

La empatía como motor para el proceso de diseño

“Estar con el otro es un componente central del Dasein, y la empatía es un fenómeno que surge de estar con un otro”, con esta afirmación el autor nos abre la ventana hacia el rol que cumple la empatía en el proceso de diseño y del vínculo que existe (o que debería existir) entre el diseño/diseñar y la empatía.

Para entender la importancia de la empatía en el diseño, es necesario entender el origen de ambas palabras, su real significado y procedencia, no solo para conocer sus raíces sino para entender el valor que estas tienen hasta el día de hoy. Si consideramos la etimología de la palabra empatía nos encontramos con que la palabra fue tomada del griego "empátheia" y que posteriormente el vocablo deriva con sufijo de cualidad –“eia” del adjetivo "emphatés" que significa afectado y emocionado, que se apasiona internamente, expuesto a las pasiones, y también tardíamente enfermo. Este adjetivo se compone del prefijo griego "en", el cual significa “en el interior”, y la raíz de la palabra "pathos", el cual significa afección, padecimiento, sentimiento, enfermedad.

Con esta descripción logramos entender que Empatía en un principio no tiene que ver con un otro, sino más bien tiene que ver con algo que nace desde nuestro interior condicionando nuestra forma de actuar y que posteriormente se ve expuesto en mi comportamiento con un otro. La etimología de la palabra nos indica que la empatía es una emoción que siente el ser, en distintos grados, tales como pasión, algún tipo de padecimiento e incluso enfermedad, por lo que logramos entender que estar en un estado de empatía involucra necesariamente encontrarnos en un estado presente del sentir.

Ahora vámonos a la etimología de diseño que nos presenta el autor, el cual destaca la investigación de Mitcham quien apunta a que el diseño es un acto intencional o plan intencional que los diseñadores ejecutan en el proceso de diseño. Intentando entender lo que dice, podemos deducir que el diseño o el diseñar es algo premeditado, que se elabora previamente incluso antes de interactuar con alguien, sin embargo, y a pesar de esta premeditación, el otro siempre debe estar presente en el proceso de diseño a pesar de no tener muy claro para quien estamos diseñando.

Entonces si hacemos la relación entre empatía y diseño, entendemos que una de las habilidades que deben primar (mayoritariamente) en un diseñador es la empatía, ya que es a través de esta que el diseñador puede construir su argumento y que este sea de relevancia para su proyecto. Como lo afirma variadas veces el autor a lo largo del libro, cualquiera puede diseñar, sin embargo, el deber del diseñador es tener un especial cuidado con ciertas cosas, una de ellas es generar la aparición de la empatía en su trabajo. Ahora bien, ¿Cómo es que un diseñador logra la aparición de la empatía?

Para Heidegger, el conocimiento y la comprensión provienen de nuestras interacciones con las cosas y entre nosotros, en lugar de las formulaciones teóricas separadas de una mente divorciada. Para que el proceso de diseño exista como tal, o de una manera correcta, es necesario interactuar y tener conocimiento del sujeto para el cual se está diseñando, (sea una persona, cosa, entelequia, lugar, etc.), es durante la interacción donde surge el vínculo y donde se van formando las distintas emocionalidades que dan paso a la empatía.

Uno de los significados que nos entrega la RAE respecto al conocimiento es: “Estado de vigilia en que una persona es consciente de lo que la rodea.”, con esta aseveración logramos relacionar el conocimiento inmediatamente a la empatía, puesto que para ser conocedor de algo uno debe ser consciente de este y es en ese conocer donde se genera el vínculo que finalmente nos logra llevar hasta la empatía. En otras palabras, yo no puedo sentir empatía sin tener conocimiento de este.

El autor nos plantea la diferencia fundamental entre un diseñador y un no diseñador (un artesano, por ejemplo). El artesano “diseña” o crea para sí mismo utilizando su creatividad y habilidades como fundamento central para sus creaciones, las cuales en ciertas ocasiones pueden llegar a las personas haciendo que se identifiquen con ellas, sin embargo, lo que el artesano hace no tiene como finalidad un otro, su creación está hecha para satisfacer su propia necesidad involucrarse con el material o simplemente con el hecho de querer crear algo. El diseñador por otro lado debe (casi por obligación) poner a un otro como base fundamental en todo su proceso de diseño, sobre todo en el inicio de este, ya que los argumentos con los que se debe comenzar un proyecto deben partir de un estado empático del diseño, no diseñar para mí y basado en mis propias condiciones, sino basarme en las condiciones y/o experiencias que presenta un otro. La diferencia fundamental se da en el pensamiento que tiene un diseñador, el cual mira el mundo de una manera objetiva, sin ponerse en el centro de este, y desde ahí junto a la empatía comienza a plantear distintas hipótesis de diseño respecto a lo que realmente el mundo (sujeto) necesita.

Es decir, los no diseñadores dan forma a su mundo a través de la actividad cotidiana, pero no aplican el pensamiento profundo e involucrado que los diseñadores hacen o deberían hacer. Es en este punto donde el conocimiento toma real importancia en el oficio del diseñar, ya que es necesario dar un paso más allá de lo cotidiano, entonces, para que un diseñador pueda llegar a la empatía que el diseño como tal exige, es necesario involucrarse, tomar conocimiento de para que o quien se hará el proyecto de diseño y recién ahí comenzar a construir un argumento para el diseñar. La aparición de la empatía es el paso previo para cualquier proyecto de diseño.

Dicho esto, podríamos inferir que el diseño podría ser la demostración más significativa de como la empatía se presenta como un fenómeno consciente.