La emoción y la razón mezcladas ante la música vanguardista - Isidora Vargas Fuentes

De Casiopea



TítuloEnsayo 2-2°S 2020
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2020 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Isidora Vargas

La emoción y la razón mezcladas ante la música vanguardista

El nacimiento de una expresión artística entre lo caótico

La muchacha y la muerte (1916), Egon Schiele.

[1]

Mencionado en el ensayo anterior, el origen de las vanguardias se desarrolló en medio del caos. Luego de estallar la Revolución Industrial, la llegada de los avances tecnológicos y la Primera Guerra Mundial, el mundo como lo conocían se derrumbó en crisis. El individuo pierde su individualidad y propia humanidad progresivamente, por lo que la sociedad se embarca en una búsqueda por romper con la estética realista a través de distintas expresiones artísticas, con la finalidad de renovar radicalmente el arte, la música, la escritura, arquitectura y cualquier rama que exprese de alguna manera emociones.

Las bases del vanguardismo impulsaron el sentimiento de renovación, donde incitaban la libertad de creación, el ir contra los paradigmas establecidos y la invención desde lo propio, para así encontrar un sentido a la existencia del ser humano y una autenticidad para diferenciarse del resto. El individuo va formando sus propias obras sin seguir límites ni normas impuestas, explorando en todos los ámbitos de la vida humana.

Teniendo en cuenta el contexto caótico con la expresión artística de la época, concebida desde un punto de vista simétrico, de cierta forma se atrofia la forma de ver el arte, por lo que se gestan diversas corrientes contraculturales, destacándose intelectuales como Karl Kraus, dramaturgos como Franz Wedekind o el artista plástico Egon Schiel, quienes comenzaron a plasmar tabúes de la sociedad mediante trazos distorsionados. Estas corrientes que en ese entonces se conocían bajo la denominación de expresionismo, encontraron una referencia principal en un grupo pequeño de compositores liderados por Arnold Schönberg y comenzaron a derrumbar la lógica anterior y tradicional.[2]


Dodecafonía: Técnica compositiva que revolucionó más allá de la música

Serie dodecafónica de la Suite para piano op.25 de Arnold Schönberg (1923) en sus cuatro formas canónicas: Original, Inversión, Retrogradación, e Inversión retrogradada.

[3]

En el año 1921, el compositor Arnold Schönberg fundó el concepto de dodecafonismo complementando con previos estudios de composiciones atonales, cuestionándose todas las reglas de la armonía vigentes hasta entonces. Esta técnica consiste en ocupar los 12 sonidos de la escala cromática occidental utilizando series de notas determinadas previamente, y con esto declarando una ruptura con el sistema tonal que trascendía desde el apogeo de las composiciones de Ludwig Van Beethoven.

Con el estreno de su poema sinfónico “Pelleas et Melissande” en 1905, se pusieron de manifiesto las abismales diferencias entre el compositor y la crítica musical de la época. Un crítico manifestó: “Uno tiene que habérselas aquí con un hombre que, o está loco, o toma a sus oyentes por idiotas”.[4]

Schönberg en un principio no elabora una normativa rígida para la implementación de su técnica, ni tampoco demuestra que esta sea un mero ejercicio intelectual matemático, sino que lo ve como una especie de conclusión inevitable producto de su experimentación componiendo justificado por su afán de llevar a cabo novedosamente un conjunto de experiencias, sin embargo, no pudo evitar que posteriormente sea catalogada como una teoría estricta con pasos muy claros y cada vez perfeccionada aún más.

Al escuchar una pieza de este compositor se identifica fácilmente que pertenece al dodecafonismo, ya que es muy reconocible, al igual que cualquier pieza compuesta con esta técnica. Más allá de lo musical, el dodecafonismo complementa nuestra forma de apreciar los sonidos en sí, derrumbando el sistema clásico de las emociones, ya que, al igual que en el ser humano las emociones no son blancas, negras o solo de colores, sino que es un espectro infinito de combinaciones que convergen en un ser y así mismo puede expresarse en cualquier rama artística.

"El primero de los objetivos de una teoría de la forma es el de sacar a la luz la finalidad de todas las formas artísticas, dicho de otro modo, de mostrar que ellas tratan de dotar a la obra de arte de una estructura interna y externa que permita reconocerla como accesible a las cualidades de nuestra inteligencia. Es en razón de su parentesco, analogías, afinidades con todo aquello que aprendemos por el espíritu, el sentimiento y la sensación que seremos capaces de hacerla nuestra, de apropiárnosla, de sentirnos concernidos por ella..."[5]

Si bien la música ha estado en constante cambio a lo largo de la historia, esta variación representa un antes y un después en la forma de ver el mundo y el sonido, dando a conocer un universo nuevo de experimentación que escapa de lo cotidiano y completamente disyuntivo con lo que para la época era el común de la sociedad.

Gracias a la creación de esta técnica se dio paso para que variados compositores tales como Luciano Berio y Luigi Dallapiccola, exploraran esta nueva arista musical y complementaran los sonidos con otros elementos, para así poder controlar la duración, las articulaciones, etc, la cual luego se denominaría serialismo integral, llegando así a una técnica compositiva mucho más amplia y enriquecida. En los tiempos actuales, variados autores coinciden en su novedad: “El serialismo-dodecafónico se presenta al estudioso de la música como una artesanía, un juego dialéctico entre el rigor y la libertad poética, una mezcla entre magia y razón”.[6]

Este método funcionó más allá de la propia música, proporcionándole al compositor una técnica fundada y a la vez de libre expresión, la cual rompía con los esquemas tradicionales con un sonido irregular y aleatorio, pero rigurosamente producido e intencional. Su escritura se practicaba como respuesta ante el caos habitual, captando la emoción trágica, presente y constante en el ser humano de la época.

“El serialismo dodecafónico es de por sí interesante e intrigante, pues da cuenta de las mutaciones estructurales que sufrió la música tonal en su esencia misma –después de siglos de predominio y vigencia–, transitando hacia una nueva forma de pesar, sentir y escribir las partituras desde la otra orilla, aquella atonal… En síntesis, el paso de la música tonal a la música atonal conlleva un cambio de paradigma, que incluso fue más allá de la propia música.”[7]

La Bauhaus y el dodecafonismo

La Bauhaus fue fundada en 1919 para crear una nueva academia en la que se estudiase arquitectura, diseño, artesanía y arte, con la intención de crear una nueva edificación dejando a un lado las diferencias entre artista y artesano.

El objetivo principal era unir todas las artes con la tecnología moderna, teniendo como fin principal la creación de diseños para personas con diferentes niveles adquisitivos, centrándose en la sociedad con una economía media, puesto que en éste período socioeconómico producido por la segunda revolución industrial y el auge de las industrias, era lo que más abundaba. Se buscaba la esencia del objeto, intentando encontrar un arte revestido de espiritualismo. En la primera etapa de la escuela, desde 1919 hasta 1923, predominó la vertiente de la vanguardia alemana expresionista, de la cual Schönberg era un gran exponente.

La relación presente entre la música dodecafonista de Schönberg y la Bauhaus se refleja en una mezcla de estos nuevos movimientos y su repercusión social colectiva, explorando artes y oficios predeterminados por la convención y la necesidad, pero con una libertad de desarrollo y actitud anti academicista. La Bauhaus es un movimiento importante en todas las área, no sólo del diseño y el arte, sino también como pensamiento social.

La idea de vincular estos dos conceptos viene del movimiento rupturista de ambos, los cuales se desarrollaron de forma paralela, impulsadas por el mismo contexto social de la primera parte del siglo XX.

Así, la composición musical puede percibirse como otro método de expresión artística que incitó a la ruptura de lo tradicional, tal como la Bauhaus. La música y el diseño vanguardista cuestionó lo impuesto y motivó a los autores a explorar más allá de lo que habían aprendido hasta el momento y proponer nuevas formas de creación. Cada hallazgo, cada nuevo paso que se avanza en una materia, es lo que permite abrir horizontes para llegar a lo que conocemos hoy.

Referencias

  1. Recuperado de: https://photos.google.com/share/AF1QipMz1iONkA7VsU68_xMN0-Zabdbc4QdX-N09hie8lBShy2CFSb980FXbVJiJc0ETxQ?key=dEt0OUZuYWNIN3RDYXlnYWVzZnFURk5KdE5VVWh3
  2. Unidad 26 – Expresionismo musical y underground. (2020, 7 febrero). HISTORIA DE LA MÚSICA. https://bustena.wordpress.com/historia-de-la-musica-online/el-siglo-xx-y-la-era-del-sonido/unidad-26/
  3. Recuperado de: https://bustena.wordpress.com/historia-de-la-musica-online/el-siglo-xx-y-la-era-del-sonido/unidad-29/
  4. Martínez, P. R. (2005, diciembre). La esencia del dodecafonismo. Filomusica, 71°. http://www.filomusica.com/filo71/dodecafonismo.html
  5. Rovira Llobera, T. Aspectos constructivos de la vanguardia histórica : Ozenfant, Le Corbusier y Schoenberg. Tesi doctoral, UPC, Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona, 1986. ISBN 9788469405222. Disponible en: <http://hdl.handle.net/2117/93191>
  6. Ortega, Silvia Herrera. Tradición, vanguardia y ruptura. El serialismo dodecafónico en Chile.. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, 2017. 267 pp.p.
  7. Matthey Correa, Gabriel. (2019). Tradición, vanguardia y ruptura. El serialismo dodecafónico en Chile. Revista musical chilena, 73(231), 158-160. https://dx.doi.org/10.4067/S0716-27902019000100158