Diferencia entre revisiones de «La democracia de hoy»

De Casiopea
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==Los atributos permanentes de la democracia==
==Los atributos permanentes de la democracia==
Independiente de la caracterización que adquiera una democracia en base a su contexto, Nogueira reconoce la existencia de atributos que debiesen estar siempre presentes en ellas. Estos atributos serían valores, principios y reglas del juego.
En cuanto a los valores esenciales de la democracia, encontramos el reconocer la dignidad de la persona humana. Entendiendo a la persona como un ser racional, ya que puede pensar; que tiene voluntad, dado que puede dirigir su conducta; que tiene afectividad, dado que puede sentir y generar adhesión a personas cosas y valores; que es consciente de sí misma, por tanto puede relacionarse con otros; que es capaz de aprender, pudiendo perfeccionarse; y,  nalmente, que es libre y puede elegir entre opciones diversas y proponer nuevas alternativas.<ref>Ibíd, p. 34-35.</ref>
Lo anterior lleva también al segundo valor, el cual sería el reconocer la libertad e igualdad como esencial como fin de la vida política ya que ''no es posible ver una libertad efectiva de todos los miembros de una sociedad sin que exista una igualdad política, social y económica, como asimismo la igualdad efectiva tampoco puede darse sin la existencia del reconocimiento y ejercicio de efectivo de la libertad para todos''.<ref> Ibíd, p. 35.</ref>La libertad aquí es entendida no solo como una libertad -autonomía para hacer, sino también como libertad-participativa, ''Derecho que tiene el pueblo de asociarse al ejercicio del poder con el objeto de impedirle que imponga medidas arbitrarias, para poder así ejercer el poder en la sociedad, determinando por sí mismos el régimen político en el que desean vivir [auto- determinación de los pueblos]''.<ref> Ibíd, p. 36.</ref> La libertad así entendida, ''no solo debe conceder los derechos y garantizarlos jurídicamente, sino que también debe garantizar la posibilidad efectiva de ejercerlos en la práctica, de contar con todos los medios necesarios para poder ejercerlos''.<ref>Ibíd, p. 38. </ref> Por lo tanto el deber de la sociedad es:
''eliminar los obstáculos externos y favorecer determinadas orientaciones, entre las cuales deben contarse el desarmar cualquier forma de opresión de las personas ya sea política, social, económica o cultural); el establecer alrededor de la persona un margen de independencia y de vida privada, como asimismo una organización del orden social sobre el principio de la responsabilidad personal y de una participación activa de las personas que conforman la comunidad nacional; y una disposición de las estructuras sociales y económicas que permita a todos los miembros de una sociedad tener los medios materiales necesarios para vivir una existencia digna que facilite al hombre las condiciones para el desarrollo de su fecunda vocación libertaria. Así, la justicia y la libertad son los valores que posibilitan que todos puedan hacer un efectivo uso de la libertad. El constante reordenamiento de las estructuras sociales y económicas, como la constante preocupación por la dis- tribución justa de los ingresos y la riqueza, es una tarea en este sentido de suma importancia. Ni la miseria ni los privilegios son posibles de soportar en una sociedad de- mocrática, como asimismo, ésta debe luchar permanentemente contra las discriminaciones de todo tipo.''
''Una auténtica sociedad democrática no puede contentarse, como lo hizo en su época el liberalismo, con la mera igualdad ante la ley, sino que, además de proteger jurídicamente la igualdad de todos los hombres, debe asegurar una igualdad de oportunidades y una igualdad de resultados que cubran las necesidades fundamentales del hombre (salud, vivienda, educación, etc.).''<ref> Idem. Los defensores de la desigualdad apelarán frente a esto que los hombres son distintos entre sí por naturaleza y por tanto la desigualdad no puede dejar de existir, sin embargo Nogueira replica que “las desigualdades concretas no pueden llevar a una sociedad en que sus ciudadanos tengan calidades de vida diferentes: mientras unos estén en la miseria, otros gocen de las franquicias de la sociedad de consumo postindustrial. Las diferencias de situación no pueden llegar a tales extremos y la sociedad debe preocuparse porque la diferencia de situación individual y grupal pueda reducirse al mínimo posible, como también los más favorecidos deben asumir la carga proporcional en las obligaciones sociales”.</ref>





Revisión del 22:15 12 dic 2016







Caso de Estudio
NombreLa democracia de hoy Entre la incapacidad y la capacidad del pueblo para autogobernarse
AutorKim López
RelacionadoDiseno para la democracia
Estudiado enTaller de Diseño Gráfico Titulación 1
Estudiado porKim López


LA DEMOCRACIA HOY

Entre la incapacidad y la capacidad del pueblo para autogobernarse

Abstract

La siguiente investigación tiene como propósito abordar distintas construcciones teóricas del concepto de “democracia” y, con ello, poder elaborar mapas de ujos que respondan a la pregunta de cómo los ciudadanos se hacen partícipes o no de la construcción política de las sociedades según cada modelo.

El estudio comenzará por el modelo de democracia griega (o ateniense) como precedente. Seguidamente se verán las bases fundantes del Estado moderno con el modelo de Monarquía Absoluta que, si bien no entra en la categoría de democracia, nos servirá para ver las bases desde las cuales se levanta el modelo democrático liberal y su construcción teórica. La estructura analítica, a partir de la cual se abordarán los distintos modelos teóricos, contempla la revisión de los elementos antropológicos, los fines y los mecanismos de cada uno de ellos. Dicha estructura nos permitirá comprender el fundamento a partir del cual se establecen ciertas de niciones, tales como, quiénes pueden ser ciudadanos y participar de la construcción política en distintos grados, dónde reside el poder y la soberanía, quién ejercer el poder, entre otras; cuestiones que nos per- miten comprender el ujo de participación de ciudadana según los distintos modelos.

Todo lo anterior nos permitirá establecer relaciones entre los distintos modelos teóricos estudiados, los regímenes políticos en general y la democracia en particular, para, en una posterior investigación, tener elementos claros con los cuales abordar en profundidad los elementos primordiales que debe considerar toda democracia.[1]

Keywords Democracia | elitismo | participacionismo

Remitiéndonos a la investigación conceptual anterior, el concepto de democracia corresponde al poder del pueblo, gobierno del pueblo o, en de nitiva, que el poder reside en el pueblo. Esto al provenir del griego Demos y Kratos, cuyos signi cados son pueblo y poder, autoridad o gobierno, respectivamente.

Para el presente apartado tomaremos como caso de estudio el texto del escritor constitucionalista Humberto Nogueira [2] Regímenes políticos contemporáneos, [3] con el cual podremos obtener una visión más completa sobre el concepto de democracia y los regímenes democráticos desde el modelo liberal hasta nuestros días.</ref>

Es en el capítulo II de su libro donde Nogueira profundiza con respecto a la democracia y a ésta como forma de gobierno.[4]El estudio de las formas o mecanismos que ésta puede adquirir nos dará luces con respecto a, por un lado, qué elementos especí cos son los que de nen una democracia y, por otro, que tipo de democracia tenemos hoy en nuestro país. De esta manera, podremos tener más herramientas para tener una postura con respecto a qué tipo de democracia es la más completa para que un cuerpo político,5 cualquiera sea este, se pueda gobernar a sí mismo.

El poder reside en el pueblo

Según Nogueira, “la primera formulación histórica de la democracia la encontramos en la Atenas del siglo v a.c., luego desaparece, para renacer en Suiza en el siglo XIII... hasta el surgimiento de las democracias modernas en el siglo XIII [democracias burguesas]”.[5] En los dos primeros casos el concepto implicaría “el ejercicio del poder por el pueblo, la aceptación de que la autoridad reside en el pueblo”.[6] Hoy por hoy, todos los regímenes políticos buscan cubrirse con el manto legitimador de la democracia, aun cuan-do ellos nada digan en relación o incluso sean negadores de principios esenciales de la democracia.[7] Sin embargo, como señalara Sartori creer que un sistema político es una democracia por el hecho de que se llame así, es una forma de destruir la democracia por su propio nombre.[8]

Un acento pone Burdeau para reforzar la concepción general de democracia al señalar que no hay democracia auténtica más que cuando el pueblo, soporte del poder político, es puesto en condiciones de ejercerlo directamente o, al menos, de controlar su ejercicio. [9]

Así también lo señalan y reconocen las distintas declaraciones que tratan de llegar a consensos generales con respecto a temas especí cos y principios claves de la organización política de las sociedades. Ejemplo de esto lo podemos encontrar en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en donde se señala que toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente elegidos,[10] lo cual nos remite nuevamente al hecho de la representatividad frente a la forma directa de gobernar por parte del pueblo, a partir de lo cual se considera, básicamente, que ambas son válidamente democráticas. Prosigue considerando la misma declaración que la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público, la cual se expresaría a través de elecciones auténticas que habrá de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.[11] Según Nogueira, lo que estaría detrás de esos principios es uno de los elementos esenciales de la democracia, a saber el derecho del pueblo a autogobernarse,[12] el problema que podemos ver a la luz de nuestras democracias actuales radica en que un régimen perfectamente podría tener todos estos elementos, de hecho la mayoría suscribe la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y aun así no ser considerada una democracia válida para sus habitantes.

La democracia ideal y las democracias reales

Partiendo del hecho de la democracia no es una y para siempre sino que es más bien un desarrollo y un proceso histórico que se va alcanzando tras la lucha y la conquista de espacios democráticos, tal como señalásemos en el apartado anterior, Nogueira señala cuales son los aspectos históricos que deben contemplarse al momento de analizar los regíme- nes de gobierno y, en particular, las “democracias reales”.[13]

En primer lugar, habría que considerar el signi cado de las expresiones de “pueblo” y “ciudadano” que los regímenes políticos tienen, los cuales, a nuestro parecer, derivan de la concepción antropológica dominante en la sociedad en cuestión. Ejemplo claro de ello son las diferencias que podíamos encontrar entre los modelos griegos, liberales y los modelos de nuestros días, en donde, en el primero sólo un 10% de la población eran hombres libres y con plenos derechos políticos, mientras que en el modelo liberal lo eran solo quienes podían acreditar una situación económica determinada y, hoy, la ciudadanía se ha expandido asumiendo un carácter de universal, abarcando prácticamente la totalidad de los nacionales en edad adulta, [ya que ha] desaparecido la esclavitud, el voto censitario y de capacidades, las discriminaciones religiosas, de raza, ideológicas y sexuales.[14]

Un segundo aspecto que contempla es la “extensión territorial y el número de habitantes que tienen hoy las so- ciedades políticas, como el desarrollo económico, social, político y cultural de ellas”.[15]

En tercer lugar, habría que ver cuán cerca está el régi- men del ideal democrático, el cual, para Nogueira, es el que busca realizar el desarrollo humano, teniendo en consideración los valores y las necesidades de la persona y de su vida de relación... el respeto de la dignidad humana y la realización de la libertad y la justicia en la igualdad, constituyen las tesis permanentes del ideal democrático.

Todas estas variables tienen mayor o menor respuesta en relación al caso concreto e histórico a analizar y difieren entre un cuerpo político o sociedad y otro.

El problema sería la concretización de ese ideal, por ello se dice que la democracia es un régimen político en constante vía de autosuperación y perfeccionamiento,uscando tratar de realizar cada vez más en la realidad la concepción democrática, sin nunca lograrlo plenamente.[16].

Los atributos permanentes de la democracia

Independiente de la caracterización que adquiera una democracia en base a su contexto, Nogueira reconoce la existencia de atributos que debiesen estar siempre presentes en ellas. Estos atributos serían valores, principios y reglas del juego.

En cuanto a los valores esenciales de la democracia, encontramos el reconocer la dignidad de la persona humana. Entendiendo a la persona como un ser racional, ya que puede pensar; que tiene voluntad, dado que puede dirigir su conducta; que tiene afectividad, dado que puede sentir y generar adhesión a personas cosas y valores; que es consciente de sí misma, por tanto puede relacionarse con otros; que es capaz de aprender, pudiendo perfeccionarse; y, nalmente, que es libre y puede elegir entre opciones diversas y proponer nuevas alternativas.[17]

Lo anterior lleva también al segundo valor, el cual sería el reconocer la libertad e igualdad como esencial como fin de la vida política ya que no es posible ver una libertad efectiva de todos los miembros de una sociedad sin que exista una igualdad política, social y económica, como asimismo la igualdad efectiva tampoco puede darse sin la existencia del reconocimiento y ejercicio de efectivo de la libertad para todos.[18]La libertad aquí es entendida no solo como una libertad -autonomía para hacer, sino también como libertad-participativa, Derecho que tiene el pueblo de asociarse al ejercicio del poder con el objeto de impedirle que imponga medidas arbitrarias, para poder así ejercer el poder en la sociedad, determinando por sí mismos el régimen político en el que desean vivir [auto- determinación de los pueblos].[19] La libertad así entendida, no solo debe conceder los derechos y garantizarlos jurídicamente, sino que también debe garantizar la posibilidad efectiva de ejercerlos en la práctica, de contar con todos los medios necesarios para poder ejercerlos.[20] Por lo tanto el deber de la sociedad es:

eliminar los obstáculos externos y favorecer determinadas orientaciones, entre las cuales deben contarse el desarmar cualquier forma de opresión de las personas ya sea política, social, económica o cultural); el establecer alrededor de la persona un margen de independencia y de vida privada, como asimismo una organización del orden social sobre el principio de la responsabilidad personal y de una participación activa de las personas que conforman la comunidad nacional; y una disposición de las estructuras sociales y económicas que permita a todos los miembros de una sociedad tener los medios materiales necesarios para vivir una existencia digna que facilite al hombre las condiciones para el desarrollo de su fecunda vocación libertaria. Así, la justicia y la libertad son los valores que posibilitan que todos puedan hacer un efectivo uso de la libertad. El constante reordenamiento de las estructuras sociales y económicas, como la constante preocupación por la dis- tribución justa de los ingresos y la riqueza, es una tarea en este sentido de suma importancia. Ni la miseria ni los privilegios son posibles de soportar en una sociedad de- mocrática, como asimismo, ésta debe luchar permanentemente contra las discriminaciones de todo tipo.

Una auténtica sociedad democrática no puede contentarse, como lo hizo en su época el liberalismo, con la mera igualdad ante la ley, sino que, además de proteger jurídicamente la igualdad de todos los hombres, debe asegurar una igualdad de oportunidades y una igualdad de resultados que cubran las necesidades fundamentales del hombre (salud, vivienda, educación, etc.).[21]



  1. La presente investigación teórica conceptual surge a partir del trabajo desarrollado para el Módulo de Investigación, dirigido por Ursula Exss y Javiera Fernández, durante el tercer trimestre del presente año y como parte constitutiva del Título I de la carrera de Diseño Gráfico.
  2. Abogado por la Universidad de Chile, con estudios de postgrado en Derecho Constitucional por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Licenciado en Ciencias del Desarrollo con mención en Ciencia Política, en ilades y Diplomado en Derecho Internacional de los Derechos Humanos por la Universidad Erasmo de Róterdam, Holanda, y Universidad Diego Portales, Chile. Profesor de Derecho Constitucional en distintas universidades de Chile, jurista y escritor constitucionalista, ex abogado in- tegrante de la Corte de Apelaciones de Santiago y exdecano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Talca.
  3. Nogueira, Humberto, Regímenes políticos contemporáneos, Santiago: Jurídica de Chile, 1993.
  4. Gobierno es entendido aquí desde su concepción griega, la cual alude al pilotar, dirigir, o “gobernar” un barco, por tanto, veremos cómo las distintas concepciones de la democracia pueden ir dirigiendo una sociedad o cuerpo político en diversas formas y direcciones, ya sea una comunidad organizada o un país.
  5. Ibíd, p. 21.
  6. Idem.
  7. Idem. Destacado nuestro.
  8. Sartori, Giovanni, Aspectos de la democracia, México: Ed. Limusa-Wiley s.a., 1965, p. 23.
  9. Burdeau, Georges, La democracia, España: Ed Ariel, 1970, p. 39.
  10. Asamblea General de las Naciones Unidas, Declaración Universal de los Derechos Humanos, París, 1948. Art. 21, n° 1.
  11. Ibíd, n°3.
  12. Op. Cit. Nogueira, p. 24.
  13. Con democracia real nos referimos a los regímenes de gobierno que han existido en lugares y sociedades deter- minadas en un período especí co y que se han autodenominado como democracias.
  14. Op. Cit. Nogueira, p. 23.
  15. Idem. Destacado nuestro.
  16. Idem.
  17. Ibíd, p. 34-35.
  18. Ibíd, p. 35.
  19. Ibíd, p. 36.
  20. Ibíd, p. 38.
  21. Idem. Los defensores de la desigualdad apelarán frente a esto que los hombres son distintos entre sí por naturaleza y por tanto la desigualdad no puede dejar de existir, sin embargo Nogueira replica que “las desigualdades concretas no pueden llevar a una sociedad en que sus ciudadanos tengan calidades de vida diferentes: mientras unos estén en la miseria, otros gocen de las franquicias de la sociedad de consumo postindustrial. Las diferencias de situación no pueden llegar a tales extremos y la sociedad debe preocuparse porque la diferencia de situación individual y grupal pueda reducirse al mínimo posible, como también los más favorecidos deben asumir la carga proporcional en las obligaciones sociales”.