Javiera Ruiz - Puente negro, Villa Alemana - "Aparecer autónomo de lo habitable en el ritmo" - Taller Ciudad Legible 2020 Ciclo 2
Título | Puente negro, Villa Alemana - "Aparecer autónomo de lo habitable en el ritmo" - Taller Ciudad Legible 2020 Ciclo 2 |
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Palabras Clave | mapainfografico |
Período | 2020-2020 |
Asignatura | Taller Ciudad Legible |
Del Curso | Taller Ciudad Legible 2020 |
Carreras | Diseño, Diseño Gráfico"Diseño Gráfico" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property. |
Alumno(s) | Javiera Ruiz |
Profesor | Michèle Wilkomirsky, Catalina Pérez |
Puente negro, Villa Alemana - "Aparecer autónomo de lo habitable en el ritmo"
Fundamento
Fragmentos del texto "Las Ciudades y la Memoria 3" (Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)
La ciudad no está hecha de esto, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia del suelo de una farola y los pies colgantes de un usurpador ahorcado (Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)
En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira tal como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas. (Italo Calvino, Ciudades Invisibles, pag. 16)
Texto sobre la particularidad de mi barrio
Entre las celosías que descubren la primavera en el barrio, me adentro a paso lento entre los pasajes y atajos que la juventud comunica en código, traspasa el dato entre uno y otro creando una suerte de plano mental que viaja en el secreto y la travesura “yo sé algo que tú no”. Sin embargo, la vista es la misma, nos reconocemos en el puente que pasa sobre el estero. Con la lluvia el flujo del agua es desastroso, sin embargo, llega la primavera, verde, muy verde y todos queremos pasar por ahí a pesar de lo solitario del lugar y los peligros que conlleva. Rara vez bajamos a observar, miramos desde arriba como este sendero vegetal da sentido al espacio que habitamos, como hemos construido puentes para contemplar desde lo conocido, como la profundidad nos hace sentir con curiosidad la humedad. El verano llega y el calor nos sofoca, todo es seco y la cápsula fresca nos llama a ese puente, veo niños insistiendo a sus padres pasar por ahí, es un juego, el sonido de lata, el estar sobre y admirar la belleza de algo tan apartado como un humedal cubierto de ortiga, el tiempo allí no pasa, el paso se vuelve lento, y cuando termina la sombra, el recuerdo de la frescura en la piel nos acompaña en la disposición a caminar por las subidas de tierra con el sol sobre la cabeza, pensamos estar en lo alto, pero el valle nos sorprende en su temporalidad, habitamos el tiempo en el sentir, lo que siempre permanece en su belleza y lo que nos obliga a centrarnos en un presente a través de la piel dimensionando el recorrido en su diferencia.
Es necesaria la demora para reconocer la continuidad del recorrido
En mi barrio se crea un tipo de manto virtual entre el espacio y sus distancias: Un estero que divide el habitar y el tránsito. El espacio no solo se revela de manera horizontal, también lo hace en la altura, como la profundidad del estero y su vegetación nos da sensación de estar en lo mas alto, siendo que el entorno cambia y estamos en el centro, previo a las tortuosas subidas. El espacio nos permite encontrar identidad en el trayecto, personalidades que a través de la distinción y el reconocimiento, nos ubican en un tiempo, en un recuerdo que se mantiene vivo, que está ahí todo el año a pesar de su flujo y cambio constante, y su contrario, el tránstito que nos lleva a un presente conectado y que solo se entiende desde la sensación de lo conocido, lo pasado y lo que siempre estuvo. Distingo el espacio y el tiempo como dimensiones en mi experiencia de habitante de esta dualidad y en la observación del otro, como cambia su ritmo, la cabeza hacia atrás al sentir lo fresco y llevar la mano a la frente cuando el sol la toca.
Si existe el paso de una cosa a otra, existe un tiempo, un presente que habita entre lo ya acontecido y lo que está por acontecer. Es necesaria la demora para reconocer el presente, en esta demora en la que puedo tensar la continuidad del movimiento, me apropio del recorrido y comienzo a habitar a través de la propia experiencia: en el contemplar el espacio desde lo alto es donde hago relaciones y articulo un sentido. Finalmente, la gracia se encuentra en la sutileza de la distribución de un tiempo para reconocer el trayecto en su espesor completo.
Imagen Final
Foto capas físicas superpuestas
Capas
- Capa Topográfica
- Capa Urbana
- Capa Recorrido
- Capa Toponimia