Isadora Aubel EAD 4210-01. Tarea 1

De Casiopea



TítuloIsadora Aubel EAD 4210-01. Tarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América 2020 2S
CarrerasArquitectura, Diseño, Magíster
1
Alumno(s)Isadora Aubel

¿dónde están las musas ahora?

Reflexiones desde "Hay que ser absolutamente moderno"

La situación mundial nos ha hecho poner en valor la presencia, que se contrapone a la virtualidad que vivimos actualmente, donde nuestros sentidos están “distorsionados” a la hora de asistir y comprender una clase, todos escuchamos lo mismo, pero no al mismo tiempo, no sintiendo el mismo suelo bajo los pies y ni nos envuelven los olores. Lo virtual hace que renunciemos entonces a tres de los cinco sentidos a la hora de estar. Manteniendo solo la vista y el oído.

Al escuchar la clase histórica de Godofredo Iommi[1], en lugar de leerla, pude “percibir” la clase con las pausas y entonaciones, abriendo dimensiones a las cuales no llegue las veces en las que únicamente leí el texto de la clase. La mayor diferencia, hablando desde la memoria, es que al leer, las pausas son párrafos, párrafos con ideas, y en eso se enfocó muchas veces mi lectura, en comprender y reflexionar sobre párrafos, mientras que al escuchar completamente esta clase, la narración fue más fluida y las ideas se conectan con otras con mayor claridad, cómo se escucha una conversación, un diálogo o una reflexión. Como un total, más que un conjunto de párrafos era un relato completo. Pues la voz tiene tiempo y espacio que la lectura carece. Podemos leer en distintos ritmos, pero todos escuchamos al unísono las mismas palabras, y las mismas pausas.

Esto me lleva pensar levemente sobre la tradición oral, el traspaso de conocimiento a través de la palabra dicha, lo que se dice, lo que no se dice, cuando es conversación, el elogio y el reconocimiento. ¿Cuál sería la relación entre la palabra y el cómo se dice esta? El papel de la expresión en esta y reflexionar entonces en esta relación tan antigua como las historias que se contaban hace tantos años en la antigua Grecia, ¿cuánto ha cambiado la condición humana a lo largo de estos cientos de años? Quizá la palabra poética se ha pulido, al igual que la forma de expresar estas palabras, y así como las palabras de elogio se originaron con las musas, nos damos cuenta en la modernidad que la poesía va más allá, que escapa de la verdad y de la falsía, que es este ir tras lo desconocido, en un constante develar.

La musas invistieron las palabras en los hombres, transformándolos en poetas desde el mundo griego. Trayendo consigo las palabras de elogio, donde el reconocimiento de las virtudes llevan a este mundo recién creado a la perfección, Pues sin re-conocimiento, no sería perfecto. Este elogio provoca gozo en quien lo pronuncia, quien es pronunciado y quien escucha (Iommi,1979). Por que es gozo, el regalo. Nos preguntamos entonces, ¿todo lo elogiado es perfecto?

En El Elogio de la sombra [2], Junichiro Tanizaki le da reconocimiento a la sombra, a lo imperfecto y es así como ensalza la relación de esta sombra con la luz y como es parte de la belleza de las cosas. ¿Emite Tanizaki entonces un juicio? ¿o es puramente contemplación? No se habla de la verdad, ni se busca lo falso, Tanizaki narra como se comprende el mundo, su mundo, como lo contempla y su belleza. Realza la belleza a través de sus palabras, palabras que van desde la descripción física hasta lo que está más allá de lo que se percibe a plena vista. Nos habla de la belleza de las sombras, de lo imperfecto, hasta de la importancia de las pausas en el arte de la oratoria.


Regresamos entonces a lo dicho clase: la palabra es anterior a cualquier juicio,y lo anterior al juicio es contemplación (Iommi,1979), pero ¿cómo diferenciamos un juicio de la contemplación?

La poesía que no emite juicio, la poesía es la búsqueda de lo desconocido, la sed que nos lleva a él, pues sin esta sed, no comprenderíamos la poesía. Es ese amor invisible que sintió Ariadna en Creta, y es eso lo que nos trae a la poesía moderna, a diferencia de las musas. La armonía y la belleza mantienen lo desconocido. No hay poesía si no hay desconocido. Y entonces con este elogio y estas palabras nos preguntamos ¿dónde están las musas ahora?




Referencias

  1. Iommi, G. (1979). Hay que ser absolutamente moderno. Recuperado de https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/sets/hay-que-ser-absolutamente
  2. Tanizaki, J (1933) El elogio de la sombra