Diferencia entre revisiones de «Isabella Massa»
Sin resumen de edición |
(Se ha deshecho la revisión 448946 de Isabella Massa (disc.)) |
||
| (No se muestran 11 ediciones intermedias de 2 usuarios) | |||
| Línea 1: | Línea 1: | ||
==Ensayo 1: Construcción de un Límite Permeable en el Edificio Renacentista == | ==Ensayo 1: Construcción de un Límite Permeable en el Edificio Renacentista == | ||
| Línea 31: | Línea 4: | ||
La nueva imagen del espacio se manifiesta primeramente, a nivel geográfico. A diferencia del medioevo, los mapas urbanos y la planificación de villas surge por la necesidad de trazar una representación geométricamente correcta, Según Leonne Battista Alberti (1404-1472) “El perímetro de una ciudad y la distribución de sus partes deben variar en relación con la variedad de lugares: es evidente que no puede construirse sobre una montaña una ciudad circular o cuadrada, o de cualquier otra forma regular, con la misma facilidad que puede hacerse en una llanura abierta”. Esto lo reconocemos fácilmente en las villas del Quattrocento y Cinquecento, donde el emplazamiento de la villa cumple una lógica matemática y geométrica, reintroduciendo órdenes clásicas. Los paisajes pasan a formar parte del programa de la casona patriarcal. Aparecen nuevas fórmulas arquitectónicas como la aparición de la loggia y de jardines evocados para el paseo y la recreación. Un ejemplo es la Villa Lante, en Bagnaia, cerca de Viterbo, obra atribuida a Giacomo Barozzi da Vignola. El eje central de la obra constituye una verdadera columna vertebral para la composición del paisaje. Se concreta por una corriente de agua que atraviesa todo el terreno, marcando el ritmo del lugar. La casa patriarcal permite contemplar estos brotes de agua de manera que se inmersa en el paisaje; su límite inmediato, ya no es el muro de la construcción, sino que se da a través de su permeabilidad ante el exterior. Surge la posibilidad de acercarse al exterior sin propiamente estar en él, una suerte de umbral que permite el traspaso. | La nueva imagen del espacio se manifiesta primeramente, a nivel geográfico. A diferencia del medioevo, los mapas urbanos y la planificación de villas surge por la necesidad de trazar una representación geométricamente correcta, Según Leonne Battista Alberti (1404-1472) “El perímetro de una ciudad y la distribución de sus partes deben variar en relación con la variedad de lugares: es evidente que no puede construirse sobre una montaña una ciudad circular o cuadrada, o de cualquier otra forma regular, con la misma facilidad que puede hacerse en una llanura abierta”. Esto lo reconocemos fácilmente en las villas del Quattrocento y Cinquecento, donde el emplazamiento de la villa cumple una lógica matemática y geométrica, reintroduciendo órdenes clásicas. Los paisajes pasan a formar parte del programa de la casona patriarcal. Aparecen nuevas fórmulas arquitectónicas como la aparición de la loggia y de jardines evocados para el paseo y la recreación. Un ejemplo es la Villa Lante, en Bagnaia, cerca de Viterbo, obra atribuida a Giacomo Barozzi da Vignola. El eje central de la obra constituye una verdadera columna vertebral para la composición del paisaje. Se concreta por una corriente de agua que atraviesa todo el terreno, marcando el ritmo del lugar. La casa patriarcal permite contemplar estos brotes de agua de manera que se inmersa en el paisaje; su límite inmediato, ya no es el muro de la construcción, sino que se da a través de su permeabilidad ante el exterior. Surge la posibilidad de acercarse al exterior sin propiamente estar en él, una suerte de umbral que permite el traspaso. | ||
[[Archivo:Ensayo1VillaLante.jpg|thumb|400px|center|La fachada y el paisaje. Villa Lante Fiesole]] | |||
A escala urbana, la ciudad también comienza a conformarse tras límites permeables, de carácter de umbral. El traspaso se concreta tras la construcción propia de este límite como elemento arquitectónico. Lo podemos identificar en la fachada del Hospital de los Inocentes (Filippo Brunelleschi) o en la Biblioteca Laurenziana (Miguel Ángel). Esta última aparece inserta en un contexto de edificación mayor, la Basílica de San Lorenzo, por lo que su conectividad con el perímetro urbano es restringida, pero su límite igualmente se ve sobrepasado por esta permeabilidad de los umbrales, dado que al extenderse ante la plaza del claustro, el ambiente armónico y silencioso otorga un traspaso del ambiente de lectura tanto en el exterior como en el interior, acogiendo dos disciplinas en el mismo propósito. El recinto sugiere una solución basada en el intelecto. | A escala urbana, la ciudad también comienza a conformarse tras límites permeables, de carácter de umbral. El traspaso se concreta tras la construcción propia de este límite como elemento arquitectónico. Lo podemos identificar en la fachada del Hospital de los Inocentes (Filippo Brunelleschi) o en la Biblioteca Laurenziana (Miguel Ángel). Esta última aparece inserta en un contexto de edificación mayor, la Basílica de San Lorenzo, por lo que su conectividad con el perímetro urbano es restringida, pero su límite igualmente se ve sobrepasado por esta permeabilidad de los umbrales, dado que al extenderse ante la plaza del claustro, el ambiente armónico y silencioso otorga un traspaso del ambiente de lectura tanto en el exterior como en el interior, acogiendo dos disciplinas en el mismo propósito. El recinto sugiere una solución basada en el intelecto. | ||
Los espacios públicos surgen como nodos urbanos, atribuidos a la necesidad del hombre renacentista de sociabilizar y dar lugar al ocio y recreación. El Teatro Olímpico de Vicenza, obra de Andrea Palladio, situado dentro del conjunto del Palacio del Territorio, es un ejemplo de un espacio público importante, dado que fue el primer teatro permanente de la época, impactando la zona fuertemente. Palladio proyectó el teatro basándose en los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio. El interior del teatro surge como una composición monumental de columnas y esculturas, otorgando cierta cualidad de exterior al interior, permeabilizándose a través de arcos. La relación entonces, comienza desde el interior para luego exteriorizarse, creando un nuevo límite en la ciudad. Así pues, la ciudad comienza a resolverse como un ente dinámico, donde se presenta una sucesión de espacios de carácter diverso significativamente relacionados. La caracterización de cada parte se da por la variación de geometría, formas y proporciones espaciales, propias del renacimiento urbano. | [[Archivo:Ensayo1TeatroOlimpico.jpg|thumb|400px|center|Teatro Olímpico de Vicenza]] | ||
== | |||
Los espacios públicos surgen como nodos urbanos, atribuidos a la necesidad del hombre renacentista de sociabilizar y dar lugar al ocio y recreación. El Teatro Olímpico de Vicenza, obra de Andrea Palladio, situado dentro del conjunto del Palacio del Territorio, es un ejemplo de un espacio público importante, dado que fue el primer teatro permanente de la época, impactando la zona fuertemente. Palladio proyectó el teatro basándose en los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio. El interior del teatro surge como una composición monumental de columnas y esculturas, otorgando cierta cualidad de exterior al interior, permeabilizándose a través de arcos. La relación entonces, comienza desde el interior para luego exteriorizarse, creando un nuevo límite en la ciudad. Así pues, la ciudad comienza a resolverse como un ente dinámico, donde se presenta una sucesión de espacios de carácter diverso significativamente relacionados. La caracterización de cada parte se da por la variación de geometría, formas y proporciones espaciales, propias del renacimiento urbano. | |||
[[Archivo:Poligono_relaciones_ensayo1_imassa.jpg|thumb|400px|center|Polígono de Relaciones.Construcción de un Límite Permeable en el Edificio Renacentista]] | |||
==Ensayo 2: La Fachada como Límite Flexible Articulador de Ciudad== | |||
A mediados del siglo XVI la arquitectura renacentista crece tras el deseo de la interrelación espacial entre lo público y lo privado mediante uso de formas geométricas dinámicas, creando una espacialidad más perceptiva entre el habitante y la obra. Se continúan empleando los órdenes clásicos pero con un vuelco hacia lo original para cada obra, revelándose nuevas formas que cautivan las emociones del hombre renacentista. | |||
La ciudad se articula principalmente con la aparición de una fachada que proporciona un aire interior ante el espacio público. Se enmarca desde una conformación de ejes que se manifiestan en los vacíos interiores, creando una riqueza espacial en ambas dimensiones. Esto podemos referirlo como el límite permeable referido anteriormente, donde la complejidad de la obra ante una posible frontera se ve cuestionado, apareciendo entonces la posibilidad de una ciudad dinámica que se configura en un juego de espesores habitables. | |||
Santa Maria Delle Grazie, obra de Giovanni Medeo y luego por la adición de la cúpula por Donato Bramante, corresponde a una iglesia con un fuerte vínculo al contexto urbano que la rodea. La fachada pareciera responder a una antesala pública, privilegiando su frontalidad, crea cierta envoltura de esta con el habitante antes de incluso acceder a ella. La cúpula manteniendo cierta distancia de la fachada también crea hacia el exterior una conectividad con el habitante, creando un hito vinculante a la ciudad. Así pues, el vacío en primera instancia que genera la obra ante el exterior, crea cierto espesor habitable a partir de su geometría que responde a una vertical creciente. Hacia el interior, la geometría sigue su curso en proporciones clásicas, que rematan ante su máxima vertical unificando y jerarquizando la obra. | |||
[[Archivo:Ensayo2cuatrofuentes.jpeg|thumb|400px|center| Fachada. San Carlo Alle Quattro Fontane]] | |||
En la obra San Carlo Alle Quattro Fontane de Francesco Borromini, la fachada se configura en una serie de formas convexas y cóncavas generando un espesor habitable desde su exterior. La geometría recorre la obra con una cierta fluidez en la fachada otorgando una cualidad volátil al exterior, el paso y el traspaso es dinámico, donde la fcahada configura el ritmo de la ciudad. | |||
Donato Bramante también proporciona una fachada que enmarca un exterior, en su obra Templete de San Pietro in Montorio. El vacío de la fachada corresponde a una enumeración de ornamentos y columnas contables que se configuran ante el perímetro de la obra, siguiendo la proporción de su forma. Se genera cierto ritmo entre los elementos que permiten concebir la obra como un total y recorrerla. La planta circular de la obra nos permite reconocer este recorrido, pero se hace latente por la presencia de la cúpula, dado que esta una constante en el interior, apareciendo como una fachada oculta. Se logra cierta armonía ante el centro reconocible, otorgando cierto esplendor en el vacío urbano que genera. | |||
Reconocemos entonces, cierta cualidad rítmica que proporciona la fachada tanto en el exterior como en el interior. La compleja dinámica de la ciudad se manifiesta en el interior de las obras a través de su programa, donde este se jerarquiza y cumple proporciones según su uso. La funcionalidad pues, envuelve el interior tanto como enmascara el exterior. Así podemos interpretarlo en la Basílica Palladiana de Vicenza, obra de Andrea Palladio, donde la fachada y su interacción con el exterior definen el programa interior donde se genera una esta jerarquía en el programa. Así pues, se traduce en una jerarquía vertical que se desenvuelve ante la forma total de la obra recayendo nuevamente ante un exterior y su ritmo enmarcado en la obra. | |||
[[Archivo:Ensayo2templete.jpeg|thumb|400px|center| Vacío Urbano. Templete de San Pietro in Montorio]] | |||
Finalmente, la presencia de cuerpos geométricos definidos y la conjunción de cierto orden de estos tanto en un interior como un exterior, configuran un espacio más complejo aún y total: la ciudad. Cada obra renacentista en particular, con sus variaciones, son límites flexibles ante un vacío urbano dinámico, dándole cabida a un espesor habitable para el hombre y su extensión. | |||
[[Archivo:Poligono_relaciones_ensayo2_imassa.jpg|thumb|400px|center| Polígono de Relaciones.La Fachada como Límite Flexible Articulador de Ciudad]] | |||
[[Archivo: | |||
=== | ===Bibliografía=== | ||
-Los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio | |||
-Arquitectura Occidental, Christian Norberg-Schulz, Editorial Gustavo Gilli, 2004 | |||
-Breve Historia del Urbanismo, Fernando Chueca Goitia, Editorial Alianza, 2011 | |||
Revisión actual - 17:40 25 jun 2017
Ensayo 1: Construcción de un Límite Permeable en el Edificio Renacentista
Como consecuencia de un cuestionamiento intrínseco del hombre ante su condición humana y fuertes cambios sociales y económicos, aparece en el siglo XV una ruptura de la Edad Media para dar paso a un mundo nuevo, que busca retornar al principio más antiguo, aquello clásico, un nuevo renacer del hombre y por tanto de su arquitectura.
La nueva imagen del espacio se manifiesta primeramente, a nivel geográfico. A diferencia del medioevo, los mapas urbanos y la planificación de villas surge por la necesidad de trazar una representación geométricamente correcta, Según Leonne Battista Alberti (1404-1472) “El perímetro de una ciudad y la distribución de sus partes deben variar en relación con la variedad de lugares: es evidente que no puede construirse sobre una montaña una ciudad circular o cuadrada, o de cualquier otra forma regular, con la misma facilidad que puede hacerse en una llanura abierta”. Esto lo reconocemos fácilmente en las villas del Quattrocento y Cinquecento, donde el emplazamiento de la villa cumple una lógica matemática y geométrica, reintroduciendo órdenes clásicas. Los paisajes pasan a formar parte del programa de la casona patriarcal. Aparecen nuevas fórmulas arquitectónicas como la aparición de la loggia y de jardines evocados para el paseo y la recreación. Un ejemplo es la Villa Lante, en Bagnaia, cerca de Viterbo, obra atribuida a Giacomo Barozzi da Vignola. El eje central de la obra constituye una verdadera columna vertebral para la composición del paisaje. Se concreta por una corriente de agua que atraviesa todo el terreno, marcando el ritmo del lugar. La casa patriarcal permite contemplar estos brotes de agua de manera que se inmersa en el paisaje; su límite inmediato, ya no es el muro de la construcción, sino que se da a través de su permeabilidad ante el exterior. Surge la posibilidad de acercarse al exterior sin propiamente estar en él, una suerte de umbral que permite el traspaso.
A escala urbana, la ciudad también comienza a conformarse tras límites permeables, de carácter de umbral. El traspaso se concreta tras la construcción propia de este límite como elemento arquitectónico. Lo podemos identificar en la fachada del Hospital de los Inocentes (Filippo Brunelleschi) o en la Biblioteca Laurenziana (Miguel Ángel). Esta última aparece inserta en un contexto de edificación mayor, la Basílica de San Lorenzo, por lo que su conectividad con el perímetro urbano es restringida, pero su límite igualmente se ve sobrepasado por esta permeabilidad de los umbrales, dado que al extenderse ante la plaza del claustro, el ambiente armónico y silencioso otorga un traspaso del ambiente de lectura tanto en el exterior como en el interior, acogiendo dos disciplinas en el mismo propósito. El recinto sugiere una solución basada en el intelecto.
Los espacios públicos surgen como nodos urbanos, atribuidos a la necesidad del hombre renacentista de sociabilizar y dar lugar al ocio y recreación. El Teatro Olímpico de Vicenza, obra de Andrea Palladio, situado dentro del conjunto del Palacio del Territorio, es un ejemplo de un espacio público importante, dado que fue el primer teatro permanente de la época, impactando la zona fuertemente. Palladio proyectó el teatro basándose en los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio. El interior del teatro surge como una composición monumental de columnas y esculturas, otorgando cierta cualidad de exterior al interior, permeabilizándose a través de arcos. La relación entonces, comienza desde el interior para luego exteriorizarse, creando un nuevo límite en la ciudad. Así pues, la ciudad comienza a resolverse como un ente dinámico, donde se presenta una sucesión de espacios de carácter diverso significativamente relacionados. La caracterización de cada parte se da por la variación de geometría, formas y proporciones espaciales, propias del renacimiento urbano.
Ensayo 2: La Fachada como Límite Flexible Articulador de Ciudad
A mediados del siglo XVI la arquitectura renacentista crece tras el deseo de la interrelación espacial entre lo público y lo privado mediante uso de formas geométricas dinámicas, creando una espacialidad más perceptiva entre el habitante y la obra. Se continúan empleando los órdenes clásicos pero con un vuelco hacia lo original para cada obra, revelándose nuevas formas que cautivan las emociones del hombre renacentista.
La ciudad se articula principalmente con la aparición de una fachada que proporciona un aire interior ante el espacio público. Se enmarca desde una conformación de ejes que se manifiestan en los vacíos interiores, creando una riqueza espacial en ambas dimensiones. Esto podemos referirlo como el límite permeable referido anteriormente, donde la complejidad de la obra ante una posible frontera se ve cuestionado, apareciendo entonces la posibilidad de una ciudad dinámica que se configura en un juego de espesores habitables.
Santa Maria Delle Grazie, obra de Giovanni Medeo y luego por la adición de la cúpula por Donato Bramante, corresponde a una iglesia con un fuerte vínculo al contexto urbano que la rodea. La fachada pareciera responder a una antesala pública, privilegiando su frontalidad, crea cierta envoltura de esta con el habitante antes de incluso acceder a ella. La cúpula manteniendo cierta distancia de la fachada también crea hacia el exterior una conectividad con el habitante, creando un hito vinculante a la ciudad. Así pues, el vacío en primera instancia que genera la obra ante el exterior, crea cierto espesor habitable a partir de su geometría que responde a una vertical creciente. Hacia el interior, la geometría sigue su curso en proporciones clásicas, que rematan ante su máxima vertical unificando y jerarquizando la obra.
En la obra San Carlo Alle Quattro Fontane de Francesco Borromini, la fachada se configura en una serie de formas convexas y cóncavas generando un espesor habitable desde su exterior. La geometría recorre la obra con una cierta fluidez en la fachada otorgando una cualidad volátil al exterior, el paso y el traspaso es dinámico, donde la fcahada configura el ritmo de la ciudad.
Donato Bramante también proporciona una fachada que enmarca un exterior, en su obra Templete de San Pietro in Montorio. El vacío de la fachada corresponde a una enumeración de ornamentos y columnas contables que se configuran ante el perímetro de la obra, siguiendo la proporción de su forma. Se genera cierto ritmo entre los elementos que permiten concebir la obra como un total y recorrerla. La planta circular de la obra nos permite reconocer este recorrido, pero se hace latente por la presencia de la cúpula, dado que esta una constante en el interior, apareciendo como una fachada oculta. Se logra cierta armonía ante el centro reconocible, otorgando cierto esplendor en el vacío urbano que genera. Reconocemos entonces, cierta cualidad rítmica que proporciona la fachada tanto en el exterior como en el interior. La compleja dinámica de la ciudad se manifiesta en el interior de las obras a través de su programa, donde este se jerarquiza y cumple proporciones según su uso. La funcionalidad pues, envuelve el interior tanto como enmascara el exterior. Así podemos interpretarlo en la Basílica Palladiana de Vicenza, obra de Andrea Palladio, donde la fachada y su interacción con el exterior definen el programa interior donde se genera una esta jerarquía en el programa. Así pues, se traduce en una jerarquía vertical que se desenvuelve ante la forma total de la obra recayendo nuevamente ante un exterior y su ritmo enmarcado en la obra.
Finalmente, la presencia de cuerpos geométricos definidos y la conjunción de cierto orden de estos tanto en un interior como un exterior, configuran un espacio más complejo aún y total: la ciudad. Cada obra renacentista en particular, con sus variaciones, son límites flexibles ante un vacío urbano dinámico, dándole cabida a un espesor habitable para el hombre y su extensión.
Bibliografía
-Los Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio
-Arquitectura Occidental, Christian Norberg-Schulz, Editorial Gustavo Gilli, 2004
-Breve Historia del Urbanismo, Fernando Chueca Goitia, Editorial Alianza, 2011
