Ignacio Favilla EAD 4210-01. Tarea 1

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TítuloIgnacio Favilla EAD 4210-01. Tarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América 2020 2S
CarrerasArquitectura, Magíster
1
Alumno(s)Ignacio Favilla

Movimiento Moderno: conversación inconclusa

En la clase “Hay que ser absolutamente Moderno” (Iommi, G. 1979) el poeta, Godofredo Iommi, expone y propone las bases que conciben al concepto de poesía en la modernidad, entendido en el Taller de América como la contraposición a la tradición. Para el poeta, el ser moderno se relaciona directamente con el aparecer de la palabra, entendamos ese aparecer como el momento con el cual se plantea algo nuevo. El autor propone que se tiene una palabra en el quehacer poético cuando logramos la comunicación con el otro proponiendo como base nuestro quehacer.

"La esencia de la palabra no es decir lo que ya se sabe. La palabra dice lo que no se sabe, y sólo cuando la palabra dice lo que no se sabe, es esencialmente palabra. Cuando dice lo que se sabe, es conversación. (Iommi, G. 1979)” [1]

Es desde el punto de vista de Iommi que surge la primera pregunta de base: ¿Qué es una conversación?. En palabras de Alberto Cruz, la hospitalidad poética responde a “la capacidad de oír", y en acotación a esto, el poeta indica que ese oír debe ser con inocencia. Con respecto a ello, lo tomaré en directa relación a lo que siempre ha sido mi primer objeto de estudio al referime a la modernidad, y es lo que en arquitectura se denomina y trata, quizá ya hasta de forma caricaturesca, como el Movimiento Moderno. En este, se propone una situación disruptiva; se logra concebir no un estilo de arquitectura, sino que un modo de racionalizar los esfuerzos de la obra, más allá de fines estéticos u ornamentales, proponiendo un cambio intermedio desde su concepción inicial: que la arquitectura ya no es lenguaje; sino espacio. Si entendemos a esta corriente de pensamiento de diseño arquitectónico inscrita bajo el halo del estricto precepto del poeta ¿Es el Movimiento Moderno, en efecto, una muestra de modernidad? Yo pienso que esta última es, ciertamente, una conversación y no palabra.

Según lo expuesto por el poeta, Iommi, cuando Zeus crea a las musas para lograr la completitud del elogio a aquello creado, se nos presenta la idea de conclusión, un remate, el coronamiento de la creación del autor. Desde esto, podemos entender que el poeta propone que efectivamente allí reside la esencia de lo moderno: el remate y la conclusión de la obra. Simultáneamente toma un elemento anterior: la musa se inscribe en el lenguaje de su obra total. Si homologamos esto al Movimiento Moderno es símil, el hormigón armado, el lenguaje de la racionalización, la preocupación por el espacio y algunos elementos estilísticos derivan de aquello que le inspiró: la arquitectura náutica, el buque, los trasatlánticos y sus curvas, la pureza de su imagen. En efecto, el Movimiento Moderno, adscribiéndolo a la lógica de “hay que ser absolutamente Moderno” no pareciera ser tal, pues antes que proponer un diálogo nuevo e instaurar palabra, propicia el diálogo de elementos tangibles antes presentes en el momento que la arquitectura experimenta su gran quiebre: del lenguaje estilístico a la concepción de espacio.

"El ser del hombre se funda en el habla; pero ésta acontece primero en el diálogo”, donde el diálogo es “hablar unos con otros de algo.” (Heidegger 1988). El habla no es sólo un conjunto simple de palabras ordenadas por las reglas de la sintaxis. Se entiende el habla como lo hacía Hölderlin, es decir, como una conversación.(Reyes, J. 2015)" [2]

Desde lo propuesto por Heidegger, es posible pensar que no existe una relación directa de intercambio en el Movimiento Moderno, hay un traspaso de preceptos desde estilos y modos de diseño anteriores a lo que en la década de 1930 se planteó como un quiebre crítico, es decir, podríamos hablar de un diálogo. En relación a ello, Francel y Ojeda (2016) afirman que a estas manifestaciones sobre las condicionantes creativas del arquitecto, de acuerdo con un estilo como lenguaje o carácter, se suma la preocupación por la estética en el mundo industrializado. Es decir, dicho diálogo debe evidenciarse en ciertas reminiscencias, estilísticas al menos, que como caso podríamos notar en el art-decó: desde el historicismo se toma el valor del ornamento y se decanta en su eliminación, para evidenciar la pureza de los elementos constructivos y materiales en los preceptos de la Bauhaus, por ejemplo.

Desde aquí, es posible aseverar que existió un diálogo, escueto por lo demás, pero que aconteció un pase desde un estilo al otro, y si esta conversación fue a conciencia y además produjo una transformación en quien oye, en este caso quienes diseñaron las bases de la arquitectura moderna, a partir de lo que dice Jaime [3], en efecto, podríamos aseverar que el Movimiento Moderno dialogó con sus antecesores y logró transformar sus bases para derivar en algo, no original, pero que fue parte de una conversación, y por tanto moderno.

Obra y Movimiento; modernidades contrapuestas.

Boletín regional Valparaíso Nov.1987. Edición en memoria del Arq. Alfredo Vargas Stoller. Colección personal del autor

Como ejemplo de la diferencia entre una obra moderna y el Movimiento Moderno, podemos rememorar un proyecto emblemático que evidencia la impronta de la palabra: el Teatro Valparaíso. "Proyectado y construido en 1937 por el arquitecto Alfredo Vargas Stoller, fue catalogado como el primer edificio moderno del país por excelencia" (López, A. 2011) [4] altamente publicitado por sus materiales de última tecnología y su impronta estilística racionalista-decó, que lo posicionó como el mejor equipamiento cultural de su tipo en el país. Si bien se le consideró un proyecto rupturista para la época, Moreau afirma que Vargas Stoller "ordenó un espacio significativo, con sentido" (Moreau, G. 1987) [5]. propiciando el debate de como fusionar un programa de vivienda colectiva con un teatro como parte del mismo diseño que lo implantaría como moderno: he allí una virtud del diálogo obra-ciudad.

“De acuerdo a lo expresado en el Diario La Unión que cubre la inauguración, a diferencia de los teatros construidos anteriormente, en éste se pensó minuciosamente antes de la construcción, para no dejar nada al azar. Se calculó la posición de todas las butacas y la pendiente del piso para que en cualquier locación existiera una visión óptima. En este mismo sentido, el hormigón armado se utilizó en su máximo potencial estructural para eliminar pilares y arcos, haciendo que el balcón y galería formaran voladizos nunca antes vistos en la ciudad. Lo anterior permitió disponer, además, de una mayor capacidad sin sacrificar la amplitud de los pasillos.” (López, A. 2011) [6]

Es en este punto que podemos suponer que sin ese diálogo entre ciudad y obra, sin el tacto de comprender como la ciudad necesitaba de un teatro en un momento de apogeo económico y portuario para la ciudad (López, A. 2011) junto al edificio colectivo, el proyecto no hubiese aportado correctamente al proceso de consolidación urbana. Es por esto que el Teatro efectivamente podría catalogarse como moderno por su avance de diseño y puesta de preceptos nuevos para un momento de evidente "modernización de la ciudad", como indica López. El proyecto no intentó imponerse sin comprender a su contexto de plaza, tal como era el modelo de la época con la tipología de rascacielos modernos: propuso algo nuevo en lugar de copiar, es decir, hubo palabra.

Ya en relación a lo que ya definimos como impronta de este modo de hacer arquitectura, entendiendo el avance tecnológico de su época y su quiebre con los historicismos anteriores, sostengo sobre el mismo Movimiento Moderno arquitectónico: y que este no lo es, es una conversación de arquitectura. Esto, entendiendo que presenta un cambio en la concepción general, remata su propuesta de racionalización de los esfuerzos estilísticos en una valorización del espacio, con la inclusión de un nuevo material: el hormigón. Ahora bien, ¿es el hormigón armado un material propio del Moderno? No, deriva del proceso de industrialización primitivo logrado décadas antes, de lo que nacen otros modos de hacer arquitectura, aún ligados al estilo: el art decó, art nouveau y la construcción industrial.

"Los hechos que forzaron la aparición de lo moderno, fueron el derrumbe del sistema político y social europeo posterior a la Gran Guerra, las grandes migraciones urbanas debidas a la revolución industrial y específicamente para la arquitectura y el urbanismo, el desarrollo de nuevos materiales tales como el acero, el hormigón, el vidrio laminado y el aluminio. Si bien el historicismo ya estaba en retirada en el período de pre guerra, debido a la renovación producida por el art noveau y el art decó, ambos tuvieron una influencia más bien efímera ya que el primero muere con la belle époque y el segundo, opulento y macizo, decae con la gran crisis de 1930." (Payá, E. 2012) [7]

Como indica Hernández, "se piensa aún en este proceso que la obra puede recurrir al restauro, a conservar y no iniciar desde su base como algo nuevo". [8] Si bien se plantea una concepción general nueva, el lenguaje post-industrial y su imagen general derivan de preceptos ya establecidos. De ello, puedo afirmar que el traspaso de estas concepciones o convenciones estilísticas podrían inscribirse en una holgada conversación de arquitectura, y no en la presentación de un lenguaje nuevo.

"Mucho ha experimentado el hombre,

a muchos de los celestes ha nombrado desde que somos un diálogo <Gespräch>

y podemos oír unos de otros."[IV, 343] (Rebok, M. 2016) [9]

Finalmente, y según lo dicho por Heidegger, lo que plantea Iommi no tiene relación a lo que podemos llamar como Movimiento Moderno en lo que, desde mi visión de la modernidad, puede condecirse con los preceptos del Movimiento homónimo. A diferencia del caso del Teatro Valparaíso, por ejemplo, esa obra fue un diálogo pero inscrito en un movimiento arquitectónico que en sí mismo no lo es, es una abstracción de preceptos antiguos como lenguaje constructivo. Bajo mi mirada del oficio el ser “moderno” se relaciona directamente con tres acciones: desprenderse, reincorporar y proponer. Entendiéndolo así bajo la lógica de Godofredo Iommi, no podríamos aseverar que el otrora Movimiento Moderno es una aseveración de modernidad, es, en efecto, una conversación inconclusa de arquitectura ya que decanta la maduración de distintos preceptos, si, pero no es una puesta nueva, se habla de lo que ya se sabe habiéndolo trabajado bajo el tamiz de la conversación estilística formal y, por tanto, no es palabra.


Referencias

  1. Iommi, G. (2016). Hay que ser absolutamente moderno. Edición anotada. (J. Reyes, Ed.). Archivo Histórico José Vial Armstrong. Recuperado de https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/sets/hay-que-ser-absolutamente
  2. Reyes, J. (2015) El Pueblo de las Mesas. The Open City or the People of the Tables. Colección Ciudad Abierta. Recuperado de https://wiki.ead.pucv.cl/El_Pueblo_de_las_Mesas
  3. Ibídem
  4. López, A. (2011) Seminario: Los inicios del movimiento moderno en Valparaíso, el edificio Edwards de plaza Victoria, ideas extraídas del Diario La Unión, 27 de enero de 1937. Universidad de Valparaíso.
  5. Moreau, J. (1987). Boletín oficial colegio de Arquitectos de Chile: Arquitectura y acero. Valparaíso: Colegio de Arquitectos de Chile.
  6. López, A. (2011) Seminario: Los inicios del movimiento moderno en Valparaíso, el Edificio Edwards de Plaza Victoria, ideas extraídas del Diario La Unión, 27 de enero de 1937. Universidad de Valparaíso.
  7. Payá, Ernesto. (2012). La arquitectura moderna. Revista chilena de infectología, 29(4), 447. Recuperado de https://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182012000400013
  8. : Hernández Martínez, A. (2008). La arquitectura del Movimiento Moderno: entre la desaparición y la reconstrucción Un impacto cultural de larga proyección. Apuntes. Revista De Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 21(2). Recuperado de https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/8952
  9. Rebok, M. (2016) Heidegger y Hölderlin: un diálogo sobre el diálogo.Lima, Círculo Latinoamericano de Fenomenología, Pontificia Universidad Católica del Perú