Francisca Paredes: Taller de Amereida IV

De Casiopea
La versión para imprimir ya no se admite y puede contener errores de representación. Actualiza los marcadores del navegador y utiliza en su lugar la función de impresión predeterminada del navegador.



TítuloFrancisca Paredes, Taller de Amereida
AsignaturaTaller de Amereida
Del CursoTaller Amereida 2014, Taller de Amereida IV etapa, 2° DO 2014
CarrerasDiseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
1
Alumno(s)Francisca Paredes Palominos

Clase 1

“Hay que tener coraje, corazón para oír la palabra poética”


Vivimos en una sociedad en la que cada vez nos cuesta más algo tan sencillo como oír. Oír, algo que parece tan básico se convierte en una acción que muchas veces sin pensarlo evitamos, nos estamos desacostumbrando a escuchar, tanto la palabra poética como a los otros e inclusive a nosotros mismos. Cada vez nos encasillamos más en distracciones, ruidos, en las preocupaciones, etcétera, alejándonos de aquello que nos hace abrir los ojos a la realidad.

Pareciera que intentamos alejarnos de la realidad que nos rodea, hacer vista gorda a ciertas cosas para vivir de forma “despreocupada” y sin cuestionamientos, ya que el escuchar al otro, a nuestro corazón, a la poesía, a la naturaleza, y a tantas cosas más, nos abre los ojos al mundo que nos rodea. ¿Por qué será que estas puertas al mundo y a las maravillas de éste se están convirtiendo en algo secundario para las personas?

Por eso se nos dice que para oír la palabra poética debemos tener coraje, y no solamente para ésta, si no que también debemos tenerlo para escucharnos a nosotros mismos, hoy en día entre tantos ruidos, seguimos viviendo nuestras cómodas vidas sin cuestionarnos, sin siquiera prestar atención a nuestro alrededor, no nos arriesgamos, no sacamos a relucir ese coraje, ese valor que vive en cada uno para así oír, oírnos, y poder abrir nuestros sentidos y mente antes lo asombroso que nos rodea.

Clase 2

“Asombro es una impresión en el ánimo de alguien causada por algo a una persona especialmente por alguna cualidad extraordinaria o algo inesperado”


Cuando hablamos del asombro solemos pensar en algo extraordinario, casi de algún suceso o cosa de otro mundo, sin embargo no es necesario hablar de éste como algo ajeno a nosotros. Se nos hace la invitación a maravillarnos con este asombro que se nos presenta no necesariamente en situaciones esporádicas, sino en el día a día, en nuestro entorno mismo. Algo tan simple como detenernos frente a un amanecer o frente a este océano pacífico que deja ver parte de su extensión frente a nuestros ojos, pensar que cada día podemos ver parte de esta extensión de agua que es la más grande de la tierra llama al asombro.

En general la naturaleza nos llena de asombro presentándose en cualidades extraordinarias, en nuestro caso nos atenemos a nuestro territorio, que viene siendo la gran América, la cual llega al colectivo mental de las personas ya causando asombro. Los hallazgos de por sí tienden a provocar asombro en las personas.

Traigo a papel la naturaleza como un ejemplo vivo del asombro al ser uno de los fenómenos más grandes del mundo, encontramos en ella tantas cosas extraordinarias, maravillosas, inusuales, inesperadas, etcétera. Al ser tan amplio podemos admirarla en cualquier lugar, no se necesita encontrarse en el Everest para asombrarse de las maravillas de la naturaleza, hasta de las ventanas de nuestras casas podemos asombrarnos de ella, pero no si antes no tenemos nuestro corazón abierto a éste, en la simpleza de no esperar nada y dejarse sorprender por nuestro mundo, nuestra América; tal cual quienes hallaron esta tierra, estaban abiertos al asombro

Clase 3

“Amereida… Para realmente amarla habría que mirarla desinteresadamente, sin ninguna intención”


Amereida nos trae una visión de América, de esta América que se mostró al mundo como un hallazgo.

América no sólo se mostró hace 500 años atrás, sino que se nos sigue mostrando hoy en día de diversas maneras, con sus formas, sus habitantes, su tierra, entre otros. América tal como Amereida hay que observarla desinteresadamente para amarla, no tenemos que esperar nada de ella, ni exigirle, sólo poner en práctica todos nuestros sentidos y estar abiertos a ella, sólo así podremos llegar a apreciar su belleza, su esplendor. Dejémonos asombrar por América, y por qué no también de Amereida, para así poder comprenderlas mejor.

Clase 4

“Nosotros vivimos en el lenguaje, vivimos con muchos lenguajes y vivimos dentro del lenguaje”


Nuestra vida, nuestro actuar se rige por medio de un lenguaje, al pensar algo estamos utilizando un lenguaje. El ser humano es un ser social por naturaleza, y necesita del lenguaje para poder comunicarse hasta consigo mismo.

El lenguaje, su escritura ha marcado hechos importante en la historia, los cuales han ido avanzando con el paso del tiempo, los descubrimientos, las tecnologías. Qué necesaria es la palabra en nuestro diario vivir.

en el mundo, todos nos logramos comunicar con el otro debido a que compartimos un mismo idioma, un mismo código, los mismos símbolos y podemos codificarlos de buena manera y recibir el mensaje. Pero ¿qué sucede cuando la otra persona no utiliza el mismo código que el mío?, la comunicación se entorpece, podemos entender algo distinto a lo que se nos quiere comunicar, si bien existen métodos para traducir los mensajes, ya sea por medio de máquinas o de personas. sin embargo en nuestro mundo contemporáneo las necesidades han ido cambiando y se nos ha hecho necesario el saber o al menos una aproximación a otros idiomas.

Clase 5

"América es abisal, surge como un monstruo para nosotros y un impedimento para el paisaje, se lo transforma en distancia"


Se nos habla de lo abisal, del abismo como una característica que se encuentra en el mundo, algo natural del cual no debemos temer si no que comprender. El abismo como algo natural que va más allá del hombre y que por ello debemos aprender a vivir con él.

América está en constante relación con el abismo, porque América es abisal y es una característica de este vasto territorio que habitamos. Por ello debemos ver y ser conscientes de lo que se ve, para esto estamos dotados de sentidos que nos permitirán reconocer la inmensidad y las diferentes proporciones. Tenemos por ende las capacidades necesarias para poder abrir nuestras mentes y sentidos, solo así, seremos capaces de sopesar este abismo en donde estamos parados y que nos rodea, sólo así también podremos sopesar nuestro propio abismo, como seres individuales y como sociedad.

CLASE 6

“Cuando sucede este abismo, ni el amor nos sirve para remediarlo, no nos sirven ni los caminos ni las convenciones de los oficios, no salvan la espesura-abismo de América, porque hay que ir a campo traviesa, o sea dejarse atravesar.” -Jaime Reyes-


En nuestra vida hay momentos en que debemos dejar de pensar racionalmente, porque no nos será útil, por que se nos ha enseñado que eso es lo correcto, acción reacción y cero análisis, sin embargo hay situaciones en que sólo debemos dejarnos atravesar, dejar que las cosas sucedan, que la tierra gire, que el abismo se muestre.

Porque como nos canta Amereida “el camino no es el camino” y al enfrentarnos a lo abisal ningún camino nos es útil y debemos tener coraje para liberar nuestros sentidos e internarnos en la inmensidad, sin expectativas, sólo adentrarse.

Clase 8

“Cómo nos llega la tradición, de a dónde nos llega esto que llamamos cultura occidental, de las cuales podríamos obtener dos variables, para asociarlo con Amereida tendríamos que ir a la tradición de los antiguos que nos presentaron a América.”


¿Cómo nos llega la tradición? ¿Cuán determinante son nuestros orígenes? ¿Cómo nos afecta pertenecer a esta cultural occidental? Son preguntas que tienen relación entre sí al igual que sus respuestas y que en sí no determinan en el cómo somos como personas, si influyen en nuestro desarrollo como sociedad, como grupo humano.

Vivimos agrupados en sociedades, pero no escogidas al azar, si no porque tenemos rasgos que compartimos en común, tanto físicos como culturales, y qué sorprendente es poder encontrar ciertos rasgos comunes entre tantas personas en tan amplio territorio, y pensar que tales similitudes poseen un mismo origen.

Muchas veces tales orígenes son renegados o dejados de lado, olvidados en el pasado, pero este pasado es presente vivo, cada uno de nosotros somos ejemplos vivos de las culturas pasadas y de este sincretismo cultural que afectó a América siglos atrás. Seamos conscientes de nuestros orígenes, de aquellas “gentes desnudas entre sus dioses”, como nuestra génesis. Saquémonos los velos y seamos capaces de ver a través de ellos, de descubrir, y descubrirnos.