Experientiæ actus, verbo inaugural de la memoria

De Casiopea


Título'experientiæ actus', verbo inaugural de la memoria
Tipo de ProyectoProyecto de Titulación
Palabras Claveacto, exposición, experiencia, memoria
Período2016-
AsignaturaTitulacion Diseño Industrial,
CarrerasDiseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
Alumno(s)Donny Ahumada
ProfesorRicardo Lang


TITULO I

100%

Archivo:Diagramacionpaginatitulodonny.jpegSi el camino que lleva a dilucidar el conocimiento que pertenece al pensamiento, a la razón, se tiñe o no de la metodología segura de las ciencia, puede ser siempre discutido y juzgado, pero indiscutible es que la esencia misma de este conocimiento de la razón es la experiencia.

Hubo un tiempo en que bien era dicho que la experiencia es la madre de todas las ciencias, siendo ciencia conocimiento como un saber íntegro, maestría en algún asunto, cierto es entonces que experiencia merece tal designio, por la importancia que oculta su nombre, que habla de aquella cualidad que queda en descubierto al intentar o probar a partir del hacer, a partir de las cosas, esto es actualmente nombrado conocimiento empírico, aquel inscrito -en (dentro) el arriesgarse a saber. Cierto es que el poder de las ciencias reside en su capacidad metódica de demostrar aquello que supone, la matemática como ciencia exacta, es el más claro y grande ejemplo de esto, siempre ha marchado por el camino seguro de la ciencia, y a tocado al pueblo más remoto de la Tierra. Sin embargo, es cuestionable el logro de la ciencia, cualquiera sea su naturaleza, en alcanzar la verdad del mundo en torno a una sola teoría, por tanto, es deber inagotable del hombre, habérselas una y otra vez con el mundo, experimentarlo, abstraerlo y bajarlo a un saber teórico de la ciencia, sea esta exacta, empírica o formal, natural o social, para una vez más (re)encantarse del mundo, y (des)cubrir estos nuevos saberes a los cuales nos hemos arriesgado.

Introducción

El presente estudio pretende presentar el (ex)poner en su forma más transparente, adentrarse en la esencia de aquello que es puesto fuera para ser “visto”, este estudio del (ex)poner exige penetrar en horizontes que conectan a nuevas relaciones entre el razonamiento, el cuerpo y la memoria. Del Razonamiento, porque es materia del pensamiento el caer en cuenta de lo que me acompaña en el mundo, del cuerpo, puesto que la puerta al razonamiento yace en aquello que conmueve a lo físico del cuerpo, traiéndolo a presencia, y de la memoria, ya que aquello que acontece y enamora, alegra y asombra queda grabado, para poder volver a ser evocado.

Es en esta búsqueda que el siguiente estudio no es una clasificación de trabajos y lecturas, si no una re(mirada) de aquello que fuimos y somos. Aunque se divide en dos capítulos, estos no son sino más que la separación de lo que fui y lo que vuelvo a ser, fui porque lo hice, y vuelvo a ser, porque lo vuelvo a mirar en la voz de la experiencia. El primer capítulo se centra en todas las dimensiones expositivas de 4 años de estudio de Diseño en la e[ad] desde tres condiciones, una que observa, una que experimenta, y una que cae en cuenta, y luego esclarece. El capitulo que le sigue, sale de este experimentar y va en la búsqueda del porqué estas tres condiciones han quedado grabadas e intenta razonar una teoría empírica acerca de este porqué, lo hace desde en lo macro de la ciudad, en lo evidente del museo y en lo íntimo del objeto.

Como ultima nota, cabe mencionar que siempre se busca el volver a mirar las cosas como en una primera vez y en esto las palabras juegan un papel importante en el estudio, porque a su vez se propone un re(leer) las palabras seccionandolas y trayendo a presente su esencia.

CAPITULO I

Soporte de la observación

Montaje exposición 'El dibujo'
Lamina expositora del trazo
EL DIBUJO
La palabra dibujo encuentra su origen más antiguo en las lenguas comunes a la península Ibérica y Francia (1570). De este modo resuena “deboissier” con el significado primario de “labrar la madera” aludiendo a “boj-boi” nombre antiguo y actual de bosque; y también “pintura en tablas de madera”.
Cabe señalar que en la antigüedad la palabra dibujar tenía un sentido mucho más amplio que el de delinear imágenes en un plano. Concretamente se refería preferentemente a la representación de imágenes en tres dimensiones.
Es a partir del S.XVII que se hace habitual el uso de este vocablo para “delinear en una superficie representando de claro a oscuro la figura de un cuerpo”. Teniendo presente esta luz que nos ofrece el diccionario etimológico, iniciamos este año el primer módulo de estudio con la primera salida guiada a la ciudad para recoger cual es el sentido de la representación; luego observar y anotar.
Este módulo inaugural pretende introducir a los estudiantes en este dibujo que, como reflexión compleja de la realidad, conlleva necesariamente una visión de mundo. Buscamos, a través de la conmoción del espíritu la revisión del acto de mirar avanzando desde el ojo indistinto que ve lo convencional al singular sorprendido en una realidad sostenida en su presente absoluto.
Este inicio, que hospeda un largo proceso, tiene un comienzo preciso que en esta ocasión pone en juego la metáfora que distancia el acto de “poner” del “exponer en la ciudad.
Luego que en el ejercicio de dibujar, pone de manifiesto que dicho acto por el hecho de recoger una porción de la ciudad, está exponiendo la realidad.
Las palabras delinear, representar, sentido, observar, anotar, visión, mundo, realidad, presente, metáfora, poner y exponer son claves para la marcha de este momento.

“El dibujo”, exposición primer trimestre Diseño
Para ubicarse, el primer ejercicio es aquel en que se nos dicta “vayan a mirar, observen, luego dibujen y anoten aquello en lo que se han detenido, lo que han esbozado en el blanco de la hoja”.
El Dibujo, desde aquí y en adelante llamado croquis, y la observación, no son tomados como dos elementos separados, sino que el croquis está contenido en la observación.

Es dependiendo de nuestro punto de vista, realidad, si se quiere llamar así, como nos es posible percibir el mundo, (re)verlo como primera vez, experimentarlo, y nuevamente volver a verlo, con diferentes rasgos y detalles. Observar es entonces esa actividad del espíritu (y del cuerpo) que nos permite acceder, una y otra vez, a una nueva, inédita, visión de la realidad. La materialización del croquis es un diálogo entre la mente que abstrae (elige, separa) y la mano que interpreta y ejecuta[1].

A propósito de lo anterior, en esta primera muestra de primer año de diseño, el croquis y la observación dan cuenta de la mirada, la visión particular de cada alumno, la cual se toma como eje central de un diálogo entre aquel que muestra y quien la interpreta; Aquello que se expone (como lo que se pone fuera de uno) es con esto más que lo mero de una capacidad o un talento para el dibujo, sino que lo que el espíritu capta y descifra, de como vemos, y lo plasma en una palabra que nombra y un trazo que da cuenta de lo que nombramos; Esto lo hacemos en la luz del blanco, que contiene el brillar, un hacer esplender, y lo que esplende es esta mirada particular, nuestra forma de ver la realidad.

Experiencia de percepción

Montaje reproducción pinturas del futurismo


Montaje reproducción pinturas dadaismo
Dicen que la experiencia es la madre de la ciencia, experientia[2], es prueba y ensayo, es la cualidad de intentar o probar, a partir de un hacer las cosas, para llegar a un conocimiento empírico, el cual no es más que fruto de lo mismo, es aquel conocimiento adquirido por medio de las experiencias.

La percepción, que es acción y efecto de capturar las cosas por completo, se refiere al perseguir, (seguir hasta el final) para así aprehender por completo algo, y esto no se logra sino en virtud de estímulos, cuando sentimos algo por medio de los sentidos, lo asimos y lo incorporamos a nosotros.

Cantaremos a las grandes multitudes que el trabajo agita, por el placer o por la revuelta: cantaremos a las mareas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales modernas; cantaremos al febril fervor nocturno de los arsenales y de los astilleros incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas devoradoras de serpientes que humean, en las fábricas colgadas en las nubes por los hilos de sus humaredas; en los puentes parecidos a gimnastas gigantes que salvan los ríos brillando al sol como cuchillos centelleantes; en los barcos de vapor[3]

La siguiente práctica, es (ad)mirar las vanguardias artísticas, adentrarse en esta mirada del mundo que tienen los artistas del siglo pasado; para en un primer ejercicio, verla y sorprendernos de ello, a través de lo que nombran (lo que manifiestan), y el como lo ejecutan, proyectándolo en la pintura. Como consecuencia de este (ad)mirar, se procede en segundo ejercicio a experimentar lo que nos ha asombrado de esta visión, por tanto, para percibir por completo, debemos arriesgarnos a la experiencia; se pinta, no con el mero afán de reproducir una obra, sino con el anhelo, con el deseo intenso de adquirir esta experiencia, de hacer parte de uno este asombro por aquello que nos ha (ad)mirado.

Tal vez, somos más plenos de lo que creemos,
tal vez, somos más íntimos de lo que pensamos,
y muchísimo mejores de lo que acostumbramos decir sobre nosotros mismos.[4]

Soporte de la experiencia

Montaje pinturas surrealismo
Con objeto de estas prácticas, es que la segunda tríada que muestra este primer año de diseño, da cuenta del ejercicio experimental de cada alumno, y lo muestra, del mismo modo en que hemos experimentado la mirada particular, hacemos mirar a otros nuestras experiencia de aquello que hemos percibido al estudiar (aprehender) algo.

Pero este soporte, aquello que sostiene la exposición de la experiencia, no es el objeto en sí, sino el otro, puesto que una obra no existe sin alguien que la perciba, en esto yace el diálogo de la exposición de estas 3 experiencias, entre el uno, quien (ad)mira, experimenta, aprehende y se arriesga a vivir la experiencia, y el otro, aquel que vuelve a (ad)mirarse.

La exposición aquí entonces recae en la construcción recurrente de este diálogo; Lo cual se hace patente al colocar fuera, a la vista, para poder ser percibido por los ojos de otros, es por ello que se ponen las reproducciones (reproducción de esta experiencia) en exterior porque es aquí, en donde ocurre esta sorpresa y (ad)mirar, en donde al sacar al otro de la cotidianidad se ponen en manifiesto el diálogo.

El devenir del artefacto

Montaje exposición 'el agua expuesta'
EL AGUA EXPUESTA
Cuando la mano logra esbozar lo que está viendo en la hoja y lo hace con alguna singularidad del espacio y sus elementos, plantea de este modo un punto de vista por lo que podemos decir que lo dibujado es la realidad que está expuesta.
La teoría que sustenta este taller sostiene que el ojo experimentado que da curso al dibujo y su correspondiente observación, es aquel que a través de un punto de vista singular, es capaz de exponer la realidad. Cada dibujo de observación, por que revela expone y esa relevancia es el re-encantamiento del mundo. A tal grado de abstracción se accede por la experimentación y la corrección persistente; lo que hemos llamado “error y ensayo”.
Este tercer módulo del taller que nos convoca, opta por acentuar el trato con la materia y para ello hemos vuelto a salir, primero a dibujar a Valparaíso para exponer la realidad, pero esta vez con la realidad acotada a la exposición que la ciudad hace de sus aguas.
Comenzamos por estudiar el como la ciudad de Valparaíso expone el mar; desde la lejana relación entre los cerros y el horizonte hasta la próxima de la las embarcaciones y el Muelle Prat. Desde el ojo que se esfuerza en la distancia hasta la mano que se complace en el tacto. Desde como se expone las grandes aguas que ciñen la tierra hasta las breves que se recogen en el hueco de la mano.
Ocho ejercicios que nos inducen en un proceso que va del mar al estero y del estero a esta sala buscando cada vez, como se expone el agua. El agua libre y abierta del mar, el agua dulce y de paisaje del estero, el agua dócil y luminosa del artilugio.
En este trazo que nos va reduciendo la escala, pasamos de la observación de las embarcaciones que flotan en la poza de Valparaíso a la construcción de 2 artilugios flotantes y posantes en el estero de Mantagua para terminar con 5 experiencias consecutivas de la singularidad luminosa que buscan develar con precisión cada una de las diferentes visiones que cada quien haya desarrollado durante este período. Tal inducción se va dando en 3 dimensiones igualmente complejas y por lo mismo se necesita volver una y otra vez sobre ellas: el lenguaje plástico del dibujo, el lenguaje tridimensional y constructivo del artilugio y el lenguaje poético de la observación. Los tres son elementos indispensables del ciclo de competencias que hemos iniciado desde el comienzo del año académico: el dibujo que debe exponer la realidad; el texto que debe iluminar la acción; el artilugio que re-encanta el mundo.
En este módulo la pregunta por el como ha sido el motor del período: ¿Cómo se expone el agua?
[5]
El siguiente apartado nombra dos palabras poesis y téchne, pero en ningún caso con un fin de profundizar en ellas, puesto muchos páginas habrían de tener que escribirse para lograr comprender a que se refieren, sino para hacer una especie de pincelada sobre estas y así comprender este devenir de la forma.

A través de la idea de la creación en búsqueda de algo, Heidegger habla sobre la desocultación del ser[6], la alítheia (άλήθεια), el hacer patente los entes por lo que son y como son; para así luego revelarnos la téchne (τέχνη) como un saber experimentado, la producción de un ente presentandolo tal cual es, desocultandolo; Por tanto luego nos dice que la poiesis (ποιησιζ), es la iluminación que aparece por la interrelación que ocurren entre los fenómenos perceptivos para producir un ente nuevo, (re)inventar.
Habiendo esclarecido sobre estos términos, diremos que la poiesis de la creación, recae primeramente en salir a experimentar en torno al agua, desde las aguas abiertas del mar a la dócil del artilugio, para verlo, volver a verlo y a través del croquis y la observación plasmar aquello que nosotros vemos del agua, una particularidad, que dejamos al descubierto de esta experiencia y nombramos por medio de la palabra y el trazo.

Devenir nombra una transformación, un proceso de cambio de un estado a otro, el llegar a ser, de esta manera es que aquella particularidad que dibujamos de nuestra realidad, es iluminada por la palabra y transformada en un artilugio que (re)inventa aquello que vemos.

Soporte del artilugio

Exposición proyecto final primer año de diseño
Comenzaré por aquello que se concibe previo a la construcción material (el aparecer en el mundo material), eso es el propósito mental; ya mencioné acerca de como por medio de la experiencia de observación y croquis caemos en cuenta de aquello que anhelamos mostrar, el propósito mental es el paso intermedio entre la desocultación de aquello que observamos y la concepción formal (relativo a la forma) que se quiere mostrar.
El artilugio[7] es entonces el resultado de nuestro propósito mental para la concepción de algo que (so)porte lo que desocultamos, es (so)porte porque lleva (porta) esta cualidad.
De tal modo es, que aquello que se muestra en los dos ejercicios de las páginas anteriores y las presentes, nos es más que dejar en evidencia como el artilugio es portador de mi propia visión acerca de algo que he observado.
En el anterior ejercicio, aquello que se nos pide hacer ver es nuestra visión sobre tres dimensiones del agua , brillo, reflejo y transparencia, y esto lo hacemos en el negro, puesto que es en la oscuridad que esplende la luz que el artilugio coge, moldea y refleja en el agua, mostrando lo observado.
Ahora, en el segundo ejercicio, el artilugio no puede traerse consigo al lugar en donde es muestra, por tanto se (re)inventa un modo de hacerlo, en el blanco del papel, siendo (so)porte de la experiencia, testimonio del artilugio y la bitácora que es evidencia de la experiencia y observación.
Por consiguiente, en ambos ejercicios quedan fuera y en muestra (a la vista), estas tres dimensiones del hacer; observación, experiencia, y desocultación.
Cuerpos materiales y artificiales
Si miramos a nuestro alrededor, vemos que estamos rodeados de una infinidad de cuerpos materiales de que nos servimos para dar curso a nuestra vida: utensilios, herramientas, máquinas, muebles, edificaciones, etc., etc.
Estos cuerpos no se encuentran en la naturaleza con el orden, forma y características que les exigimos. Vale decir, que ha sido necesario construirlos especialmente. Son, por lo tanto, cuerpos artificiales o “artefactos” (artificio, hecho por arte)[8].

El (des)cubrir del otro

Obra Plaza del Archipiélago, travesía Corral 2012

Pedestales expositores del objeto del barroco

Obra de travesía Tarabuco, Bolivia, 2013
LOS SITIALES DEL FUERTE
Cabe la humedad en la perspectiva
durante la floresta del muelle
            hacia el color
para acoger el abrigo
en el carácter vacío.
Cabe la disposición en los mares
durante una serie de equipos
        hacia el espacio
mientras el tiempo es fijamente recorrido
por el cañón de observar
Una fuerte convicción
en el ciclo de la lluvia
    el recorrer del fuego
        la protección del mar
tras la mariposa
    el colibrí
tras la intensidad
    los cerros
y bajo toda profundidad
el equipo del vuelo del color
es extensión
Único
    fugaz en las texturas
sobre la continuidad y durante la lluvia
contra esa raíz de represa
contra esa sección sin magnitud
que constante de lluvia en cada extensión
vuelve silencioso el aparecer
de la verde simetría
sin horizonte    sin entusiasmo
y verde el oficio        -distancia mediante-
según la imperfecta faz de la lagartija
       continúa y estable
la dirección aquella
la embarcación en movimiento
y en la libre rendición de las subidas
de este espacio de alcatraz
sobre tu andar espontáneo
       excepto el esfuerzo
en la convicción de nuestro color.[9]
Tu eres yo y yo soy tu otro de ti.
En cada uno de nosotros (co)habita el otro y el yo.
Y en el atravesar de América
nos vamos encontrando con el otro de nosotros.[10]
Heidegger nos habla del develamiento del ser en base a la (co)existencia de este con el otro, es decir en la otredad[11]. Es en este actuar que se “va” de travesía, para encontrarnos (descubrir) con en otro, experimentar el otro que (co)existe dentro de mí, y hacer patente este descubrir.

Me referiré a 4 ejercicios en este tema, el conjunto “Plaza del Archipiélago” y escultura de la “Extensión Americana”, el poema “Lo sitiales del fuerte”, ambas de primer año de diseño, la obra de la travesía de Tarabuco (2013) y los objetos que muestran la abstracción del barroco, ambas de segundo año de diseño industrial. En el poema “Los sitiales del fuerte” pareciera hacerse más evidente esta otredad, en un acto lúdico de las palabras desocultamos un indicio de aquello que nos hace (co)habitar y lo hacemos patente a la luz de la voz que lo nombra. Al igual sucede en la “Plaza del Archipiélago”, esta no es un mero obrar con el fin de construir algo, sino encontrarnos con un otro, verlo dentro nuestro y hacerlo a esplender al (co)existir con los otros de otros, el (co)habitar, pero además aparece otra dimensión, la escultórica de la “Extensión Americana”, que es (so)porte de una mirada mas compleja y es en pos de esto que la “Plaza del Archipiélago” se yergue, como una suerte de artilugio que procura desocultar para un otro lo que esta escultura porta.

La obra de travesía en Tarabuco, se inscribe en el (co)habitar que se menciona anteriormente, pero pareciese en este caso que no se trata acerca del encontrar al otro, sino hacer patente quien soy, para que con esto un otro encuentre su yo en si mismo, tu eres yo.
Entre los hechos que se presentan a nuestro conocimiento
ningún otro puede ser
ni más extraordinario, ni más luminoso,
que “la condición humana”.[12]
Esclarecido esto, lo que muestran estas obras recae en esta otredad, en la experimentación que he tenido del otro y del yo, y en la construcción (desocultación) de aquella verdad que se me ha presentado en este ir-haciendo. Por tanto esto se logra haciendo heredar esta mirada a otros, sacándola fuera y poniéndola al descubierto para otros en otro lugar, puedan (re)mirarla y (re)descubrirla

De la unidad al colectivo

Montaje primer ágape 2014
IDA AL CAMPO
A Landauer

Ven! A lo abierto, amigo!
Cierto, lo brillante restado,
hoy, bajo y estrecho, nos encierra el cielo,
ni los cerros están ni aun abiertas de los bosques
las cumbres, al deseo
y vacío descansa de canciones el aire.

Pero bello es el lugar
cuando en las fiestas de la primavera
el valle se abre,
cuando a lo largo del Neckar
los sauces enverdecen, el bosque,
los árboles temblando,
sucesivos, blancos, ondulantes
en el aire mecedor
y cobijada por una nube en la roja colina,
la vid amanece y crece y entibia
bajo el asoleado aroma.[13]
Unidad es cualidad de uno, pero este mismo uno indica (un) elemento dentro de un conjunto de otros mismos, o no, elementos.

La dispersión es el sentido y la naturaleza de estas unidades en las tres instancias que se muestras a continuación, ágape del aula, ágape del círculo, y las celebraciones de San Francisco.[14]

Si vemos a estos mobiliarios que son (so)porte de estas unidades, como aquello que nombra la permanecía, y teniendo en cuanta la dispersión como la finalidad de la unidad, nos es develada una nueva capacidad de este conjunto, la (re)unión.

Del colectivo al acto

Montaje segundo ágape 2014
La (re)unión es la acción de volver a ser uno, es lo que convoca a las partes a este iterar de volver a ser, (des)ocultamos de tal manera momentos en las tres instancias, los cuales orbitan entorno a estas unidades y la (re)unión.

Aparece entonces otra dimensión en esta construcción de momentos que ofrece el objeto (unidad), la temporalidad, esta entendida como la posibilidad de hacer visible (mostrar) aquello que esta ocurriendo, el modo de (co)habitar que ofrecen estas instancias, esto es el acto. Lo que se construye entonces son estos espacio que dan cabida al acto, que tienen la capacidad de generar, que hacer posible y visible el acto en todas las dimensiones. En el ágape del aula, el elemento unidad, aparece en sorpresa y convoca a los comensales, luego los dispersa, para luego volver a (re)unirlos y darles cabida, permanencia, bajo el halo de este soporte, que a su vez vuelve a (re)unir y pasa a ser aula. En el ágape del círculo, aparecen cuatro estados en esta instancia, primero la que se inscribe dentro de la geometría, el círculo que convoca e invita a su interior, segundo una poética, que través de las palabras, que escritas en cada uno de los báculos como unidad (re)unidas conforman un poema que inaugura, tercero una sorpresa en la apertura de los báculos invita y dispersa, y por último una que vuelve a unir, que (re)une bajo el halo de manto.

La celebración de San Francisco tiene dos instancias, el ágape y el brindis, en el primero es (en)torno a la mesa que ocurren los actos, las torres (como mesas) convocan, el elemento unidad invita y dispersa, el fuego central (re)une, y por último la libertad del elemento y la ocasión del juego[15] vuelven a dispersar. En la segunda instancia, el brindis, también se experimenta en torno a la mesa, las torres se (re)ubican, y vuelven a convocar [(re)inventa], y la elemento unidad invita y dispersa.

(ex)poner los actos

Montaje ágape de San Francisco 2014


Montaje brindis de San Francisco 2014
Así como el paladar
gusta la diversidad de un menú bien preparado,
nuestros ojos están dispuestos para goces ordenados.
Existen relaciones entre la calidad y la cantidad
que hacen que las funciones se integren.
No se concentre la vista siempre en el mismo sentido,
pues se fatiga;
llévense a cabo esas “rotaciones” del espectáculo
que hacen que el paseo no sea fatigoso y somnoliento.
Detrás del ojo está esa cosa ágil y generosa,
fecunda, imaginativa, lógica y noble: el espíritu.
Lo que se ponga ante el ojo, hará la alegría.
Multiplíquese esa alegría:
es la adquisición plena alcanzada por un hombre
tras el uso de todos sus dones.
¡Que cosecha![16]
Lo que se muestra, eso que queda a la vista, es el acto mismo, y este yace en el juego que acontece al entrar a estas atmósferas que encierran las mesas de los ágapes, es dentro de este espacio que instaura el comer en donde puede ser observado el acto, los elementos construidos tanto unitarios como (so)portes, colocan fuera esto, dejan a la vista los actos, los (ex)ponen. Por tanto si bajamos a las tres dimensiones del (ex)poner, lo que se quiere (des)ocultar y poner en vista son los actos que ocurren en el (co)habitar, en el experimentar es que (re)inventamos estos modos de habitar, y por medio de estas mesas que convocan, invitar, dispersan y reúnen, es hacemos posible el (des)ocultar del acto.

(re)encantar los espacios

Espacio cocina en escuela Federico Albert, y sus diferentes disposiciones
LA LUZ
Los duros rayos del sol penetraban en la habitación. Cada objeto tocado por la luz quedaba investido de una vida intensa y dura. Un plato se convertía en un lago blanco. Un cuchillo se asemejaba a una daga de hielo. Los vasos se revelaban de pronto sostenidos por rayas de luz. Las mesas y las sillas subían a la superficie cual si hubieran estado sumergidas bajo el agua y emergieran recubiertas de una pequeña película rosa, naranja, púrpura como la pelusa sobre la piel de un fruto maduro. Las venas sobre el barniz de las porcelanas, el grano de las maderas, las fibras del tapiz parecían grabados en trazos cada vez más finos. Todo carecía de sombra. El ojo, atraído por el verde intenso de un jarro parecía colarse dentro de él como un molusco absorbido por el vacío. Enseguida, las formas asumieron densidad y contornos. Aquí se destacaba una silla; allá se alzaba un aparador. Y la luz siempre creciente, expulsaba a su paso las sombras, que se apretujaban unas contra otras, y suspendían, en el fondo, los pliegues de sus cortinajes.[17]
“A raíz de incendio que acometió a Valparaíso, la e[ad] decide ir en ayuda de los damnificados, de esta manera el Taller de tercer año de diseño industrial, instala un comedor en la escuela Federico Albert en Cerro Merced.”[18]

En los textos anteriores se argumenta que es en la (re)invención del habitar que (des)ocultamos los actos que en el ocurren, de tal modo que ahora me referiré a esta (re)invención. Hay que (re)encantarse del mundo para volver a verlo con los ojos de la primera vez, con asombro, en el salir de lo “habitual” aparece en manifiesto esto que nos traslada y nos abre nuevas características, cualidades y sensaciones de aquello que alguna vez vimos. (CON)mover, es mover completamente, esta es la dimensión que aparece en este (re)encantar, para que se nos abran nuevos “horizontes”, hay que (con)mover lo habitual.

Sentido del movimiento, capaz de percibir los irresistibles
-desarrollos ocultos en las mayores lentitudes-
la agitación extrema disimulada bajo un velo de reposo-
-lo completamente novedoso deslizándose hacia el centro mismo
de la repetición monótona de las mismas cosas.[19]

En la escuela Federico Albert aparece la luz del blanco en tres estados, uno que es la atmósfera y que baña todo un interior con una luminosidad que inscribe y acoge, uno que inscribe al elemento unidad del alimento y lo intensifica, y uno que es el (so)porte de esta unidad, lo hace emerger y lo inscribe dentro de si.

Pero aquello que (des)oculta esta dimensión del (con)mover en estos estados del blanco, no es tan solo lo inscrito en ellas y los actos que aquí incurren, sino que pone fuera y deja en evidencia al sentido del gusto, lo saca de su habitual, y lo (re)encanta, alegrando el ojo, cautivando el olfato, y amenizando el oído. En esto (re)itera una y otra vez en la luz del blanco el espacio, en distraer a los sentidos para moverlos, trasladarlos completamente a otra instancia, y así dejar en descubierto un (re)encantar.

El re(des)cubrir los actos

Obra reconstruccion de un patio cerro Merced
El Teorema de Pitágoras, cada vez que se quiera conocer la relación entre los catetos y la hipotenusa, es inmortal. Será siempre ese. Cuando la poesía toca real y verdaderamente su materia, es como el teorema de Pitágoras. Esto es simplemente para hacerme entender, que pongo el ejemplo de Pitágoras. Nadie nunca podrá prescindir de eso, precisamente para poder vivir en la tierra.
De manera que lo que pareciera evasión y por lo tanto, pareciera que se va, que no se comunica, que se olvida la circunstancia, que la deja de lado, o que huye de ella, etc., O viceversa el modo de aproximarse al poeta para mostrar de qué manera está ligado, es también otro intento de comprensión. No tiene la menor importancia, aquello puede seguir aparentemente incomunicable.
Como puede seguir comunicado, como es de suyo incomunicable el Teorema de Pitágoras. Pero cada vez que se tenga que vivir, hablo de la poesía, así como cada vez que se tenga que trabajar con la relación de dos catetos y la hipotenusa, el único fundamento de la realidad, lo único que va a permitir, no sólo hablar sino comer, andar por la calle, va a ser eso POESIA. La poesía de ese poeta cada vez que sea necesario, instituirse en un mundo que lo requiera. De suerte entonces, que la poesía pasa a ser, la que da suelo, donde se puede andar, donde se puede vivir.[20]

Antiguamente (ex)ilio, se asociaba a la palabra suelo, sacar del suelo a una persona para que deambulase, anduviese de un lado a otro, vagando por el mundo, sin suelo. En la obra de reconstrucción de un patio[21], aparecen a la luz de la cualidad o novedad, la dimensión del “dar suelo” a aquello en donde el pie se coloca, digo cualidad o novedad, puesto es fin del dar suelo es hacerlo aparecer en una cualidad de nuevo, (re)novarlo para que su calidad (cualidad de suelo) quede en (des)cubierto. Este (des)cubir se hace patente en el ojo que se (re)encanta donde se pone el pie, esto en la luz del lenguaje matemático, que (re)inventa la materia existente y la dispone en la exactitud ordenada de la geometría, y la vuelve gozo a la vista.

Planteado el hecho de que el volver a hacer los espacios es en virtud de los un renovar los sentidos, lo que se pone fuera, y coloca en vista, son estas (re)invenciones de las sensaciones que (con)mueven y (re)encantan a los sentidos, para causar novedad.

Nuevamente si aterrizamos, estos conceptos a las tres dimensiones del (ex)poner, lo que se observa y quiere mostrar es el cómo (con)curren los actos en los espacios, y es a través de la experiencia que caemos en cuenta que los actos ocurren en lo favorable, en lo que (re)encanta a los sentidos, y es esto lo que (des)cubrimos, lo que dejamos (des)oculto.

(a)unar los actos

Decir “moderno” implica algo que no lo es y algo que lo inaugura.Vamos a tratar de indicarlo anotando la vuelta de llave que al mismo tiempo cierra y abre un campo. Un campo distinto al que estaba vigente. Distinto no supone necesariamente contradictorio. Pero se trata de un campo tal que concierne a la actividad humana. Por diversas vías podría llegarse a mostrar el giro que abre la modernidad. Escogemos uno, el que nos es más familiar -el camino de la palabra poética- y en él va implícita la noción de poiesis-techne en su acepción mayor: la de todo trabajo “creativo”[22]

Los actos como esas instancias que dejan al descubierto el como (co)habitamos, aparece en la medida que nos re(encantamos), en que volvemos a ver las cosas, se trae al presente la exposición “Obra habitada: La vida como etimología[23] de la forma”[24], pero no en el estado de aquello que informa, sino porque de ella podemos caer en cuenta cuán significativo puede llegar a ser el re(encantar) que traen consigo los actos. Dejando a un lado (no por la carencia de importancia) aquello que instruye la exposición, vemos dos grandes esferas en esta inauguración, una visual, y una gustativa. Aquello que alegra al ojo (re)une, las sensaciones visuales de la fotografía, el color, las formas, el blanco, las disposición de estas esto es un re(gocijo), un volver a sentir gozo de estas cualidades es un acto propio en si. Por otro lado aquello que gusta, el sabor cautiva por medio del olfato o de la vista, o en goce ordenado de sus formas, esto es (de)gustación, el goce de saborear y volver a hacerlo evocando estas sensaciones, saborear eternamente.

Lo inaugural, el celebrar es aquello que a(una) los actos, estos actos, lo que queda en manifiesto es entonces el vínculo, la unión de la (ex)posición y la (de)gustación, es esto lo que re(encanta) y queda (des)oculto, la reinvención de los actos en conformidad del vivir del hombre.</ref>

Lo que abren las experiencias

He sugerido muchas veces que las humanidades,

y en especial las artes creativas, son la evolución natural del Homo Sapiens. Las descripciones basadas en estas describen la condición humana y la naturaleza humana con un detalle exquisito, una y otra vez en innumerables situaciones. Las artes creativas son la puesta en común de nuestros deseos internos y la lucha de la humanidad. Las humanidades son nuestra forma de entender y gestionar el conflicto entre los dos niveles que crearon al Homo Sapiens (evolución y cultura). El conflicto no puede ser resuelto. Y no hay que esforzarse mucho para llegar a una resolución. Este conflicto define a nuestra especie y es la fuente de nuestra creatividad. El científico ideal piensa como un poeta y funciona como un tenedor de libros. ¿Una recomendación para poetas ?:

¡colonicen la ciencia![25]

Si nos re(montamos) desde este punto hasta el principio de este capítulo, podremos apreciar que aquello que abren las experiencias, no es más que un (des)conocido, aquello que no hemos identificado, pero no un desconocido como un fin alcanzable meramente, sino toda una atmósfera de desconocidos, las re(invenciones), el re(orden), el re(leer). El ejercicio que presentan las actuales páginas, trata de un cuerpo que observa un espacio y lo re(inventa) desde el ojo para llevarlo al cuerpo. El trabajo en sí como objeto final es provecho, en cuanto a lograr finezas materiales y corporales, pero no es en esto en lo que se cae en cuenta como el des(ocultar) que más encanta, sino en el haber realizado un juego de los sentidos, haberlos asido y des(ordenado) haber jugado con ellos y haberlos tratado como un nuevo lenguaje, desde el oído que oye al mercado El Cardonal de Valparaíso y lo re(configura) en una dimensión que lo vuelve volumen en sus magnitudes, al ojo que observa y se deleita en la exuberancia de colores, los coge y los vuelve aromas, para graficar los aromas en virtud de la intensidad de su tonalidad en un recorrido por el mercado. Y en este nuevo ejercicio el de las actuales páginas, es otro estado del desconocido uno que re(cae) en la materialidad y en la forma, en aquello que no conocemos y nos encanta por primera vez, puesto es totalmente novedoso, desde la concepción de la forma, a los procesos que requieren para su armado, la delicadeza de las uniones y la fineza de sus terminaciones, hasta el desconocido del hacerse a las aguas, por primera vez, en pensamiento y acción.

Entonces lo que ponen a la vista estos trabajos, no es tan solo la finalidad del objeto, sino aquella novedad por la que hemos experimentado, a la que nos hemos atrevido a intentar. Vivimos re(encantandonos) con nosotros mismos y con lo que hacemos, y esto nos abre nuevas posibilidades, nuevas conexiones sensoriales, nuevos vínculos conceptuales, lo que abre la experiencia en un despertar de novedades.

¿no fue el hallazgo ajeno
a los descubrimientos
– oh marinos
sus pájaras salvajes
el mar incierto
las gentes desnudas entre sus dioses ! –
porque el don para mostrarse
equivoca la esperanza?[26]

NOTAS

  1. Cruz, Fabio (1993). Clase “La observación”. Taller de Amereida. P. Universidad Católica de Chile
  2. experientia, nace del latín experiri, ex-, de separarse del interior, peri-, del verbo que cuenta de un intentar o arriesgarse, y entia- que es el abstraer de estos conceptos.
  3. Marinetti, Filippo T. (1908). “Manifiesto Futurista”, Paris, Francia. Le Figaro. pp 1.
  4. Covarrubias, Carlos (2015). Clase Taller de Amereida, Valparaíso, Chile. Miercoles 18 Marzo (Ciudad Abierta).
  5. Balcells, José (2012). “El agua expuesta”, fragmento exposición primer trimestre, Diseño Plan Común, Valparaíso, Chile. P. Universidad Católica de Valparaíso.
  6. Heidegger M. (1973). “Arte y poesía”. México D.F., México. Fondo de Cultura Económica, Colección Brevarios. pp. 56, 80-103.
  7. artilugio, que es artefacto, arte-factus, hecho con arte.
  8. Cruz, Fabio (2003). “Construcción Formal”. Valparaíso, Chile. P. Universidad Católica de Valparaíso. cap. Planteamiento General.
  9. poema hecho por todos en la travesía de Corral (2012). Hecho escribiendo dos palabras por cada participante, en sitiales formando torres de cinco niveles, leyendo las palabras en el orden de los niveles.
  10. Covarrubias, Carlos (2015). Clase Taller de Amereida, Valparaíso, Chile. Miercoles 9 de julio. (Ciudad Abierta)
  11. Heidegger, Martín (1997). Ser y Tiempo, Editorial Universitaria, Santiago, Chile. pp.119-134 cap. “El esta-en-el-mundo como coestar y ser-sí-mismo. El uno”
  12. Chardin, Pierre T. (1967) El Fenómeno Humano, Taurus, Madrid, España. pp. 43. cap. Ver. “Parafraseado por Carlos Covarrubias”.
  13. Hölderlin, Friedrich, (1800-1804), Gedichte , Elegien. Der Gang aufs Land. Traducción de Iommi, Godofredo .
  14. Los ágapes mencionados son actos realizados en la e[ad], para este caso en especifico los nombro para así diferenciarlos en el relato del texto, siendo; ágape del aula, el primero realizado en el primer trimestre de tercer año de diseño industrial, y ágape del círculo, el segundo. Por otra parte las celebraciones de San Francisco son en conmemoración al patrono de la escuela (e[ad]), estas tres instancias se llevaron a cabo en Ciudad Abierta, Ritoque, Valparasíso.
  15. En la celebración San Francisco de 2014, luego del ágape, se realizó un torneo convocado por alumnos de Taller de Título de Diseño.
  16. Le Corbusier, Charles. (1924). La ciudad del futuro, Edition Crès, Paris, Francia. pp. 41 cap. “V Clasificación y selección (exámen)”
  17. Woolf, Virginia. (1980). “La Olas”, Editorial Bruguera, Barcelona, España. pp. 103.
  18. Incendio acometido en Valparaíso entre el 12 y 16 de abril de 2014, afectó 1090 ha, y a más de 2900 viviendas y 12.500 personas.
  19. Chardin, Pierre T. (1967) El Fenómeno Humano, Taurus, Madrid, España. pp. 43. cap. Ver.
  20. Iommi, Godofredo. (1967). Clase al quinto año B de arquitectura, Instituto de Arquitectura, Universidad Católica de Valparaíso, Chile.
  21. En tiempo de travesía 2014, se encarga a cinco de los alumnos que no realizaron esta, la reconstrucción de lo que fuese el patio de una de las casas aledañas a la plaza del Recuerdo, en Cerro Merced, casa de Isabel Celedón.
  22. Iommi, Godofredo, (1982). “Hay que ser absolutamente modernos”, 4 Talleres de América., Taller de Investigaciones Gráficas, Escuela de Arquitectura, UCV, Valparaíso. pp. 69
  23. Etimología. έτυμολογία, ετυμος (etymos = verdadero) y λόγος (logos = palabra, expresión), verdad de la palabra.
  24. Exposición inaugurada el día 18 de diciembre 2014 en el Parque Cultural de Valparaíso, Chile.
  25. Reyes, Jaime. (2015) Clase Taller de Amereida, Valparaíso, Chile (Ciudad Abierta) Miércoles 29 Abril.
  26. Autores Varios, (1967). “Amereida” Volumen I, Editorial Cooperativa Lambda, Colección Poesía, Santiago, Chile.