Diferencia entre revisiones de «Epica Americana»

De Casiopea
Sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Línea 2: Línea 2:
|Título=Epica Americana
|Título=Epica Americana
|Año=1983
|Año=1983
|Autor=Godofredo Iommi,  
|Autor=Godofredo Iommi,
|Coautores=Claudio Girola,  
|Coautores=Claudio Girola,
|Imagen=epica_portada_web.jpg
|Imagen=epica_portada_web.jpg
|Tipo de Publicación=Artículo en Revista de Divulgación
|Tipo de Publicación=Artículo en Revista de Divulgación
Línea 13: Línea 13:
|Páginas=21 a 34
|Páginas=21 a 34
|Palabras Clave=américa, poética
|Palabras Clave=américa, poética
|PDF=AME 1983 Epica_Americana.pdf
|Carreras Relacionadas=Arquitectura, Diseño Gráfico, Diseño Industrial
|Carreras Relacionadas=Arquitectura, Diseño Gráfico, Diseño Industrial
}}
}}

Revisión del 15:46 27 ene 2012

Epica portada web.jpg



TítuloEpica Americana
Año1983
AutorGodofredo Iommi
CoautoresClaudio Girola
Tipo de PublicaciónArtículo en Revista de Divulgación
RevistaHombre y Universo N.2
EditorialRelaciones Culturales y Estudiantiles PUCCh
Edición1a
ColecciónAmereida
CiudadSantiago
Páginas21 a 34
Palabras Claveamérica, poética
PDFArchivo:AME 1983 Epica Americana.pdf
Carreras RelacionadasArquitectura, Diseño Gráfico"Diseño Gráfico" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property., Diseño Industrial"Diseño Industrial" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.

¿no fue el hallazgo ajeno
a los descubrimientos – oh marinos
sus pájaras salvajes
el mar incierto
las gentes desnudas entre sus dioses! –
porque el don para mostrarse
equivoca la esperanza?

¿no dejó así
la primera pasión del oro
al navegante ciego
por esa claridad sin nombre
con que la tarde premia y destruye
la apariencia?

¿y ni día ni noche
la tercera jornada no llegó como una isla
y suavemente sin violentar engaños
para que el aire humano recibiera sus orillas?

que también para nosotros
el destino despierte mansamente

desde aquella gratuidad del yerro
se abren todavía
los grandes ríos crueles de anchas complacencias
las montañas solas sobre las lluvias
los árboles difíciles dejando frutos
en la casa abandonada

y aún con otros
¿no buscó el paso su abertura
tanteando en la costa
como en la noche
el ojo su aventura?

¿y no entregó el viento
en torno al primer barco
su saludo más vasto
su inconsolable inocencia
sobre las pampas
y la dulzura de otro mar blanco inexistente
cuya sorpresa guarda la mirada
cuando la tierra púdica se entrega?

porque así como el trabajo encubre
la mano que se arriesga
la seña
la verdadera seña miente como el día
para salvar de otros usos
la noche regalada

y sin embargo
escucharon esos extraños
la útil y sola melodía del cordaje
responder bajo la luz vacía que aún nos llama

porque allí el tiempo nace de la guardia

¡oh desapegos que uno mismo ignora
antiguas gentes nocturnas
a quienes el peligro abre sus ofrendas
y la primera tumba inútil
donde con gracia
comenzar otro pasado!

(poema inicial de Amereida)


Nota

La épica americana está escrita y como el nuevo mundo fue oculto en el arribo a las Indias, va escondido bajo las relaciones de descubridores y cronistas.

Si el ojo histórico pudo y puede recorrer esos textos faltó en América quien pudiera abarcarlos en una visión poética calculada para traer a la luz de poema épico el oro que arrastran consigo. Tarea importante del Instituto de Arte de la Universidad Católica, fundado principalmente en una visión de América cantada en Amereida (Editorial Cooperativa Lambda, 1967) fue iniciar y penetrar esa exploración. Esta pequeña edición príncipe que abre e indica el campo y el camino, obra de Godofredo Iommi y Claudio Girola, realizada con los cursos superiores de la Escuela de Arquitectura de la UCV y a requerimiento de la misma, conjuga al mismo tiempo un fundamento poético que se recoge en las carpetas de cada alumno y colaborador.

Los textos elegidos se tomaron, en lo posible, de ediciones que están al alcance de todos para evitar la rareza del encuentro con el cronista respectivo y con el fin de despertar a muchos a una “lectura” nueva; palabra ésta que bajo un fuerte rigor filosófico François Fédier tradujo de Logos. Esta pequeña y modesta selección sólo pretende advertir y abrir una medida. Ojalá estos textos contribuyan a serenarnos y medirnos en el epos que nos tocó.


Los textos corresponden a las crónicas de las siguientes ediciones:

Historia natural y moral de las Indias
P. Joseph de Acosta. Fondo Cultura Económica – México, 1940.

Noticias de la Nueva Tierra
Editorial Universitaria de Buenos Aires – 1964.

El Descubrimiento del Océano Pacífico
D. Toribio Medina. Imprenta Universitaria, Tomo 1 – Santiago de Chile, 1914.

Relación del nuevo descubrimiento del famoso Río Grande de las Amazonas
Fray Gaspar de Carvajal. Fondo Cultura Económica – México, Buenos Aires, 1955.

Historia General de el Reino de Chile, Flandes Indiano<br> P. Diego de Rosales. Editorial Universitaria S.A. – Santiago de Chile.

Viaje a Chile Gabriel Lafond de Luncy
Editorial Universitaria S.A. – Santiago de Chile 1970.

Amereida
Fragmentos cartas de Vespucci y relato de Pigafetta
Editorial Cooperativa Lambda – Santiago de Chile, 1967.

Y un texto de Coronado.

SÉNECA: PROFECÍA

Tras luengos años vendrá
un siglo nuevo y dichoso
que el Océano anchuroso
sus límites pasará

Descubrirán grande tierra
verán otro Nuevo Mundo
navegando el gran profundo
que agóra el paso nos cierra

La Thule tan afamada
como del mundo postrera,
quedará en esta carrera
por muy cercana contada

Más agóra es otro tiempo
y el mar de fuerza o de grado
ha de dar paso al osado
y el pasarle es pasatiempo

Al alto mar proceloso
ya cualquier barca se atreve
todo viaje es ya breve
al navegante curioso

No hay tierra por saber;
no ha Reyno por conquistar
nuevos muros ha de allar
quién se piensa defender

Todo anda ya transtornado
sin lejos cosa en su asiento
el mundo claro y esento;
no hay ya en él rincón cerrado.

-“que se me da el cielo pensemos cuál bola
que en sí encierre toda parte de la tierra estando
cuál ella en el fiel, en medio del mundo
o como grande plato encima estando”-

tan lejos de pensar anduvieron los antiguos
que hubiesen gentes en este Mundo Nuevo
que de ellos no quisieron creer
que tierra había en esta parte y más
que es de maravillar
quién negase haber acá este cielo
que vemos

la fábrica de este mundo imaginando
a manera de casa que cubre el techo
y por lo alto sólo la rodea
y no por todas partes la cerca
que de otra suerte
estuviera la tierra colgada en medio del aire
y este gran edificio de mundo
a una parte encima todo estará el cielo
y a otra toda la tierra diferente abajo


SU TESTIGO CELESTE

“¿Quién hechó los cordeles para la fábrica
de la tierra? – Dime si lo has pensado
¿o en qué cimientos están aseguradas
sus basas?”

Pues que se acabase de entender la traza
de este del mundo maravilloso edificio
David, cantor de Dios dice así: “Tú que fundaste
la tierra sobre su estabilidad misma y firmeza
sin que se bambolée ni trastorne
para siempre jamás”, para que en sí misma
susténtese sin haber menester otros apoyos
ni estribos...

tienen las obras del arte divina
un no sé qué de gracia y primor
como escondido y secreto
con que una y otra y muchas veces miradas
gusto nuevo causan siempre
al revés de las humanas que aunque
con mucho artificio fabricadas
en haciendo costumbre de mirarse
apenas hay poner los ojos con atención. Más
la mar si la miráis u ojos ponéis en alto peñasco
que sale acullá con extrañeza o el campo cuando
vestido está de su natural verdura y flores
o el raudal bramando su combate
causan siempre nueva recreación y
jamás la vista enfada.

más bastar como testigo fiel en el cielo
la Luna debe
pues entonces solamente se oscurece
y padece
eclipse cuando acaece
ponérsele la redondez de la tierra
en medio del mundo
rodeada de todos los orbes celestes
también que la noche veremos
ninguna otra ser
sino la oscuridad causada
de la sombra de la tierra
or pasársele el sol
a otra banda

que mismos son los cielos que se mueven
y en ellos andan entorno las estrellas
alegar podemos con los ojos
y de partes y enteras regiones de cielo
no sólo las lúcidas y resplandecientes
como la que llama Vía Láctea y nuestro vulgar
dice Camino de Santiago
sino mucho más digo por otras partes oscuras
y negras que en el cielo hay que sin discrepar
se menean con el mismo compás que las estrellas

cuanto a ser el cielo todo
figura redonda
es tanta verdad puntualmente
que con ojos nuestros vemos

los que vivimos en Pirú
para saber que el cielo todo redondo ciñe
y rodea la tierra
basta de este hemisferio mirar la aquella parte
región del cielo que da vuelta la tierra
que jamás los antiguos vieron,
basta haber notado y visto ambos dos polos
en que el cielo revuélvese como en sus quicios
digo en el ártico y el antártico
cuando pasada la línea equinoccial trocamos
norte con sur
acá en el Pirú

¿Quién dirá que la nao Victoria
no ganó y triunfó la redondez
de la tierra
pues dio al mundo vuelta
la inmensidad del océano?
¿A quien no le parecerá que toda la grandez de la tierra
por mayor que se pinte sujeta está a los pies de un hombre
pues la pudo medir?


CUYA ANDANZA DOMINADA

Reprende Lucano la curiosidad de César
—“¿Qué tienes tú romano, que ponerte a inquerir
del Nilo el nacimiento?”—
y al propio Nilo dice: “Pues tu nacimiento es
tan oculto que ignora
el mundo todo cuya seas”

más Sophonias conforme a escrituras
del Evangelio la vocación hablando:
"De más allá de los ríos de Etiopía
traeránme los hijos de mí esparcidos"

y el filósofo: "No hay duda sino que
en todo ha de proceder el otro mundo
como este de acá
en todas las demás cosas y especialmente
en el nacimiento y orden de los vientos"

Más Aristóteles siente que la tierra
de este polo sur es habitable según
grandísima longitud de oriente a poniente
y según latitud de polo sur a equinoccial
cortísima ser

Tan de revés es esto de la verdad
que cuasi la habitación todo en esta banda
de polo a línea es según la latitud

–"son en la tierra iguales las regiones
a las del cielo
y de estas cinco, aquella que está
en medio
no tiene poblaciones por el bravo calor"–

los antiguos veían que en tanto
una era región más caliente era cuanto
se acercaba al mediodía e inferían
que la que se allegase a tanto
que el sol tuviese sobre cabeza
perpetuo y necesario habrían de sentir
excesivo calor, razón que venció a los antiguos

por no habitable la tórrida zona
y que por vistas de ojos aún hoy
dijiéramos todos razón matemática y concluyente
cuán flaco es nuestro entendimiento para alcanzar
estas naturales cosas
más ya
podemos a dicha de siglos nuestros decir
le cupo alcanzar los dos maravillas grandes:
navegarse el mar océano y gozar
hombres en tórrida zona
de lindísimo temple
que nunca los antiguos pudieron persuadir

–"la nao corta el agua y sus ondas
sin dejar rastro do pasa
ni senda hacer en onda"– dijo el sabio
más con fuerza de piedra imán
el océano todo grande a camino descubierto abre
que virtud tal comunicó el Creador
que sólo el hierro al tocarla
queda de mira y movimiento a norte
sin desfallecer en parte alguna del mundo

Otros disputen e inquieran causas de no sé qué simpatía
más gusto me da a mí alabar al Hacedor:
–"Oh Padre cuya
providencia gobierna a un palo camino dando
muy cierto por la mar y senda segura entre las fieras ondas
justamente mostrando
que todo librar pudieras aunque fuese yendo sin nao por mar,
más porque tus obras no carezcan sabiduría
por esto confían los hombres sus vidas a un madero
y pequeño y atravesando mar
en un barco se han escapado"– dijo Salomón
Y –"Que los que bajan a la mar en naos son los que han visto
las obras del Señor y maravillas en lo profundo"–
No es de las menores maravillas divinas
que fuerza de pequeña pedrezuela mande en el mar
y obligue al abismo inmenso a obedecer
y estar a su orden

In nomine Domini Nostri Jhesu Christi
Rey y Reina de las Españas y de las islas de la mar
después Vustras Altezas haber dado fin a guerra de moros
y acabádola en la muy grande ciudad de Granada
a donde vide poner las banderas reales
en torres de Alfambra y vide salir
al Rey Moro a puertas de la ciudad y besar
y de aquel presente mes habiendo yo dado
información de tierras de Indias
y de un gran Príncipe llamado Gran Can
que en romance dice Rey de Reyes
como muchas veces el y antecesores a Roma
doctores pidieron y nunca el Sancto Padre proveyera
y tantos pueblos se perdían en idolatrías
altezas vuestros católicos cripstianos y enemigos
de la secta de mahoma, idolatría y herejías
a mi pensaron enviar, Cristóbal Colón, a las dichas partidas
para la conversión dellas a la santa fé

Y ordenaron no fuese por tierra al oriente
por donde se acostumbre andar
salvo por camino de occidente por donde
hasta hoy no sabemos haya nadie pasado. Así que
echados fuera a todos los judíos de vuestros reinos
mandaron a mi que con armada suficiente me fuese
a las dichas partidas de Yndias...
y partí yo a doce días del mes de mayo
de Granada del mesmo año de 1492 en sábado
y a villa de Palos vine puerto de mar donde
tres navíos para semejante fecho aptos armé
y abastecido mucho y de mucha gente de la mar
del dicho puerto partí antes de la salida del sol
con media hora, en viernes a tres del mes de agosto
del año dicho y llevé el camino de las islas
de Canaria de Vuestras Altezas que son en la mar océana
do allí tomar mi derrota y navegar
tanto que llegase a Yndias

ABRE SU ILUSION SU REALIDAD

Entre día y noche
once leguas o doce
navegó al guesudeste y andarían
y a ratos que parece
en la noche anduvieron a quince millas
por hora
si no está mentirosa la letra
"Gracias a Dios, dice el Almirante,
los aires muy dulces
como en abril en Sevilla que placer
estar a ellos, tan olorosos son”. Pareció
muy fresca la yerba, muchos pajarillos de campo
grajaos y ánades y un alcatraz
Mudóse el viento y corrió el gueste
cuarta al noroeste
a cuatro leguas anduvo y once de día
y la noche veinte –contó la gente diez y siete–

Toda la noche oyeron
Pasar de pájaros. Navegó al guesudeste a diez
por hora y doce a ratos y a ratos siete
entre día y noche. Contó a la gente 44 no más.
Aquí la gente no lo podía sufrir
quejábase del largo del viaje. Los esforzó
mejor que pudo, buenas esperanzas dándoles y añadía
que por demás era quejarse pues había venido a Yndias
y así proseguir lo había hasta hallarlas
con la ayuda del Señor

mucha mar tuvieron más que toda
la tenida en viaje, vieron
pardelas y junco verde y lo de la Pinta
caña y palo y otro palillo labrado
a hierro parecía y yerba que nace en tierra
y una tablilla aún. También los de la Niña
vieron señales de tierra y un palillo
descaramojos cargado. Respiraron y alegráronse
A sol puesto camino al gueste y porque la
Pinta era más velera iba delante del Almirante
halló tierra
y hizo las señas que el Almirante había mandado

Vido primero, que se decía un marinero Rodrigo
de Triana
puesto el Almirante en las diez de la noche
estando
vido lumbre del castillo de popa
llamó a Pero Gutiérrez repostero destrados
del Rey y que mirase, y así lo hizo y vídola
Díjolo a Rodrigo Sánchez de Segovia, quel Rey y
Reina enviaban por veedor en la armada, el cual
nada vido porque no estaba en lugar que pudiese.
Se vido una vez o dos como candelilla de
cera era que alzaba y levantaba.

EL HALLAZGO NO ES EL ENCUENTRO

Las velas todas amainaron y quedaron
con el tréo o vela grande sin bonetas
y a la corda pusiéronse temporizando
hasta el día viernes que a una isleta
de Lucayos llegaron que en india lengua
dícese Guanahaní. Luego vieron gentes desnudas
y el Almirante salió en barca armada
“Yo, porque nos tuviesen mucha amistad
porque cognoscí era gente que se libraría
y convertiría a nuestra sancta fé con amor que no
por fuerza
dí a ellos bonetes colorados, cuentas de vidrio
que se ponían al pescuezo
con que hobieron placer
y tanto quedaron nuestros que era maravilla.

Cuáles después venían a barcas de las naos
nadando y trayendo papagayos, hilo de algodón
en ovillo y azagayas trocándonosla por cascabeles
y cuentas que dabamos. Andan todos desnudos
como su madre los parió; y también las mujeres
aunque no vide más que un farto moza. Todos
que vi mancebos
muy bien hechos, de muy fermosos cuerpos y
muy buenas
caras, cabellos gruesos cuasi como sedas de cola
de caballo e cortos, salvo unos pocos detrás que
jamas cortan. Dellos de prieto se pintan y son,
de la color de los Canarios, ni negros ni blancos
y dellos de colorado y de blanco se pintan y dellos
de lo que fallan y las caras y todo el cuerpo y
dellos
sólo los ojos y dellos sólo la nariz”...

Estuvimos en un templo de los caníbales
estatuas semejantes a la Pietá encontramos
Oímos decir... el hijo va al templo dice
al ídolo que está enfermo el padre y pregunta
si ha de curarse o no
allí hasta que le responda queda. Si le dice “no”
toma a su casa corta la cabeza paterna
la cuecen y al estar blanca la colocan en el templo
Seyti se llama el ídolo y de él hace un hombre
considerado santo, con túnica de algodón vestido

jamás habla. Por la mañana se coloca en el centro
del templo y posée
a la primera mujer que entre; luego el resto de
mujeres la besan – ocsa dignísima, pués dignado
usarla había el santo. Viven realmente como animales
cuando hambre comen, cuando deseos hacen coito
y salvo entre hermanos, todos viven en común.
Más a mi parecer son gente fría, poco libidinosa
acaso porque se alimentan mal... son grandes
sodomitas aunque creo no saben si eso está bien
o está mal.

En pocos días encontramos muchas islas
no bajamos a tierra, islas tan unidas
que el Almirante llamó de Las Once Mil
Vírgenes. Uno de esos días, echado el
ancla, venir vimos desde un cabo una canoa
con tres o cuatro caníbales dos mujeres y dos
cautivos a los cuales, cual siempre hacen
cuando apresan acababánle de cortar el mienbro
generativo al ras del vientre
que aún estaban dolientes... Apresamos
la canoa; junto con esclavos otros caníbales

fueron enviados a España. Yo estando en batel
apresé bellísima caníbal y el Señor Almirante
me regaló. La tenía en mi camarote y desnuda
estando según su costumbre, deseos de solazarme
con ella me vinieron. Cuando quise ella se opuso
y atacó con la uñas en tal forma que no hubiera
querido empezar. Más así las cosas, para contaros
todo, tomé soga y la azoté tan bien que gritos
inauditos lanzó hasta que no creyeredes.
Finalmente
nos pusimos en tal forma de acuerdo que baste decir
parecía amaestrada en escuela de rameras.

Arboles hay de algodón, infinidad de higueras
uno de fruto lleno de gránulos como el higo
color rojo escarlata, a nuestro gusto demasiado
bueno– con estos se tiñen de rojo y negro.
Unos arbustos cual alcachofas cuatro veces, empero
más altos con fruto cual piña pero doble en grande
fruto magnífico que a corte de cuchilla
como un rábano. Y otros muy grandes y altos
ya como con hueso dentro cual huevo, dividido
en tres bueno de comer e inmediato digerir, otros
producen mirobálanos, uno espinoso como erizo
da un huevo lleno de lana de color frailuno.

Hay
además en las islas los que dan fruto como granada
que acercándole fuego enciéndense como yesca
y de muy bella luz. Rajándolos dan buena
trementina
con que remediábamos heridos, otros
incidiéndolos
dan leche que se hace cera y arde como cera y
arbustos parecidos al rosal de largo fruto cual
canuto de gránulos picantes como pimienta
quellos
comen como una manzana. Hierbas en manojos,
altas
cual esparto, que majan, curten e hilan y redes
hacen. Raíces como rábanos que rallan cual queso
nosotros, y sobre piedra al fuego, amplia, ponen
y hacen hogaza que como pan dura hasta quince
días, Y tantas veces nos sacó de apuros.

Es siguiendo así la costa encontramos
una isla bellísima que comenzaba en cabo
y fui el primero en descubrir. Una vuelta tiene
de veinticinco leguas y también por amor a mí
el señor Almirante le llamó “La Bella Savonesa”
y me la regaló. De acuerdo a formas y modos conveniente
della tomé posesión, tal como hacía el Señor Almirante
con las otras a nombre de Su Majestad El Rey,

o sea yo
en virtud de notarial instrumento, sobre dicha isla
arranqué hierbas, corté árboles, planté la cruz
y también la horca, y en nombre de Dios la bauticé
con el nombre de la Bella Savonesa, y bella
realmente
puédesela llamar pues hay más de treinta y siete
caseríos con treinta mil almas al menos. Todo esto
anotó también el Señor Almirante en su libro.

partió el Almirante iba a la vela con poco viento
vino el cacique con tres canoas y alcanzó al Almirante
tan concertado venía que no es dejar de escribir
forma
de su estado. La una canoa era muy grande como
una grande fusta y muy pintada; allí veía su
persona e
la mujer e dos hijas, la una de fasta diez y ocho años
muy fermosa, desnuda del todo, muy honesta;
la otra era
menor y dos niños mochachos sus fijos y cinco hermanos
y otros criados y los otros todos debían ser criados
y vasallos. Traía él su canoa a un hombre como alférez;
este sólo venía en pie en la canoa a la proa con sayo
de plumas coloradas, de hechura cota de armas
y en la
cabeza grande plumaje que tan bien parecía
y en la
mano traía una bandera blanca sin señal alguna;
dos o tres
hombres venían con las caras pintadas colores de
mesma manera y cual celada traía cada uno plumaje
y en la frente una tableta redonda grande
cual plato
pintadas así la una como la otra de misma obra y color
e traían estos en la mano un juguete tañían. Dos
traían en otra forma pintados dos trompetas de palo
muy labrados de pájaros y otras sutilezas; el leño
en que eran muy negro y fino y cada uno un
sombrero de
plumas verdes muy sotil, seis con plumas blancas
y todos
en guarda de las cosas del cacique

El cacique de un isla Guanique traía al pescuezo
una joya de arambre muy fino y tanto que parece
oro diez y ocho quilates, de henchura como flor de liz
tamaña como un plato: traía al pescuezo con sartal
de gordas cuentas de mármol que ellos tienen
en gran
precio y en la cabeza
guirnaldas de piedras verdes, menudas y
coloradas en
orden puestas y entremedias blancas mayores
y más
una joya grande colgada sobre la frente y a las orejas
dos grandes tabletas de oro le colgaban con sartillas
de verdes, menudas cuentas; un cinto traía
aunque andaba
desnudo, ceñido de la misma obra de la guirnalda
y todo
lo otro de cuerpo al descubierto

y así su mujer venía adornada, desnuda,
descubierta
salvo un solo lugar de su miembro que de una cosilla
al tamaño de naranjo de algodón cubría.
Traía en los brazos, debajo el sobaco, bulto de
algodón al modo de brahónes de jubones
antiguos franceses;
otros dos traía y más grande como ahorcas en
cada pierna el suyo debajo las rodillas. La hija mayor
y más hermosa toda andaba desnuda, un solo
cordón de
piedras muy negras y menudas traía solamente ceñido
del cual colgaban cosa de hechura de hoja de yedra
de piedras verdes y coloradas pegadas sobre
algodón tejido

La grande canoa venía entre las dos y luego como
llegó al navío, a dar comenzó a los maestros y gente
cosas de su comarca. Era de mañana y el
Almirante estaba
rezando y no vido ahína las dádivas y
determinación
de la venida y cuando el Almirante salió ya tenía
enviados a los vasallos volviesen a las canoas
e iban ya lejos
y luego que le vido al Almirante se fue a él con cara
muy alegre diciendo:

“Amigo, tengo determinado dejar
la tierra e irme contigo a ver el Rey, la Reina y
Príncipe su hijo, los mayores señores del mundo,
cuyo
el poder ha sojuzgado acá tantas tierras por ti,

que los obedeces y vas por sus mandato todo este
mundo sojuzgando. Yo sé que en todas las islas de
esta comarca de infinito número de gente y gran mundo,
te temen y han gran miedo; pues antes que tomes
mi tierra y señorío quiero ir contigo con mi casa en
tus navíos a ver los grandes Rey Reina, tus señores,
ver la tierra más abundosa y rica del mundo,
ver las
maravillas de Castilla que son muchas, según tu indio
me ha dicho. “Y el Almirante habiendo
compasión de él
y de su fija y de sus fijos y de su mujer, se lo
estorbó viendo su inocencia y sana voluntad y dijo
que él lo recibía por vasallo del Rey de España y
de la Reina y que se quedase... e ficieron amistad

navegué al luengo de la costa
desde tierra hacia el poniente y cuanto
más andaba hallaba el agua de la mar
más dulce y más sabrosa. Y andando
llegué a un lugar donde me parecían las tierras
labradas y surgí y envié las barcas a tierra
y como fuese esta sierra, más allá del poniente
eran más llanas. Mandé levantar anclas
corrí costa fasta el cabo desta sierra
y allí a un rio surgí... allende una punta
que llamé de l’Aguja hallé más tierras
las más hermosas del mundo y muy pobladas.
Esta gente es muy mucha e de buen parecer
la nuestra que fue a tierra los hallaron
convenibles y recibiéronle honradamente

... dos personas principales vinieron con
todo el pueblo, Creen el uno padre el otro hijo
y a una casa muy grande hecha a dos aguas
y no redonda como tienda de campo
Tenían muchas sillas e ficieronle asentar
traer pan y de muchas maneras frutas
e vino de muchas maneras blanco e tinto
más no de uva... y así mismo el maíz
que es simiente que hace espiga como una mazorca
de que yo llevé allá y hay mucho en Castilla ya.
Los hombres todos estaban juntos a un cabo
de la casa, y las mujeres en otro.
Recibieron ambas las partes gran pena
por qué no se entendían, ellos para preguntar
a los otros de nuestra patria y los nuestros
por saber de la suya...

luego levanté anclas
Esta gente de muy linda estatura
altos de cuerpos y lindos gestos
cabellos muy largos e llanos y
traen las cabezas atadas con pañuelos labrados,
hermosos, de lejos seda parecen y almaizares.
La color de esta gente es más blanca que otra
qué haya en Yndias visto.
Todos traían al pescuezo y a los brazos algo
a la guisa destas tierras y muchas
piezas traían de oro bajo colgando al pescuezo.
Dellos las canoas son grandes y de mejor hechura
que no son estas otras
y más livianas
y en el medio de cada una tienen
un apartamiento como cámara
en que ví que andaban los principales
con sus mujeres.

Llame allí a este tugar Jardines
porque así se conformaba por el nombre.
Al día siguiente hallé que había sinon tres brazos
de fondo con creencia que éste sería isla
y podía yo salir al norte. Ansí anduve mucho
camino hasta un golfo muy grande y del uno
salía un rio grandísimo.

Fui yo muy descontento della
cuando ví que no podía salir al norte
ni andar al austro ni al poniente
porque cercado estaba por todas partes
... en estas bocas con rugir fuerte era pelea
del agua dulce con la salada. La dulce empujaba
a la otra que no entrase y la salada porque la otra
no salíase.

LA PUERTA

Cuándo llegaron el día veintitrés a pueblo
de aquél cacique y a algún oro y perlas y noticias
aún más precisas del mar que buscaban
Balboa dejó allí a quiénes estaban dolientes
y tras unas horas el veinticuatro continuaba su marcha
con los setenta que le quedaban ese día mismo
pasó tierras de otro cacique ausentado
y sin cuidarse pasó adelante. A las diez
matutinas, monte raso arriba, los guías dijeron
que desde la cumbre se podía divisar el mar
ordenó que se detuvieran y sólo adelantándose

llegó a lo alto y pudo
desde allí el primero contemplar el mar
que a lo lejos se extendía
hasta perderse sus aguas en el horizonte.
Postrándose en tierra, hincado de rodillas
y alzando al cielo las manos, saludó
al Mar Austral y dio infinitas gracias a Dios
y a Todos los santos del cielo
que la palma de una empresa tán grande
a él habíanle guardado, que no era hombre
de gran ingenio, ni de letras, ni de la nobleza.
Hechas las oraciones a su modo de soldado
llamó a sus camaradas y con mano derecha
señalando, les hizo ver el deseado mar.

tomó consigo, el veintinueve, veintiséis
de los más alentados que a su lado estaban
con propósito de andar la media legua que
aún distaba la mar, llegó a la ribera “a la hora
de vísperas”, a unos grandes ancones
que llamó golfo de San Migue, por ser ese su día,
a tiempo de la menguante, lleno de árboles que
impedían penetrar por la mucha lama en el mar.
Sentaron en espera de la creciente y a su tiempo
“el capitán Vasco Núñez en nombre
del muy Serenísimo é Católico Rey
don Fernándo, quinto de tal nombre, et de la Reina

Serenísima y Católica doña Jhoana, su hija, é
por corona a ceptro de Castilla tomó
en la mano una bandera y perdón real
de Sus Altezas, en que estaba pintada una imagen
de la Virgen Santa María, Nuestra Señora
con su precioso Hijo, Nuestro Redentor Jesu-Cripsto
en brazos y al pié de la imagen las armas reales
de Castilla y de León pintados; y con una espada
desnuda y una rodéla en las manos
entró en él agua de la mar salada,
hasta que le dio á las rodillas, e comenzóse
á pasear diciendo:

“Vivan los muy altos é muy poderosos
Reyes don Fernando e doña Jhoana, Reyes
¿de Castilla é de León é de Aragón etc. ¿en cuyo
nombre e por lá corona real de Castilla
tomó é apehendó la posesión real é corporal
é actualmente de estas mares é tierras é costas
é puertos é islas australes. Con todos sus anexos
é reinos é provincias que les pertenecen,
é pertenecer pueden en cualquier manera
é por cualquier razón é título que sea o ser pueda
antiguo o moderno é del tiempo pasado é presente
ó por venir, sin contradicción alguna.
E si algún otro príncipe ó capitán,
chripstiano ó infiel ó de cualquier ley ó secta
ó condición que sea pretende algún derecho
á estas tierras é mares

Yo estoy presto é aparejado
de se lo contradecir ó defender en nombre
de los Reyes de Castilla, presentes o por venir
cuyo es aqueste imperio e señorío de aquestas Indias
islas é Tierra Firme septentrional é austral
con sus mares así en el polo ártico
como en el antártico, en la una y en la otra parte
de la línea equinoccial, dentro o fuera de los trópicos
de Cáncer é Capricornio segúnd que más
cumplidamente a sus Majestades é subcesores.
Todo ello é cada cósa é parte dello compete é pertenece,
ó como más largamente por escripto protesto que se dirá
ó se pueda decir é alegar a favor de su real
patrimonio, é agóra é en todo tiempo
en tanto quel mundo turare hasta el universal final
juicio de los mortales

Y hechos sus autos é protestaciones convinientes
obligándose a lo defender, en el dicho nombre
con la espada en la mano así en el mar como en la tierra
contra todas o cualquier pidiólo por testimonio. E todos los que allí se hallaron respondieron
el capitán Vasco Núñez de Balboa, quellos eran
como él,
servidores de los Reyes de Castilla é de León
y eran sus naturales vasallos
estaban prestos é aparexados para defender
lo mismo que su capitán decía, é morir
si conviniese sobre ello, contra todos los reyes
é príncipe é personas del mundo,
é pidiéronlo por testimonio. E los que allí se hallaron
son los siguientes:

el capitán Vasco Núñez de Balboa
Andrés de Vera, clérigo; Pizarro Francisco
Bernardino de Morales; Albitez Diego;
Rodrigo de Velázquez, Perez Fabián
Francisco Valdenebro; Gonzalez de Guadalcama Francisco
Sebastián e Grijalba; Muñoz Hernando
Hernando Hidalgo; de Bolaños Alvaro
Ortuño de Baracaldo; vizcaíno, de Lucena Francisco
Bernardino de Cienfuegos, asturiano; Ruyz Martín
Diego de Texerina, Daza Cripstobal
Johan de Espinoza; Rubio de Malapartida Pascual
Francisco Pesado de Malapartida; de Portillo Johan
Johan Gutierrez de Toledo; Martín Francisco
Johan de Beao.

Estos veinte é seis y el escribano Andrés de Valderrábano
fueron los primeros cripstíanos que los pies
pusieron en la Mar del Sur
y con sus manos todos ellos probaron el agua nueva
por ver si era salada
como la destotra Mar del Norte:
é viendo que era salada é considerando é teniendo
respecto á donde estaban, dieron infinitas Gracias a Dios
por ello ...

E allí haciendo Vasco Núñez sus autos
hizo con un puñal que traía en la cinta
una cruz en un árbol en que batía el agua de la mar
por señal la posesión que aprendió así.
E hizo otras dos cruces en otros dos árboles
para que fuesen tres en referencia
de la Santísima Trinidad, Padre E hijo
y Espíritu Santo...

E luego todos los que allí estában
hiciéron muchas cruces en otros árboles
é cortaron algunos con las espadas
continuando la posesión.

EL ENCUENTRO ES EL HALLAZGO

... en los pasados días ampliamente te escribí
de mi retornada de aquellos países
los cuales
con la armada y a expensas y por mandato
de este serenísimo rey de Portugal
hemos buscado y encontrado los cuales NUEVO MUNDO
es lícito llamar

por la torridazona tanto navegamos
que nos encontramos estar bajo la línea
equinoccial y tener el uno y otro polo al fin
de nuestro horizonte y lo pasamos del todo...
perdimos la estrella tramontana
y como deseoso de ser autor que señalase
la estrella del firmamento del otro polo
perdí muchas veces el sueño en contemplar
el movimiento de las estrellas del otro polo

para señalar cuántas dellas tuviesen menor
movimiento y fuesen más cerca del firmamento
y no pude con cuantas noches hube con cuantos
instrumentos usé que fue el cuadrante y el astrolabio
no señalé estrella que tuviese menos de diez grados
de movimiento alrededor del movimiento
y en esto estando recordé un dicho de nuestro poeta
Dante del cual hace mención en el primer capítulo
del purgatorio cuando finge salir de este hemisferio
y encontrarse en el otro queriendo describir el polo

dice: “me volví hacia la derecha y puse mente
al otro polo y ví cuatro estrellas
nunca vistas sino por la primera gente
gozar parecía el cielo con sus llamas
de septentrional viudo sitio
que privado estás de mirar a aquellas”
que según me parece el poeta de estos versos
describir quiera por las cuatro estrellas el polo
porque anoté cuatro estrellas enfiguradas como
una almendra
que tenían poco movimiento

DEL MUNDO EN SU ESPEJO

después de los cincuenta y dos grados del mismo rumbo
encontramos en el día de las once mil vírgenes
un estrecho
cuyo cabo denominamos de las once mil vírgenes
por un milagro grandísimo si no fuese por el
captán general Magallanes nunca habríamos navegado
aquel estrecho porque pensábamos y decíamos
que todo
se nos cerraba alrededor, pero el capitán general sabía
tener que seguir su derrota según viera antes por
un estrecho muy justo – en mapa hecho por hombre
excelentísimo
Martín de Bohemia. Destacó dos naves para ver
que había en el fondo de la oquedad.

Sobrevino aquella noche una fuerte virazón tal
que fue forzoso levar anclas y dejar que nuestras
caravelas bailasen por la bahía cuanto cupo

A las otras dos en marcha les iba resultar imposible
doblar un cabo que se les abría al fondo de
aquella garganta
ni volver hasta nosotros con lo que sin la menor duda
su fin era el choque violento con algún bajío.

Ya cerquísima del fondo del embudo
y dándose por cadáveres todos avistaron una
minúscula boca
que ni boca parece sino esquina y hacia allí se
abandonaron
los abandonados de la esperanza
con lo que descubrieron el estrecho a su pesar
nosotros andábamos en el empeño de explorar
la de garbino
recorriendo el estrecho detenidamente...
enviamos una lancha bien acondicionada para que otase el cabo
del otro mar

–volvió anocheciendo el tercer día y
explicándonos
que habían encontrado el cabo
sí y el ancho mar también– el capitán general lloró
de alegría designando a aquel cabo deseado
porque lo deseamos todos tanto tiempo

COMO EL AIRE AUN SIN SUELO

En esto estando una cosa nos acaeció de maravillas
y se puso sobre un roble un ave
la cual nunca vimos
y comenzó a decir a muy gran priesa
“huid”
y esto muchas veces dijo y tan claro
decíalo y distintamente como de nosotros
uno lo podía decir. Más de mil leguas
nos siguió esta ave y con nosotros vino
y cuando de poblado cerca estábamos,
cuando queríamos comenzar a caminar, en amaneciendo
nos lo manifestaba diciendo “buhio”
que “casas” quiere decir, y tan cierta era
quera maravillosa cosa y que mucha parte fue
para que no nos hiciesen daño porque
sobre aviso íbamos. Aquí en este asiento
que no la oímos nunca más
nos dejó esta avecita.

Hay en el Pirú gran relación de unos gigantes
que vinieron en aquellas partes que en proporción
habían de ser aquellos hombres más que tres tanto
mayores que los indios de agora

Dicen que aquellos gigantes vinieron por mar
hicieron guerra a los de tierra
edificaron edificios soberbios
y muestran hoy su pozo hecho de piedras de gran valor
mas que haciendo pecados y especial usando
contra natura
fueron abrazados y consumidos con fuego que
vino del cielo.

Cuentan también lo de Yca y Arica que solían
antiguamente navegar a unas islas al Poniente,
muy lejos,
y la navegación era en unos cueros de lobo marino
hinchado. De manera que no faltan indicios
que se haya navegado al mar del Sur antes
que españoles vinieran a ella.

Las cosas de gran importancia de naturaleza se han
hallado acaso sin pretenderse las más de las
yerbas saludables, de piedras, plantas, metales
perlas, oro, imán, ambar, el diamante sus propiedades
y provechos se han venido a saber por casuales conocimiento
que no por arte e industria.

La Tórrida Zona es habitable y copiosisimamente
se habita cuanto quiera los antiguos lo tengan
por imposible.

Mas la otra Zona
región que cae en la Tórrida y la Polar, al Sur
aunque por su sitio comoda sea para la vida humana
pocos habitan en ella, pues apenas se sabe de otra
del reino de Chile
y un pedazo cerca del Cabo de buena Esperanza.

Aunque muchos hay de opinión y de mi
confieso no estoy lejos de su parecer
que hay mucha más tierra que no está descubierta
y que esta firme tierra opuesta a la tierra de Chile
que vaya corriendo al Sur pasando
el círculo o trópico del Capricornio
y si la hay
es tierra sin duda de excelente condición
por estar en medio de los extremos
y en el mismo puesto que lo mejor de Europa.

Mucho traté e conocí al general Jerónimo
Castilla, antiguo poblador del Cuzco
al cual faltaban tres o cuatro dedos de los pies
que pasando por aquel despoblado
a Chile se le cayeron
porque penetrados por aquel airecillo
cuando los fue a mirar estaban muertos
y como se cae una manzana anublada
del árbol cayeron mismos sin dolor ni pesadumbre.

Refería que un buen ejército que había pasado
los años antes después de descubierto
aquel reino por Almagro
gran parte quedó allí muerta y vió los
cuerpos tendidos sin mal olor ni corrupción
y añadía aún: que hallaron vivo un muchacho
y preguntando como había vivido
dijo que escondiéndose en no sé que chocilla
de donde salía a cortar a cuchillejo carne de
un rocin muerto, y así se había sustentado
largo tiempo... la misma relación oí a otros
y entre ellos uno que era de la Compañía
y siendo seglar había pasado por allí.

Cosa maravillosa es la cualidad de
aquel aire, frío, para matar, y justamente
para conservar los cuerpos muertos sin corrupción.

... que lo había él visto pasando
aquellos despoblados y que siéndole forzoso
hacer allí noche para ampararse del vientecillo
que dijo corre aquel paraje tan mortal
no hallando otra cosa a manos
juntó cantidad de aquellos cuerpos muertos
que había alrededor, e hizo dellos una como
paredilla por cabecera de su cama
y así durmió
dándole la vida los muertos.

Pués estas cosas eran tan notables y algo nunca visto
en partes otras, me atrevo a escribir dellas porque
vivos están los hombres, muchos, que la vieron,
que darán
fé de mi relación pués quien creyera que mil caballos
y quinientas de nuestras vacas y más de cinco mil carneros
y ovejas y más de mil quinientos indios amigos y sirvientes
al viajar por aquellas llanuras no dejaban más huella
por donde pasaban que si nada fuera allí nada
así que necesario era hacer pilar de huesos e bostas
de vez en vez para que la retaguardia pudiera
seguir el ejército
nunca dejaba la hierba de enderezarse tras que la hollaban
y aunque corta era tan fresca y enhiesta como antes
tan raso pais que los hombres se pierden cuando se apartan
media lengua un jinete se perdió que nunca
vieron más
y dos caballos con sillas y bridas que vieron más
si rastro quedó por donde haberse ido y por tal razón
necesario era el camino señalar con bosta para
regresar ahí ya que ni piedras había
ni nada más.

PERO YA QUIENES

indios de Chile le llaman pingueda
el cuerpecillo apenas iguala con
la cigarra. Está de sutiles plumas,
de otros hermosos colores lucidos,
bien vestida, naranjadas, doradas,
el pico largo y tanto es delgado
como una aguja de coser, con el cual
recoge el rocío para su alimento
y jugo de flores. La cola arqueada,
exceden la medida de su cuerpo
de más dilatadas plumas pobladas
pero constante y continuado vuelo
pués aunque no es sublime, más sin fijar
el pie muy de paso; la voz y canto
tan armonioso si suave aunque no tan

como el ruiseñor, lleno y reforzado.
En ya del todo las flores marchitas
las primeras asperezas sintiendo
oh cosa singular, se retira a las
concavidades de los árboles con
(que en ellas se adormece y sepulta)
tan grande suspensión de los sentidos

que para muerto y que nada vital
ningún movimiento lo percibe, no
hasta que la primavera con nuevas
yerbas y flores adornan los campos
entonces y despierta y resucita
y de vida su vigor cobra nuevo,
tiende el vuelo por las floridas selvas
con su dulce canto alegrando a cuantos

así le oyen que de suave y mayor el es más
de lo que la pequeñez de su cuerpo
promete. Es tan admirable la ave esta
que porque muere y renace, que si no
muere, la de sus sentidos es rara
suspensión, que movimientos en todo
el invierno nunca tienen ninguno
con alguna más curiosidad

las mujeres echando papas
y otros adherentes guisan
la carne y este potaje llaman
locro; de palo platos y cucharas
de los mismos sírvenla
que mujeres comer no han
costumbre establecida
mucha tienen, con cuchara

Solamente los hombres, más
por qué no se les igualan
y penetrados están
que el que con dedos coman
los tuétanos se chupan
y se consume y quita
–envejece– las fuerzas
No ha de comer el hombre

por esa causa con dedos que
poco importa coman las mujeres
que aunque tuétanos se
chupen, enflaquezcan y debiliten
por los dedos importa poco porque
soldados no han de ser
y no hace que envejezcan
el caso porque hay muchas

El silencio del valle, su agradable frescura
ese pequeño grupo de bonitas mujeres reunidas
en este oasis
todo hacía recordar las escenas de Ossian
mientras algunas damas recogían frutas
las guitarras estaban ya
afinadas
y lánguidas canciones inspiraban dulce melancolía.
Se nos trajo leche excelente
¿y los chilenos
se extrañaron cuando nos vieron mezclarles fresas
la leche decían con ácida fruta no podía

dejar de hacer mal. Con pán, galletas, azúcar, leche
y fresas hicimos deliciosa colación
Vinieron después los aires alegres de las danzas
acordes vivos de fandango, cachicha y otros pasos
del país –los ojos de las mujeres brillaban
alegremente

y el baile principió– todos son de carácter
los gestos, los movimientos más que el paso
forman el secreto de su encanto
la danza sirve a las chilenas para lucir
gracias tan seductoras que disponen en su favor
los espíritus más preocupados

Entonces principiaron a circular
en la punta de los tenedores los pequeños trozos
escogidos de las viandas que las damas enviaban
a los hombres como una manifestació
íntima de preferencia y amistad.
Contestaba el favorecido de la misma manera
¿con estupefacción del recientemente
desembarcado.
Otra costumbre familiar chilena es la de rogar
a una dama que endulce el licor de nuestro vaso

bebiendo primero; de cambiar de vaso enlazando
los brazos y vaciándolo.
El desembarcado abría ojos tamaños
encontrando demasiado expresivas tales demostraciones
sin embargo las damas no les daban mayor
importancia y todas esas libertades
no eran sino demostraciones de afecto
un poco vivas que no envolvían ningún
pensamiento reprensible.