Diferencia entre revisiones de «Entrega Taller de Amereida V»

De Casiopea
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|Título=Entrega Final Amereida V
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|Asignaturas Relacionadas=Taller Amereida, Taller Amereida V,  
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|Cursos Relacionados=Taller Amereida 2014,  
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|Carreras Relacionadas=Arquitectura
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|Alumnos=Felipe Peña y Lillo,  
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Revisión del 23:35 30 ago 2015



TítuloEntrega Final Amereida V
AsignaturaTaller de Amereida, Taller Amereida V
Del CursoTaller de Amereida 2014
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Felipe Peña y Lillo

Erase una vez en una lejana tierra de hombres y bestias, en una época donde no se conocía la bastedad del mundo, una pequeña comarca que se situaba al costado de un rio, al pie de un cerro, varios kilómetros lejos de de la ciudad más cercana. En esta comarca habitada por gente muy humilde pero dotada de las bondades de la naturaleza, donde reinaba una harmonía que pocas veces se encontraba entre los hombres; vivía una familia compuestos por un padre y sus dos hijos. La madre había muerto junto al nacimiento del segundo, cuando el primero era aun muy pequeño como para recordarla bien. El padre trabajaba en su granja y vivía una vida igual de apacible como los demás habitantes de la comarca. Sus hijos le ayudaban en el hogar desde pequeños, y así la vida era la misma todos los días. A este remoto lugar llegaban comerciantes cada 4 meses aproximadamente, los cuales cambiaban mercancías y luego retomaban su camino hacia los demás pueblo y ciudades por recorrer. También llegaban mensajeros reales una vez cada 6 meses, los cuales traían noticias o requisitos conciernen tés al reino, y que en casos muy extraños, cuando ocurría algo extraordinario, aparecían mas tempranamente; aunque un hecho así no ocurría hace mas de 80 años, por lo menos no algo que le incumbiera ni relacionara a los habitantes de esta comarca. De vez en cuando, viajeros llegaban de paso pidiendo descanso en su viaje. Aldeon, el hijo mayor quien había cumplido los 15 años hace poco, un día tubo una gran curiosidad por el mundo exterior, algo naciente del presenciar a aquellas gentes que venían y se iban ¿Dónde? él no sabía, su padre no hablaba mucho del mundo exterior, más que nada porque él tampoco lo conocía, salvo por un par de pueblos, pero nada más. El hermano menor de Aldeon, Jadel, de 13 años, compartía esta curiosidad, la que los llevaba a inventar historias increíbles sobre lo que creían que había fuera, monstruos, gigantes, serpientes voladoras o criaturas de mar, por supuesto ellos inventaban todo esto. No conocían el mar más que el haberlo visteen su gran extensión al subir en algunas ocasiones la pendiente del cerro donde acompañaban a otros habitantes del pueblo a buscar plantas; porque además de ayudar en su hogar, ayudaban en lo más que podían, en lo que ellos pensaban podían descubrir nuevas cosas, eran extremadamente curiosos. Tampoco habían visto bestias peligrosas mas que las que habitaban los alrededores y que también habían acompañado en los trabajos de caza. Un día un viajero paso por su pueblo, los habitantes muy gentilmente le ofrecieron comida y una habitación donde quedarse en el corto periodo que se quedaría. Los niños lo atendieron y el hombre les pidió si le podían mostrar el pueblo. -Claro -dijo Aldeon- Aunque no hay mucho que ver, ni tampoco como perderse. -Supongo que sí -asintió el viajero- Aun así me gustaría ver los alrededores.

Los niños pasaron una tarde completa hasta el anochecer mostrándole cada lugar que conocían, mucho más tiempo del que pensaron les iba a tomar. El Viajero tomaba notas de lo que observaba, de lo que decían los niños y hacia dibujos. Quedo muy sorprendido con todo lo que sabían los niños, claramente noto sus ansias de conocer lo que los rodeaba cuando los escucho hablar sobre como ellos juntos pasaban semanas observando plantas, diferenciándolas, viendo sus cambios y cosas parecidas. A sus vez los niños también estaban fascinados con el viajero, escuchándolo hablar sobre cosas que no conocían y que solo las podían imaginar. De repente el hombre les pregunto por aquella estatua que se encontraba en la entrada a la comarca. La estatua era de piedra, de un hombre de gran tamaño parado con las manos por delante apoyadas en una espada que llegaba al suelo. Algunas palabras estaban escritas pero el paso del tiempo las había borrado. -Es la estatua que conmemora a un antiguo héroe -dijo Jadel. -Y él es… El viajero esperaba que los niños completaran la pregunta pero los niños no sabían mas que eso. Exactamente la estatua fue hecha en memoria a un antiguo héroe, eso es lo que su padre les había contado, pero nada más. -Él Fue el héroe que nos libero de la tiranía hace mas de 500 años, el rey de Pandara -siguió el hombre- Hace muchos años, cuando este continente no conocía nada de lo que lo rodeaba, desde mas allá de las aguas llego un ejército armado, algo que nunca se había visto, algunos de ellos domados sobre abominables bestias. Arrasando con todo a su paso bajo su declaración de conquista. Los hombre y mujeres de la época opusieron toda la resistencia posible, pero era imposible ante tales fuerza. No mucho tiempo paso para que, para nuestra salvación, Un ejército diferente arribara al continente, fue algo que quedo en la historia, la lucha de 2 expediciones externas que se encontraron acá para concluir en una devastadora guerra que nos libero de las fuerzas que nos querían subyugar. En ese momento conseguimos un aliado. Un rey que nos defendió en la batalla y que con la benevolencia que quizás ningún otro hombre tendría jamás, aprendió de nosotros y nos brindo su ayuda en nuestro desarrollo. Lo niños, con total atención escuchaban las palabras de este hombre, que contaban sucesos que ellos jamás, ni en sus mas fantásticos pensamientos habían imaginado. Toda una historia que precedía al hombre en el tiempo y que avanzaba con él. Aldeon se dio cuenta instantáneamente, y casi sin pensarlo le pregunto: -¿Qué hay mas allá? ¿Qué hay fuera de este pueblo? -¿De verdad quieres saber? Es algo increíble, lo más espectacular que podrás ver jamás -El hombre se dio cuenta de lo que sentía el chico en ese momento y le contesto- Solo lo sabrás cuando lo conozcas. Luego de esas palabras el hombre se paro, lo siguieron lo niños y volvieron a la comarca donde se despidieron. El chico estaba decidido, su hermano lo sabía y le dijo -Quiero ir contigo, yo también quiero recorrer el mundo.