Editar Nueva Tarea: Encargo 03 Epistemología - Volver a no saber / Matilde Croxatto Ullrich

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=Volver a no saber= Al “abrir los ojos”, aturdida, no supe si desperté de un sueño o me quedé dormida y vuelto a soñar. Ese pequeño lapsus en el cual no logras reconocer lo real de lo imaginario, en que el sentido de la vista o la imagen que la memoria proyecta logran confundirse. ¿cómo sé si realmente estoy despierta? podríamos decir que nunca lo sabremos. ¿Vivimos en una matrix?¿En un sueño permanente?¿Estamos divagando en algún estado de la conciencia que nos mantiene presentes pero sin percepción de aquello? Cuando despierto logro percatarme de cosas que la vista no necesariamente percata, las texturas de las cosas, de la ropa, el aroma del jabón, el sabor amargo del café. Si bien las veo y por experiencia sé que tienen esas cualidades y características no logro sentirlas solo con la vista. Despertar y no saber nombrar las cosas que me rodean. Al levantarme de una posición horizontal, cubierta por una extensión que me abriga, cegada por la luz desacostumbrada de mi vista, me dirijo bajando maderos uno posicionado más bajo que el otro, ruidosa y cálida superficie pisan mis pies. Busco algo escondido en una habitación con múltiples elementos, procedo a preparar una infusión de un polvo café, con agua caliente, aromático pero de sabor amargo, recorro el lugar en el que estoy, Estoy resguardada por altos y direccionados muros, algunos me permiten ver el exterior y otros se abren, permitiendo salir. Algo choca en mi, no lo puedo ver, pero me produce temblores, una sensación humeda y tajante, luego me asomo hasta un manto que tiñe de amarillo todas las superficies y hace aparecer estelas oscuras detas y de bajo de estas, los temblores se detienen, ahora la sensación es seca y suave, nuevamente quedo cegada al buscar desde dónde viene este manto. Cierro los ojos con el rostro hacia este resplandor, siento calor, me quemo, busco refugio nuevamente. Subo nuevamente por estos maderos, esta vez están posicionados unos sobre otros, vuelven a sonar. Tomo una extensión de un material suave, llego a una habitación húmeda, tomo un elemento frío, el cual levanto y deja caer ruidosamente una membrana, al principio fría y luego muy caliente. Busco una sensación agradable al tocarla y luego ingreso, resbala sobre mi, como si no me tocara. Vuelvo al lugar donde inició el día, veo muchas formas y colores apiladas sobre horizontales, tomo una forma de cada una, con colores que me generan una sensación de equilibrio, mi cuerpo calza dentro de estos colores, formando una extensión con mis movimientos, abrigandome. Busco salir del resguardo entre verticales, tomo las cosas con las cuales puedo desplazarme y poder volver al lugar donde para mi, inicia y termina el día. Mis pies, uno frente al otro, mueven mi cuerpo, bajan escaleras, sigo el ritmo de las personas que me rodean, busco alcanzar a subirme a una dimensión horizontal, subir escaleras, observar alrededor , seguir una línea curvilínea, que pasado un tiempo me acerca al lugar que quiero. Finalmente vuelvo a aquel lugar desde donde vi aparecer el día, para despedirlo, vuelvo a cerrar los ojos sin saber si los estoy abriendo en el sueño, vuelvo a no saber de mi conciencia, de mis sentidos, va y vuelve siempre, no se puede asegurar que en la vida terrenal de la persona sea siempre igual, pero el amanecer y el anochecer siempre está uno después del otro.

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