Diferencia entre revisiones de «El espíritu de la vivienda colectiva - Mauricio Vegas Fernández»

De Casiopea
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Revisión actual - 16:15 2 dic 2020



TítuloEnsayo 2-2°S 2020
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2020 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Mauricio Vegas


El saludo; espíritu de la vivienda colectiva

La post-guerra

A inicios del siglo XX en mundo se vio en un conflicto bélico de gran escala que abarcaba a todas las grandes potencias mundiales de la época, la Gran Guerra se iniciaba en 1914 como consecuencia de una gran tensión entre naciones. La globalización de la economía, los avances tecnológicos y la expansión de la colonia europea, generaban roces cada vez mayores que detonaron en la primera guerra mundial.

Cuando el conflicto llego a su fin, sus consecuencias negativas fueron gigantescas en todos los ámbitos, destacando por encima de todo las muertes humanas que produjo y la inestabilidad psicológica que envolvía al periodo post guerra de un aura de incertidumbre y desconfianza. La vivienda en el periodo de pre-vanguardias ya mostraba una necesidad alarmante, para luego con la guerra verse aun mas intensificada destinando todos los esfuerzos económicos y tecnológicos al financiamiento del conflicto. La vivienda entonces florece como el nuevo interés arquitectónico de la época mostrándose como el tema central, desde una mirada técnica y científica que tomaba las nuevas tecnologías industriales a su favor. (Diez-Pastor, 2009)

Dentro de todo este ambiente de urgencia, de industria, de mínimos y máximos, engullida de aspectos cuantificables ¿Dónde reside el real valor del espíritu de la vivienda social? ¿Qué es lo que articula realmente lo colectivo del humano?

El nuevo interés arquitectonico

Al hablar de la vivienda colectiva se descarta la idea de individuo como objeto de interés, se habla entonces, tal como su nombre lo dice, de un colectivo dichos esfuerzos de los arquitectos de la época era encontrar un denominador común que estuviera presente en cada individuo, por eso los estudios se dirigen hacia unos estándares mínimos que necesita cada ser humano en aspectos biológicos y espaciales, a través de necesidades básicas (agua, luz, aire y calor) y medidas corporales, pero ¿Cuál es la relación que va más allá del cuerpo humano con el espacio arquitectónico? Le Corbusier afirma:

Un pensamiento que ilumina sin palabras ni sonido, sino únicamente por los prismas relacionados entre sí. Estos prismas son tales que la luz los detalla claramente. Estas relaciones no tienen nada necesariamente práctico o descriptivo. Son una creación matemática de vuestro espíritu. Son el idioma de la arquitectura.(La Corbusier, 1923, pag.165)

Nos pareciera dejar claro que hay algo más allá de medidas prácticas y estándares cuantificables que pudiesen articular el espíritu humano. Cuando nos habla de “creación matemática del espíritu” pareciera ser que se refiere a una experiencia que si bien se construye con medidas y geometría se desvela a través de los sentidos, es entonces cuando el sentir del habitante se vuelca a un valor que va más allá de lo funcional sin dejarlo de lado. La práctica de la observación entonces cobra sentido en el desvelar lo que se oculta a primera vista del habitar humano a través de la experiencia y en un estado de contemplación.

Sobre la observación y el espíritu

Le Corbusier mas adelante en su libro, profundiza en la vivienda en serie como una solución, nos plantea lo siguiente: “es necesario crear el estado de espíritu de habitar casas en serie”(Le Corbusier, 1923, pag.195)

Figura 1. Villas-Inmueble. Le Corbusier (1923) Fuente: https://casa-abierta.com/post.php?t=588a4e058e2e1
Figura 4. Villas-Inmueble. Le Corbusier (1923) Fuente: https://casa-abierta.com/post.php?t=588a4e058e2e1

El estado de habitar una casa en serie aún no estaba resuelto y al no ser una medida cuantificable como lo eran las preocupaciones biológicas y espaciales de la época su indagación tiene que ser estudiada desde la observación. Con ello se usará de referencia un proyecto que nunca llego a construirse las “Villas-Inmueble” de Le Corbusier.

Se podría pensar primeramente que el estudio de observación no tendría relevancia alguna si nos referimos a un proyecto que no se puede habitar y por ello no se tiene una experiencia contemplativa del lugar, pero la observación no tiene escala ni la esencia de lo colectivo pertenece a una sola obra. Lo observado guarda en su dibujo lugar y tiempo lo que ayuda a formular una verdad propia acerca de las preguntas planteadas.

La Villa-inmueble de Le-Corbusier plantea una serie de condiciones para un determinado “hombre corriente” con un fundamento racional, pero si nos enfocamos en la distribución de espacios, vemos como las viviendas resguardan un centro común que se unifican por un gran corredor y se exponen con grandes ventanales hacia el territorio donde se emplazan. Tenemos entonces dos realidades que se pueden ver en planta; Una condición común dada por el corredor y el vacío central donde los habitantes comparten el espacio permitiendo un asomo al cuerpo y lo privado de la vivienda que resguarda exponiendo el paisaje a través de grandes ventanales.

Figura 2. Villas-Inmueble. Le Corbusier (1923) Fuente: https://casa-abierta.com/post.php?t=588a4e058e2e1
Figura 3. Villas-Inmueble. Le Corbusier (1923) Fuente: https://casa-abierta.com/post.php?t=588a4e058e2e1

Desde la observación

Desde lo observado se indaga en la siguiente afirmación que nos ayuda a acercarnos y develar cual es ese resguardo privado y cuál es ese asomo hacia lo común, nos aparecen dos realidades; la mirada y la vista.

La mirada nace desde la relación con un vinculo lejano, se llega desde un asomo, donde la relación visual con lo que se está ante se ve extendida en un largo en adentramiento, este adentramiento construye una relacion con el otro articulando lo privado en lo común.

En el asomo la mirada se nos va.

Debido a esto, la mirada al ser un largo que se adentra hacia una lejanía construye en su composición una línea, que da cuenta de una distancia en el espacio, tiene una condición de profundidad. La línea por definición mantiene un sentido en el espacio de un delante que se muestra en el asomo, decimos entonces que la mirada es un adentrarse que permite un reconocer.

Figura 7. LA MIRADA Esquema Fuente: Elaboración propia'
Figura 5. Croquis Fuente: Elaboración propia'

La vista se lleva a cabo a través de una abertura trae a presencia el exterior en un nuevo frente. En su inmediatez con lo lejano crea una relación con el ancho de un total que se vuelve próximo.


En el resguardo la vista se nos viene.

Este se compone de una línea que a diferencia de la mirada construye un ancho y con ello un enmarque del total lejano. Se habla entonces de que la vista contiene un espesor.

Figura 8. LA VISTA EsquemaFuente: Elaboración propia'
Figura 6. Croquis Fuente: Elaboración propia'


Dentro de estos dos primeros acercamientos mediante lo observado, lo común viene desde una relación de la mirada con el otro, en el enfrentamiento de los cuerpos y en el espesor que estos producen se encuentra una profundidad próxima capaz de crear una distancia, es entonces cuando hablamos de un reconocer. La vivienda colectiva busca ese coincidir de horizontes un espíritu que va mucho mas allá de lo útil o necesario. Es cuando hablamos de la condición humana de encontrarse y con ello el saludo.

Godo el primer poema de Amereida nos dice:

La aparición mera, cuya nota es ser precisamente aparecida como una expansión que no cupo en cálculos ni en expectaciones, semejante a un súbito "aquí estoy", y que, por esa razón, con delicadeza, hemos llamado: saludo. El saludo, de hecho, supone el hallazgo e implica subsiguientemente un reconocimiento, pero de tal modo que ese presente se acentúa más como regalo que como inminencia y con ello cual gratuidad insospechada, es decir, mero hallazgo.(Iommi, 1982)

El saludo como un primer acto de estar aquí en el presente un regalo que aparece a través del mero hallazgo que no se puede realizar de manera individual se construye en el reconocer con el otro y es por si mismo una gratuidad. La vivienda colectiva en las vanguardias pareciera dar cabida al acto de saludarse trayendo a presencia la virtud de construir una profundidad que permite adentrarse a la intimidad del otro para ser descubierto y con ello generar una experiencia que envuelve el habitar hacia un entorno común de un vivir colectivo.

Hemos visto a lo largo que las vanguardias convirtieron a la vivienda en un tema central de interés que debía pensarse como un problema de masas, es decir a gran escala. Esto junto a los avances tecnológicos de la industrial y las necesidades biológicas traían un acercamiento hacia un espíritu que estaba aun por construir. Por ello se tenia que formular la idea de lo común, lo que se comparte, y las instancias para que este convivir fuese a favor del otro en una relación constante de encontrarse. La observación nos revela una verdad propia que articula el espíritu de generar vínculos dentro de lo colectivo que escapa de la comprensión lógica de datos y medidas, se sostiene en la gratuidad de estar presente, y del regalo del saludo que aparece de manera natural en las personas. Es ahí donde radica el espíritu de lo colectivo que a día de hoy con las nuevas ideas contemporáneas como las del arquitecto Alejando Aravena, llevan aun mas lejos la experiencia del espíritu haciendo tangible y único el concepto de vivienda generando una sentimiento de pertenencia llevando al propio habitante a la experiencia constructiva que se comparte en conjunto con sus vecinos.

Referencias

Diaz-Pastor, C. (2009). La idea moderna de vivienda. https://www.researchgate.net/publication/28261045_La_idea_moderna_de_vivienda

Le Corbusier. (1923). hacia una nueva arquitectura. primera reimpresión: 1998, Barcelona, Editorial Apóstrofe.

Iommi, G. (1982). Introducción al Primer Poema de Amereida. https://wiki.ead.pucv.cl/Introducci%C3%B3n_al_Primer_Poema_de_Amereida