El Realismo como soporte por contraste para las Vanguardias - Camilo Sanhueza Román

De Casiopea



TítuloEnsayo 1-2ºS 2020
AsignaturaPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad
Del CursoPresentación de las Vanguardias a la Contemporaneidad 2020 - Andrés Garcés
CarrerasArquitectura
1
Alumno(s)Camilo Sanhueza

El Realismo como soporte por contraste para las Vanguardias

Introducción

Durante toda la historia, las apariciones de nuevos movimientos y corriente en diversas áreas, por ejemplo, sociopolíticas, artísticas o, incluso, urbanas nacen como una forma de responder a las necesidades de un determinado contexto en el que están presentes, entendiendo en este caso la historia como una línea de tiempo que sufre constantes cambios en lo geográfico, en la visión de mundo y en las diversas necesidades del hombre y su entorno. A su vez, los nuevos movimientos, muchas veces, remplazan a los movimientos previos a ellos, en un contexto donde el cansancio y la disconformidad llegan a su máximo clímax, apareciendo la crítica y una visión que logra adaptarse y dar respuestas a las necesidades de la sociedad.


En este caso, nos insertaremos en el contexto previo a las Vanguardias, o sea, las prevanguardias, partiendo por aclarar que las vanguardias son una serie de movimientos nacidos en el periodo de entreguerras europeas al principio del siglo XX, las cuales buscan una nueva manera de ver la realidad, rompiendo los esquemas de hacer obras, antiguamente establecidos, argumentando que por culpa de las antiguas formas, Europa se encontraba viviendo los horrores de las guerras. La principal pregunta de este ensayo gira en torno al Realismo y Naturalismo, movimientos artísticos y literarios previos a las Vanguardias. ¿Qué fue lo que hizo que estos movimientos fueran remplazados por otros? ¿Qué disconformidad y cansancio encontró la gente en estos movimientos? ¿Pudo responder a los problemas que se vivían durante ese contexto?


Desarrollo

El siglo XIX estuvo marcado, principalmente, por la segunda y tercera revolución industrial. La consecuencia en este periodo fue una transformación económica, tecnológica y social, quizás la más importante de toda la historia de la humanidad.


…for the first time in history, the living standards of the masses of ordinary people have begun to undergo sustained growth (…) Nothing remotely like this economic behaviour is mentioned by the classical economists, even as a theoretical possibility.

…por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la gente común experimentó un crecimiento sostenido (…) Nada remotamente parecido a este comportamiento económico es señalado por los economistas clásicos, ni siquiera como una posibilidad teórica[1] (Robert Lucas – Economista Estadounidense, Premio Nobel - Lectures on Economic Growth)


El Romanticismo, cuyo auge se dio a principios del 1800, a partir de la segunda mitad del siglo XIX no logra dar las respuestas que el ser humano busca frente a un mundo cada vez más cambiante y relativo, teniendo en cuenta el rápido desarrollo de la ciencia, la tecnología y el progreso material. Como consecuencia de lo anterior, la revolución industrial, el auge de la vida en la ciudad y la evolución de la ciencia, aparece una nueva forma de entender el mundo.


El Realismo aparece en esta segunda mitad del siglo XIX, definiéndose como una reacción frente al subjetivismo del Romanticismo y un intento de plasmar en las obras literarias la realidad tal cual como es. El Naturalismo es una consecuencia casi inmediata del Realismo.


Vuelve a tener vigencia el concepto de verosimilitud. Las obras, tanto literarias como otras expresiones artísticas, pretenden ser un reflejo fiel de la realidad. Para ello la literatura desarrolla técnicas literarias que permiten construir una historia verosímil. En las novelas abunda la descripción detallada de personajes, ambientes y espacios. La novela como forma literaria, permite mostrar un panorama social y desarrollar los personajes con profundidad psicológica. Todo esto ayuda a que la obra refleje de manera más objetiva la realidad cotidiana.

Las espigadoras - Jean-Francois Molles, 1848 - Observación: En el profundo interés por representar la realidad, el Realismo logra dar cabida a la realidad, en este caso, a la realidad de la sociedad rural en el siglo XIX. - Esta obra fue muy mal recibida por la clase alta francesa, pues durante su exposición fue considerada “peligrosa”[2]

Asimismo, el interés por la realidad hace que los autores se encuentren con los problemas sociales ocurridos en la época, como la pobreza, la explotación de los trabajadores, los dilemas morales y éticos que rodean a las familias en las crecientes zonas urbanas. Aparece la preocupación social y la denuncia. Estos encuentros con la realidad son los temas de las novelas y obras de arte, que, a su vez, son una profunda critica a la sociedad.


Frente a estos antecedentes, y entendiendo el Realismo como respuesta al presente, surge mi segunda pregunta: ¿Por qué el Realismo, pese a acercarse a la realidad y funcionar como una herramienta de denuncia social, pierde poder como método de denuncia en el periodo de entreguerras?


Los movimientos insertados en el contexto de Vanguardias (situados entre 1918 hasta 1930, aunque algunos críticos señalan el fin en 1945) tenían como ideal romper con todas las tradiciones anteriores e instalar un nuevo concepto artístico. Se busca la ruptura de los movimientos anteriores y un rechazo a la estética naturalista. Vicente Huidobro, en su poema “Non serviam”, proclama que el arte no debe imitar a la naturaleza, sino crear su propia realidad[3]. A partir de las vanguardias, el arte se distancia cada vez más de la mera imitación, o recreación de la realidad, para instalar una nueva realidad o una nueva forma de ver y sentir la realidad sensible.

Signos y constelaciones enamoradas de una mujer, Joan Miró

Si estudiamos algunos de los movimientos pertenecientes a las Vanguardias, nos encontramos, por ejemplo, que en el Cubismo, se intenta captar la realidad desde todos sus ángulos. La literatura usa como técnica la expresión de las palabras a través de la disposición gráfica, como los caligramas, buscando generar una reacción en el espectador. El Futurismo canta al hombre moderno y sus creaciones. El Dadaísmo se caracteriza por la trasgresión de las normas sociales. El Surrealismo propone una superación de la realidad a través del rescate del inconsciente y el sueño.


Entendiendo que los acontecimientos ocurridos durante la primera mitad del siglo XX dejaron una enorme huella de dolor en una Europa desgastada, y que los movimientos Vanguardistas buscaban dar cabida a un hombre afligido y generar esperanzas en la modernidad, se puede concluir entonces por contraste que el Realismo trae a presencia lo que se ve y es. Trae a presencia los horrores que dejó la guerra (ciudades devastadas, infinidad de muertos, población empobrecida en constante desplazamiento), mientras que, como se señalaba anteriormente, las Vanguardias dan cabida a una población profundamente herida.


Por mucho que el Realismo permita denunciar los problemas sociales, la urgencia extendida en los diversos territorios europeos necesitaban desviar sus fuerzas en replantearse su existencia, su estructura social, entre otros, cambiando las prioridades que se tenían antes de las guerras, versus las postguerras.


Se hace necesidad generar nuevas soluciones a los problemas de la sociedad. Las Vanguardias se reivindicaban con lo original, lo lúdico, respondiendo a la novedad interna que el individuo estaba viviendo, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento.


El sistema DD os hará libres, romped todo. Sois los amos de todo lo que rompáis. Las leyes, las morales, las estéticas se han hecho para que respetéis las cosas frágiles. Lo que es frágil está destinado a ser roto. Probad vuestra fuerza una sola vez: os desafío a que después no continuéis. Lo que no rompáis os romperá, será vuestro amo. (Proponiendo el rechazo total – acta de fundación del Dadaísmo. Louis Aragón, Poeta Frances.)


A pesar de que el Realismo fue dejado de lado, durante su apogeo, apareció la observación sobre el presente, como método para sentir la realidad, por ejemplo, los pintores salían a pintar a la calle. Esta base de observación, de fortalecer en los intelectuales el espíritu crítico y de denuncia, es de alguna manera la principal base para los cambios. Tener un registro acústico, retratado o escrito permitió tener antecedentes para generar en la población un malestar por los problemas sociales. El periodo de guerras simplemente fue la gota que rebasó el vaso, para que una nueva generación de jóvenes que ya venían evidenciando los problemas gracias al registro dejado por el realismo. Asimismo, el Naturalista Charles Darwin con su obra “El origen de las especies por medio de la selección natural” (1850) , expone por primera vez una teoría que trajo revolución y que dio paso a la credibilidad científica, espíritu que sentó las bases de movimientos como el Modernismo y el Futurismo (Este último pertenece a las Vanguardias).

“¿Qué fue lo que hizo que estos movimientos fueran remplazados por otros? ¿Qué disconformidad y cansancio encontró la gente en estos movimientos? ¿Pudo responder a los problemas que se vivían durante el contexto inserto?”

Conclusión

El Realismo durante su apogeo, logró responder al contexto y sus problemáticas, simplemente en los años venideros, esta “evolucionó”. Nunca ha sido dejado de lado por completo, incluso en la actualidad, sigue siendo muy usado, incluso como un método para encontrarse, describir y denunciar la realidad y sus problemas.


Bibliografias

Crouzet, Maurice (1969). Historia general de las civilizaciones: El siglo XIX, Tomo VI. Ediciones destino. ISBN 84-233-0126-5.

Torre, Guillermo de (1970). Historia de las vanguardias literarias. Barcelona: Guadarrama

David Fernández, Literatura Universal, Barcelona, Almadraba, 2008.

Manuel Esencial, Literatura, Santillana

Referencias

  1. Robert E. Lucas, Lectures on Economic Growth, Harvard University Press, 2002, ISBN 978-0-674-01601-9, pp. 109-110.
  2. cita de Grandes Maestros de la Pintura. Millet. Barcelona, España: Ediciones Altaya. 2001.
  3. http://vicentehuidobro.uchile.cl/manifiesto4.htm