Eduardo Puertes Espert Kunsthal - Presentación de las Vanguardias 2018

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TítuloEduardo Puertes Kunsthal - Presentación de las Vanguardias 2018
Del CursoPresentación de las Vanguardias 2018
CarrerasArquitectura
3
Alumno(s)Eduardo Puertes Espert


La explosión de la forma a través del Kunsthal de Rem Koolhaas

Introducción

El siguiente trabajo de investigación tiene por objeto el estudio de un arquitecto de arquitectura contemporánea y una de sus obras trae haber analizado previamente el Neoplasticismo como movimiento artístico de vanguardia, y la obra Casa Schröder de Rietveld como proyecto arquitectónico vanguardista. Con ello se pretende estudiar el impacto que han tenido -y todavía tienen- los pensamientos vanguardistas en la arquitectura actual, y de qué forma se adoptaron los principios vanguardistas, en este caso, neoplásticos.

El arquitecto elegido es Rem Koolhaas y su obra el edificio Kunsthal en Rotterdam del año 1992. Aunque a veces parecería difícil etiquetar la obra de Koolhaas en algún movimiento de arquitectura concreto, es obvia una lectura deconstructivista. A su vez, el deconstructivismo es fruto indudablemente del legado de las vanguardias de las primeras décadas del siglo XX y, concretamente, en gran medida es herencia del Neoplasticismo holandés.

Dicha relación se demostrará a partir de un primer análisis de la obra mediante ensayo biográfico del arquitecto y su obra, y mediante una Estructura Radical de la Extensión (E.R.E), y posteriormente se establecerá la relación explícita entre ambos movimientos y todo lo estudiado a lo largo del curso.


E.R.E: Estructura Radical de la Extensión

Se ha realizado la siguiente maqueta de la obra a escala 1:200 exclusivamente mediante el pliego y corte del papel y sin ninguna otra adición. El E.R.E resalta la idea de la composición de Koolhaas mediante planos independientes y ortogonales que se cortan y de-construyen los muros de las fachadas contenidos entre dos rectángulos que forman un prisma.


«PLANOS CONTENIDOS EN PRISMA RECTANGULAR»



Planos Contenidos en Prisma Rectangular, representa la volumetría general del Kunsthal. La envolvente de este proyecto con cierto carácter deconstructivista se compone de planos verticales que se contienen en el prisma que forman los dos planos horizontales de los forjados. Pese a ello, el ERE trata de abstraer los elementos esenciales para el reconocimiento de la obra. Las imágenes del ERE se han trabajado con blanco y negro. En la realidad, el proyecto se presenta como una amalgama de colores y materiales que hacen posible que cada plano se identifique como único e independiente generando la imagen fraccionada y la autonomía volumétrica de los elementos geométricos.



Ensayo

La explosión de la forma en el Kunsthal, por Rem Koolhaas


Rotterdam.
Países Bajos.
Año 1992.


El Neoplasticismo holandés fue una vanguardia breve, pero de gran impacto en la sociedad de los Países Bajos, país en la que surgió y se manifestó mayoritariamente. Sin embargo, sus ideas no distaban tanto del resto de vanguardias más extendidas a lo largo de todo el continente europeo. La búsqueda de formas geométricas puras, la abstracción y la esencialidad cromática fueron las características más relevantes del movimiento, en muchos sentidos cercanas a las del Constructivismo ruso, a la Bauhaus o incluso al Suprematismo de Malévich.
En cierta forma, el movimiento neoplástico tuvo su difusión e impacto a nivel local, siendo su área de expansión bastante acotada por dos motivos. Primero por la reducida dimensión y población del país en comparación con otras vanguardias desarrolladas en Rusia o Alemania. El segundo -intrínsecamente ligado al primero- el idioma de difusión del pensamiento neoplástico: el holandés, utilizado en todos los números de la revista De Stijl (principal motor de creación intelectual y teórica del movimiento) y solo hablado por los habitantes del país.
Pasado el periodo de florecimiento de los movimientos de vanguardia se fue construyendo, y se sigue hasta el día de hoy, lo que sería el legado o la herencia de todo lo asumido durante las primeras décadas del siglo XX. Parece lógico que, en el caso del Neoplasticismo, los herederos hayan sido principalmente arquitectos que crecieron con estas ideas y fueron, por tanto, arquitectos holandeses que difícilmente pudieron escapar de ellas. Dentro de este grupo, Rem Koolhaas, el único arquitecto holandés de la historia galardonado con el Premio Prtizker en el año 2000, no es una excepción.
Nació en Rotterdam y vivió cuatro años de su adolescencia en Indonesia. Terminados sus estudios escolares, se dedicó inicialmente al periodismo, trabajando en un rotativo de La Haya. En el año 1968 inició sus estudios de arquitectura en la prestigiosa Architectural Association de Londres, donde compartiría clase con Zaha Hadid, Bernard Tschumi o Elia Zenghelis [Fig. 1,2,3](con quien fundaría su oficina años más tarde junto a Zoe Zenghelis y Madelon Vriesendorp). Los jurados del premio Pritzker describen a Koolhaas como visionario y filósofo. Algunos críticos peyorativos de su obra dicen que el resultado de sus diseños es una arquitectura que busca ser diferente por el solo hecho de ser diferente. Es tanto así que a veces es difícil de etiquetarla.

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Koolhaas ganó notoriedad por sus escritos teóricos antes de realizar su primera obra. Luego de su éxito como escritor decide pasar a la práctica y estableció su oficina de arquitectura a la que se le dio nombre de O.M.A: Office for Metropolitan Architecture.
Kollhaas fue uno de los arquitectos que participó en 1988 en una exposición deconstructivista organizada por los arquitectos Mark Wigley y Phillip Johnson. Fue una exposición clave en la que se reafirmó y cristalizó el movimiento además de dar notoriedad y fama a todos sus integrantes. Wigley además escribió el ensayo “Deconstructivist architecture” [Fig. 4,5] que acompañó la exhibición diciendo que el punto en común de los arquitectos que participaron es como “perturbaban la manera en que pensamos sobre la forma, construyendo edificios inquietantes que explotaban el potencial desconocido del modernismo”.

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En cualquier obra de arquitectura actual sería difícil hacer una separación estricta y nítida de qué parte de la obra está influenciada por una u otra vanguardia, pero es evidente que directa o indirectamente todas beben de ellas. Si bien el deconstruvismo es una tendencia arquitectónica que se originó partiendo de la combinación de las bases teóricas filosóficas de la Deconstrucción de Jaques Derrida y el Constructivismo ruso, en el caso de Koolhaas hay también una influencia del neoplasticismo holandés como se evidencia en algunas de sus obras y que se estudia en profundidad a partir de una de sus primeras obras: el edificio Kunsthal (1992).
Derrida decía que el deconstructivismo era la “perfección violada”. Eso mismo pasa en la arquitectura deconstructivista. Al igual que en la Casa Schröder donde el cubo se desconfigura, la pureza de la forma se altera, distorsiona, interrumpe, retuerce, cuando se habla de desconstrucción no se habla de demolición sino de una lectura diferente de la forma. En esta nueva tendencia arquitectónica se cuestiona la forma llevando la estructura hacia sus límites. Se muestra hasta cierto punto la forma original de la que emerge una completamente diferente e inquietante proponiendo una noción diferente de la estructura, ya no es visualmente rígida y confiable, pero deja claro que no se cae.
El Kunsthal es una galería para exposiciones temporales con una serie de locales de apoyo que enriquecen su función primaria. El Museo Kunsthal forma junto con el museo Boijmans van Beuningen y el Netherlands Architect Institute el triángulo cultural en el parque de los museos de Róterdam. [Fig. 6].

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Contenido en un prisma rectangular, el edificio es inmediatamente desarticulado de diferentes formas; se le pone en crisis, por ejemplo, con la diversidad de cerramientos que responden con autonomía a las funciones internas o a su relación con el contexto[Fig. 7]. Koolhaas hace intervenir el concepto de collage mediante la aparición simultánea de elementos de distinta generación que, combinándose, dan lugar a un componente distinto. El resultado se expresa en una serie de imágenes cambiantes, diversamente integradas, de lecturas autónomas o parciales. La totalidad de la obra se ve fragmentada, recortada, con elementos de intenciones opuestas y superpuestas.

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El edificio, inscrito en un cuadrado, es cortado por rampas que definen un circulo peatonal continuo y dividen las áreas funcionales: auditorio, restaurante y oficinas, por un lado, y las salas para exposiciones, por otro. Una de las rampas comienza en el acceso del parque y lo conecta con la avenida atravesando el edificio; en este lugar es difícil definir si estamos adentro o afuera, como si se tratara de un problema de inclusiones; este elemento, además, es el enlace entre interior y exterior de la galería. Una rampa escalonada (que conecta el auditorio con la terraza) se sitúa por arriba, a una cierta distancia, corriendo en otra dirección. Se forman intersecciones que trasmiten sensación de inestabilidad e intranquilidad. Una pequeña calle para el tránsito vehicular perfora el cuadrado perpendicularmente al corte que producen las rampas.
Koolhass ejerce una ruptura con el racionalismo modernista, se olvidan en la práctica las formas puras y se piensa en una arquitectura formal de ruptura, dislocación, distorsión…. Y esto se lleva más hasta el punto que la envolvente deja ver los esqueletos estructurales de los edificios aparentemente inestables.
El Kunsthal es de acero, hormigón, revestimientos de piedra, cristales, también chapa ondulada traslucida o placas de madera laminada. La fragmentación final es consecuencia de esta amalgama de materiales y de elementos que se adhieren buscando su propio sentido. Cada parte sigue un juego autónomo “combinando estructura, cerramiento, revestimientos, color, textura”. El perímetro es diverso y complejo en su configuración, no solo por su materialidad, sino por la lectura de los elementos que lo componen, que van cambiando y trasmiten diversos significados.

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Cada fachada habla una parte del idioma [Fig. 8]. La del parque, en el acceso norte, recibe al visitante con una rampa saliente que, como una lengua, espera devorarlo; divide los paneles acristalados con un lenguaje autónomo para el restaurante y la sala. Mientras, para el sector superior prefiere una imagen pesada, cerrada y contundente, con un revestimiento de placas rectangulares de piedra. Este mismo material vuelve a calificar un sector pequeño de la parte baja de la fachada sur, que se abre a la avenida; el resto se resuelve con paneles de vidrio transparente que dejan ver la gran altura de la sala de exposiciones. Este sector concluye en la parte superior con una viga de color rojo que no pasa inadvertida.
Como en la mayoría de proyectos hay pilares, vigas, quizás algunos cables de tracción/compresión, y arriostramiento lateral. Al igual que los pilares que aparecen como elementos lineales visibles donde se apoyan planos horizontales de balcones en la casa Schröder, en el Kunsthal hay momentos en los que la estructura aparece donde bajo la percepción habitual y el racionalismo tradicional no deberían aparecer[Fig.9,10]. La estructura no es un medio para un fin, sino una manera de enriquecer el dinamismo espacial de las galerías y halls.

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En proyectos como este o como el de Rietveld en el que los elementos se tratan como independientes y que se intersectan en puntos muy concretos, las uniones y los encuentros podrían ser difíciles de resolver. Sin embargo, Koolhaas se libera de ello tratándolo directamente como meras intersecciones puntuales sin que tengan mucho peso en la composición final de la obra.

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“The detailing in the Kunsthal is a mode of detailing that frees the attention for other aspects such as the way the ground is read, the sensing of abstractions, of transparency and translucency, of concrete and of the conditions themselves. The sensing of a whole instead of all that fixation on the joins and the encounters.” - Rem Koolhaas

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He aquí la mayor herencia del Neoplasticismo: la explosión de la forma. El tratamiento de conjunto como sucesión de planos ortogonales que, a su vez, se tratan de forma independiente. El Kunsthal, al igual que la Casa Schröder, se desprende de la unidad, utiliza lo múltiple, la repetición, la variedad de colores y materiales. Se convierte en una obra de arquitectura contemporánea que no sería posible sin lo logrado por las vanguardias. Una muestra más de la vigencia de los principios vanguardistas.

Entrega en PDF

En el siguiente link se encuentra el ensayo en formato PDF y tamaño carta: La explosión de la forma a través del Kunsthal por Rem Koolhaas


Referencias