ENSAYO 1

De Casiopea
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Europa de los S XVI al XVIII,

Principales Obras y Arquitectos que Anticipan la Noción de Conjunto en la Urbe



“Una arquitectura y un arte dirigidos a la exaltación de la corte principesca, a servir de marco al esplendor de las ceremonias, a ganar por el arrebato, a las almas sencillas de los creyentes, ofreciéndoles el anticipo de un paraíso; un arte así es un arte que apela a todos los recurso; la arquitectura organizando el escenario; la pintura, creando la ilusión de sus perspectivas y excitando por el color; la escultura mezclando lo corpóreo y lo fingido, y, en fin, la decoración, brincando por todas partes y dirigiendo la danza.”


F.Chueca.




El Barroco pertenece por definición a los países católicos, ya que este período se desarrolla a causa de las guerras religiosas. Es una etapa de plenitud donde la Contrarreforma de la Iglesia incentiva la renovación y la supeditación, a través de un mayor compromiso con las artes, la arquitectura y el urbanismo. Para fortalecer la imagen de la Ecclessia Triumphans, la iglesia y las monarquías católicas, plasmaron su grandiosidad a través de construcciones de iglesias y palacios, convirtiéndose en los edificios más representativos de todo este periodo. Con el descubrimiento de nuevos mundos se da comienzo al ensanche y la necesidad de abarcar más espacios horizontalmente. El comportamiento individualista del hombre está ahora definido por la vida en sociedad, las grandes obras que se construyen incentivan la masividad y concentración, siendo la arquitectura la que materializa la importancia de estas dos fuerzas sociales, una dominante y otra supeditada, la aristocracia y el campesinado. En este ensayo revisaremos algunas de las edificaciones más trascendentales y conocidas con sus realizadores, ya que dieron, y dan hoy en día, cabida a aglomeraciones de personas, porque fueron proyectadas para congregar y para ser un referente en su esplendor. Con breves descripciones de sus características espaciales, trataremos de relacionar su innovación con los espacios urbanos que hoy en días nos son comunes, para retener de manera perceptiva lo que estas obras van dejando en nuestra retina.



Después del Bajo Renacimiento o Manierismo. Roma quiere hablar de conjunto a través de sus fachadas proyectadas para impresionar y concentrar a sus visitantes y peregrinos. Para su resurgimiento necesito del Concilio de Trento, que define de manera clara y concluyente el dogma de la Iglesia Romana. Reafirmada su autoridad, necesito del apoyo de algo magnánimo para que tuviera credibilidad en el pueblo, Siendo los Papas barrocos Paulo III y Sixto V los que comienzan con la urbanización abriendo grandes ejes monumentales.

Puente entre el manierismo y el barroco es Doménico Fontana, autor del Obelisco de San Pedro y el Palacio Real, enuncia los primeros hitos urbanos.

Giacomo della Porta, construyó la Iglesia Jesuítica de Gesú, el prototipo del templo de la Contrarreforma, su fachada transformo el esquema manierista con un dinamismo y un sentido del claroscuro que denuncia la tendencia al barroco.

Carlo madero tiene como obra maestra la fachada más bella , plena e imponente de la Iglesia de Santa Susana de tan solo una precisa conjugación de dos órdenes. Para la Basílica de San Pedro, Pablo V transforma la planta en una cruz latina, resultando una fachada demasiado enmascaradora, dilatada y plana, discordante con el cuerpo de la iglesia.

El Palacio Barbieri, del Papa Urbano, y de triple autoría entre Madero, Bernini y Borromini, protagoniza la revolución antimanierista, en busca de una nueva poética que llegara más vigorosamente a los sentidos.

Para Bernini, la universalidad de Roma residía en su función política y el clasicismo, renovó así muchos conceptos espaciales para conseguir efectos ópticos y luminosos, como la cámara de luz o efecto de camarín, apelando muchas veces al perspectivismo forzado o ilusorio. Para Borromini residía en su religiosidad.

La plaza de San Pedro de Bernini, es la máxima concepción de la urbanística de la roma barroca, este gran atrio renueva la gloria de las gigantescas ordenaciones idílicas del Imperio Romano, desde la plaza se percibe una fuerza sublime, que arrastra la mirada apoderándose enteramente de las facultades perceptivas del espectador.

El palacio Odescalchi de Borromini es un tipo de palacio urbano típico del barroco, donde llega a la excelencia mediante la novedad. La fachada de la Iglesia de San Carlino, fue la primera fachada ondulada de la historia de la arquitectura, convexa y dinámica parece incontenible, los elementos parece estar sueltos, son tan autónomos que da un aspecto final de obra armada en vez de obra construida.

La Iglesia de Santa María della Pace, con un frontis en forma de medio templo y una rotonda de columnas que emergen de la composición central, constituyen una plaza menuda, a escala humana, coherente y diversificada, una obra maestra entre arquitectura y marco urbano proyectada por Cortona.

La Iglesia de Santa María in Campitelli concebida como un conjunto de espacios compartimentados, parecido a las bambalinas de un teatro, libera las columnas, aumentando el claroscuro y la fragilidad de la composición, evocando la reminiscencia de una sala termal romana, centro de reunión por excelencia, pero con énfasis barrocos, de Carlo Rainaldi. Fue el mismo que también organizó el tridente de la Piazza del Popolo de Roma, con sus dos iglesias gemelas Santa María in Montesanto y Santa María dei Miracoli.

A Ferdinando Fuga, el último gran arquitecto del barroco romano, se le atribuye la gran fachada de la Basílica de Santa María la Mayor, de doble logia, armónica, equilibrada y de ejes bien definidos que une la propiedad a la gracia.

Alejandro Specchi y Francisco de Sanctis construyen la fantástica Escalinata de la Plaza España que hasta el día de hoy es un centro de encuentros.

La última pieza del barroco romano es la Fontana de Trevi de Nicola Salvi, un poderoso telón de fondo del triunfo romano para sus habitantes. “Con estas dos obras el barroco parece despedirse orgiásticamente de su predilecta ciudad”.

En otros parajes italianos, como Lombardía, el Patio del Palacio Marino de Galeazzo Alessi es una anticipo de este nuevo elemento arquitectónico a incluir en el barroco, de carácter netamente español. Manifestando ya la necesidad de un lugar de esparcimiento, que ofresca seguridad y a veces conservación de la intimidad. Y también, una nueva disposición de los interiores para dar iluminación y ventilación a todas las habitaciones.

Bartolomé Bianco, es el genial creador del palacio genovés de espacios abiertos y transparencias perspectivas, grandes escaleras, patios, galerías, jardines colgantes, etc. Donde el más popular es el Palacio de la Universidad, que representa fielmente la riqueza y fasto de navegantes, mercaderes y banqueros ligures.

En Turín, Guarino Guarini aborda la creación arquitectónica desde la dialéctica entre estructura y espacio, en base a una especulación geométrica. La Capilla del Santo Sudario en la Catedral, donde se venera la reliquia a través de un gran ventanal, el Príncipe y el Obispo quedan ensamblados en semejanza, dando testimonio de una tensión simbólica-dramática. Modelo fuertemente influencia por el Escorial de España. Sus plantas son la interpenetración de espacios, que se invaden unos a otros. Entre el espacio conjugado del mundo clásico y el espacio compartimentado del mundo islámico, queda este espacio interpenetrado, en el que existe por igual la autonomía y la conjugación, y a pesar que sus obras tenían forma definidas como círculos, elipses o hexágonos, es este un pensamiento premonitorio para lo que va a ser el manejo y entendimiento del urbanismo actual.


Austria fue el heredero directo del barroco italiano, en un lapso fugaz de 30 años desde 1700, representa el mejor enlace del mundo latino y del mundo rococó germánico, siendo el mejor equilibrio entre ellos. Los Emperadores, José I y Carlos VI, fueron los que más promovieron este movimiento pero fue la Gran Emperatriz María Theresia, monarca ilustrada, la que promovió la industria y el comercio, y estableció instituciones de interés público, científicas, docentes y benéficas, dando un nuevo paso, donde al lujo se le da una utilidad. Carlos VI, autoritario y centralista, ornamento Viena a través de Fisher von Erlach, partidario de la decoración opulenta de gran vigor plástico y concluyente, con predilección por la forma ovalada y las ordenaciones solemnes. La Iglesia de San Carlos Borromeo fue su obra maestra, donde la libertad y complejidad de su construcción hacen una pieza aislada, pareciendo que el frontis se emplaza en un marco urbano que no existe.

Hildebrandt con mayor libertad decorativa tiende a la delicadeza del rococó, en el Palacio Belvedere proyecta uno de los primeros conjuntos de Europa de edificios y jardines. Con ritmo relaciona el alto frontis dilatado, fondo de la perspectiva, que destaca la atracción hacia el centro, con el bajo frontis más sencillo, componiendo un edificio uno y múltiple a la vez.

La grandes Abadías del Danubio son antiguos monasterios totalmente reformados, una mezcla entre convento y palacio, donde la más bella realización es el Convento Benedictino de Melk. En general están compuestos por la iglesia, la biblioteca, la Marmosaal o sala de recepción o sala de mármol y los edificios conventuales con su gran escalera, que se ordenan de diversas formas creando patios, plazas, terrazas, etc.

En los países germánicos, de los hermanos Asam destacamos la Iglesita de San Juan Nepomuceno, situadas entre las casas de los maestros y del capellán, forman un bellísimo conjunto, todo se ondula y todo se enlaza en un eje sin pausa que se sucede hasta un ventanal, el óculo final, rasgo de la tradición nórdica.

En Dresden, se origina el Zwinger, una construcción ceremonial para servir de teatro a grandes solemnidades, es una plaza rodeada de galerías y tribunas, entre edificios, obra conjunto de Mattheus Daniel Pöppelmann.

Después del gótico, Francia no pudo homologar su evolución arquitectónica a la del barroco ítalo-germano-español, manteniendo una arquitectura muy pegada a la tradición medieval, y su desarrollo se ve vinculado estrechamente a la glorificación del Rey. Durante el “Grand Siecle” de Luis XIV, Jacques le Mercier, cuadriplica el espacio del patio central del Palacio del Louvre, intercalando un importante pabellón, el del Horloge. Le Vau, le agrega dos cuerpos al Palacio de las Tullerías. Perrault, agrega la Columnata del Louvre, una intervención fría y vacilante que deja de resultante un bloque cuadrado de palacio, abierto por el este.

En el Vaux-le-Vicomte, obra genial de Le Vau y Le Notre, terreno y obra se configuran en un paisaje racional, donde hasta el último detalle obedece a una férrea unidad.

Las plazas de las Victorias y la de Vendome de Mansart en París, son nombrada por su importancia estratégica en las circulaciones de esta ciudad emergente, la Vendome es la más equilibrada y serena, la síntesis de elegancia de este periodo.

La iglesia de la Sorbona, de Richeliu construida por Le Mercier, forma parte de un conjunto universitario, teniendo doble fachada y la innovación de la doble cúpula, para tener más presencia en la ciudad.

Con Luis XV la línea arquitectónica francesa poco varia, La línea de Mansart sigue influenciando en la mantención de las prerrogativas de la tradición. Al mismo tiempo que se mantiene una estricta arquitectura se permite una decoración libre y desenvuelta, llamada comúnmente como Rococó.

De Jean Aubert, el pabellón de entrada a los establos y la gran rotonda sin techo, son piezas clásicas de la arquitectura francesa del S XVIII.

En Nancy, el conjunto de la Plaza Real, la Plaza de la Carriere y la Plaza del Gobernador, son uno de los más bellos trazos urbanísticos universales, diseñado por el hombre como expresión de sus ideales, de Héré de Corny, teniendo el acierto de agruparlas para formar grandes conjuntos.

Finalmente en una Inglaterra que se mantenía en el gótico perpendicular y en las grandes mansiones de la era isabelina y jacobea, Iñigo Jones fue necesario para la renovación palladianista, austero como arquitecto proyecto el Convent Garden Place de Londres, un primer intento de construir una plaza regular y uniforme. La Catedral de San Pablo de Wren, de triple cúpula, habla de presencia y referencia, después de San Pedro es la más grande catedral barroca que se haya levantado.

El conjunto de Blenheim, una obra universal del barroco de Vanbrugh, es un corps de logis rodeado de todos los cuerpos satélites, extendidos a ambos lados en perfecta simetría, son, en el fondo, como enorme villas palladianas.

Con Jorge I en el trono, los whigs o liberales patrocinan la vuelta del sentimiento de la naturaleza y al orden y armonía de la misma, anticipándose cerca de 50 años al neoclasicismo,William Kent fue el creador del jardín naturalista, de informales sendas sinuosas para deleitosos paseos. De los Wood se destaca la primera plaza uniforme de Inglaterra, la Queen Square, en Bath. También es destacable el Royal Crescent, o media luna, que se compone de una sucesión de casas uniformes, que trazan media elipse. El primer conjunto habitacional de la historia.


Ya que la ciudad es concebida como un panorama donde la línea recta, la perspectiva monumental y el programa o uniformidad, son sus principios para crear fuertes impresiones estéticas. Más de dos siglos de ensayo y error que pasan de lo mero superficial a lo utilitario, de lo masivo a lo más privado, de elementos ornamentales a espaciales… y muchos viajes por lejanos territorios?, concluyen y dan inicio a la conformación de lo que es hoy una urbanización coherente y completa para nosotros.?. Avances en el ámbito de regulación en las viviendas y sanidad, que se fueron implementando en el camino, son importantísimos para el óptimo desarrollo de estas Ciudades Capitales, que son imagen y condensación de una realidad nacional, un medio de consolidación del poder regular y sistematizado, concentración del consumo!. En conclusión leí el libro.