EL BARROCO AMERICANO, REFLEJO Y REINVENCIÓN DE UNA IDENTIDAD ARTÍSTICA MIXTA

De Casiopea
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TítuloEl Barroco Americano, Reflejo y Reinvención de una Identidad Mixta
AsignaturaPresentación 4.5 ARQ 2013
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Francisca Riveros


El Barroco Americano, Reflejo y Reinvención de una Identidad Artística Mixta

Da la impresión de que fuese necesario incluir a América dentro de los movimientos y corrientes artísticas que ocurrieron en occidente luego de su descubrimiento, y más aún el intentar unificar la historia artística de España y Portugal con sus posesiones americanas, pero no se puede obviar el carácter importado e impositivo que este arte tuvo en el Nuevo Mundo y el impacto que provocó en las costumbres y ritos de las etnias existentes, manifestado en un modo de implantar el nacionalismo ibérico y la expansión en el territorio mostrando el gran poder y magnificencia de la corona a través de la construcción de obras monumentales.

Este artículo apunta cuestionar de qué modo la imposición del estilo barroco en América se ve enriquecido con las costumbres, culturas y libertades de los pueblos precolombinos americanos, y como este legado y fusión entre ambos mundos genera una nueva forma artística propia del continente americano dada por el carácter de los pueblos de cada región y de la persuasión europea a través de la religiosidad y el catolicismo.


Circunstancias Históricas

El barroco es un periodo cultural que se manifestó en Europa occidental y principalmente en Italia durante los siglos XVII y XVIII. Fue una época marcada por fuertes disputas religiosas, políticas y económicas. La iglesia católica intenta encender el fervor de sus fieles luego del ataque de la reforma protestante y comienza a usar al arte como anzuelo de captación y aleccionamiento del pueblo cristiano. Conjuntamente, Europa era fuertemente azotada por una ola de violencia e injusticias donde la vida se veía frecuentemente atormentada por la muerte y dolor, lo que provocó un constante desequilibrio emocional en el hombre de la época, el que luchaba con su dualidad interna intentado unir su individualismo y extroversión personal con la necesidad de aferrarse a su fe y a la creencia en el más allá. El arte y la arquitectura son reflejo de la necesidad de expresar el dramatismo diario de la sociedad, y encuentra a través de las formas elípticas y sin rigidez un modo de englobar y contener su existencialismo caótico, incorporándole diversas técnicas que le dieran dinamismo y realidad a las obras, con la idea de generar una teatralidad y representación ilusoria de la angustia y sentimentalismo que envolvía la época.

Francesco Borromini [8]

Ejemplo de este modo de expresión fue Francesco Borromini, quien buscaba incansablemente fuentes de invención arquitectónica y en la implantación de efectos ópticos y de gran dinamismo en sus obras, intentando lograr el mayor grado de originalidad y libertad en su expresión. San Carlo alle Quattro Fontane muestra el ingenio y la ilusión estructural en la ondulación de sus fachadas, y la expresividad que muestran sus esculturas que la revisten, una escala más próxima al cuerpo que evidencia una complementariedad entre fachada y espacio público resaltando los diversos signos e imágenes sacras y dejando al espectador inmerso en sus contrastes lumínicos y visuales.

Sin duda este modo de expresión procede de la relación directa entre el hombre y el espacio, sustituyendo la estructura espacial existente por un espacio abierto y reversible con su contexto inmediato, mostrando fielmente el proceso de metamorfosis social y cultural que vivía la gente de la época .


Manifestación y Cruce Cultural en la Colonización del Nuevo Mundo

1. “América no fue una simple invención europea. Tampoco una creación artificial de Europa. Europa necesitaba que América existiese, por eso la buscó hasta que la encontró. No fue el azaroso producto de un inesperado tropezón de valientes españoles en busca de las Indias Orientales el que dio lugar a que estos antes se topasen con las Indias Occidentales. En verdad, las pujantes relaciones mercantiles del capitalismo consideraban estrecho el "espacio vital" del Mar Mediterráneo para sus crecientes necesidades.” (P Guaderrama)

El barroco se traspasa al continente americano a través de la colonización que ejercieron españoles y portugueses en el Nuevo Mundo, sociedades que mostraban un fuerte apego a la religión católica y al absolutismo monárquico. El arte barroco en Iberoamérica evolucionó bajo sus propios ritmos, con sus pausas y transformaciones, provocadas principalmente por el aislamiento de la península y sobre todo por la urgente necesidad de reinstaurar al catolicismo como eje religioso de occidente.

Sin duda el primer barroco que vivó América fue fielmente europeo, o más bien Ibérico, pero existieron distintos factores económicos, geográficos y culturales que dieron paso a a una transición arquitectónica que se fue manifestando de distintas maneras en cada región y rincón de iberoamérica. El arte barroco sólo fue el pie que dio paso a una nueva concepción de arte que impulsó a los artistas locales y mestizos a potenciar los rasgos arquitectónicos traídos del viejo continente con el arraigo y la personalidad de cada pueblo, y el valor que estos le daban a sus antepasados, a sus origenes y a su história.


Parroquia de San Marcelo, Lima. Santo Toribio 1583 [9]

Además del componente cultural, existieron otros factores importantes que incidieron en la conformación de esta nueva expresión artístico - cultural. Uno de ellos fue la inestabilidad económica que sufrió Iberoamérica durante los años 1650 y 1660, ya que a pesar de que las Indias Occidentales trajeron mucha riqueza a los reinos peninsulares gestando gran inversión urbanística tanto en las metrópolis como en sus colonias americanas, también también atrajo a muchos piratas, robos y malas administraciones por parte de los representantes de la corona. Estas circunstancias provocaron bajas en los pedidos de nuevas obras y en cambio se solicitó solo la reconstrucción y conservación de las existentes con encargos de ornamentación. La explotación de materias primas de cada colonia se incrementó notablemente y las catedrales y monumentos importantes de las ciudades más importantes que eran virreinatos o capitanías como Nueva España (México), Lima (Perú) y Río de Janeiro (Brasil) se vieron recubiertas de metales preciosos y una magestuosidad impresionante, pues en estos sitios se encontraban los más altos representantes monárquicos y servían de hitos estratégicos de soberana en campaña de expansión territorial. La ostentosidad al prestigio y honor del trono)

Otro factor muy importante en la construcción de este nueva expresión de arte fue la intensidad del sentimiento católico y la psicología colectiva que luego de la contrarreforma fomenta el populismo de la iglesia. Las ciudades se abren y comienzan a conformar espacios para recibir los ritos religiosos y populares que empiezan a formarse en la cultura americana. Las órdenes religiosas evangelizaron a los aborígenes que de a poco fueron mostrando un apasionado fervor que no se vio nunca en la población creyente europea y aportando nuevas tradiciones locales que influyeron en el espíritu cristiano del mundo y que impactan hasta el día de hoy. Ejemplo de esto es la veneración a la Virgen de Guadalupe que se apareció en 1531 a un indio en el mismo lugar de culto de la diosa-madre azteca Tonatzin en México, y que después de un tiempo pasó a ser patrona de todo el continente americano, motivando al clero local y a los fervientes a la construcción de magnificas obras que veneraran a su soberana espiritual. Imaginería popular que convertía a las iglesias en obras escultóricas a escala urbana, reconocibles desde cualquier parte de la ciudad y que comenzaba la mezcla expresada en el sentimentalismo aborigen de recordar su pasado contrapuesto a estos nuevos seres de idolatría que les fueron impuestos por los europeos.

De algún modo la ostentosidad del barroco americano, al recubrir las catedrales de oro y metales preciosos fue por un lado la necesidad de expresar la pasión aborigen por sus nueva idolatrías repitiendo en algunos casos las tradiciones ancestrales de sus ritos, y por otra parte el aprovechamiento “enaltecer” las figuras de la iglesia y la monarquía por sobre el resto del continente.

México y Guatemala son unos de los ejemplos más emblemáticos de que esta situación de mixtura cultural fuera posible. La arquitectura barroca nacional nació de la unión entre las etnias existentes, españoles y los emergentes criollos, mostrando cada uno su intencionalidad y manifestaciones sociales en las obras. En Brasil las sociedades patriarcales al obtener gente por la trata de negros desde África (los que poseían un nivel cultural superior al de los nativos americanos puesto que asimilaron fácilmente la civilización cristiana de sus amos blancos) condujo a que en el mestizaje naciera gente con un rigor artístico más europeizado, y una conformación de un folklorismo religioso que sorprendía de sobremanera a sus evangelizadores. Además el temperamento nacional de Portugal dictaba preferencia a una 2.“ciudad parroquial, incorporando todos los anexos al santuario en un plano unitario” (G. Bazin) por lo que crearon una especie de sello local en cuanto a la originalidad y dinamismo que tomaba cada obra con una inclinación ferviente a lo sacro. Es así como se hace famoso el Aleijadinho, conocido así por su enfermedad en los brazos, escultor imaginero y arquitecto mestizo que fue encargado de ornamentar la fachada, esculturas, el púlpito y los altares de la Iglesia de San Francisco en Ouro Preto, su ciudad, natal, expresaba en sus obras una delicadeza inmaculada y un realismo ancestral asociado al arraigo sus raíces aborígenes.



Conclusiones

La mezcla sociocultural no puede entonces constituir al barroco en América como un conjunto uniforme, ni con una matriz europea, ni con sus pares nativos integros, ya que el modo en cómo se expresaba el ímpetu indígena, la copia europea o las luces de originalidad dependían de cada región del continente. Es cierto que existe cierta dependencia de la corriente artística generada en América con sus metrópolis europeas, pero esto no significa la uniformidad de sus expresiones. Hay que distinguir las distintas variedades arquitectónicas desarrolladas dentro del continente que tienen diferencias que van mucho más allá de una simple matriz importada y si fuese necesario catalogarlas se podrían desprender distintas intensidades de originalidad o imitación del arte barroco importado:

• Obras de importación pura desde Europa

• Obras de importación adaptadas con atributos de la región a la que llegaban

• Obras que recuerdan al arte precolombino (ya sea por materialidades y/o elementos decorativos de caracter ancestral)



Algo común que podría decirse que tuvieron gran parte de las obras latinoamericanas fue de cierta manera la separación de espacios al interior de los edificios. Según Antonio Bonet 3. “El problema del espacio no existe solo en los interiores sencillos; en los interiores decorados se crea un nuevo sentimentalismo del espacio, se crea un espacio diferente de aquel en el que nos movemos y que se determina en la situación de las paredes. Se trata de otro género de espacio”.

Al parecer la decoración y recubrimiento de las paredes generaba un espacio anexo al que corrientemente se ofrecía para el uso específico del edificio, un espacio que era netamente de exposición y dispuesto a la vista, y que no estaba ajeno al resto del edificio, pero si se diferencia de las otras estancias habitables “pared escultural creada para la instrucción y admiración religiosa”. La decoración en el barroco americano no fe solo riqueza ornamental, sino que también el elemento que incitó a la creación de espacios inéditos.

Se podría suponer entonces que la arquitectura barroca es respuesta y reflejo de una sociedad asociada fuertemente al catolicismo y a la amplitud del fenómeno religioso que provocó en las distintas etnias del Nuevo Mundo. Teniendo en sus formas la idea de atraer a cualquier persona a observarlas por su dinamismo y lenguaje encubierto es sus fachadas escultóricas que buscaban finalmente este aleccionamiento doctrinal y espiritual, que desembocó en una forma de expresión propia en la adaptación del continente.

Citas

1. Guadarrama González, Pablo. "La Huella de España en América y de América en España", Politeia.Revista de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.. Bogotá. 1997. Nro. 20. (pp 135)

2. Yves Bottinean, Barroco II Ibérico y Latinoamericano, (pp 182)

3. Yves Bottinean, Barroco II Ibérico y Latinoamericano, (pp 187)

Bibliografías

- Guadarrama González, Pablo. "La Huella de España en América y de América en España", Politeia.Revista de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.. Bogotá. 1997. Nro. 20

- Bottinean, Yves, Barroco II, Ibérico y Latinoamericano, Ediciones Garriga, 1971

- http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/el-arte-barroco-en-el-paraguay-290661.html

- http://elbarrocoporubicallejas.blogspot.com/2013/02/el-barroco-en-america.html?m=1

- http://www.monografias.com/trabajos76/patrimonio-arquitectonico-jesuitas/patrimonio-arquitectonico-jesuitas.shtml

- http://www.arteguias.com/barroco.htm

- http://es.wikipedia.org/wiki/Francesco_Borromini