EAD 3210 Mia-Sue Carrere

De Casiopea





TítuloEAD 4210 Mia-Sue Carrère
Del CursoSeminario de América 2022 2S
Alumno(s)Mia-Sue Carrère

La Ronda: voluntad proyectiva para la materialización del Acto arquitectónico

En el año 1979, el poeta argentino Godofredo Iommi, relata en sus clases magistrales -pronunciadas dentro del contexto académico- aquellas aproximaciones que fundamentan los principios de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Estas sesiones registradas en formato de audio y hoy transcritas y tituladas “Hay que ser Absolutamente Moderno”, como en “Buscadores de lo desconocido”, en donde Iommi cita a otros autores para referenciar los fundamentos poéticos en los que se inscribe la Escuela y nos presenta nuevas dimensiones para concebir “ahora” la arquitectura.

El arquitecto y profesor de la Escuela Alberto Cruz , en palabras de Iommi, reinterpreta aquello que Rimbaud afirmaba, dándole nuevos significados a la misma sintaxis, estableciendo la siguiente correspondencia: “El ‘hay que’ se traduce en ‘sin dominio’; el ‘ser’ se traduce en ‘disputa’; ‘absolutamente’ en ‘destinación’ y ‘moderno’ en ‘ronda’,”.[1] El resultado es según Iommi un contracanto, afirmando entonces que la arquitectura era ahora en ronda. Esta declaración desencadena un nuevo modo para erigir una obra arquitectónica, que no pretendería pertenecer a una categoría estilística, muy por el contrario, inauguraría -a través de la observación detenida de los actos humanos- orientaciones y exigencias formales que presentarían y elogiarían el espacio de manera diferente cada vez.

Como se mencionó anteriormente, este nuevo modo de enfrentarse a la creación, aspiraba a dejar atrás concepciones ya aprehendidas universalmente o dadas por hecho en el diseño, como, por ejemplo, fueron los estilismos de catálogo a partir del pre-diseño. Esta práctica impulsada por los fundadores de la Escuela, estableció un punto de quiebre en lo que hasta ese entonces se contemplaba para el diseño de una obra, lo que resultaba en obras que respondían a la apreciación estética de los varios y donde la tendencia era crear obras originales, las cuales contemplarían la relación espacio-emplazamiento, arquitectura-diseño y dimensión poética-ordenes arquitectónicos.

Lo común

La ronda, como concepto según RAE nos entrega diecisiete definiciones donde se repiten acepciones, tales como: juego y reunión. Y donde la definición más conducente es: “Grupo de personas que andan rondando.”[2]. En Chile y otros países latinoamericanos también se define como: “juego de corro”, entendiéndose por “corro” como “Juego infantil en el que los participantes forman un círculo cogiéndose las manos y cantan dando vueltas en derredor”. A partir de las definiciones otorgadas por RAE se conjetura que la Ronda a través de su forma permiten un juego, donde los jugadores están distanciados equitativamente, y por lo tanto, se encuentran en iguales condiciones para participar mediante la disposición circular en torno a un centro y por lo tanto, a un interior.

¿Qué es la Ronda para la Escuela?

En el libro “Amereida Palladio: carta a los arquitectos europeos”[3]Escribe texto sin formato aquí, Cruz define a la Ronda como aquellos quehaceres que se dan en lo común “Acaba de señalarse lo que llamamos la Ronda. Que es una labor en común. Una que desata, alimenta y unifica la relación lengua poética-lenguaje de los oficios”[4]. Ese común, es entonces, un acuerdo de los varios, donde los varios son los discursos, ideas, intenciones y/o colaboradores que orientan hacia un objetivo, la creación en común acuerdo.

La Ronda, compuesta entonces por la participación de los oficios, esta contemplada en dos momentos: el primero es el acto poético y el segundo es la construcción de la obra. “…un acto poético da comienzo a las obras de arquitectura. Ellas son generadas, tanto en su concepción como en su edificación, en Ronda.”[5]

Momentos en Ronda:

1. La Phalène: creada por Iommi, establecen un nuevo modo de hacer poesía, que opera a través del juego poético. En sus inicios estos encuentros convocaron a filósofos poetas y artistas e incluso se mantuvo abierto a recibir otros participantes. “Se trataba de la creación de un nuevo espacio poético que juntaba la poesía con hechos plásticos y que se abría a que cualquier persona, sea cual fuere su actividad u oficio, pudiera participar en él.”[6] De la grandeza: lo sublime en la naturaleza (Mendez 2015). Si bien La Phalene se trataría de una ronda, esta establecería roles donde “los poetas improvisaran o leyeran poemas y los artistas plásticos crearan hechos plásticos”.[7] La Phalène Una acción poética , donde los hechos plásticos corresponden a elementos u objetos que deriven de la plástica. La phaléne a través de su juego poético construía en ronda la palabra hecha por todos.


2. Obra en común: Al surgir la necesidad de los fundadores por un lugar donde se pudiera converger ciudad-obra-estudio, se funda la Ciudad Abierta. En este espacio la poesía y los oficios se complementarían para construir en ronda sus primeras obras. Estas obras comienzan con las Ágoras, Las Hospederías y los Talleres. Para la construcción de estas obras los poetas entregaban un atisbo sobre la dimensión espacial que la obra debería albergar, acto seguido, los arquitectos y diseñadores (cada uno en sus roles competentes) comenzarían a trazar planimetricamente los elementos necesarios para recoger esa dimensión poética primera.


3. Ronda de Corrección: La ronda también se ha llevado a la corrección académica de los talleres de diseño y arquitectura de la Escuela. Profesores tanto de diseño como de arquitectura, se reúnen durante un día y en ronda se desplazan por los talleres de la Escuela, revisando las entregas finales de los estudiantes. En esta ronda se expone ante toda la ronda los hallazgos que los alumnos han aportado con sus proyectos.


Modo proyectivo Americano

Acto poético no sería en ronda, esta solo se da en los oficios. Ronda para concebir la obra arquitectónica. Es en ronda donde aparece la libertad creativa y donde participan los otros, ellos son los oficios quienes desde las dimensiones que les competen y desde diferentes escalas de experimentación, diseñan y ejecutan aquello que se da en común acuerdo. En ronda se hace aparecer la voluntad inicial del acto poético.

La ronda hace aparecer el momento presente, pues es en este estado de completa voluntad por el hacer, donde surge un diálogo entre los oficios. Y, es precisamente en el diálogo donde se accede a la comprensión de la dimensión del otro. Esta comprensión se mateliza a través del actuar de los oficios.


La ronda hace aparecer el momento presente en tanto que se permanece en un trance para materializar el sentido original que motiva la obra. Así, Amereida nos señala que “éste es su origen – estar en trance estar en trance no de un antes a un después no de una barbarie a una civilización sino en trance presente presente sólo está lo que tiene un destino destino sólo es una fidelidad al origen” Por lo tanto, la ronda como planteamiento de acción, se presenta desde su inicio como un afán por posicionarse en el presente a través de lo común para concebir la obra a partir del acto poético, que si bien este último el cuerpo Escuela no lo declara como una ronda, si el modo de enfrentarse a él propone responde al axioma de Lautreamont “la poesía debe ser hecha por todos y no por uno".

La dependencia ¿Qué problemas provoca la Ronda? Sugiera alguno:

  1. Iommi, G. (1979). Hay que ser absolutamente moderno. “Transcripción de la clase del poeta Godofredo Iommi M., del 18 de Mayo de 1979, para el Taller de América de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV.”
  2. Real Academia Española (2022)
  3. Cruz, A. & Barla, B. (2004). Amereida-Palladio: carta a los arquitectos europeos (Ediciones Universitarias de Valparaíso, Vol. 1). https://www.ead.pucv.cl/app/uploads/2020/03/Amereida-Palladio-2004-Cruz-C.-Barla.pdf
  4. Ídem
  5. Cruz, A. & Barla, B. (2004). Amereida-Palladio: carta a los arquitectos europeos (Ediciones Universitarias de Valparaíso, Vol. 1). https://www.ead.pucv.cl/app/uploads/2020/03/Amereida-Palladio-2004-Cruz-C.-Barla.pdf
  6. Méndez, F. (1998). La Phalene : Una acción poética. D.G. Ana María Castellón.
  7. Ídem