Diferencia entre revisiones de «EAD 3210 Mia-Sue Carrere»

De Casiopea
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En el año 1979, el poeta argentino Godofredo Iommi, relata en sus clases magistrales -pronunciadas dentro del contexto académico- aquellas aproximaciones que fundamentan los principios de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Estas sesiones registradas en formato de audio y hoy transcritas y tituladas “Hay que ser Absolutamente Moderno”, como en “Buscadores de lo desconocido”, en donde Iommi cita a otros autores para referenciar los fundamentos poéticos en los que se inscribe la Escuela y nos presenta nuevas dimensiones para concebir “ahora” la arquitectura.
En el año 1979, el poeta argentino Godofredo Iommi, relata en sus clases magistrales -pronunciadas dentro del contexto académico- aquellas aproximaciones que fundamentan los principios de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Estas sesiones registradas en formato de audio y hoy transcritas y tituladas “Hay que ser Absolutamente Moderno”, como en “Buscadores de lo desconocido”, en donde Iommi cita a otros autores para referenciar los fundamentos poéticos en los que se inscribe la Escuela y nos presenta nuevas dimensiones para concebir “ahora” la arquitectura.


El arquitecto y profesor de la Escuela Alberto Cruz , en palabras de Iommi, reinterpreta aquello que Rimbaud afirmaba, dándole nuevos significados a la misma sintaxis, estableciendo la siguiente correspondencia: “El ‘hay que’ se traduce en ‘sin dominio’; el ‘ser’ se traduce en ‘disputa’; ‘absolutamente’ en ‘destinación’ y ‘moderno’ en ‘ronda’,”.<ref>Hay que ser absolutamente moderno</ref> El resultado es según Iommi un contracanto, afirmando entonces que la arquitectura era ahora en ronda. Esta declaración desencadena un nuevo modo para erigir una obra arquitectónica, que no pretendería pertenecer a una categoría estilística, muy por el contrario, inauguraría -a través de la observación detenida de los actos humanos- orientaciones y exigencias formales que presentarían y elogiarían el espacio de manera diferente cada vez.
El arquitecto y profesor de la Escuela Alberto Cruz , en palabras de Iommi, reinterpreta aquello que Rimbaud afirmaba, dándole nuevos significados a la misma sintaxis, estableciendo la siguiente correspondencia: “El ‘hay que’ se traduce en ‘sin dominio’; el ‘ser’ se traduce en ‘disputa’; ‘absolutamente’ en ‘destinación’ y ‘moderno’ en ‘ronda’,”.<ref>Iommi, G. (1979). Hay que ser absolutamente moderno. “Transcripción de la clase del poeta Godofredo Iommi M., del 18 de Mayo de 1979, para el Taller de América de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV.” </ref> El resultado es según Iommi un contracanto, afirmando entonces que la arquitectura era ahora en ronda. Esta declaración desencadena un nuevo modo para erigir una obra arquitectónica, que no pretendería pertenecer a una categoría estilística, muy por el contrario, inauguraría -a través de la observación detenida de los actos humanos- orientaciones y exigencias formales que presentarían y elogiarían el espacio de manera diferente cada vez.


Como se mencionó anteriormente, este nuevo modo de enfrentarse a la creación, aspiraba a dejar atrás concepciones ya aprehendidas universalmente o dadas por hecho en el diseño, como, por ejemplo, fueron los estilismos de catálogo a partir del pre-diseño. Esta práctica impulsada por los fundadores de la Escuela, estableció un punto de quiebre en lo que hasta ese entonces se contemplaba para el diseño de una obra, lo que resultaba en obras que respondían a la apreciación estética de los varios y donde la tendencia era crear obras originales, las cuales contemplarían la relación espacio-emplazamiento, arquitectura-diseño y dimensión poética-ordenes arquitectónicos.  
Como se mencionó anteriormente, este nuevo modo de enfrentarse a la creación, aspiraba a dejar atrás concepciones ya aprehendidas universalmente o dadas por hecho en el diseño, como, por ejemplo, fueron los estilismos de catálogo a partir del pre-diseño. Esta práctica impulsada por los fundadores de la Escuela, estableció un punto de quiebre en lo que hasta ese entonces se contemplaba para el diseño de una obra, lo que resultaba en obras que respondían a la apreciación estética de los varios y donde la tendencia era crear obras originales, las cuales contemplarían la relación espacio-emplazamiento, arquitectura-diseño y dimensión poética-ordenes arquitectónicos.  

Revisión del 10:40 29 sep 2022





TítuloEAD 4210 Mia-Sue Carrère
Del CursoSeminario de América 2022 2S
Alumno(s)Mia-Sue Carrère

La Ronda: modo proyectivo para la materialización del Acto arquitectónico

En el año 1979, el poeta argentino Godofredo Iommi, relata en sus clases magistrales -pronunciadas dentro del contexto académico- aquellas aproximaciones que fundamentan los principios de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Estas sesiones registradas en formato de audio y hoy transcritas y tituladas “Hay que ser Absolutamente Moderno”, como en “Buscadores de lo desconocido”, en donde Iommi cita a otros autores para referenciar los fundamentos poéticos en los que se inscribe la Escuela y nos presenta nuevas dimensiones para concebir “ahora” la arquitectura.

El arquitecto y profesor de la Escuela Alberto Cruz , en palabras de Iommi, reinterpreta aquello que Rimbaud afirmaba, dándole nuevos significados a la misma sintaxis, estableciendo la siguiente correspondencia: “El ‘hay que’ se traduce en ‘sin dominio’; el ‘ser’ se traduce en ‘disputa’; ‘absolutamente’ en ‘destinación’ y ‘moderno’ en ‘ronda’,”.[1] El resultado es según Iommi un contracanto, afirmando entonces que la arquitectura era ahora en ronda. Esta declaración desencadena un nuevo modo para erigir una obra arquitectónica, que no pretendería pertenecer a una categoría estilística, muy por el contrario, inauguraría -a través de la observación detenida de los actos humanos- orientaciones y exigencias formales que presentarían y elogiarían el espacio de manera diferente cada vez.

Como se mencionó anteriormente, este nuevo modo de enfrentarse a la creación, aspiraba a dejar atrás concepciones ya aprehendidas universalmente o dadas por hecho en el diseño, como, por ejemplo, fueron los estilismos de catálogo a partir del pre-diseño. Esta práctica impulsada por los fundadores de la Escuela, estableció un punto de quiebre en lo que hasta ese entonces se contemplaba para el diseño de una obra, lo que resultaba en obras que respondían a la apreciación estética de los varios y donde la tendencia era crear obras originales, las cuales contemplarían la relación espacio-emplazamiento, arquitectura-diseño y dimensión poética-ordenes arquitectónicos.

Lo común

La ronda, como concepto según RAE nos entrega diecisiete definiciones donde se repiten acepciones, tales como: juego y reunión. Y donde la definición más conducente es: “Grupo de personas que andan rondando.”[2]. En Chile y otros países latinoamericanos también se define como: “juego de corro”, entendiéndose por “corro” como “Juego infantil en el que los participantes forman un círculo cogiéndose las manos y cantan dando vueltas en derredor”. A partir de las definiciones otorgadas por RAE se conjetura que la Ronda a través de su forma permiten un juego, donde los jugadores están distanciados equitativamente, y por lo tanto, se encuentran en iguales condiciones para participar mediante la disposición circular en torno a un centro y por lo tanto, a un interior.

¿Qué es la Ronda para la Escuela?

En el libro “Amereida Palladio: carta a los arquitectos europeos”[3]Escribe texto sin formato aquí, Cruz define a la Ronda como aquellos quehaceres que se dan en lo común “Acaba de señalarse lo que llamamos la Ronda. Que es una labor en común. Una que desata, alimenta y unifica la relación lengua poética-lenguaje de los oficios”. Ese común, es entonces, un acuerdo de los varios, donde los varios son los discursos, ideas, intenciones y/o colaboradores que orientan hacia un objetivo, la creación en común acuerdo.

La Ronda, compuesta entonces por la participación de los oficios, esta contemplada en dos momentos: el primero es el acto poético y el segundo es la construcción de la obra. “…un acto poético da comienzo a las obras de arquitectura. Ellas son generadas, tanto en su concepción como en su edificación, en Ronda.”

  1. Iommi, G. (1979). Hay que ser absolutamente moderno. “Transcripción de la clase del poeta Godofredo Iommi M., del 18 de Mayo de 1979, para el Taller de América de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la PUCV.”
  2. Real Academia Española (2022)
  3. Cruz, A. & Barla, B. (2004). Amereida-Palladio: carta a los arquitectos europeos (Ediciones Universitarias de Valparaíso, Vol. 1). https://www.ead.pucv.cl/app/uploads/2020/03/Amereida-Palladio-2004-Cruz-C.-Barla.pdf