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De Casiopea
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Alberto toma la frase de Rimbaud, siendo palabra poética y ésta, en su condición poética, abierta; y apareciendo en su extrañeza que le es propia. El camino que toma Rimbaud desde la poesía en su decir, pareciera hacer que aquello que dice sea heredable, precisamente por aquella abertura que permite el enriquecimiento y la interpretación por otros. Heidegger en su conferencia Hölderlin y la esencia de la poesía (Heidegger, 1992)<ref>Disponible en: Varios Autores. (2009). Martín Heidegger: Caminos. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, México.</ref>, dice certeramente: “el exceso de claridad arrojo al poeta a las tinieblas” (Heidegger, 1992)<ref>Ibid.</ref> –refiriéndose a Hölderlin –; dejando en evidencia que la claridad no es la que sostiene a la poesía, al poeta o a la palabra poética, sino que es, como menciona anteriormente, la extrañeza.  
Alberto toma la frase de Rimbaud, siendo palabra poética y ésta, en su condición poética, abierta; y apareciendo en su extrañeza que le es propia. El camino que toma Rimbaud desde la poesía en su decir, pareciera hacer que aquello que dice sea heredable, precisamente por aquella abertura que permite el enriquecimiento y la interpretación por otros. Heidegger en su conferencia Hölderlin y la esencia de la poesía (Heidegger, 1992)<ref>Disponible en: Varios Autores. (2009). Martín Heidegger: Caminos. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, México.</ref>, dice certeramente: “el exceso de claridad arrojo al poeta a las tinieblas” (Heidegger, 1992)<ref>Ibid.</ref> –refiriéndose a Hölderlin –; dejando en evidencia que la claridad no es la que sostiene a la poesía, al poeta o a la palabra poética, sino que es, como menciona anteriormente, la extrañeza.  


Esto es, precisamente, lo que permite a la palabra poética seguir siendo escuchada hoy, como un eco del pasado, abierta a interpretación, una y otra vez. Esa abertura, quizás sea la que la mantiene como un infinito desconocido entre generaciones, pensamientos y lenguas; y se debate aún en lugares como la Escuela de Arquitectura y Diseño. Aquí, nos encontramos con una heredad que nació en el Taller de América, con clases como la de Godo (Iommi, 1979)<ref>Ibid.</ref> o la de Alberto (Cruz, A., 1979)<ref>Ibid.</ref> -se podría decir heredad sin contradicción, puesto que nunca se contradicen entre ellos –, y se sigue perpetuando en este ciclo continuo de exposiciones –hoy vigentes en el Taller de Amereida –, como lo es en Reyes (Reyes, 2015)<ref>Ibid.</ref>; donde se sigue oyendo el eco de poetas como Rimbaud o Hölderlin; y con ellos, a otros como Heidegger y a los surrealistas.  
Esto es, precisamente, lo que permite a la palabra poética seguir siendo escuchada hoy, como un eco del pasado, abierta a interpretación, una y otra vez. Esa abertura, quizás sea la que la mantiene como un infinito desconocido entre generaciones, pensamientos y lenguas; y se debate aún en lugares como la Escuela de Arquitectura y Diseño. Aquí, nos encontramos con una heredad que nació en el Taller de América, con clases como la de Godo (Iommi, 1979)<ref>Ibid.</ref> o la de Alberto (Cruz, 1979)<ref>Ibid.</ref> -se podría decir heredad sin contradicción, puesto que nunca se contradicen entre ellos –, y se sigue perpetuando en este ciclo continuo de exposiciones –hoy vigentes en el Taller de Amereida –, como lo es en Reyes (Reyes, 2015)<ref>Ibid.</ref>; donde se sigue oyendo el eco de poetas como Rimbaud o Hölderlin; y con ellos, a otros como Heidegger y a los surrealistas.  


Este eco continuo, de repetir, interpretar y re-interpretar –explicación y traducción también –la palabra poética, aquella que dice de algo de lo que no se sabe, se podría denominar como hermenéutica.  
Este eco continuo, de repetir, interpretar y re-interpretar –explicación y traducción también –la palabra poética, aquella que dice de algo de lo que no se sabe, se podría denominar como hermenéutica.  
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===[4] La Hermenéutica de la poesía===  
===[4] La Hermenéutica de la poesía===  


Godo es fecundo al mencionar –re-interpretando –las palabras de Dante, sobre la palabra y su esencia de Ser, en lo que no se sabe; incluso, comenzando su exposición abre la palabra a la posibilidad de no ser entendida por la audiencia (Iommi, 1979)<ref>Ibid.</ref>. Él mismo, siendo poeta, deja abierto aquel camino de heredad, que permite incluso, re-interpretar aquellas palabras –y lo que él mismo haya querido decir –ahora en este escrito. Y ¿Por qué aquello que no se sabe es lo que permite la esencia de la palabra poética?  
Godo es fecundo al mencionar –re-interpretando –las palabras de Dante, que la palabra y su esencia de Ser es en lo que no se sabe; incluso, comenzando su exposición, abre la palabra a la posibilidad de no ser entendida por la audiencia (Iommi, 1979)<ref>Ibid.</ref>. Él mismo, siendo poeta, deja abierto aquel camino de heredad, que permite incluso, re-interpretar aquellas palabras –y lo que él mismo haya querido decir –ahora en este escrito. Y ¿Por qué aquello que no se sabe es la esencia de la palabra poética?  


En el discurso de Godo Por qué Rimbaud abre una respuesta; aquí dice, sujeto de las palabras de Rimbaud, que a cada tiempo se le extraerá lo desconocido; porque ese horizonte desconocido es del que no se sabe, fundado en lo enigmático, como aquello a lo que no se tiene respuesta (Iommi, 1982)<ref>Ibid.</ref>. Esto dentro del contexto del discurso, donde Godo se pregunta constantemente en el discurso sobre ¿Por qué a Rimbaud?
En el discurso de Godo Por qué Rimbaud abre una respuesta; aquí dice, sujeto de las palabras de Rimbaud, que a cada tiempo se le extraerá lo desconocido; porque ese horizonte desconocido es del que no se sabe, fundado en lo enigmático, como aquello a lo que no se tiene respuesta (Iommi, 1982)<ref>Ibid.</ref>. Esto dentro del contexto del discurso, donde Godo se pregunta constantemente en el discurso sobre ¿Por qué a Rimbaud?


Pareciera ser, que aquí nos encontramos con un proceso continuo y quizá de generación a generación –a saltos evidentemente- de constante reinterpretación de lo que dijo otro. Rimbaud es tomado por los surrealistas, los surrealistas por los constructivistas, los constructivistas por los puristas, los puristas por los modernos, y los modernos por Godo y Alberto. Del mismo modo que Heidegger trae, presenta y re-presenta a Hölderlin como el nuevo poeta alemán, y luego este es tomado por la Escuela de Valparaíso. Es un proceso continuo –y quizás perpetuo –de un modo de aparecer la heredad de la palabra, en aquello enigmático, donde no se saben respuestas, solo aparecen preguntas; y se disputan en cómo entender a otros, e incluso a si mismos en lo abiertamente dicho.   
Pareciera ser, que aquí nos encontramos con un proceso continuo y quizá de generación a generación –a saltos evidentemente- de constante reinterpretación de lo que dijo otro. Rimbaud es tomado por los surrealistas, los surrealistas por los constructivistas, los constructivistas por los puristas, los puristas por los modernos, y los modernos por Godo y Alberto. Del mismo modo que Heidegger trae, presenta y re-presenta a Hölderlin como el nuevo poeta alemán, y luego este es tomado por la Escuela de Valparaíso. Es un proceso continuo –y quizás perpetuo –de un modo de aparecer la heredad de la palabra, en aquello enigmático, donde no se saben respuestas; aquí, solo aparecen preguntas y se enriquecen con el tiempo y se disputan en cómo entender a otros, e incluso a si mismos en lo abiertamente dicho.   


Todo esto, para este escrito, es entendido como un ciclo perpetuo de la hermenéutica en la palabra poética. Friedrich Schleiermacher, filosofo y filólogo, ha teorizado el concepto de hermenéutica de un modo similar. En Schleiermacher (Schleiermacher, 1809) <ref>Virmond, W. (Ed.). (1809). Hermenéutica general. De Dr. Fr. Schleiermacher. Internationaler Schleiermacher Kongreß. Berlín, Alemania.</ref>, la hermenéutica moderna se disputa en comprender a los autores mejor de lo que ellos mismos lo habían hecho; un modo de dar a entender que lo que dicen se separa en cierto modo de ellos –se podría decir incluso que va delante –. Esto, porque el interpretador al momento de contextualizar lo que se dice, en el proceso de reproducción del estudio original, desde una mirada de la investigación, es posible que se encuentre con aspectos que quizás el propio autor paso por alto. Aquí, aparece lo que precisamente no se sabe: ¿Qué es lo que sabia o lo que no sabia el autor? Eso es imposible de reproducir.  
Todo esto, para este escrito, es entendido como un ciclo perpetuo de la hermenéutica en la palabra poética. Friedrich Schleiermacher, filosofo y filólogo, ha teorizado el concepto de hermenéutica de un modo similar. En Schleiermacher (Schleiermacher, 1809)<ref>Virmond, W. (Ed.). (1809). Hermenéutica general. De Dr. Fr. Schleiermacher. Internationaler Schleiermacher Kongreß. Berlín, Alemania.</ref>, la hermenéutica moderna se disputa en comprender a los autores mejor de lo que ellos mismos lo habían hecho; un modo de dar a entender que lo que dicen se separa en cierto modo de ellos mismos –se podría decir incluso que va delante –. Esto, porque el interpretador al momento de contextualizar lo que se dice, en el proceso de reproducción del estudio original, desde una mirada de la investigación, es posible que se encuentre con aspectos que quizás el propio autor paso por alto. Aquí, aparece lo que precisamente no se sabe: ¿Qué es lo que sabia o lo que no sabia el autor? Eso es imposible de reproducir, por lo que las palabras, en cierto modos quedan arrojadas en su ahí, quizás de un modo similar al dasein (ser-ahí) que define Heidegger:
 
<blockquote>
"Este carácter del Dasein, oculto en su de-dónde y adónde, pero claramente abierto en sí mismo, es decir, en el que es, es lo que llamamos la condición de arrojado de este ente en su Ahí" (Heidegger, 2002)<ref>Ibid.</ref>.
</blockquote>
 
Si bien, lo que dice Heidegger es sobre el dasein –el ser-ahí propio del humano –se podría entender la palabra en su modo de Ser-palabra, con su de-donde originado en el ente-quien las dice y su a-donde en los interpretes póstumos. Aquí, es donde aparece su condición de ser arrojadas en su ahí, en su extrañeza y si incompresibilidad, siendo independientes de todo autor. Este es modo de entender, que pareciera ser sostenido  en la hermenéutica de las palabras que dijo Rimbaud, luego Alberto y Godo, y aun la Escuela de Arquitectura y Diseño de Valparaíso.
 
Entonces, llevamos años mirando hacia atrás –hacia el pasado de lo ya dicho –en una búsqueda constante de remanentes poéticos y aberturas a lo desconocido, un constante proceso hermenéutico –se podría afirmar –, en un aforismo por encontrar una verdad o un horizonte, que pareciera que ya no esta hacia adelante. Rimbaud dice: “La palabra poética ira delante” (Rimbaud, 1873)<ref>Ibid.</ref>, y se repite constantemente en la Escuela de Valparaíso, y si, lo va; pero en un proceso continuo y casi perpetuo de traerla hacia delante. Siempre el mismo desconocido, aun desconocido, pero a causa de un horizonte que pareciera alargarse mas y mas por medio de la palabra.
 
Ahora cobran sentido la frase de Godo: “siempre lo mismo, pero nunca igual” (Iommi, 2000)<ref>Iommi, Godofredo. (2000). Podrase?. Fondo Iommi-Amunátegui: Viña del Mar, Chile. Disponible en Archivo Histórico José Vial Armstrong</ref>. Y así, con esto lo que dice Alberto sobre  la condición humana, que es la “imposibilidad de repetir”(Cruz, s.f.). Se construye con esto, un ciclo perpetuo de hermenéutica hermética, que se repite a voz de ecos las mismas palabras poéticas una y otra vez; sin nuevos horizontes: el mismo horizonte, aunque nunca igual. ¿No existe acaso otro horizonte?
 
O bien, quizás a eso se refería precisamente Rimbaud: Je est un autre (Rimbaud, 1871/1995)<ref>Ibid.</ref>. Yo es otro; Rimbaud es otro. Quizás, no se refería a el mismo como Rimbaud-el-poeta –o incluso como persona –. ¿Sera que a esto apunta ese aforismo de Godo por Rimbaud? ¿Se trata de Rimbaud como esencia de Ser-palabra poética?


Murray recoge de un modo similar esta definición de hermenéutica, donde menciona que lo hermeneutas colocan a la incompresibilidad como una profecía autocumplida (Rothbard, 1989)<ref> N. Rothbard, Murray (1989). Review of Austrian Economics 3. Mises Institute: Alabama, Estados Unidos. Articulo disponible en https://mises.org/es/library/la-invasi%C3%B3n-hermen%C3%A9utica</ref>; similitud clara con lo que menciona Godo al momento de referirse al por qué de Rimbaud, como una proposición y una profecía –casi un acto dogmático de fe –, en la circunstancia azarosa de haberse encontrado (Iommi, 1982)<ref>Ibid.</ref>. 


=Referencias=
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Revisión del 23:30 17 nov 2020



TítuloDiego Chocano EAD 4210-01. Tarea 1
AsignaturaSeminario de América
Del CursoSeminario de América 2020 2S
CarrerasMagíster
1
Alumno(s)Diego Chocano

La Hermenéutica: la palabra poética y el horizonte perpetuo, el “cada vez”, una y otra vez.

Para la lectura y entendimiento de esto que se podría llamar una discusión, antes es pertinente presentar su origen. Godofredo Iommi fue un poeta y profesor de la Escuela de Valparaíso, actual Escuela Arquitectura y Diseño. Una de sus clases, quizás la mas conocida y mas comentada, se titula “Hay que ser absolutamente moderno” (Iommi, 1979)[1], siendo esta la que origina el presente escrito; la cual se encuentra disponible para revisión en el Archivo Histórico José Vial Armstrong. Esta clase realizada en 1979 para el Taller de América, uno de los cursos impartidos en la Escuela de Valparaíso, forma parte de un cuadro de clases magistrales realizadas en continuo por diferentes profesores. Alberto Cruz, arquitecto y profesor de esta misma escuela, es otro de los expositores de este ciclo, y quien realizo la clase anterior a la de Godo, en un tono mas próximo al oficio de la arquitectura, que al de la poesía (Cruz, 1979)[2].

En ambas clases se toman partidas del poema de Rimbaud: Una Temporada en el Infierno; específicamente de la frase “Hay que ser absolutamente moderno” (Rimbaud, 1873)[3]; y la última clase ya mencionada de Alberto, toca además una frase de la Carta del Vidente, también de Rimbaud: “Yo es otro” (Je est un autre originalmente en francés) (Rimbaud, 1871/1995)[4], la cual trae a presencia dentro de su discurso. Estas clases exponen una nueva visión desde los oficios, hacia sí mismos, tomando partidas de las frases de Rimbaud, y prefigurando una suerte de manifiesto o principios para la actual Escuela de Arquitectura y Diseño, que se escuchan en el eco hasta la actualidad.

Si bien, el origen de estas exposiciones esta acentuado en la frase de Rimbaud y lo que se percibía del futuro próximo de aquel entonces –al presente de 1979 –, es posible distinguir la postura y los planteamientos de cada uno frente a esto. Los expositores, dentro de lo que les concierne en sus oficios, sostienen su discurso propio, con sus propios matices; y desde aquí, es que se abre el planteamiento central de la discusión. Entonces, luego de escuchar las exposiciones, es que se desprende para este escrito una idea, una visión que quizás sea la mas importante detrás de los discursos: la heredad de la palabra poética.

[1] La palabra poética

Primero, la palabra poética. Definir o hacer alusión a lo que se entiende como palabra por si sola, quizás sea un excurso de esta discusión, por lo que no tiene sentido –al menos por ahora –, entrar en ello. Eso si, pareciera ser acertado traer lo que dice Godo sobre la palabra citando a Dante Alighieri:

“La esencia de la palabra no es decir lo que ya se sabe, la palabra dice lo que no se sabe. Y solo cuando la palabra dice lo que no se sabe, es esencialmente palabra. Cuando dice lo que se sabe, es conversación” (Iommi, 1979)[5].

Aquí, Godo se toma la libertad de no citar a Dante con toda precisión, sino que mas bien es una interpretación que al parecer infiere del análisis del texto original completo del poeta florentino (Alighieri, 1307/1919)[6]. Pues Dante, dice textualmente: “Porque las palabras están hechas para mostrar lo que no se sabe” (Alighieri, 1307/1919)[7]. Y nada mas, sin hacer referencia al resto de lo que menciona Godo. Con esto, se puede decir que “esencia” y “conversación” son conceptos que introduce Godo a la discusión.

Lo hacia con toda autoridad. Incluso validándose a si mismo, en este mismo hecho, indirectamente. ¿Y cómo? Cuando Godo hace alusión a la exploración de la palabra por parte de la poesía de occidente, lo hace refiriéndose desde el origen griego de la palabra: “es un mito” (Iommi, 1979)[8]. Aquí, mito, de la palabra mythos, y esta del verbo meiein. Definiendo esta ultima como al contemplación –dicho de un modo reduccionista y brutal[9]–. Entonces, precisamente esa contemplación es la que, en palabras del mismo Godo, se a atendido la poseía –y el mismo –, por medio de la interpretación y el enriquecimiento, y que son cada vez aun mas exploradas.

De esto último es lo que trata esta discusión. De la constante exploración, la interpretación y la reinterpretación de la palabra poética. De un modo tal, que pareciera que existe una constante conversación entre las partes, y que cada vez que se da –casi como un ciclo perpetuo –, aparece algo nuevo, o se le agrega algo, o se interpreta de un modo diferente; o se enriquece. Aquí, Godo podría decir que entonces no es una conversación, sino que es siempre palabra, según su interpretación de lo que dice Dante (Alighieri, 1307/1919)[10]–. Y con toda autoría, si la comprendemos como un dialogo de algo de lo que aun no sabemos que fue lo que precisamente se dijo, como palabra –poética –.

Ahora, ¿Por que la palabra poética? Godo es muy explicito al respecto en el discurso que da en 1982 en la Sala de Música en Ciudad Abierta (Iommi, 1982)[11]. Comienza, primeramente desde algo que le dice Alberto: “la condición humana es la de la imposibilidad de repetir el nido” (Cruz, s.f.)[12]; para luego traer a presencia lo que denomina –ahora Godo –el “cada vez” (Iommi, 1982)[13]. El cada vez, en Godo, aparece como reinterpretación o re-contextualización de la frase de Alberto –de la imposibilidad de repetir, al cada vez como algo nuevo –, y además, solo surgente de la palabra poética; no de la palabra filosófica o la religiosa, porque estas son incomunicables como él define. Aquí, la palabra poética aparece como abertura –quizás temporal –como un nuevo “cada vez”; donde Godo se refiere a la condición humana, casi como un inseparable a la palabra poética. Pareciera con esto que, si la condición humana es la imposibilidad de repetir, y esta imposibilidad es solo por medio de la palabra poética, es que, entonces, poética es la condición humana.

[2] La condición poética

Que la condición humana aparezca como poética –si se le entiende del modo que se plantea anteriormente –, es que aparece cierta proximidad a las palabras de Hölderlin: “Colmado de méritos, pero poéticamente, reside el hombre sobre esta tierra” (Holderlin, s.f./2007) [14]. Si bien, existe la relación poética, habría que hacer un reparo en que si residir y condición con respecto al ser humano poseen algún vínculo.

La frase original del poema de Holderlin dice “Voll Verdienst, doch dichterisch, wohnte der Mensch auf dieser Erde” (Hölderlin, s.f./2004)[15]. En la traducción anterior (Holderlin, s.f./2007)[16], se traduce wohnte como conjugación del verbo residir; pero existen otras traducciones de esta frase donde en lugar del verbo residir, se utiliza el de habitar. Esto se puede encontrar en libro de Heidegger, por ejemplo: “Pleno de méritos, pero es poéticamente como el hombre habita esta tierra” (Heidegger, 1992)[17]. Esta traducción puede estar vinculada al contexto en el que aparece. Se trata de una cita realizada por Heidegger, mismo autor de ‘’Construir, Habitar, Pensar’’ –traducido del original en alemán Bauen, Wohnen, Danken –(Heidegger, 2015)[18], donde el mismo verbo wohnte –o wohnen sin conjugar –se traduce también como habitar. Esto permite entender que, para Heidegger y su traductores, el concepto esta mucho mas próximo a habitar, que a residir (u otro verbo).

Precisamente esta traducción del poema de Hölderlin –la de Heidegger –es la que se hace presente en los discursos del Taller de América[19]: “[…] es poéticamente como el hombre habita esta tierra”(Heidegger, 1992)[20]. Como menciona Jaime Reyes, uno de los profesores actuales del Taller de Amereida –nombre actual del taller de América –, estos versos son parte de la “voz inaugural” de lo que es Ciudad Abierta (Reyes, 2015)[21], lo que dice de una construcción propia por parte del Taller y de Ciudad Abierta, de los versos de Hölderlin por medio de la interpretación de Heidegger –ya traducida –. Esto ultimo, expone consigo lo que se podría llamar, una heredad de la palabra, la que aparece en el enriquecimiento de la frase original por parte de distintos autores, y con ello, de sus puntos propios de vista.

[3] La Heredad poética

Entendiendo lo anterior, pareciera fecundo y pertinente hacer la separación entre la frase original y sus versiones posteriores. Incluso, se podría separar al propio Rimbaud de su propia frase en el poema. Con esto, se puede traer a presencia lo que Santiago menciona en su estudio de Heidegger y Marion (Duque, 2015)[22]:

"De ahí la necesidad del pensamiento y del poetizar como búsqueda de un decir que no entifique al Ser, que lo deje aparecer en su extrañeza y diferencia respecto del ente, situando a este ente en lo que le es más propio" (p. 294)[23].


Para Heidegger –según Santiago (Duque, 2015)[24] –el poetizar dice con total impropiedad lo que se dice, es decir, la palabra poética va delante, incluso del poeta. Esta distancia, es la que pareciera permitir oír la palabra en su estadio previo a la interpretación: en su extrañeza. Por esto, es que para Heidegger pareciera que el poeta Rimbaud y su poetica, deben ser entendidos por separado: separando al Ser de la palabra poética de todo ente –o entes –.

Pero cuando Alberto se encuentra –junto a Godo –con las palabras de Rimbaud: “Hay que ser absolutamente moderno” (Rimbaud, 1873)[25]; lo que hace es encontrarse no solo con el Ser, sino que con el Ser Absolutamente. Esto, Alberto lo interpreta como un Ser “con destinación” (Cruz, 1979)[26], donde define aquella destinación –oral –como la Heredad.

Pareciera que la heredad, esta destinación de la que habla Alberto, es precisamente la que solo aparece de la palabra poética que se definía en Godo anteriormente (Iommi, 1979)[27]. Pero, ¿de donde sale esto? Si se retira a la frase “Hay que ser…” de todo autor, es posible encontrarse con dos –evidentemente mas pero para este ejemplo solo se referenciaran dos –definiciones, incluso mas que definiciones, significaciones. Por un lado, en Heidegger en su libro Ser y Tiempo (Heidegger, 1927/2002)[28], define el tener-que-ser como la “esencia” del Dasein, es decir, del ser-ahí, aquel ente que es cada uno de los seres humanos. Y es este, el modo en que Heidegger lo define, lo que puede venir después, son interpretaciones. Por otro lado, Alberto recoge la frase “Hay que ser…” del poeta Rimbaud (Rimbaud, 1873)[29], donde Alberto, define el “Hay Que” como una contradicción, ya que supone la frase en si misma, el hecho de que se puede hacer una acción que se domina, pero al mismo tiempo, sin conquistar su propio dominio (Cruz, 1979)[30]. Esto lleva a Alberto a definir aquí, al “Ser” como una disputa, un Ser que no esta cerrado y que genera una distancia entre la palabra poética y la generación –entendiendo generación como modo de acción –. ¿Y que diferencia a Alberto de Heidegger?

Alberto toma la frase de Rimbaud, siendo palabra poética y ésta, en su condición poética, abierta; y apareciendo en su extrañeza que le es propia. El camino que toma Rimbaud desde la poesía en su decir, pareciera hacer que aquello que dice sea heredable, precisamente por aquella abertura que permite el enriquecimiento y la interpretación por otros. Heidegger en su conferencia Hölderlin y la esencia de la poesía (Heidegger, 1992)[31], dice certeramente: “el exceso de claridad arrojo al poeta a las tinieblas” (Heidegger, 1992)[32] –refiriéndose a Hölderlin –; dejando en evidencia que la claridad no es la que sostiene a la poesía, al poeta o a la palabra poética, sino que es, como menciona anteriormente, la extrañeza.

Esto es, precisamente, lo que permite a la palabra poética seguir siendo escuchada hoy, como un eco del pasado, abierta a interpretación, una y otra vez. Esa abertura, quizás sea la que la mantiene como un infinito desconocido entre generaciones, pensamientos y lenguas; y se debate aún en lugares como la Escuela de Arquitectura y Diseño. Aquí, nos encontramos con una heredad que nació en el Taller de América, con clases como la de Godo (Iommi, 1979)[33] o la de Alberto (Cruz, 1979)[34] -se podría decir heredad sin contradicción, puesto que nunca se contradicen entre ellos –, y se sigue perpetuando en este ciclo continuo de exposiciones –hoy vigentes en el Taller de Amereida –, como lo es en Reyes (Reyes, 2015)[35]; donde se sigue oyendo el eco de poetas como Rimbaud o Hölderlin; y con ellos, a otros como Heidegger y a los surrealistas.

Este eco continuo, de repetir, interpretar y re-interpretar –explicación y traducción también –la palabra poética, aquella que dice de algo de lo que no se sabe, se podría denominar como hermenéutica.

“Bueno, ahora vamos a no entender nada” (Iommi, 1979)[36]

[4] La Hermenéutica de la poesía

Godo es fecundo al mencionar –re-interpretando –las palabras de Dante, que la palabra y su esencia de Ser es en lo que no se sabe; incluso, comenzando su exposición, abre la palabra a la posibilidad de no ser entendida por la audiencia (Iommi, 1979)[37]. Él mismo, siendo poeta, deja abierto aquel camino de heredad, que permite incluso, re-interpretar aquellas palabras –y lo que él mismo haya querido decir –ahora en este escrito. Y ¿Por qué aquello que no se sabe es la esencia de la palabra poética?

En el discurso de Godo Por qué Rimbaud abre una respuesta; aquí dice, sujeto de las palabras de Rimbaud, que a cada tiempo se le extraerá lo desconocido; porque ese horizonte desconocido es del que no se sabe, fundado en lo enigmático, como aquello a lo que no se tiene respuesta (Iommi, 1982)[38]. Esto dentro del contexto del discurso, donde Godo se pregunta constantemente en el discurso sobre ¿Por qué a Rimbaud?

Pareciera ser, que aquí nos encontramos con un proceso continuo y quizá de generación a generación –a saltos evidentemente- de constante reinterpretación de lo que dijo otro. Rimbaud es tomado por los surrealistas, los surrealistas por los constructivistas, los constructivistas por los puristas, los puristas por los modernos, y los modernos por Godo y Alberto. Del mismo modo que Heidegger trae, presenta y re-presenta a Hölderlin como el nuevo poeta alemán, y luego este es tomado por la Escuela de Valparaíso. Es un proceso continuo –y quizás perpetuo –de un modo de aparecer la heredad de la palabra, en aquello enigmático, donde no se saben respuestas; aquí, solo aparecen preguntas y se enriquecen con el tiempo y se disputan en cómo entender a otros, e incluso a si mismos en lo abiertamente dicho.

Todo esto, para este escrito, es entendido como un ciclo perpetuo de la hermenéutica en la palabra poética. Friedrich Schleiermacher, filosofo y filólogo, ha teorizado el concepto de hermenéutica de un modo similar. En Schleiermacher (Schleiermacher, 1809)[39], la hermenéutica moderna se disputa en comprender a los autores mejor de lo que ellos mismos lo habían hecho; un modo de dar a entender que lo que dicen se separa en cierto modo de ellos mismos –se podría decir incluso que va delante –. Esto, porque el interpretador al momento de contextualizar lo que se dice, en el proceso de reproducción del estudio original, desde una mirada de la investigación, es posible que se encuentre con aspectos que quizás el propio autor paso por alto. Aquí, aparece lo que precisamente no se sabe: ¿Qué es lo que sabia o lo que no sabia el autor? Eso es imposible de reproducir, por lo que las palabras, en cierto modos quedan arrojadas en su ahí, quizás de un modo similar al dasein (ser-ahí) que define Heidegger:

"Este carácter del Dasein, oculto en su de-dónde y adónde, pero claramente abierto en sí mismo, es decir, en el que es, es lo que llamamos la condición de arrojado de este ente en su Ahí" (Heidegger, 2002)[40].

Si bien, lo que dice Heidegger es sobre el dasein –el ser-ahí propio del humano –se podría entender la palabra en su modo de Ser-palabra, con su de-donde originado en el ente-quien las dice y su a-donde en los interpretes póstumos. Aquí, es donde aparece su condición de ser arrojadas en su ahí, en su extrañeza y si incompresibilidad, siendo independientes de todo autor. Este es modo de entender, que pareciera ser sostenido en la hermenéutica de las palabras que dijo Rimbaud, luego Alberto y Godo, y aun la Escuela de Arquitectura y Diseño de Valparaíso.

Entonces, llevamos años mirando hacia atrás –hacia el pasado de lo ya dicho –en una búsqueda constante de remanentes poéticos y aberturas a lo desconocido, un constante proceso hermenéutico –se podría afirmar –, en un aforismo por encontrar una verdad o un horizonte, que pareciera que ya no esta hacia adelante. Rimbaud dice: “La palabra poética ira delante” (Rimbaud, 1873)[41], y se repite constantemente en la Escuela de Valparaíso, y si, lo va; pero en un proceso continuo y casi perpetuo de traerla hacia delante. Siempre el mismo desconocido, aun desconocido, pero a causa de un horizonte que pareciera alargarse mas y mas por medio de la palabra.

Ahora cobran sentido la frase de Godo: “siempre lo mismo, pero nunca igual” (Iommi, 2000)[42]. Y así, con esto lo que dice Alberto sobre la condición humana, que es la “imposibilidad de repetir”(Cruz, s.f.). Se construye con esto, un ciclo perpetuo de hermenéutica hermética, que se repite a voz de ecos las mismas palabras poéticas una y otra vez; sin nuevos horizontes: el mismo horizonte, aunque nunca igual. ¿No existe acaso otro horizonte?

O bien, quizás a eso se refería precisamente Rimbaud: Je est un autre (Rimbaud, 1871/1995)[43]. Yo es otro; Rimbaud es otro. Quizás, no se refería a el mismo como Rimbaud-el-poeta –o incluso como persona –. ¿Sera que a esto apunta ese aforismo de Godo por Rimbaud? ¿Se trata de Rimbaud como esencia de Ser-palabra poética?


Referencias

  1. Iommi, Godofredo (Profesor). (1979). Hay que ser absolutamente moderno [grabación de audio]. Recuperado desde https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/sets/hay-que-ser-absolutamente.
  2. Cruz, Alberto (Profesor). (1979). Clase inicial [grabación de audio]. Recuperado desde https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/sets/1979-clases-iniciales-clases-y.
  3. Rimbaud, Arthur. (1873). Une saison en enfe’. Alliance typographique, Francia.
  4. Conjunto de dos cartas escritas por A. Rimbaud, en 1871, a Georges Izambard y Paul Demeny respectivamente, bajo el nombre en francés: Lettres du voyant (cartas del vidente). Disponibles en distintas colecciones poéticas del autor. Esta vez, en: Rimbaud, A. (1995). Iluminaciones (Trad. Juan Abeleira A.). Ediciones Hiperión. Madrid, España. (Trabajo original realizado en 1871).
  5. Ibid.
  6. Alighieri, Dante. (1919). ‘’El Convivio’’ (Trad. C. Rivas Cherif). Tipografía Renovación: Madrid, España. (Trabajo original publicado en 1307). Disponible versión digital en http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-convivio--0/
  7. Ibid.
  8. Ibid.
  9. Aquí, Godo define el verbo meiein como el hecho de abrir y cerrar los ojos, al momento de mirar una fuente de luz; da a entender la relación del ojo que obliga a ver y la fuente luz potente que obliga a cerrar, como una “miranda parpadeante”. Y eso, para Godo, es la contemplación (Iommi, 1979).
  10. Ibid.
  11. El discurso es dado en una reunión en la Sala de Música de Ciudad Abierta, en Ritoque, (1982). Aquí Godo responde a varios expositores respecto al Foro Abierto de Arquitectura realizado el mismo año en el Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago, a propósito de la Exposición de los 30 años realizada por la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV. Se encuentra disponible bajo el titulo de ‘’Por qué Rimbaud’’ en https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/sets/1982-ciudad-abierta-actos
  12. No hay exactitud, ni al parecer registro de ello, pero Godo hace alusión a esto en la reunión en Ciudad Abierta, con Alberto presente. Probablemente haya sido de un discurso de Alberto, bajo el mismo contexto de la Exposición de los 30 años en el Museo nacional de Bellas Artes de Santiago.
  13. Ibid.
  14. Se trata de un texto inédito que en realidad no fue publicado por Hölderlin, y tampoco de la versión original, sino que fue una reproducción que hace su Wilhelm Waiblinger de estos textos, quien también escribe la primera biografía del poeta. Este fragmento corresponde a uno de sus poemas, titulado ‘’En el Amable Azul’’. Esta traducción en español se encontró en: Recillas, J. (21 de enero de 2007). Tres poemas inéditos de Hölderlin. ‘’La Jornada’’ [Periódico]. Recuperado desde https://www.jornada.com.mx/2007/01/21/sem-poemas.html
  15. Holerlin, F. (2004). ‘’1806-1843 Homberg, Tübingen; In lieblicher Bläue, Hyperion III, Turmgedichte’’. Luchterhand: Munich, Alemania (Trabajo original sin fecha de publicación).
  16. Ibid.
  17. Heidegger, M. (1992). Arte y Poesía (Trad. Samuel Ramos). Fondo de la Cultura Económica: México
  18. Heidegger, M. (2015). Construir, Habitar, Pensar: Bauen, Wohnen, Danken (Ed. bilingüe de Arturo Leyte & Jesús Adrián), La oficina ediciones: Madrid, España.
  19. Taller en que participaban Godofredo Iommi y Alberto Cruz, en la Escuela de Valparaiso
  20. Ibid.
  21. Segunda clase del ciclo del primer trimestre del año 2015, realizada en Ciudad Abierta. Reyes, J., Covarrubias, C., Sanfuentes, M. (Profesores). (2015). ‘’Taller de Amereida 2015, Trimestre 1 Clase 2’’ [grabación de audio]. Recuperada desde https://soundcloud.com/archivo-jose-vial-a/cl-ame-15-t1-clase-2-acto-c-covarrubias-j-reyes-m-sanfuentes?in=archivo-jose-vial-a/sets/taller-de-amereida-2015-1
  22. Duque, Santiago Andrés (2015). El silencio del ser y la interpelación del agápe: Martin Heidegger y Jean-Luc Marion. Teología y Vida. Vol. 56. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. Disponible en https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492015000300005
  23. ibid.
  24. Ibid.
  25. Ibid.
  26. Ibid.
  27. Ibid.
  28. Heidegger, M. (2002). ‘’Ser y Tiempo’’ (Trad. Jorge Eduardo Rivera). Editorial Universitaria: Santiago, Chile. (Trabajo original realizado en 1927)
  29. Ibid.
  30. Ibid.
  31. Disponible en: Varios Autores. (2009). Martín Heidegger: Caminos. Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad de México, México.
  32. Ibid.
  33. Ibid.
  34. Ibid.
  35. Ibid.
  36. Ibid.
  37. Ibid.
  38. Ibid.
  39. Virmond, W. (Ed.). (1809). Hermenéutica general. De Dr. Fr. Schleiermacher. Internationaler Schleiermacher Kongreß. Berlín, Alemania.
  40. Ibid.
  41. Ibid.
  42. Iommi, Godofredo. (2000). Podrase?. Fondo Iommi-Amunátegui: Viña del Mar, Chile. Disponible en Archivo Histórico José Vial Armstrong
  43. Ibid.