Diego Chocano. EAD 4610. Tarea 1

De Casiopea



TítuloDiego Chocano. EAD 4610. Tarea 1
AsignaturaIntroducción a la Investigación Proyectual
Del CursoIntroducción a la Investigación Proyectual 2020 2S
CarrerasMagíster
1
Alumno(s)Diego Chocano

El fenómeno de la frontera: Un lugar antropológico con identidad dentro del territorio nacional

[1] Problemática de la investigación

A lo largo del territorio nacional –incluso internacional –, existen una gran cantidad de asentamientos humanos en las zonas fronterizas, especialmente la que comprende toda la región dentro de la Cordillera de Los Andes; donde estos asentamientos poseen sus propias características y particularidades en relación al resto del territorio nacional. Éstas, van desde lo evidente, como su geografía o el clima, hasta patrimonios inmateriales e intangibles, como los menciona P. Cunill, como lo son sus antiguas practicas o costumbres (Cunill, 1978)[1]. Son éstas, las que permitirán dar cuenta de una identificación particular, no precisamente relacionada al trazado de fronteras políticas conocidas por la naciones, sino que mas más bien, una que trasciende estos límites. Esto, es lo que permite hablar no de una línea fronteriza, sino mas bien de una zona fronteriza –o de frontera –, como define María X. Urbina: “donde el límite no es una línea sino un espacio, siendo este habitado o vacío” (Urbina, 2009)[2].

Históricamente, la Cordillera de Los Andes siempre se ha denominado como una frontera geográfica, y en muchos casos como frontera internacional, visión que menciona y define M. Martinic, de una frontera impasable y definidora de dominio, una que se viene arrastrando desde la época de la conquista (Martinic, 2009)[3]. Esto último, sobre el dominio, se podría relacionar con la definición dada por Vilar, sobre lo que es una frontera, definiéndola como una “línea ideal”, que separaría dos estados, y con ello la validez de ciertas legalidades (Vilar, 1999)[4]; cuando en la realidad contextual de la zona, esta comprende un ancho considerable, e incluso, habitable; donde asentamientos humanos dan testimonio de esto a lo largo de todo el territorio. Mas aún, en el extremo mas austral donde el cuerpo montañoso adquiere menor altura, fue la “ignorancia colectiva” la que perpetuo esta imagen de barrera sobre el territorio, como menciona Martinic (Martinic, 2004)[5].

Por otro lado, pasando de Los Andes a la región insular del territorio nacional, comienzan a aparecer los mismos distingos sobre el fenómeno fronterizo. En el caso del territorio austral, el fenómeno de la frontera no solo se hace presente en la Cordillera de Los Andes. En Martinic (Martinic, 2004)[6], se nombra directamente a toda la región que corresponde a los archipiélagos patagónicos como la “Ultima Frontera”. Aquí, Martinic lo compara con la realidad de Centroamérica: un cuerpo de archipiélagos al oriente y el continente al occidente, realidad similar –pero en la otra orientación –que hay en el sector austral; que como menciona Martinic, “[…] permitió el surgimiento de ambientes naturales distintos, con consecuencias igualmente diferenciadoras para la vida”, lo que llevó al autor a nombrar este fenómeno como frontera, ya que presentaba gran similitud a la realidad de la Cordillera; incluso aquí, con utilizando el concepto de una “frontera interior” (Martinic, 2004)[7].

Bajo este punto de vista, mencionando que el fenómeno fronterizo no aparece únicamente en los limites nacionales sino que también aparece de modo interno, es que permitiría pensar en distingos identitarios a razón de este fenómeno, dentro del propio territorio nacional. De esto, aparece lo que menciona Martinic sobre aquellos archipiélagos en condición de frontera en la zona austral de Chile: “marginados geográficamente y aun socialmente como estaban, tal circunstancia había comenzado a darles una cierta identidad cultural” (Martinic, 2004)[8]. Con esto, la frontera interna cumple los mismos roles a los de las fronteras geográficas nacionales –en referencia a Los Andes –. Aquí, la frontera interna toma una definición mas bien cercana a la que realiza Urbina, definiéndola como un sector de transición (Urbina, 2009)[9]; y esto, ya sea en la transición de Chile a Argentina por medio de Los Andes; o bien, del territorio continental centralizado al austral, por medio del Pacifico y los archipiélagos patagónicos aquí presentes.

Aquí, al hablar de un sector de transición, es que aparecen estos espacios fronterizos como no-lugares. Para Augé, los no lugares son: “un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico” (Augé, 2000)[10]; es decir, espacios sin un peso identitario, y como bien describe el autor, los son las autopistas, los aeropuertos, los espacios aéreos y espacios relacionados a la condición efímera (Augé, 2000)[11]. Con ello, se entiende por lugar, lo contrario, es decir, un lugar que si posee aquellos elementos históricos, culturales y sociales que le permiten configurar un peso identitario. Esta definición, abre en cierto modo a otra que da el mismo autor, del concepto de “lugar antropológico”. En Augé, éste aparece como la construcción mas compleja del individuo y del espacio, que –de un modo reduccionista de decir –da cuenta por medio de esa relación, de una identidad (Augé, 2000)[12].

Desde aquí se abre un campo incierto. Las zonas de frontera, siendo espacios de transición para los individuos –tanto internacional como dentro del territorio nacional –, parecieran ser percibidas como no lugares; cuando en su realidad geográfica, social y cultural, poseen un peso identitario. Ahora, ¿Que tan valido es hablar de un valor identitario de estos espacios?

En Martinic, el contexto social que ha sido constitutivo de la identidad de comunidades australes aisladas, como lo es por ejemplo Puerto Edén, ha sido un contexto de marginalidad y precariedad (Martinic, 2004)[13]; siendo por supuesto, no el único, y existiendo también, factores que apuntan a realidades mas positivas, como lo son los contextos productivos y geográficos. Entonces, apareciendo un factor fundador de identidad que alude a carencias y/o falencias, ¿Se podría hablar de una riqueza cultural e identitaria? O ¿Se podría hablar de identidad, o mas bien de una consecuencia del fenómeno de la frontera?

Lograr definir esta pregunta –entre otras sub preguntas –permiten aproximarse a una valorización de estas regiones de frontera, no solo como zona de paso –o un no lugar –sino que como un lugar antropológico de por sí, y por ende, un objeto de estudio.

[2] Pregunta de Investigación

A partir de la definición de la problemática, específicamente de los últimos puntos, surge el cuestionamiento sobre el valor que pueden tener todos los parámetros que conforman la identidad de un asentamiento en una zona de frontera. Se entiende por ello, su ubicación geográfica, clima, conexión y accesibilidad a servicios, economía, etc., incluso sus tradiciones humanas, costumbres y modos de habitar el territorio. Para ello, se plantea la siguiente pregunta:

¿Hay un valor cultural real en el modo de habitar y una identidad particular que identifica a los asentamientos humanos en las zonas de frontera con respecto a los otros del territorio?

Esta pregunta se puede desagregar en otras distintas, que permiten ir comprendiendo y construyendo una respuesta en la medida que se avanza en el desarrollo de ésta.

¿Los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitan hablar de una identidad particular fronteriza? Si es así, ¿En que se funda esta identidad o desde que aspectos se origina? ¿Poseen realmente un valor cultural? ¿O es mas bien una condición que no valoriza realmente la condición humana?

[3] Hipótesis

“Los asentamientos humanos en las zonas de frontera poseen una identidad particular con un modo de habitar que les es propio, fundado en sus costumbres y tradiciones que le otorgan un valor cultural respecto del territorio nacional centralizado”.

[4] Objetivos

Para la investigación se plantea el siguiente objetivo general:

  • Valorizar las variables contextuales que componen la identidad y el modo de habitar de los asentamientos humanos en las zonas de frontera de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.

Y de ésta, se proponen los siguientes objetivos específicos:

  1. Definir cuales son y donde se ubican las zonas de frontera en el territorio nacional austral, específicamente en Los Andes y el Pacífico.
  2. Identificar los asentamientos humanos que se emplacen en zonas de frontera en el territorio de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.
  3. Determinar las variables del contexto que conforman la identidad de estos asentamientos humanos y reconocer en su conjunto su modo de habitar.
  4. Evaluar y graduar el valor de cada variable identitaria como positiva y negativa para el asentamiento y la condición humana; y contrastar con los resultados de otros asentamientos.
  5. Recomponer y construir a partir de los resultados evaluados una primera aproximación a la definición de la identidad de los asentamientos en zonas de frontera en el territorio de estudio que de cuenta de sus valores identitarios y carencias contextuales.

[5] Marco Teórico

[6] Mapa Conceptual de la investigación

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Referencias

  1. Cunill, Pedro. (1978). La América Andina. Editorial Ariel: España.
  2. Urbina Carrasco, X., (2009). La frontera de arriba en Chile colonial. Valparaíso, Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  3. Martinic, M., (2009). Presentación. En M. Ximena Urbina Carrasco. La frontera de arriba en Chile colonial (pp. 17-20). Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  4. Vilar, P., (1999). Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, España: Editorial Critica.
  5. Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Vargas, C., Matus, M. (2002). Villa Puerto Edén: Diagnostico Global, Análisis y comentario sobre la Información Documental y Trabajo de terreno. (inédito). Recopilado por Mateo Martinic, en Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.
  9. Ibíd.
  10. Augé, Marc. (2000). Los no lugares: Espacios del anonimato. Editorial Gedisa: Barcelona, España.
  11. Ibíd.
  12. Ibíd.
  13. Ibíd.