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Bajo este punto de vista, mencionando que el fenómeno fronterizo no aparece únicamente en los limites nacionales sino que también aparece de modo interno, es que permitiría pensar en distingos identitarios a razón de este fenómeno, dentro del propio territorio nacional. De esto, aparece lo que menciona Martinic sobre aquellos archipiélagos en condición de frontera en la zona austral de Chile: “marginados geográficamente y aun socialmente como estaban, tal circunstancia había comenzado a darles una cierta identidad cultural” (Martinic, 2004)<ref>Vargas, C., Matus, M. (2002). Villa Puerto Edén: Diagnostico Global, Análisis y comentario sobre la Información Documental y Trabajo de terreno. (inédito). Recopilado por Mateo Martinic, en Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.</ref>. Con esto, la frontera interna cumple los mismos roles a los de las fronteras geográficas nacionales –en referencia a Los Andes –. Aquí, la frontera interna toma una definición mas bien cercana a la que realiza Urbina, definiéndola como un sector de transición (Urbina, 2009)<ref>Ibíd.</ref>; y esto, ya sea en la transición de Chile a Argentina por medio de Los Andes; o bien, del territorio continental centralizado al austral, por medio del Pacifico y los archipiélagos patagónicos aquí presentes.   
Bajo este punto de vista, mencionando que el fenómeno fronterizo no aparece únicamente en los limites nacionales sino que también aparece de modo interno, es que permitiría pensar en distingos identitarios a razón de este fenómeno, dentro del propio territorio nacional. De esto, aparece lo que menciona Martinic sobre aquellos archipiélagos en condición de frontera en la zona austral de Chile: “marginados geográficamente y aun socialmente como estaban, tal circunstancia había comenzado a darles una cierta identidad cultural” (Martinic, 2004)<ref>Vargas, C., Matus, M. (2002). Villa Puerto Edén: Diagnostico Global, Análisis y comentario sobre la Información Documental y Trabajo de terreno. (inédito). Recopilado por Mateo Martinic, en Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.</ref>. Con esto, la frontera interna cumple los mismos roles a los de las fronteras geográficas nacionales –en referencia a Los Andes –. Aquí, la frontera interna toma una definición mas bien cercana a la que realiza Urbina, definiéndola como un sector de transición (Urbina, 2009)<ref>Ibíd.</ref>; y esto, ya sea en la transición de Chile a Argentina por medio de Los Andes; o bien, del territorio continental centralizado al austral, por medio del Pacifico y los archipiélagos patagónicos aquí presentes.   


Aquí, al hablar de un sector de transición, es que aparecen estos espacios fronterizos como no-lugares. Para Augé, los no lugares son: “un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico” (Augé, 2000)<ref>Augé, Marc. (2000). Los no lugares: Espacios del anonimato. Editorial Gedisa: Barcelona, España.</ref>; es decir, espacios sin un peso identitario, y como bien describe el autor, los son las autopistas, los aeropuertos, los espacios aéreos y espacios relacionados a la condición efímera (Augé, 2000)<ref>Ibíd.</ref>. Con ello, se entiende por lugar, lo contrario, es decir, un lugar que si posee aquellos elementos históricos, culturales y sociales que le permiten configurar un peso identitario. Esta definición, abre en cierto modo a otra que da el mismo autor, del concepto de “lugar antropológico”. En Augé, éste aparece como la construcción mas compleja del individuo y del espacio, que –de un modo reduccionista de decir –da cuenta por medio de esa relación, de una identidad (Augé, 2000)<ref>Ibíd.</ref>.  
Aquí, al hablar de un sector de transición, es que aparecen estos espacios fronterizos como no-lugares. Para Augé, los no lugares son: “un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico” (Augé, 2000)<ref>Augé, Marc. (2000). Los no lugares: Espacios del anonimato. Editorial Gedisa: Barcelona, España.</ref>. Con ello, se entiende por lugar, lo contrario, es decir, un lugar que si posee aquellos elementos históricos, culturales y sociales que le permiten configurar un peso identitario. Esta definición, abre en cierto modo a otra que da el mismo autor, del concepto de “lugar antropológico”. En Augé, éste aparece como la construcción mas compleja del individuo y del espacio, que –de un modo reduccionista de decir –da cuenta por medio de esa relación, de una identidad (Augé, 2000)<ref>Ibíd.</ref>.  


Desde aquí se abre un campo incierto. Las zonas de frontera, siendo espacios de transición para los individuos –tanto internacional como dentro del territorio nacional –, parecieran ser percibidas como no lugares; cuando en su realidad geográfica, social y cultural, poseen un peso identitario. Ahora, ¿Que tan valido es hablar de un valor identitario de estos espacios?  
Desde aquí se abre un campo incierto. Las zonas de frontera, siendo espacios de transición para los individuos –tanto internacional como dentro del territorio nacional –, parecieran ser percibidas como no lugares; cuando en su realidad geográfica, social y cultural, poseen un peso identitario. Ahora, ¿Que tan valido es hablar de un valor identitario de estos espacios?  
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¿Los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitan hablar de una identidad particular fronteriza? Si es así, ¿En que se funda esta identidad o desde que aspectos se origina? ¿Poseen realmente un valor cultural? ¿O es mas bien una condición que no valoriza realmente la condición humana?
¿Los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitan hablar de una identidad particular fronteriza? Si es así, ¿En que se funda esta identidad o desde que aspectos se origina? ¿Poseen realmente un valor cultural? ¿O es mas bien una condición que no valoriza realmente la condición humana?


==[3] Hipótesis==
===[3] Hipótesis===


“Los asentamientos humanos en las zonas de frontera poseen una identidad particular con un modo de habitar que les es propio, fundado en sus costumbres y tradiciones que le otorgan un valor cultural respecto del territorio nacional centralizado”.   
“Los asentamientos humanos en las zonas de frontera poseen una identidad particular con un modo de habitar que les es propio, fundado en sus costumbres y tradiciones que le otorgan un valor cultural respecto del territorio nacional centralizado”.   


==[4] Objetivos==
===[4] Objetivos===


Para la investigación se plantea el siguiente objetivo general:  
Para la investigación se plantea el siguiente objetivo general:  


* Valorizar las variables contextuales que componen la identidad y el modo de habitar de los asentamientos humanos en las zonas de frontera de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.
* Valorizar las variables contextuales que componen la identidad y el modo de habitar de los asentamientos humanos en las zonas de frontera de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.


Y de ésta, se proponen los siguientes objetivos específicos:  
Y de ésta, se proponen los siguientes objetivos específicos:  
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===[5] Marco Teórico===
===[5] Marco Teórico===
Teniendo en mente lo que menciona Lattes, es que se plantea el posicionamiento de este marco teórico:
<blockquote>
<small>“Estudiar los sistemas de asentamientos […], en cada país y en el espacio internacional, es hoy una tarea esencial y estratégica para la comprensión de las transformaciones que están ocurriendo en las distintas sociedades y, también, entre ellas” (Lattes, 2004)<ref>Lattes, Alfredo E. (2004). Urbanización y otros modos de asentamiento de la población. Población y Sociedad. Nº 10/11, pp. 71-108.</ref>.</small>
</blockquote>
El marco teórico conformado por definiciones de conceptos, desde los que ya han sido expuestos en la presentación de la problemática y se seguirán trabajando; hasta los que se desarrollaran posteriormente en la investigación. Estos conceptos han sido desarrollado principalmente por autores relacionados a las ciencias sociales, como lo son antropólogos, historiadores y sociólogos; siendo pertinente para tratar el concepto de identidad. Con ello, la investigación los toma y les da un giro desde un punto de vista urbano, de un modo coherente para ampliar dichas definiciones en la investigación a desarrollar.
Desde el concepto en si mismo de frontera, aparecen sus definiciones globales aceptadas por la Real Academia Española; de todas sus acepciones, hay cuatro que hacen referencia a una realidad espacial: “Puesto y colocado en frente; confín de un estado; limite; frontis o fachada” (RAE)<ref>Real Academia Española de la Lengua</ref>. Y de estas de desprenden relaciones que no solo hacen alusión a la línea misma de la frontera, sino que también a una contra parte. Por ejemplo, es el confín de un estado, donde después comienza otro; Posicionarse en frente, ya hace referencia a una ubicación referencial a otro; y de este mismo modo la fachada. Entonces, vale entender la frontera no solo como una línea, sino que mas bien como la posibilidad de un entre.
De algo similar, habla P. Vilar, cuando define en sus conceptos urbanos el de frontera. Comienza definiendo la percepción de la frontera como una “línea ideal”, que separa no solo los estados, sino que también lo que concierne a cada uno desde el punto de vista jurídico (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>.
Certeramente menciona Vilar, sobre los atributos identitarios –como lo son la lengua o el folklore – que puede tener un grupo de individuos, no se corresponden directamente con las nociones de esta “línea ideal”; es decir, donde los limites de lo que abarca una condición de la nacionalidad o una étnica, como lo es una lengua, no coincide con los limites jurídicos de una nación (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>.
Otro punto de vista, es el de M. Ximena Urbina, que nombre al espacio entre el Biobío y el Canal Chacao como una frontera interna durante el periodo colonial, que fue espacio de guerras y posteriormente como un espacio de intercambio y asentamiento para las comunidades criollas; y por medio de un proceso de vertebración nacional, se constituyó como una región posteriormente (Urbina, 2009)<ref>Ibíd.</ref>.
En Vilar, la ocupación libre y laxa de un territorio por parte de una comunidad, no define limites lineales, sino que mas bien se trata de zonas de ocupación mas bien vagas; y que además posee antecedentes históricos desde la ocupación feudal, que definía dominios amurallados y dejaba el resto del territorio como zonas de paso (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>.
Por otro lado, Urbina menciona el carácter permeable que poseen las fronteras –en este caso Los Andes –que han sido considerados desde la antigüedad como espacios de interacción e interdependencia desde la pre colonización, donde esta zona funcionaba para el intercambio de recursos económicos; y además, como espacio común sin dominio (Urbina, 2009)<ref>Ibíd.</ref>. Agrega también esta autora, que es una tradición que ocurre como fenómeno sociológico entre las comunidades aborígenes que aun perdure en el día de hoy.
Vilar define las fronteras geográficas, no directamente por sus cualidades geográficas, como alturas o climas, sino que mas bien por la ocupación que estas poseen, llamándolas entonces fronteras demográficas, según el nivel de poblamiento que pueda presentar una zona (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>.
Por otro lado, nos encontramos con fronteras geográficas y territoriales, que se manifiestan de distintos modos en los individuos de una población. Aquí Martinic, menciona dos aspectos socio-geográficos que configuran la idea de frontera. Primero, la actitud escéptica de una población frente a la abertura de construir lazos con organismos externos, producto de su estado de marginalidad territorial –y a veces económico –, construye una frontera social que afecta negativamente al desarrollo de la comunidad. Y segundo, el asilamiento producto de la geografía y la distancia territorial es considerado una frontera no solo física, sino que también simbólica y fatalista (Martinic, 2004)<ref>Ibíd.</ref>.
Por otro lado, Vila hace alusión a la precepción de las fronteras durante eventos determinados, como lo es por ejemplo la guerra. La guerra, borra toda noción de fronteras jurídicas y al mismo tiempo, podría llegar a alterarlas. En ese sentido, la frontera se transforma en un testimonio de la propia evolución de la división del mundo (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>. Esto, permite pensar en otros eventos que podrían llegar a modificar o a borrar estas nociones de fronteras jurídicas, como lo podrían ser las catástrofes ambientales.
Como menciona Martinic, existen aun muchas comunidades –entre ellas Puerto Edén –que aun perciben el resto del territorio nacional, sus complejidades y su desarrollo como algo “externo y lejano” de su propia realidad (Martinic, 2004)<ref>Ibíd.</ref>; lo que podría manifestar una distancia entre lo propio y que los identifica, con el territorio nacional centralizado.
Para realizar un alcance a la definición de lo que es un asentamiento humano, se toma un punto de partida en Guzón y Gerhartz, que mencionan que todo lugar habitado será un asentamiento humano (Guzón & Gerhartz, s.f.)<ref>Guzón, A., Gerhartz, J. (s.f.). Propuesta de definición de asentamiento humano o poblacional. Instituto de Planificación Física: Cuba.</ref>. Desde aquí, aparece en lugar habitado en todas sus manifestaciones, densidades y tamaños: poblados, villas, ciudades, etc.
En cuanto a la definición de los asentamientos y su estructura que los identifica, E. Lattes menciona que no solo influyen en esto la población que “contienen”, sino que también influyen los otros asentamientos, en sus aspectos demográficos –entendiéndose con esto migratorios –, económicos y otros ordenes; y se describen y analizan entendiendo estas dinámicas y relaciones sistemáticas (Lattes, 2004)<ref>Ibíd.</ref> En este sentido, entender no solo las relaciones entre asentamientos, sino que también la percepción de unos con los otros, puede manifestar parte de la identidad de cada uno. 
Para la valorización de los asentamientos en cuestión, se considera lo que menciona
Aquí, se menciona que los asentamientos centrados presentan un salto cualitativo en su calidad de vida, basado en las potencias de la comunidad, como lo son los servicios primarios y básicos, la educación, el circulo social, incluso acceso a otros servicios como lo son el deporte; siendo posicionados para los autores como ventajas sobre aquellos que se encuentran en comunidades dispersas o aisladas (Guzón & Gerhartz, s.f.)<ref>Ibíd.</ref>.
Por otro lado, en relación a las consideraciones que se pueden tener de un asentamiento –sea cual sea su dimensión –en cuanto a si puede ser definido como un lugar o no, aparecen las definiciones de Marc Augé. Aquí Augé, define lo que son los lugares y los no lugares; donde define el no lugar como lo opuesto al lugar –en conceptos de sociología –. Aquí, define el no lugar como un espacio acelerado, de transición; un espacio indefinido que no poseen vinculo con una identidad ni un peso histórico; es decir, son espacios sin un peso identitario, y como bien describe el autor, los son las autopistas, los aeropuertos, los espacios aéreos y espacios relacionados a la condición efímera (Augé, 2000)<ref>Ibíd.</ref>. Esto permite entender lo que es un lugar, como lo que si posee un peso identitario, histórico y no asociado a un proceso transitivo. Esta definición es próxima a la realidad de la fronteras, que como define Vilar, son lugares de cambio de jurisdicción, por medio de aduanes y pasaportes (Vilar, 1999)<ref>Ibíd.</ref>
Por otro lado, en Yori, el lugar esta constituido por el lazo de carácter topo-fílico entre una sociedad y el entorno que habita, del cual se desprende o se puede desprender un valor (Yori, 2006)<ref>Yory, C. M. (2006). El concepto de topofilia entendido como teoría del lugar. Revista urbana en línea, Vol. (19), 1-17. </ref>. Lo que arroja a la concepción de un objeto que entrega información del vinculo individuo-territorio.
Con estos planteamientos, se desarrolla una postura frente a las zonas de frontera, que se debate entre los autores nombrados y define a la zona de frontera como un lugar, con identidad a diferencia de la línea fronteriza que da cuenta de asuntos jurídicos –es decir, un no lugar –. Si bien, los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitirían hablar de una identidad propia, no se debería pensar en una identidad que pueda ser totalmente valorizable como aspectos socio-culturales, sino que también, muchos de estos, son producto de carencias y mas bien, consecuencias de un aislamiento social.


===[6] Mapa Conceptual de la investigación===
===[6] Mapa Conceptual de la investigación===


[[Archivo:diegochocano_mapaconceptual_id_investigacion1.jpg|centro]]
[[Archivo:Diegochocano_mapaconceptual_inv3.png|600px|centro]]
 
===[7] Aproximación metodológica===
 
El desarrollo metodológico propuesto para los objetivos específicos de la investigación se realizaran de la siguiente manera:
 
Definir cuales son y donde se ubican las zonas de frontera en el territorio nacional austral, específicamente en Los Andes y el Pacífico: Se realizara un estudio cartográfico contrastando mapas geográficos y mapas físicos para identificar aquellas zonas de frontera; además de revisar en información bibliográfica que de indicios de condiciones que correspondan con lo que es una zona de frontera, desde su clima, accesibilidad y proximidad con el territorio centralizado, geomorfología del territorio, y otros –incluyendo aquellos que autores ya denominan dentro de una zona de frontera –. De la comparación de las diversas cartografías y del levantamiento de datos se propondrán y definirán estas zonas de frontera. Como herramienta de recopilación se ocuparan las digitales, como lo son Google Earth, y de visualización, dependiendo del tipo de información, será Photoshop o AutoCAD. Con esto, se ubicaran las zonas de frontera delimitadas dentro del territorio de estudio.
 
Identificar los asentamientos humanos que se emplacen en zonas de frontera en el territorio de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral: Se recopilara información de bases de datos online para identificar aquellos asentamientos que se encuentren en la zona delimitada en el Objetivo Especifico Nº1. Se realizara mediante un contraste de una cartografía del territorio de estudio con las capas delimitadas de las zonas de frontera. Las cartografías se obtendrán de Google Earth, y se contrastaran con programas de Adobe. De este resultado, se recopilara un listado de los principales asentamientos humanos en las zonas de frontera estudiadas.
 
Determinar las variables del contexto que conforman la identidad de estos asentamientos humanos y reconocer en su conjunto su modo de habitar: Se recopilara información principalmente bibliográfica que permita reunir las variables que conforman el concepto de “Identidad”. Con ello, definirlas y enumerarlas, conformando una tabla que permita poner en disputa cada una de estas variables en relación a la identidad de las zonas de frontera. La información será recopilada de fuentes de datos online –de momento –. Con esta tabla analizar los parámetros en los que se ve envuelta la condición humana en estas zonas, y concluir de ello, como cada una de las variables modela el modo de habitar. Para apoyar este objetivo, se realizara una encuesta que logre der cuenta de la opinión de los individuos, sobre cuales son los parámetros cotidianos (variables) que en cierto modo, afectan o configuran parte de su identidad. Para el desarrollo de la encueta –dependiendo de la contingencia por pandemia –, se plantea realizarla directamente o bien, por medio de formularios de Google; y los resultados serán evaluados por medio del programa Jamovi.
 
Evaluar y graduar el valor de cada variable identitaria como positiva y negativa para el asentamiento y la condición humana; y contrastar con los resultados de otros asentamientos: Con los resultados anteriores, según el tipo de relación que tenga cada variable con el modo de habitar de cada asentamiento, serán puestas en valor con el fin de determinar su carácter positivo o negativo, y con esto, valorar cada una de las variables y sus orientaciones en virtud de cómo afecta a la identidad de cada uno de los asentamientos de las zonas fronterizas. Luego, realizar una tabla comparativa entre los resultados de cada asentamiento. Para apoyar este objetivo, se realizara una encuesta que logre der cuenta de la opinión de los individuos, sobre cuales son los el valor que poseen los parámetros cotidianos (variables), y en que modo, estos valores, afectan o configuran parte de su identidad. Para el desarrollo de la encueta –dependiendo de la contingencia por pandemia –, se plantea realizarla directamente o bien, por medio de formularios de Google, y los resultados serán evaluados por medio del programa Jamovi. 


Recomponer y construir a partir de los resultados evaluados una primera aproximación a la definición de la identidad de los asentamientos en zonas de frontera en el territorio de estudio que de cuenta de sus valores identitarios y carencias contextuales: Para ello, se evaluaran y consideraran todos los resultados de los objetivos anteriores, con el fin de sacar conclusiones. No requiere de material adicional necesariamente, aunque puede ser apoyado por material bibliográfico. Tampoco requiere de software. Con ello, se llegara a una valorización final de cada aspecto que conforma la identidad de los asentamientos en zonas de frontera; y podrá ser puesta en valor para estudios posteriores.


==Referencias==
==Referencias==

Revisión actual - 17:13 27 nov 2020



TítuloDiego Chocano. EAD 4610. Tarea 1
AsignaturaIntroducción a la Investigación Proyectual
Del CursoIntroducción a la Investigación Proyectual 2020 2S
CarrerasMagíster
1
Alumno(s)Diego Chocano

El fenómeno de la frontera: Un lugar antropológico con identidad dentro del territorio nacional

[1] Problemática de la investigación

A lo largo del territorio nacional –incluso internacional –, existen una gran cantidad de asentamientos humanos en las zonas fronterizas, especialmente la que comprende toda la región dentro de la Cordillera de Los Andes; donde estos asentamientos poseen sus propias características y particularidades en relación al resto del territorio nacional. Éstas, van desde lo evidente, como su geografía o el clima, hasta patrimonios inmateriales e intangibles, como los menciona P. Cunill, como lo son sus antiguas practicas o costumbres (Cunill, 1978)[1]. Son éstas, las que permitirán dar cuenta de una identificación particular, no precisamente relacionada al trazado de fronteras políticas conocidas por la naciones, sino que mas más bien, una que trasciende estos límites. Esto, es lo que permite hablar no de una línea fronteriza, sino mas bien de una zona fronteriza –o de frontera –, como define María X. Urbina: “donde el límite no es una línea sino un espacio, siendo este habitado o vacío” (Urbina, 2009)[2].

Históricamente, la Cordillera de Los Andes siempre se ha denominado como una frontera geográfica, y en muchos casos como frontera internacional, visión que menciona y define M. Martinic, de una frontera impasable y definidora de dominio, una que se viene arrastrando desde la época de la conquista (Martinic, 2009)[3]. Esto último, sobre el dominio, se podría relacionar con la definición dada por Vilar, sobre lo que es una frontera, definiéndola como una “línea ideal”, que separaría dos estados, y con ello la validez de ciertas legalidades (Vilar, 1999)[4]; cuando en la realidad contextual de la zona, esta comprende un ancho considerable, e incluso, habitable; donde asentamientos humanos dan testimonio de esto a lo largo de todo el territorio. Mas aún, en el extremo mas austral donde el cuerpo montañoso adquiere menor altura, fue la “ignorancia colectiva” la que perpetuo esta imagen de barrera sobre el territorio, como menciona Martinic (Martinic, 2004)[5].

Por otro lado, pasando de Los Andes a la región insular del territorio nacional, comienzan a aparecer los mismos distingos sobre el fenómeno fronterizo. En el caso del territorio austral, el fenómeno de la frontera no solo se hace presente en la Cordillera de Los Andes. En Martinic (Martinic, 2004)[6], se nombra directamente a toda la región que corresponde a los archipiélagos patagónicos como la “Ultima Frontera”. Aquí, Martinic lo compara con la realidad de Centroamérica: un cuerpo de archipiélagos al oriente y el continente al occidente, realidad similar –pero en la otra orientación –que hay en el sector austral; que como menciona Martinic, “[…] permitió el surgimiento de ambientes naturales distintos, con consecuencias igualmente diferenciadoras para la vida”, lo que llevó al autor a nombrar este fenómeno como frontera, ya que presentaba gran similitud a la realidad de la Cordillera; incluso aquí, con utilizando el concepto de una “frontera interior” (Martinic, 2004)[7].

Bajo este punto de vista, mencionando que el fenómeno fronterizo no aparece únicamente en los limites nacionales sino que también aparece de modo interno, es que permitiría pensar en distingos identitarios a razón de este fenómeno, dentro del propio territorio nacional. De esto, aparece lo que menciona Martinic sobre aquellos archipiélagos en condición de frontera en la zona austral de Chile: “marginados geográficamente y aun socialmente como estaban, tal circunstancia había comenzado a darles una cierta identidad cultural” (Martinic, 2004)[8]. Con esto, la frontera interna cumple los mismos roles a los de las fronteras geográficas nacionales –en referencia a Los Andes –. Aquí, la frontera interna toma una definición mas bien cercana a la que realiza Urbina, definiéndola como un sector de transición (Urbina, 2009)[9]; y esto, ya sea en la transición de Chile a Argentina por medio de Los Andes; o bien, del territorio continental centralizado al austral, por medio del Pacifico y los archipiélagos patagónicos aquí presentes.

Aquí, al hablar de un sector de transición, es que aparecen estos espacios fronterizos como no-lugares. Para Augé, los no lugares son: “un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico” (Augé, 2000)[10]. Con ello, se entiende por lugar, lo contrario, es decir, un lugar que si posee aquellos elementos históricos, culturales y sociales que le permiten configurar un peso identitario. Esta definición, abre en cierto modo a otra que da el mismo autor, del concepto de “lugar antropológico”. En Augé, éste aparece como la construcción mas compleja del individuo y del espacio, que –de un modo reduccionista de decir –da cuenta por medio de esa relación, de una identidad (Augé, 2000)[11].

Desde aquí se abre un campo incierto. Las zonas de frontera, siendo espacios de transición para los individuos –tanto internacional como dentro del territorio nacional –, parecieran ser percibidas como no lugares; cuando en su realidad geográfica, social y cultural, poseen un peso identitario. Ahora, ¿Que tan valido es hablar de un valor identitario de estos espacios?

En Martinic, el contexto social que ha sido constitutivo de la identidad de comunidades australes aisladas, como lo es por ejemplo Puerto Edén, ha sido un contexto de marginalidad y precariedad (Martinic, 2004)[12]; siendo por supuesto, no el único, y existiendo también, factores que apuntan a realidades mas positivas, como lo son los contextos productivos y geográficos. Entonces, apareciendo un factor fundador de identidad que alude a carencias y/o falencias, ¿Se podría hablar de una riqueza cultural e identitaria? O ¿Se podría hablar de identidad, o mas bien de una consecuencia del fenómeno de la frontera?

Lograr definir esta pregunta –entre otras sub preguntas –permiten aproximarse a una valorización de estas regiones de frontera, no solo como zona de paso –o un no lugar –sino que como un lugar antropológico de por sí, y por ende, un objeto de estudio.

[2] Pregunta de Investigación

A partir de la definición de la problemática, específicamente de los últimos puntos, surge el cuestionamiento sobre el valor que pueden tener todos los parámetros que conforman la identidad de un asentamiento en una zona de frontera. Se entiende por ello, su ubicación geográfica, clima, conexión y accesibilidad a servicios, economía, etc., incluso sus tradiciones humanas, costumbres y modos de habitar el territorio. Para ello, se plantea la siguiente pregunta:

¿Hay un valor cultural real en el modo de habitar y una identidad particular que identifica a los asentamientos humanos en las zonas de frontera con respecto a los otros del territorio?

Esta pregunta se puede desagregar en otras distintas, que permiten ir comprendiendo y construyendo una respuesta en la medida que se avanza en el desarrollo de ésta.

¿Los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitan hablar de una identidad particular fronteriza? Si es así, ¿En que se funda esta identidad o desde que aspectos se origina? ¿Poseen realmente un valor cultural? ¿O es mas bien una condición que no valoriza realmente la condición humana?

[3] Hipótesis

“Los asentamientos humanos en las zonas de frontera poseen una identidad particular con un modo de habitar que les es propio, fundado en sus costumbres y tradiciones que le otorgan un valor cultural respecto del territorio nacional centralizado”.

[4] Objetivos

Para la investigación se plantea el siguiente objetivo general:

  • Valorizar las variables contextuales que componen la identidad y el modo de habitar de los asentamientos humanos en las zonas de frontera de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.


Y de ésta, se proponen los siguientes objetivos específicos:

  1. Definir cuales son y donde se ubican las zonas de frontera en el territorio nacional austral, específicamente en Los Andes y el Pacífico.
  2. Identificar los asentamientos humanos que se emplacen en zonas de frontera en el territorio de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral.
  3. Determinar las variables del contexto que conforman la identidad de estos asentamientos humanos y reconocer en su conjunto su modo de habitar.
  4. Evaluar y graduar el valor de cada variable identitaria como positiva y negativa para el asentamiento y la condición humana; y contrastar con los resultados de otros asentamientos.
  5. Recomponer y construir a partir de los resultados evaluados una primera aproximación a la definición de la identidad de los asentamientos en zonas de frontera en el territorio de estudio que de cuenta de sus valores identitarios y carencias contextuales.

[5] Marco Teórico

Teniendo en mente lo que menciona Lattes, es que se plantea el posicionamiento de este marco teórico:

“Estudiar los sistemas de asentamientos […], en cada país y en el espacio internacional, es hoy una tarea esencial y estratégica para la comprensión de las transformaciones que están ocurriendo en las distintas sociedades y, también, entre ellas” (Lattes, 2004)[13].

El marco teórico conformado por definiciones de conceptos, desde los que ya han sido expuestos en la presentación de la problemática y se seguirán trabajando; hasta los que se desarrollaran posteriormente en la investigación. Estos conceptos han sido desarrollado principalmente por autores relacionados a las ciencias sociales, como lo son antropólogos, historiadores y sociólogos; siendo pertinente para tratar el concepto de identidad. Con ello, la investigación los toma y les da un giro desde un punto de vista urbano, de un modo coherente para ampliar dichas definiciones en la investigación a desarrollar.

Desde el concepto en si mismo de frontera, aparecen sus definiciones globales aceptadas por la Real Academia Española; de todas sus acepciones, hay cuatro que hacen referencia a una realidad espacial: “Puesto y colocado en frente; confín de un estado; limite; frontis o fachada” (RAE)[14]. Y de estas de desprenden relaciones que no solo hacen alusión a la línea misma de la frontera, sino que también a una contra parte. Por ejemplo, es el confín de un estado, donde después comienza otro; Posicionarse en frente, ya hace referencia a una ubicación referencial a otro; y de este mismo modo la fachada. Entonces, vale entender la frontera no solo como una línea, sino que mas bien como la posibilidad de un entre. De algo similar, habla P. Vilar, cuando define en sus conceptos urbanos el de frontera. Comienza definiendo la percepción de la frontera como una “línea ideal”, que separa no solo los estados, sino que también lo que concierne a cada uno desde el punto de vista jurídico (Vilar, 1999)[15].

Certeramente menciona Vilar, sobre los atributos identitarios –como lo son la lengua o el folklore – que puede tener un grupo de individuos, no se corresponden directamente con las nociones de esta “línea ideal”; es decir, donde los limites de lo que abarca una condición de la nacionalidad o una étnica, como lo es una lengua, no coincide con los limites jurídicos de una nación (Vilar, 1999)[16].

Otro punto de vista, es el de M. Ximena Urbina, que nombre al espacio entre el Biobío y el Canal Chacao como una frontera interna durante el periodo colonial, que fue espacio de guerras y posteriormente como un espacio de intercambio y asentamiento para las comunidades criollas; y por medio de un proceso de vertebración nacional, se constituyó como una región posteriormente (Urbina, 2009)[17].

En Vilar, la ocupación libre y laxa de un territorio por parte de una comunidad, no define limites lineales, sino que mas bien se trata de zonas de ocupación mas bien vagas; y que además posee antecedentes históricos desde la ocupación feudal, que definía dominios amurallados y dejaba el resto del territorio como zonas de paso (Vilar, 1999)[18].

Por otro lado, Urbina menciona el carácter permeable que poseen las fronteras –en este caso Los Andes –que han sido considerados desde la antigüedad como espacios de interacción e interdependencia desde la pre colonización, donde esta zona funcionaba para el intercambio de recursos económicos; y además, como espacio común sin dominio (Urbina, 2009)[19]. Agrega también esta autora, que es una tradición que ocurre como fenómeno sociológico entre las comunidades aborígenes que aun perdure en el día de hoy.

Vilar define las fronteras geográficas, no directamente por sus cualidades geográficas, como alturas o climas, sino que mas bien por la ocupación que estas poseen, llamándolas entonces fronteras demográficas, según el nivel de poblamiento que pueda presentar una zona (Vilar, 1999)[20]. Por otro lado, nos encontramos con fronteras geográficas y territoriales, que se manifiestan de distintos modos en los individuos de una población. Aquí Martinic, menciona dos aspectos socio-geográficos que configuran la idea de frontera. Primero, la actitud escéptica de una población frente a la abertura de construir lazos con organismos externos, producto de su estado de marginalidad territorial –y a veces económico –, construye una frontera social que afecta negativamente al desarrollo de la comunidad. Y segundo, el asilamiento producto de la geografía y la distancia territorial es considerado una frontera no solo física, sino que también simbólica y fatalista (Martinic, 2004)[21].

Por otro lado, Vila hace alusión a la precepción de las fronteras durante eventos determinados, como lo es por ejemplo la guerra. La guerra, borra toda noción de fronteras jurídicas y al mismo tiempo, podría llegar a alterarlas. En ese sentido, la frontera se transforma en un testimonio de la propia evolución de la división del mundo (Vilar, 1999)[22]. Esto, permite pensar en otros eventos que podrían llegar a modificar o a borrar estas nociones de fronteras jurídicas, como lo podrían ser las catástrofes ambientales.

Como menciona Martinic, existen aun muchas comunidades –entre ellas Puerto Edén –que aun perciben el resto del territorio nacional, sus complejidades y su desarrollo como algo “externo y lejano” de su propia realidad (Martinic, 2004)[23]; lo que podría manifestar una distancia entre lo propio y que los identifica, con el territorio nacional centralizado.

Para realizar un alcance a la definición de lo que es un asentamiento humano, se toma un punto de partida en Guzón y Gerhartz, que mencionan que todo lugar habitado será un asentamiento humano (Guzón & Gerhartz, s.f.)[24]. Desde aquí, aparece en lugar habitado en todas sus manifestaciones, densidades y tamaños: poblados, villas, ciudades, etc.

En cuanto a la definición de los asentamientos y su estructura que los identifica, E. Lattes menciona que no solo influyen en esto la población que “contienen”, sino que también influyen los otros asentamientos, en sus aspectos demográficos –entendiéndose con esto migratorios –, económicos y otros ordenes; y se describen y analizan entendiendo estas dinámicas y relaciones sistemáticas (Lattes, 2004)[25] En este sentido, entender no solo las relaciones entre asentamientos, sino que también la percepción de unos con los otros, puede manifestar parte de la identidad de cada uno.

Para la valorización de los asentamientos en cuestión, se considera lo que menciona Aquí, se menciona que los asentamientos centrados presentan un salto cualitativo en su calidad de vida, basado en las potencias de la comunidad, como lo son los servicios primarios y básicos, la educación, el circulo social, incluso acceso a otros servicios como lo son el deporte; siendo posicionados para los autores como ventajas sobre aquellos que se encuentran en comunidades dispersas o aisladas (Guzón & Gerhartz, s.f.)[26].

Por otro lado, en relación a las consideraciones que se pueden tener de un asentamiento –sea cual sea su dimensión –en cuanto a si puede ser definido como un lugar o no, aparecen las definiciones de Marc Augé. Aquí Augé, define lo que son los lugares y los no lugares; donde define el no lugar como lo opuesto al lugar –en conceptos de sociología –. Aquí, define el no lugar como un espacio acelerado, de transición; un espacio indefinido que no poseen vinculo con una identidad ni un peso histórico; es decir, son espacios sin un peso identitario, y como bien describe el autor, los son las autopistas, los aeropuertos, los espacios aéreos y espacios relacionados a la condición efímera (Augé, 2000)[27]. Esto permite entender lo que es un lugar, como lo que si posee un peso identitario, histórico y no asociado a un proceso transitivo. Esta definición es próxima a la realidad de la fronteras, que como define Vilar, son lugares de cambio de jurisdicción, por medio de aduanes y pasaportes (Vilar, 1999)[28]

Por otro lado, en Yori, el lugar esta constituido por el lazo de carácter topo-fílico entre una sociedad y el entorno que habita, del cual se desprende o se puede desprender un valor (Yori, 2006)[29]. Lo que arroja a la concepción de un objeto que entrega información del vinculo individuo-territorio.

Con estos planteamientos, se desarrolla una postura frente a las zonas de frontera, que se debate entre los autores nombrados y define a la zona de frontera como un lugar, con identidad a diferencia de la línea fronteriza que da cuenta de asuntos jurídicos –es decir, un no lugar –. Si bien, los asentamientos en las zonas de frontera poseen atributos que permitirían hablar de una identidad propia, no se debería pensar en una identidad que pueda ser totalmente valorizable como aspectos socio-culturales, sino que también, muchos de estos, son producto de carencias y mas bien, consecuencias de un aislamiento social.

[6] Mapa Conceptual de la investigación

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[7] Aproximación metodológica

El desarrollo metodológico propuesto para los objetivos específicos de la investigación se realizaran de la siguiente manera:

Definir cuales son y donde se ubican las zonas de frontera en el territorio nacional austral, específicamente en Los Andes y el Pacífico: Se realizara un estudio cartográfico contrastando mapas geográficos y mapas físicos para identificar aquellas zonas de frontera; además de revisar en información bibliográfica que de indicios de condiciones que correspondan con lo que es una zona de frontera, desde su clima, accesibilidad y proximidad con el territorio centralizado, geomorfología del territorio, y otros –incluyendo aquellos que autores ya denominan dentro de una zona de frontera –. De la comparación de las diversas cartografías y del levantamiento de datos se propondrán y definirán estas zonas de frontera. Como herramienta de recopilación se ocuparan las digitales, como lo son Google Earth, y de visualización, dependiendo del tipo de información, será Photoshop o AutoCAD. Con esto, se ubicaran las zonas de frontera delimitadas dentro del territorio de estudio.

Identificar los asentamientos humanos que se emplacen en zonas de frontera en el territorio de Los Andes y del Pacífico en el territorio nacional austral: Se recopilara información de bases de datos online para identificar aquellos asentamientos que se encuentren en la zona delimitada en el Objetivo Especifico Nº1. Se realizara mediante un contraste de una cartografía del territorio de estudio con las capas delimitadas de las zonas de frontera. Las cartografías se obtendrán de Google Earth, y se contrastaran con programas de Adobe. De este resultado, se recopilara un listado de los principales asentamientos humanos en las zonas de frontera estudiadas.

Determinar las variables del contexto que conforman la identidad de estos asentamientos humanos y reconocer en su conjunto su modo de habitar: Se recopilara información principalmente bibliográfica que permita reunir las variables que conforman el concepto de “Identidad”. Con ello, definirlas y enumerarlas, conformando una tabla que permita poner en disputa cada una de estas variables en relación a la identidad de las zonas de frontera. La información será recopilada de fuentes de datos online –de momento –. Con esta tabla analizar los parámetros en los que se ve envuelta la condición humana en estas zonas, y concluir de ello, como cada una de las variables modela el modo de habitar. Para apoyar este objetivo, se realizara una encuesta que logre der cuenta de la opinión de los individuos, sobre cuales son los parámetros cotidianos (variables) que en cierto modo, afectan o configuran parte de su identidad. Para el desarrollo de la encueta –dependiendo de la contingencia por pandemia –, se plantea realizarla directamente o bien, por medio de formularios de Google; y los resultados serán evaluados por medio del programa Jamovi.

Evaluar y graduar el valor de cada variable identitaria como positiva y negativa para el asentamiento y la condición humana; y contrastar con los resultados de otros asentamientos: Con los resultados anteriores, según el tipo de relación que tenga cada variable con el modo de habitar de cada asentamiento, serán puestas en valor con el fin de determinar su carácter positivo o negativo, y con esto, valorar cada una de las variables y sus orientaciones en virtud de cómo afecta a la identidad de cada uno de los asentamientos de las zonas fronterizas. Luego, realizar una tabla comparativa entre los resultados de cada asentamiento. Para apoyar este objetivo, se realizara una encuesta que logre der cuenta de la opinión de los individuos, sobre cuales son los el valor que poseen los parámetros cotidianos (variables), y en que modo, estos valores, afectan o configuran parte de su identidad. Para el desarrollo de la encueta –dependiendo de la contingencia por pandemia –, se plantea realizarla directamente o bien, por medio de formularios de Google, y los resultados serán evaluados por medio del programa Jamovi.

Recomponer y construir a partir de los resultados evaluados una primera aproximación a la definición de la identidad de los asentamientos en zonas de frontera en el territorio de estudio que de cuenta de sus valores identitarios y carencias contextuales: Para ello, se evaluaran y consideraran todos los resultados de los objetivos anteriores, con el fin de sacar conclusiones. No requiere de material adicional necesariamente, aunque puede ser apoyado por material bibliográfico. Tampoco requiere de software. Con ello, se llegara a una valorización final de cada aspecto que conforma la identidad de los asentamientos en zonas de frontera; y podrá ser puesta en valor para estudios posteriores.

Referencias

  1. Cunill, Pedro. (1978). La América Andina. Editorial Ariel: España.
  2. Urbina Carrasco, X., (2009). La frontera de arriba en Chile colonial. Valparaíso, Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  3. Martinic, M., (2009). Presentación. En M. Ximena Urbina Carrasco. La frontera de arriba en Chile colonial (pp. 17-20). Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  4. Vilar, P., (1999). Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, España: Editorial Critica.
  5. Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Vargas, C., Matus, M. (2002). Villa Puerto Edén: Diagnostico Global, Análisis y comentario sobre la Información Documental y Trabajo de terreno. (inédito). Recopilado por Mateo Martinic, en Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.
  9. Ibíd.
  10. Augé, Marc. (2000). Los no lugares: Espacios del anonimato. Editorial Gedisa: Barcelona, España.
  11. Ibíd.
  12. Ibíd.
  13. Lattes, Alfredo E. (2004). Urbanización y otros modos de asentamiento de la población. Población y Sociedad. Nº 10/11, pp. 71-108.
  14. Real Academia Española de la Lengua
  15. Ibíd.
  16. Ibíd.
  17. Ibíd.
  18. Ibíd.
  19. Ibíd.
  20. Ibíd.
  21. Ibíd.
  22. Ibíd.
  23. Ibíd.
  24. Guzón, A., Gerhartz, J. (s.f.). Propuesta de definición de asentamiento humano o poblacional. Instituto de Planificación Física: Cuba.
  25. Ibíd.
  26. Ibíd.
  27. Ibíd.
  28. Ibíd.
  29. Yory, C. M. (2006). El concepto de topofilia entendido como teoría del lugar. Revista urbana en línea, Vol. (19), 1-17.