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=El espesor de la frontera: Un lugar antropológico independiente dentro de la Cordillera de Los Andes=
=El fenómeno de la frontera: Un lugar antropológico independiente dentro de la Cordillera de Los Andes=


==[1] Problemática en disputa==  
==[1] Problemática de la investigación==  


A lo largo del territorio nacional –incluso internacional –, existen una gran cantidad de asentamientos humanos en la zona interandina, entendiéndose con ello, toda la región dentro de la Cordillera de Los Andes; los cuales poseen sus propias características y particularidades en relación al resto del territorio nacional. Estas, van desde lo evidente como su geografía o el clima, hasta patrimonios inmateriales e intangibles, como los menciona P. Cunill, sobre sus antiguas practicas o costumbres (Cunill, 1978)<ref>Cunill, Pedro. (1978). La América Andina. Editorial Ariel: España.</ref>. Son estas, las que permitirán dar cuenta de una identificación particular, no precisamente relacionada al trazado de fronteras políticas conocidas por la naciones, sino que mas más bien, una que trasciende estos limites. Históricamente, la Cordillera de Los Andes siempre se ha denominado como una frontera geográfica, y en muchos casos como frontera internacional. Esta visión, como menciona M. Martinic, de una frontera impasable y definidora de dominio, es una que se viene arrastrando desde la época de la conquista (Martinic, 2009)<ref>Martinic, M., (2009). Presentación. En M. Ximena Urbina Carrasco. La frontera de arriba en Chile colonial (pp. 17-20). Ediciones Universitarias de Valparaíso.</ref>. Esto último, sobre el dominio, se podría relacionar con la definición dada por Vilar, sobre lo que es una frontera, definiéndola como una “línea ideal”, que separaría dos estados, y con ello la validez de ciertas legalidades (Vilar, 1999)<ref>Vilar, P., (1999). Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, España: Editorial Critica.</ref>; cuando en la realidad espacial de la zona, esta comprende un ancho considerable, e incluso, habitable; donde asentamientos humanos dan testimonio de esto.
A lo largo del territorio nacional –incluso internacional –, existen una gran cantidad de asentamientos humanos en la zona fronteriza que comprende toda la región dentro de la Cordillera de Los Andes; los cuales poseen sus propias características y particularidades en relación al resto del territorio nacional. Estas, van desde lo evidente como su geografía o el clima, hasta patrimonios inmateriales e intangibles, como los menciona P. Cunill, sobre sus antiguas practicas o costumbres (Cunill, 1978)<ref>Cunill, Pedro. (1978). La América Andina. Editorial Ariel: España.</ref>. Son estas, las que permitirán dar cuenta de una identificación particular, no precisamente relacionada al trazado de fronteras políticas conocidas por la naciones, sino que mas más bien, una que trasciende estos limites. Esto es lo que permite hablar no de una línea fronteriza, sino mas bien de una zona de frontera, como define Maria X. Urbina el cocnepto de zona fronteriza: “donde el límite no es una línea sino un espacio, siendo este habitado o vacío” (Urbina, 2009)<ref>Urbina Carrasco, X., (2009). La frontera de arriba en Chile colonial. Valparaíso, Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso.</ref>.
 
Históricamente, la Cordillera de Los Andes siempre se ha denominado como una frontera geográfica, y en muchos casos como frontera internacional. Esta visión, como menciona M. Martinic, de una frontera impasable y definidora de dominio, es una que se viene arrastrando desde la época de la conquista (Martinic, 2009)<ref>Martinic, M., (2009). Presentación. En M. Ximena Urbina Carrasco. La frontera de arriba en Chile colonial (pp. 17-20). Ediciones Universitarias de Valparaíso.</ref>. Esto último, sobre el dominio, se podría relacionar con la definición dada por Vilar, sobre lo que es una frontera, definiéndola como una “línea ideal”, que separaría dos estados, y con ello la validez de ciertas legalidades (Vilar, 1999)<ref>Vilar, P., (1999). Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, España: Editorial Critica.</ref>; cuando en la realidad espacial de la zona, esta comprende un ancho considerable, e incluso, habitable; donde asentamientos humanos dan testimonio de esto.
Si se analiza ahora, específicamente la región insular del territorio nacional, aparecen los mismos distingos sobre el fenómeno fronterizo. Incluso, en el extremo mas austral donde el cuerpo montañoso adquiere menor altura, fue la “ignorancia colectiva” la que perpetuo esta imagen de barrera sobre el territorio, como menciona Martinic (Martinic, 2004)<ref>Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.</ref>.
 
El caso del territorio austral, el fenómeno de la frontera no solo se hace presente en la Cordillera de Los Andes. En Martinic (Martinic, 2004)<ref>Ibid.</ref>, se nombra directamente a toda la región que corresponde los archipiélagos patagónicos como la “Ultima Frontera”. Aquí, Martinic lo emplea a razón de comparación con la realidad de Centroamérica; un cuerpo de archipiélagos al oriente y el continente al occidente, realidad similar –pero en la otra orientación –que hay en el sector austral. Esto, como menciona Martinic, “[…] permitió el surgimiento de ambientes naturales distintos, con consecuencias igualmente diferenciadoras para la vida”, lo que lleva al autor a nombrar este fenómeno como frontera, ya que correspondía a similares condiciones a la de la Cordillera; incluso, con el concepto de “frontera interior” (Martinic, 2004)<ref>Ibid.</ref.  





Revisión del 15:38 26 nov 2020



TítuloDiego Chocano. EAD 4610. Tarea 1
AsignaturaIntroducción a la Investigación Proyectual
Del CursoIntroducción a la Investigación Proyectual 2020 2S
CarrerasMagíster
1
Alumno(s)Diego Chocano

El fenómeno de la frontera: Un lugar antropológico independiente dentro de la Cordillera de Los Andes

[1] Problemática de la investigación

A lo largo del territorio nacional –incluso internacional –, existen una gran cantidad de asentamientos humanos en la zona fronteriza que comprende toda la región dentro de la Cordillera de Los Andes; los cuales poseen sus propias características y particularidades en relación al resto del territorio nacional. Estas, van desde lo evidente como su geografía o el clima, hasta patrimonios inmateriales e intangibles, como los menciona P. Cunill, sobre sus antiguas practicas o costumbres (Cunill, 1978)[1]. Son estas, las que permitirán dar cuenta de una identificación particular, no precisamente relacionada al trazado de fronteras políticas conocidas por la naciones, sino que mas más bien, una que trasciende estos limites. Esto es lo que permite hablar no de una línea fronteriza, sino mas bien de una zona de frontera, como define Maria X. Urbina el cocnepto de zona fronteriza: “donde el límite no es una línea sino un espacio, siendo este habitado o vacío” (Urbina, 2009)[2].

Históricamente, la Cordillera de Los Andes siempre se ha denominado como una frontera geográfica, y en muchos casos como frontera internacional. Esta visión, como menciona M. Martinic, de una frontera impasable y definidora de dominio, es una que se viene arrastrando desde la época de la conquista (Martinic, 2009)[3]. Esto último, sobre el dominio, se podría relacionar con la definición dada por Vilar, sobre lo que es una frontera, definiéndola como una “línea ideal”, que separaría dos estados, y con ello la validez de ciertas legalidades (Vilar, 1999)[4]; cuando en la realidad espacial de la zona, esta comprende un ancho considerable, e incluso, habitable; donde asentamientos humanos dan testimonio de esto. Si se analiza ahora, específicamente la región insular del territorio nacional, aparecen los mismos distingos sobre el fenómeno fronterizo. Incluso, en el extremo mas austral donde el cuerpo montañoso adquiere menor altura, fue la “ignorancia colectiva” la que perpetuo esta imagen de barrera sobre el territorio, como menciona Martinic (Martinic, 2004)[5].

El caso del territorio austral, el fenómeno de la frontera no solo se hace presente en la Cordillera de Los Andes. En Martinic (Martinic, 2004)[6], se nombra directamente a toda la región que corresponde los archipiélagos patagónicos como la “Ultima Frontera”. Aquí, Martinic lo emplea a razón de comparación con la realidad de Centroamérica; un cuerpo de archipiélagos al oriente y el continente al occidente, realidad similar –pero en la otra orientación –que hay en el sector austral. Esto, como menciona Martinic, “[…] permitió el surgimiento de ambientes naturales distintos, con consecuencias igualmente diferenciadoras para la vida”, lo que lleva al autor a nombrar este fenómeno como frontera, ya que correspondía a similares condiciones a la de la Cordillera; incluso, con el concepto de “frontera interior” (Martinic, 2004)<ref>Ibid.</ref.


[4] Pregunta de investigación

¿Son las características propias del ancho de la cordillera de los andes, su modo de habitar y vincularse sustanciales para hablar de una identidad interandina y de una región que ya no es solo frontera?

[5] Hipótesis

Los asentamientos humanos en la región de frontera interandina se identifican con un modo de habitar que les es propio y que le permite sustentarse de modo interdependiente entre sí, e independiente al territorio nacional centralizado.

[6] Objetivos

- Identificar y definir los conceptos que constituyen la identidad en los asentamientos de la región interandina y sus propios modos de habitar, que permita generar un distingo del resto de los territorios nacionales.

- Levantar y clasificar estos asentamientos en virtud de como se articulan tanto con el territorio como entre sí, reconocer sus particularidades y construir relaciones.

- Conformar y denominar un corpus teórico sobre la región interandina que permita obtener una visión del total, y construir un modelo territorial que los identifique y sea aplicable en virtud de sus particularidades.

Referencias

  1. Cunill, Pedro. (1978). La América Andina. Editorial Ariel: España.
  2. Urbina Carrasco, X., (2009). La frontera de arriba en Chile colonial. Valparaíso, Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  3. Martinic, M., (2009). Presentación. En M. Ximena Urbina Carrasco. La frontera de arriba en Chile colonial (pp. 17-20). Ediciones Universitarias de Valparaíso.
  4. Vilar, P., (1999). Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, España: Editorial Critica.
  5. Martinic, M., (2004). Archipiélago Patagónico. La ultima frontera. Punta Arenas, Chile: La Prensa Austral.
  6. Ibid.