Desde

De Casiopea
Revisión del 16:13 1 mar 2018 de Florence (discusión | contribs.)
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TítuloDesde
AutorGodofredo Iommi
Páginas4
Imágenes4
Ancho 21 cms.
Alto 27 cms.
Fecha1946
ColecciónPoesía
FondoIommi-Amunátegui
ConjuntoCarpeta Celeste
Número de Ingreso013
NotaVersión original mecanografiado. Poema perteneciente al conjunto editado con el título Fuese (Escuela de Arquitectura UCV, Viña del Mar 1984). En la primera página se lee manuscrito «13», «a F. H.» y «1946».
PDFArchivo:Desde.pdf
Código
IOM-POE-IAM-CCE-DES-946-013


p. 1

                    Yo te invoco amado, amado
nos precedías baja los árboles
y la luz se partía como una manzana

el aroma ahuecado por tu paso
que atraviesa este sol
esta estrella
cuya herida en el cielo
teme el caminante


– Para quién, para quién
    de nosotros?

El aire desaparece en la falda nevada
y los ríos caen a tus rodillas
y a tu pecho
desnudo
                     como para un mensaje

                     una sombra se esconde en otra sombra
                     para recordarnos.


p. 2

– Para quién, para quién de nosotros eras ?


las palabras leves
invencibles de la orilla
entraban en tu voz
llena de personas
que confiaban todavía
al poeta
un trabajo
primero
para construir las casas
del invierno
y preparar las luces
de los campesinos
para que el sentido profundo de las aguas
cantara en el ojo
abierto, silencioso de algún pueblo.

y tu existencia invisible
consume los objetos
y el eco abre lugares en el aire
para refugiar a los amantes


p. 3

en estas calles quietas
donde yo recibo tu encuentro

y el largo carruaje que viene hacia los hombres
y es un sonido
algunos hay que se arrodillan
entre sus signos
estos signos
que aprietan y juzgan mi contorno
con una alegría que ya no nos toma en cuenta.

Y ya, yo espero
que tu esfuerzo alcance los fuegos
y atraviese las carnes
claras
abandonadas a la lluvia

delante de las aguas
de donde vendrá
todavía
el único guerrero


– Para quién, para quién de nosotros eras ?


p. 4

Dime, dime en medio de este huerto prohibido
la dura confidencia
el animal ciego y perdurable
que vive entre las cosas

porque es preciso que hables
de modo que la luz
no nos separe

es preciso que hables
para que el silencio
nos devuelva los oídos
alguna huella. Alguien, que eres, eres
para que el tiempo se rompa como un
fruto
         y salte
                      sobre la mujer terrestre
                      y se apodere de la ciudad
                      y con las armas restablezca

                      tu dominio.

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Fondo Iommi-Amunátegui / Carpeta Celeste:

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