Daniel Moris, Amereida VII

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TítuloEntrega Taller de Amereida
AsignaturaTaller de Amereida 2014
Del CursoTaller de Amereida 2014
CarrerasArquitectura
Alumno(s)Daniel Moris

Clase 1

ABORDAR EL SER AMERICANO

Prólogo

“Vivir el presente es un regalo”. Con esta primera premisa se abre el Taller de Amereida.

El presente es un regalo. Este regalo es América; el vivir en ella nos deja en la condición de ser americanos.

Estas reflexiones abordan las problemáticas de ser americano –vale decir, las inquietudes planteadas en este taller- a través de la propia experiencia en la lectura y análisis de algunos textos de autores latinoamericanos.

Entonces pensar en América como un regalo es nuestro modo de ser americanos. Estos autores habrán abordado tal problemática desde su propia aproximación con el continente. Planteada esta dualidad, decimos que la poesía abre a lo posible de ser fundado. ¿Qué hay de abierto en estos autores? ¿Qué es lo abierto en Alejo Carpentier? ¿Qué se funda en José Donoso?

Siguiendo esta línea, nos aventuramos más allá (y de ahí el carácter de estas reflexiones: una aventura en torno al ser americano a través de estos autores) y declaramos que es la palabra la que abre. Y estos autores, americanos todos, han vivido y han rasgado en el papel palabras que nos dejan a nosotros es una posición de expuestos.

Esto es, la exposición del ser americano. Sus palabras nos revelan a Nosotros como tales.

Clase 2

LA ABERTURA AMERICANA

Cien años de soledad, Gabriel García Márquez

Una forma de resumir la historia americana desde que Colón incurre en el continente sería con las palabras HALLAZO – ASOMBRO – FUNDACIÓN. Bajo este punto de vista se puede pensar en la obra Cien años de soledad como un reflejo de dichas palabras.

El hallazgo de la tierra que pasaría a ser Macondo –la aldea de casas de barro y cañabrava, lugaridad principal de la novela-, realizado por José Arcadio Buendía junto a Úrsula Iguarán tras viajar desde su pueblo natal, podría ser el espejo del viaje de Colón. Una aproximación a lo desconocido, en el asombro de las tierras caribeñas donde este pueblo es fundado.

Estos personajes se encuentran “con una América abierta, disponible, para que sus profundos corazones vayan a donde quieran”.

Vale decir, que el continente les apareció en abertura, y en esta abertura reside oculto un destino que es el desconocido (en el cual el asombro aflora a la luz del día): los inventos del gitano Melquíades; la impresión de Aureliano Buendía al conocer el hielo; la belleza de Remedios, la bella, y su ascensión a los cielos con una Fernanda incrédula observándola; el hallazgo final del último Aureliano, cuando lee los pergaminos en donde aparece sellado el fatal destino de Macondo: ser arrasados por el viento.

En este asombro se escudriña la realidad. La condición humana de estos personajes de ficción –que en parte dejan de serlo si se les ve como analogías del mundo real- es coherente con un mundo –Macondo- fundado en lo abierto. Volviendo al destino de este pueblo ¿Es fatal el destino de América? ¿Es el viento lo abisal?

No sabemos nuestro destino, por lo cual nos enfrentamos a lo desconocido, del mismo modo que los personajes de la novela, porque América se constituye en lo abierto: es la tierra regalada.

Clase 3

GRAFÍA DEL LENGUAJE

Nos podría pasar, me crea; Julio Cortázar

Existen dos grandes inventos del hombre. El segundo es la ciudad, y el primero es el lenguaje.

El lenguaje es el sistema de comunicación a través del cual interactuamos unos con otros. Éste tiene su grafía. Es decir que posee un modo de escribir y representar los sonidos. Aparece así el significante (el signo lingüístico) y el significado (el concepto de dicho signo).

La grafía, entonces, tiene una progresión, en la cual aparece lo:

Pictográfico, escribir la imagen

Ideográfico, escribir la idea

Logográfico, escribir la palabra

En el cuento “Nos podría pasar, me crea”, un hombre contacta a un sabio capaz de alterar la grafía de todas las palabras escritas en el mundo.

“-[…]¿Qué es una palabra sino una serie de letras, y qué es una letra sino una línea que forma un dibujo dado? Ahora que estamos de acuerdo yo aprieto este botoncito de nácar y el aparato desencadena el tirón que actúa en cada letra y la deja planchada y lisa, una piolita horizontal de tinta. ¿Lo hago? —Hágalo, carajo —bramó el mandamás.

El diario oficial, sobre la mesa, cambió vistosamente de aspecto; páginas y páginas de columnas llenas de rayitas como un morse idiota que solamente dijera –– –– –– –– ––.”

La grafía cambia y con ello el modo en el cual el lenguaje nos aparece también.

El caso presentado es un extremo que rebosa magia. Aun así, es importante cuidar la grafía, a modo de ser entendidos.

Clase 4

TURING Y EL GÓLEM: EL ACTO DE COMPUTAR

El golem, Jorge Luis Borges

La máquina de Turing es una idea e invento matemático que ejecuta el lenguaje que se ingresa en ésta. Computa información, y de ahí nace la idea actual del computador.

Una forma de aproximación a través de la poesía de lo que es una máquina de Turing es a través del mito del golem y del poema de Borges que, valga la redundancia, se titula El golem.

(Habiendo el rabí Judah Loew creado al golem)

"El simulacro alzó los soñolientos / párpados y vio formas y colores / que no entendió, perdidos en rumores / y ensayó temerosos movimientos"

El golem es un ente que procesa ideas. En este punto aún no entiende el lenguaje del mundo.

"El rabí le explicaba el universo / “esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga” / y logró, al cabo de años, que el perverso / barriera bien o mal la sinagoga"

El golem recibe información, la procesa y la ejecuta. Es el símil de la máquina de Turing.

Aun así la máquina no es perfecta. Puede ejecutar mal la información. Los computadores se quedan trabados, los celulares no responden… y el golem comparte dichas características.

(El golem imitaba los movimientos del rabí, sin detenerse nunca ni pensar por cuenta propia)

"El rabí lo miraba con ternura / y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo) / 'pude engendrar este penoso hijo / y la inacción dejé, que es la cordura?'"

Habiendo expuesto lo anterior, el golem muestra a la palabra en acción. La palabra es información. El poder de la palabra la transforma en abertura y en cambio de la realidad. El golem funcionaba si se le escibía la palabra emet (‘verdad’ en ebreo); dejaba de hacerlo si se borraba la primera letra, quedando la palabra met (‘muerte’ en ebreo).

Es una máquina de Turing y viceversa. Ejecutan un lenguaje, y nosotros vivimos inmersos en éste.

Clase 5

CONSOLAR LA TIERRA, VER LA AMÉRICA

Los pasos perdidos, Alejo Carpentier

“América es abisal”. Tiene una condición de lo abrupto que marca su destino. Cuando se allana lo abrupto, lo abisal es olvidado. La tierra es consolada (se le da suelo) al cuidar el abismo.

En Los pasos perdidos el protagonista es un musicólogo que se introduce en la selva venezolana a través del Río Orinoco porque busca unos antiguos instrumentos musicales.

Su viaje es un trance pues vive en el asombro, en la comparación del aquí del mar interior de América –la selva- con el allá –Nueva York, su origen-.

En su viaje se hace presente la observación de todos los fenómenos del medio natural. Se da cuenta de una inédita realidad, y en su travesía llega incluso a conocer al fundador de una nueva ciudad, Santa Mónica de los Venados. Comienza a habitarla, es de los primeros afincados. Está dando suelo a un abismo, a un desconocido del interior de América y por ende lo está con-solando.

Entonces, la proeza del protagonista, ¿canta o no el presente? ¿Revela, como la poesía, aquello que nos acontece?

Ha descubierto una nueva dimensión, distinta al mundanismo de la urbe, y sumergido en su interior, está viendo. Y ve porque hay admiración frente a la naturaleza, alegría por su nueva vida, y asombro por lo que se le aparece, una América regalada, en lo consolado de una tierra nueva que se está cuidando.

“Se podría decir que toda la vida consiste en ver”. Ese es el verbo que caracteriza al protagonista, buscador de lo desconocido, de esta obra.

Clase 6

LA INCERTIDUMBRE DE LO DES-ORIENTADO

Los detectives salvajes, Roberto Bolaño

A la incertidumbre de hallarse des-orientado, hay que darle una vuelta y volverlo favorable. Así aparece como virtud.

Amereida dice que el camino nunca es el camino. Aun así, en medio de la espesura está el rumbo, aquél en el que nos encontramos, no entendido como la senda fija que se ha de seguir, sino como el “ir por la vida con la certeza de que rimaremos con lo que nos corresponde”.

En relación a ello hace aparición Juan García Madero, joven narrador de parte de la novela Los detectives salvajes. Ya en la primeras páginas se evidencia lo expuesto anteriormente, la incertidumbre.

“Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tío insistió y al final acabé transigiendo.” (pág. 7)

Este deseo de otro campo de estudios lo llevará a relacionarse con diversos poetas y, finalmente, transformar su des-orientación en el deseo de irrumpir en lo desconocido. El desconocido es el paradero de la poetisa Cesárea Tinajero, fundadora del realismo visceral –movimiento poético-, de la cual nada se sabe y cuya obra es escasa e incierta. A medida que conoce a otros personajes (los detectives salvajes) la idea de encontrarla va consolidándose, irrumpiendo en el desierto de Sonora hasta hallarla.

La des-orientación se hace presente, además, en los mismísimos detectives salvajes, Arturo Belano y Ulises Lima, quienes tras encontrar a Cesárea, y por diversas situaciones, tienen una errancia perpetua por distintos países del mundo. Ellos, poetas, viven en el coraje de improvisar sus destinos.

El acertijo final es una alusión a que finalmente el desconocido es lo velado. Es una invitación a incurrir en el desconocido.

¿Qué hay detrás de la ventana?

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Una estrella.

¿Qué hay detrás de la ventana?

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Una sábana extendida

¿Qué hay detrás de la ventana?

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Clase 7

EMIGRACIÓN EN AMÉRICA - JUGAR EN FIGURAS

Rayuela, Julio Cortázar

En Bolívar había una suerte de desesperanza. Este decía que “la única cosa que se puede hacer en América es emigrar”.

Aparece así un allá. El allá de lo emigrado. Tal es el caso de la novela Rayuela. El protagonista, de nombre Oliveira, es un bonaerense que vive en París. La primera parte de la obra se llama “Del lado de allá”. Es decir, que América está como eje articulador de la lugaridad de los hechos. “El allá de América es esta Europa distante”.

Entonces, el haber emigrado se constituye como una posición para ver América, y una cosa propia de algunos intelectuales o pensadores de América es el haberse “ido para volver”.

Cortázar se fue de Argentina, y justamente viéndola desde lejos, la apreció de forma distinta, volvía en sus letras a escribir sobre América. Oliveira, por su parte, vuelve también. Es la segunda parte de la obra, “Del lado de acá”.

En Amereida, esta apertura de América, hay una densidad semántica que hace relaciones. La poesía, y más bien la palabra, nunca deja de hacer relaciones. En ese sentido Rayuela está llena de tales conexiones pues el orden de los capítulos puede ser abordado al placer del lector. Cada palabra cobra su fuerza ya que abre a una nueva relación entre lo leído y lo entendido, entre significante y significado.

Análogamente, en la página 87 de Amereida aparece la frase “juguemos en figuras”; la Rayuela en sí es una figura en la cual aparece la estructura de la obra.

Entonces, jugar en figuras pareciera relacionarse con ser modernos. Del capítulo 116:

[…]ser ‘modernos’ en el sentido en que lo entienden los contemporáneos, lo que no significa que opten por ser anacrónicos; sencillamente están al margen del tiempo superficial de su época, y desde ese otro tiempo donde todo accede a la condición de figura, donde todo vale como signo y no como tema de descripción, intentan una obra que puede parecer ajena o antagónica a su tiempo y a su historia circundantes, y que sin embargo los incluye, los explica, y en último término los orienta hacia una trascendencia en cuyo término está esperando el hombre.»

Al margen, el capítulo 104 dice:

La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos.

Este salto para comprender la vida, para acercarse a ella, bien puede ser la Observación.

Clase 8

DESCUBRIMIENTO Y NATURALEZA

Casa de campo, José Donoso

Sergio Elórtegui, biólogo naturalista, habla del descubrir Chile. Esto es, sacarle aquello que lo cubre. ¿Tiene Chile un envoltorio? ¿Qué es eso de salir a descubrir Chile?

Tomado por la palabra descubrir es que aparece una frase recurrente en la obra Casa de campo, la cual es “correr el tupido velo”, como alusión a que ciertos asuntos poseen algo que los tapa y deja ocultos. El tupido velo, entonces, es algo con lo que nosotros, como observadores, debemos luchar constantemente.

Una características de los naturalistas en esta aventura por descubrir, es tener una mirada orgánica, vale decir, ver el organismo y no sus partes. En Casa de campo esto es esencial pues sus numerosos personajes (13 adultos, 33 niños, más los sirvientes), cohabitan en una mansión señorial. La obra es alegórica, por lo cual deben entenderse como presentaciones de segmentos de la sociedad (adultos = clase alta; sirvientes = fuerzas armadas; niños = resto de Chile). Entonces esto requiere una mirada conjunta, como el naturalista que ve el total para comprender lo coexistente.

El naturalista, entonces, se preocupa de las cosas naturales bajo una ética de lo coexistente. Traen a presencia lo vivo.

En Casa de campo lo vivo cobra presencia protagónica. Las gramíneas van tomando terreno sobre la mansión a medida que los capítulos transcurren. Y para el final de la obra:

“Los pequeños vilanos, en un momento irreconocibles como tales porque por su abundancia semejaban polvo, dieron paso al cabo de unos minutos –o quizás fuera sólo cuestión del tiempo que tomó identificarlos como lo que eran- a vilanos mayores, esferas sin peso que jugaban en el aire. Los niños menores fueron los primeros en reconocerlos al seguir la retirada de los grandes hacia la casa, y recordando el otoño anterior, los celebraron al perseguirlos por las escaleras gritando.”

Entonces, en la exposición de lo natural hay una posibilidad de implicarse con el mundo –con América-, de correr el velo o envoltorio que la cubre, para coexistir con el entorno.