Consultora Théâtre Kinesica
| Título | Consultora Théâtre Kinesica |
|---|---|
| Asignatura | Taller del Programa y Forma de la Edificación |
| Del Curso | Taller del Programa y Forma de la Edificación 1º Semestre 2020 |
| Alumno(s) | Nicol López Ramírez, Margarita Ramírez, Hugo Alexander Espinoza Leyton |
Sobre la consultora
Origen del nombre
Desde la definición de la kinésica o quinésica se entiende como el estudio de lo expresivo, apelativo o comunicativo, entendiéndose desde los movimientos corpóreos y de gestos aprendidos no orales, de percepción visual, auditiva o táctil, relacionándose con un tipo de situación comunicativa esencial. A partir de ésto se relaciono con el estudio en lo que se enfoca la consultora a partir del cuerpo humano y es gesto como medio esencial comunicativo del teatro y de la escena dramática que se conjunta con otros elementos comunicativos como lo visual y lo auditivo.
El logo muestra esta interacción del gesto de manera abstracta y esencial del movimiento efímero corpóreo y a su vez con la envolvente que genera la construcción de un teatro como tal desde la construcción interior y exterior en conjunto con lo urbano.
Enfoque
El enfoque de la consultora es desarrollar una estructura teatral enlazado con lo urbano, potenciar a su vez el espacio público cotidiano y su encuentro con lo extraordinario del acto teatral. Esto se daría a través de una transición de lo exterior urbano hacia el interior acogido. Teniendo en consideración el contexto, respondiendo a las virtudes del terreno, en el cual se direcciona la obra. Además la consultora busca incorporar el factor cultural e identitario del sector, reforzando así dinámicas tanto del barrio mismo como de la propia ciudad en su virtud ociosa y de distensión teatral, el cual ampara y propicia el encuentro.
Principios Fundamentales
Extensión direccionada
La morfología del lugar es la extensión que condiciona y direcciona el teatro con ella, como se puede ver cómo valparaíso condiciona al habitante en su propia morfología, en una concavidad y una construcción de lo vertical que permite lo contemplativo.
Salida de lo cotidiano
Encontrarse con lo extraordinario en la condición lúdica del espacio público, provoca una salida del ir cotidiano a través del acto escénico donde también constituye una identidad de la ciudad en el que hacer dramático del oficio.
Luz vinculante
La luz es el elemento espacial que condiciona el traspaso desde el exterior a un interior provocando distintos actos dependiendo de cómo se trabaje en estos momentos. Donde en la construcción del interior la penumbra lo condiciona para dar cobijo y envolvimiento al espectador y poder provocar la impresión de lo extraordinario. En el exterior al no existir una luz que guíe al espectador, este se distrae con su entorno haciendo que el actor haga actos más rápidos y momentáneos para llamar su atención.
Envolvente permeable
El envolvente posee la cualidad permeable dada esta conexión y translucidez con lo urbano y así también con el espacio público próximo. Se plantea un teatro capaz de vincular la obra con su entorno, esta permeabilidad acoge también gesto y su habitar, siendo un condicionante en la dimensión del acto.
Versatilidad del gesto
El gesto es el elemento primordial y vinculante de la escena teatral, que genera una relación actor-espectador a medida que el mismo cuenta una historia en la obra dramática y a su vez condiciona el espacio dramático en función del acto realizado, donde el espacio toma gesto y el gesto toma espacialidad, el cuerpo pasa a ser la palabra y portador de movimiento puro.
Fundamento
Dentro de la ciudad de Valparaíso hay unas condiciones espaciales únicas que lo componen como una ciudad teatro, donde a través de su propia morfología tiene una concavidad natural direccionada hacia el cuerpo de agua, como un gran anfiteatro, donde el habitante se ubica en la ciudad constantemente volcado hacia esa extensión, hacia lo abisal del espacio que condicionan los cerros, provocando distintas distancias contemplativas donde en su complexión urbana trabaja desde la construcción vertical, dando lugar a palcos contemplativos y telones escénicos dispersos sobre este manto tridimensional de cerros. Esta condición a su vez genera viviendas donde en la estrechez de sus fachadas va conduciendo la vista a un enfrentamiento de la visual ante un paisaje extenso, tanto en lo horizontal como en lo vertical. A su vez esta misma extensión natural de cerros generan un cobijo de la ciudad que también alteran el sonido amplificando generando una proximidad de la calle con el habitante. Lo bello y característico de Valparaíso se da a su vez en su condición de ocio donde a través de sus irregularidades en su trazado, va generando retazos de esquinas y calles que dan lugar a la función lúdica del espacio, donde se establecen plazas miradores y a su vez se propicia el encuentro con lo extraordinario, se da cabida al ocio y la fiesta, donde la escena teatral urbana se da forma y se configura delimitando el espacio a través del acto, donde a través de éste los habitantes salen del ir cotidiano para entrar en lo extraordinario de la función dramática.
En la construcción del interior del teatro se contempla desde el trabajo primordial que otorga la luz y su condicionamiento en el traspaso de un exterior a un interior, donde ésta es necesaria para lograr la intimidad y cobijo en el espectador para provocar un impacto y sobrecogimiento de este durante una obra dramática, un ambiente que lo envuelva y lo penetre en la dimensión de la obra. Las luces a su vez en el interior de ésta ayudan a guiar la vista del espectador, siguiendo al actor en sus movimientos en el escenario y por ello la penumbra leve se trabaja para generar esa intimidad que permita la holgura del espectador y lo llamativo de la luz en una oscuridad leve. En la construcción de la caja teatral se configura y delimita el campo visual del espectador, se direcciona y se define en una dimensión espacial generando una vinculación de la vista con la envolvente, en una confrontación entre el cuerpo del espectador y el cuerpo teatral, que se ven vinculados a través de un vacío que los vincula con una translucidez donde se revela la obra.
El gesto dentro de la escena teatral es el elemento fundamental por el cual se comunica la obra desde los actores al espectador, en una relación visual, auditiva y espacial. El actor o artista que interpreta el acto escénico trasmite las emociones de la obra a través de los gestos de su rostro, manos y cuerpo completo junto con otros elementos tanto sonoros como paralingüísticos que van guiando y mostrando al espectador lo extraordinario del acto, elementos que pueden ser la vestimenta o el desarrollo de una coreografía en un baile, donde llama y guía la vista del espectador separado por una condición de distancia en el espacio, un vacío que genera este enfrentamiento de la relación actor y espectador dentro del mismo espacio escénico, donde la obra se direcciona enteramente al público. Dentro del espacio escénico la luz va creando la presencia de éste en un interior, dando un dramatismo al gesto, delimitando en una silueta que lo define. A su vez el gesto corpóreo se vuelve el elemento unificador del espacio y el habitar, donde gracias a éste el cuerpo toma espacialidad y el espacio toma gesto en la escena teatral. Este despliegue corporal y gestual permanece en cobijo dado un envolvente que a la vez le da cause. El mismo envolvente genera en el habitar una tensión y una proyección espacial en el cuerpo. La corporalidad se configura en tanto hay un campo espacial que lo envuelve y también lo direcciona. Este envolvente da lugar a las posibilidades sensitivas y percepciones del espacio, ya sea proyectado en la obra y la puesta escénica como también la condición contemplativa del espectador; se entiende entonces como un elemento unificador, propicia un ambiente y temple teatral, capaz de vincular, conectando obra/espectador/espacio.
