Consultora DES-FASE
Título | Consultora DES-FASE |
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Del Curso | Taller del Programa y Forma de la Edificación 1º Semestre 2020 |
Carreras | Arquitectura |
Alumno(s) | Valentina Durán Persico, Cristóbal Jorquera, Camila Silva Vergara |
Consultora DES-FASE
Sobre la Consultora
La consultora DES-FASE, se centra en una construcción espacial que invite al descubrimiento de lo extraordinario del encuentro relacionado con el cuerpo, la intimidad, sus límites y el sonido. Estudia la construcción del acto escénico a partir de lo cotidiano, como un desfase en el que aparece lo extraordinario y como el juego desarrollado repercute en el cuerpo, siendo este espectador, pero también oyente, un principio clave como la limitación del espacio desarrollado.
Como consultora, tomamos los indicios de propiciar el carácter libre del cuerpo frente a la amplitud de la representación, donde este se encuentre en interacción y encuentro con sus pares como con los actores en un espacio que lo propicie y lo contenga, a través ya sea de edificaciones en el exterior o en un resguardo mayor de un interior, regidos por un límite abstracto generador de una envolvente escénica por el sonido.
Tomamos como referencia lo cotidiano como punto de partida como posibilitador de estas experiencias de lo extraordinario, ya que es en él, donde la exploración aflora desde lo propio y lo inesperado desde un otro, creando así un vínculo recíproco entre este cotidiano con la creación de lo extraordinario como de la envolvente creada por ambos entes que posibilita la perdurabilidad del acto como de la esencia del abstraerse y sumergirse en lo teatral teniendo como enfoque el sonido. Es este último quien responde a la direccionalidad que requiere la condición relacionándose directamente con la forma del espacio e inevitablemente con el habitarlo incidiendo así en el sentido de pertenencia y permanencia con el acto que se llevará a cabo.
Origen del nombre
En matemáticas, el desfase refiere a la diferencia entre dos fases de una onda en un mismo período. Al aplicarlo a nuestro objetivo, este desfase nace por el lazo de lo cotidiano con lo extraordinario interdependientes entre ellos, que refieren al cambio de estado (fase) entre estos dos, pero guardando lo esencial de ambos en un espacio delimitado por esta onda que al mismo tiempo posibilita lo íntimo, que vendría siendo el sonido, donde ambos conviven y se relacionan y rigen el habitar. En este caso, el desfase se da en una frecuencia de onda similar, solo que esta se “corre”, de alguna manera, en un mismo espacio, se efectúa este extraordinario limitado pero inesperado. El logo responde a estas dos fases al ser delimitada la forma por esta onda sonora geométrica, que tiende a ordenar el espacio como a limitarlo, direccionado al espacio de la representación donde el desfase representado se efectúa en interdependencia, donde ambos eventos coexisten por la presencia del otro.
Principios de teatralidad
Lo cotidiano como punto de partida (abtraerse/apartarse)
Desde lo cotidiano nace nuestro primer principio. A este lo definimos como una sucesión de eventos repetitivos. Como resultante del lugar desde donde se desarrolla e irrumpe lo extraordinario, que viene a interrumpir con un sonido que desencadena la atención hacia este incierto que viene a perturbarlo y a desencadenar el juego desde lo propio como con un otro, nacido desde este encuentro. Siendo así se regula la temporalidad de este extraordinario como la disposición a entrar en él.
La intimidad
El espacio escénico refiere a un espacio apto para la realización de una intervención, ya sea espacialmente para ser representado, pero también para ser admirado. Desde allí se va confabulando un público direccionado de cierta manera a esta presentación. Se trata así de el público conformar un espacio creando así una intimidad colectiva y también en un ordenamiento dada esta direccionalidad. Esta intimidad se crea a partir de lo propio corporal del cuerpo, como del conjunto actuando como grupo, contenido por este mismo, y por la verticalidad a la que direcciona como telón de fondo o como actor. Esta intimidad solo es posible al margen del sonido, donde este condiciona de cierta manera la aproximación al espacio escénico y la forma que se genera para presenciarlo.
Los límites
A partir de la relación entre el teatro y el juego, surge la siguiente expresión:
“Se juega dentro de determinados límites de tiempo y espacio, dentro de los cuales agota su curso y sentido”
La construcción de límites permiten el acto de apartamiento y la estructuración del mismo, considerando la dimensión de orden que se presenta en el juego. A través de la observación de límites espaciales, se reconocen:
Envolvente sonora
Se desarrolla por el sonido y la acústica del habitar que lo envuelve, haciendo un sentido de pertenencia al que permanece, generando una relación en cómo se habita el espacio y la forma o geometría, la que da una determinada acústica dependiendo donde se lleve a cabo el acto teatral, creando la envolvente pudiendo ser en un abierto o cerrado.
Direccionalidad
La contemplación de la escena comienza a atrapar a más y más gente, conformando un colectivo del público que la presencia. Este de alguna manera se conforma de tal manera que deja permear la vista y sonido hacia esta direccionalidad pero igualmente en una colectiva, delimitando la forma que adquiere este grupo en la extensión otorgada.
Isomorfismo
ERE
Vínculo en apertura contenida
El ere toma la forma de la morfología de la quebrada como de la contención de las edificaciones que limitan este espacio. A partir de la condición, la forma de la propuesta sigue el contenido de la quebrada en descenso, cada vez adentrándose más a la instancia de lo extraordinario, desde lo cotidiano, como un sumergimiento que vincula ambos cerros como el arriba con el abajo. Así la propuesta nace desde las extremidades del espacio y lo recorre desde un primer momento en su alrededor, habitándolos y así entendiendo la envolvente de este, siendo así también actor de la envolvente creada. Hablando de esta última, la sonoridad que emana desde la escena encuentra los bordes y se crea como limitante, formando así la intimidad requerida de la morfología como de los niveles, formando así la direccionalidad hacia la escena como a la extensión lejana, del horizonte marítimo, o directa, el abajo.
Forma:Vínculo en apertura contenida
Acto:Descender abalconado en intimidad