Conjunto Habitacional Lord Cochrane, Cerro Recreo, Viña del Mar

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Ficha Técnica.

Nombre de la obra: Conjunto Habitacional Lord Cochrane.

Arquitectos: Alberto Piwonka, Juan Echeñique Guzmán, José Carlos Covarrubias.

Ingeniero: Mario Pantoja.

Constructora: Delta S.A.

Mandante: Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) y Corporación de la Vivienda (CORVI):

Año de construcción: 1961-1964.

Ubicación: Cerro Recreo, Viña del Mar. Entre las calles Manuel Rodríguez, Camino Real, Barros Arana y Galvarino.

Área total: 110.848,4 m2

Predio actual de la población: 87.916,3 m2.

Área superficie construida: 20.261,9 m2.

Tipología: Vivienda Social

Uso: Residencial

Material: Hormigón armado

Número de pisos: 8, 5 y 4, dependiendo del bloque

Cantidad te habitantes: 2.368 hab.

Densidad: 37,12 hab/m2

Contexto Histórico.

El Conjunto Habitacional Lord Cochrane fue el primero con una planificación urbana, formando parte del plan habitacional de 1959 por la CORFO (con el cual se establecen los parámetros de la “vivienda económica”, mas conocida como DFL 2). Fue financiado por diferentes cajas de previsión y aportes estatales.

Las dificultades del terreno se sortearon implementando bloques de considerable altura que se comunican con las calles a través de pasarelas junto con circulaciones internas direccionadas por la cota del cerro.


Los cambios económicos de los siglos XIX y XX se tradujeron en cambios sociales, tales como la migración de la población, lo que a principios de 1900 se tradujo en viviendas populares de condiciones insalubre que originaron patologías no sólo biológicas, sino que también mentales y sociales. En el primer Congreso Nacional de Arquitectura y Urbanismo se señaló: “La habitación antihigiénica encierra un grave peligro para la salud física y moral de nuestra raza, ella no tiene solo una repercusión material, sino que influye también psíquicamente en sus habitantes. Es imprescindible se estudie y se elabore en nuestro país, cuanto antes, el Plan Mínimo de la Vivienda Nacional; ello traerá consigo en parte, el bienestar mínimo a que todo ciudadano es acreedor”, (Colegio de Arquitectos, 1934, p31). Este hecho hizo necesaria una reformulación de la urbanización que se tenía en ese momento.


La primera intención de política habitacional que se manifestó por parte del gobierno chileno fue la Ley de Habitaciones Obreras de 1906, firmada bajo la presidencia de Germán Riesco. Esta ley trata el problema de habitación social desde tanto desde una mirada sanitaria (elemento detonador del problema) como también podía ordenar la restauración de las viviendas irregulares o de lo contrario demolerlas.

Luego, para encarar el problema que genera en las urbes el proceso de migración campo-ciudad, se crea la Junta Central de Urbanismo y Construcción y en el año 1931 se dicta la primera versión de la Ley General de Urbanismo y Construcción; en 1935 nace la Caja de Habitación Popular, organismo facultado para otorgar préstamos a un plazo de 27 años, dejando el predio de hipoteca.


En 1953 se formulan los primeros planes a largos plazo para solucionar el problema habitacional desde una perspectiva centralizada y planificada. Este contexto nace la Corporación de la Vivienda (CORVI) y se fija el texto definitivo de la ley de urbanismo y construcción. Para centralizar las instituciones que intervienen en asuntos de urbanismo, vivienda y equipamiento, se crea en 1965 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU). Ya en 1979 se aprueba la Política de Desarrollo Urbano (PNDU, cuyo objetivo es armonizar los lineamientos sectoriales con la economía social de marcado, postulando que el suelo urbano no es escaso, que la planificación debía tener una mínima intervención estatal y que las áreas urbanas deben crecer naturalmente.


Dentro de este contexto, en 1961 se realizó un concurso público de anteproyectos, para definir la forma de la obra que se llevaría a cabo. Debido al vacío declarado para el primer lugar, fueron los arquitectos Alberto Piwonka, Juan Echeñique y José Cruz quienes ganaron el concurso ocupando el segundo lugar.


Emplazamiento e Inserción Urbana.

El conjunto de viviendas se ubica en el límite entre los cerros Recreo y Esperanza, en Viña del Mar. El solar en el que se emplaza la obra cuenta con una topografía compleja, resultante de las tres quebradas que dividen el predio en dos sectores. Siendo el lote destinado para el conjunto un terreno en desni- vel, se formula una solución en la que el vacío de la pendiente se vea habitado de la forma mas óptima por el futuro habitante: para ello, se procede a la proyección, y posterior construcción de un conjunto densificado en la vertical: una serie de bloques de departamentos de gran altura emplazados en los puntos supe- riores de las lineas de cotas que atraviesan el sitio, permitiendo así no solo una eficacia en las faenas constructivas, evitando grandes movimientos de terreno y la construcción de costosos muros de contención, también se lo- gra una conservacion de la topografía natural, que le otorga su autenticidad al lugar, y un mayor goce de los edificios de la luz solar al estar éstos orientados hacia el norte.

Fruto de éste mismo ordenamiento estrategico del lote, surge un habitar gentil de la pendiente en el que coincide que los bloques de mayor tamaño quedan como límites externos del conjunto, conteniendo entre ellos la intimi- dad de lo comunitario. Al quedar los edificios en los bordes del sitio, por la comodidad del desnivel que permite la existencia de una rampa de acceso en la mitad del edificio, no debiendo el habitante subir o bajar mas de 4 pisos para llegar a su hogar, y por un acceso directo a lo barrial y urbano, los accesos de cada block se disponen de forma centrifuga, es decir hacia la escala de lo barrial siendo la calle el umbral entre lo urbano y lo intimo de la comunidad. Esta disposicion permite a su vez que el interior del conjunto se conforme como un entre bloques contenido en la intimidad de lo comunitario, aislado del ruido externo y la presencia de vehículos motorizados, y potenciado por una tranquilidad del paso en la holgura del parque. Las áreas verdes interiores se tornan lo que unifica, da cabida al encuentro con el otro, y no solo al vecino: también al habitante de la urbe; con el paso del tiempo se conforma un programa mediante el cual las necesidades del conjunto se vean complementadas con las ya existentes en el barrio y viceversa, potenciando una integración urbana y la conformación de una identidad de barrio mediante una coexistencia barrial unica.


La población tiene gran accesibilidad, se puede llegar a ella en transporte público, e incluso el trecho que separa el centro de Recreo con la población es recorrible a pie. De esta manera la población del conjunto está integrada al centro en el que se encuentra.

En torno al conjunto hay minimarket, peluquería, panadería, carnicería, salón de té, lavandería, y en general locales de comercio de bienes más domésticos, mientras que no hay un servicio de salud cercano o farmacia. Aproximadamente a 5 cuadras de distancia se ubica el retén de Carabineros de Recreo, lo que le otorga seguridad a este barrio de fuerte carácter residencial.


Bloques y Unidades Habitacionales.

Al estar emplazado en el límite entre dos cerros, el conjunto habitacional se encuentra con la quebrada. Para poder enfrentar el abrupto terreno, se ideó una obra que se alzara junto con este, delineando el contorno natural de la pendiente. Está conformado por 8 bloques: tres cuyo largo y altura es mayor (A, B y C), y cuatro de menos tamaño (E, F, G, y H).

Las tipologías de departamento, mezcladas a lo largo del edificio, y que van desde los 2 a los 4 dormitorios, potencian esta mixtura pluralista del proyecto: los departamentos dan cabida desde a una pareja recién casada, hasta a una familia ya consolidada con varios hijos, siendo su principal enfoque una acogida siempre amplia al modulo de la familia. Sin embargo, a pesar de que en sus inicios fue pensado para un contexto familiar amplio, logrando una fuerte ocupación de adultos jovenes con hijos, de clase media,con el paso de los años el conjunto fue sufriendo, paralelo a la realidad nacional, un rapido envejecimiento que hoy de a poco se ha ido revirtiendo con la llegada de nuevas familias, jóvenes, que ocupan los departamentos abandonados por ancianos que ya no se encontraban en condiciones de ocuparlos.


Las circulaciones en la obra marcan los distintos niveles de cercanía que se tiene con la escala doméstica, vale decir, se reconocen distintas áreas de circulación y cada una tiene una relación cuya diferencia con las otras se reconoce.

Se accede los bloques de mayor tamaño a través de esbeltas pasarelas que recorren un vacío que aparte cada construcción de lo plenamente público (la calle). Estos puentes dirigen a través del vacío hacia una caja de circulación vertical en la cual se está contenido con respecto al ex- terior. A una escala menos, se accede a los pasillos que hacen las veces de un hall común para cada piso, estos tienen un frente que da a los departamentos y otro frente abierto hacia el acce- so del bloque. El nivel de estos pasillos-balcones está desfasado en medio piso con respecto a la altura de la entrada, se accede a la mitad de la escalera desde la cual se puede subir o bajar medio piso al nivel de arriba o abajo respectivamente. Esta desarticulación del nivel contribuye al separar lo íntimo y doméstico de lo público y expuesto del exterior.

Al fondo del vacío que aparta los bloques y los hace un espacio con mayor intimidad, tienen cabida los espacios comunes, tanto patios (pavimentados) como jardines. En estas áreas se da un habitar holgado y cobijado, íntimo en lo común, tanto por la verticalidad de los bloques como por el segundo cielo que regalan los árboles. Estos espacios son muy usados por lo niños del conjunto, los cuales hay bastantes debido al hecho anteriormente mencionado.


Tipologías de vivienda.

Las superficies de los bloques que forman parte del conjunto habitacional son las siguientes:


BLOQUE A: 1.158,4 m2.

BLOQUE B: 1.469,9 m2.

BLOQUE C: 1.333,8 m2.

BLOQUE D: 265,4 m2.

BLOQUE E: 265,4 m2.

BLOQUE F: 265,4 m2.

BLOQUE G: 265,4 m2.

BLOQUE H: 265,4 m2.

El tamaño promedio de los departamentos son 90 m2, variando estos entre tres y cuatro dormitorios. Todos cuentan con un living, comedor, cocina, lavadero, dormitorios (3 o 4) y un baño.

Se entra por el lado sur de los departamentos, de forma que el lado del balcón (para aquellos que tienen), que es el lado en el que se ubican los dormitorios, queda mirando hacia el norte.


Gestión.

Actualmente, el conjunto cuenta, por edificio, con un cuerpo administrativo que se preocupa de la mantención de los jardines, áreas cerdees y jardineras, así como también del aseo y estado de los edificios. Según afirman los mismos propietarios de los departamentos, algunos de estos funcionarios han trabajado en el conjunto casi desde la construcción del mismo, lo que denota una preocupación por su cuidado desde sus inicios.


Conclusión.

El Conjunto habitacional Lord Cochrane, incluso 50 años después de su edificación y a pesar de haber sufrido tras el paso del tiempo profundas variaciones, tanto en su usuario original como en el entorno en el cual fue construido, sigue otorgando un habitar de calidad a sus habitantes, pero también al barrio en el cual esta emplazado: con su presencia como eje central del mismo, le aporta a éste la fase del encuentro comunitario que en su holgura puede otorgar, el barrio se reune en el conjunto para seguir conformando su espiritu e identidad propia.

A la obra se accede, desde lo público y expuesto de la calle, hasta la intimidad de la residencia, en cuatro momentos. El primero pasa por un acceso esbelto que atraviesa el vacío que vincula el conjunto, como aparta cada edificio de lo expuesto (la calle); luego, se accede a la caja de escalera, que desarticula el nivel de la calle con respecto al de los pisos de departamentos, conteniendo al que habita en un aire que pertenece al edifico y que se conforma desde otra escala. Como un tercer momento está el pasillo abalconado que antecede la entrada a la vivienda, generando un último lugar para la colectividad, aunque íntima y resguardada, que ofrece la obra, para luego adentrarse en el residir mismo (hogar).


Galería.

Archivos históricos.

Actualidad de la obra.

Planos y esquemas.