Canto segundo

De Casiopea
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TítuloCanto segundo
AutorGodofredo Iommi
Páginas6
Imágenes6
Ancho 21 cms.
Alto 27 cms.
Fecha1938
ColecciónPoesía
FondoIommi-Amunátegui
ConjuntoCarpeta Celeste
Número de Ingreso004
NotaVersión original mecanografiado. Es el 3er poema perteneciente al conjunto editado con el título Fuese (Escuela de Arquitectura UCV, Viña del Mar 1984). Mantenemos la fecha de los primeros poemas; ya el «Canto tercero» indica 1939.
PDFArchivo:Canto segundo.pdf
Código
IOM-POE-IAM-CCE-CSE-938-004


p. 1

La sombra contiene su propia aventura
ante el ladrido de los canes
- oh duelo ya sin voz
para los que habitan mis palabras

Bajo el arco de hiedras
que mis manos envanecen con la encuesta
el árbol madura sus pájaros
los ojos
reconstruyen el ciervo con la huella de sus pasos
y como un paisaje
abandona sin fracaso la moneda

Hay que arder en los umbrales como sierpe
y con pulsos
heñir el gemido voraz de la nostalgia
en cuyo tránsito entusiasta
acecha la fina gata
y distendida la pupila
vierte sus lares al contorno


p. 2

– oh la prisa
de antiguas circunstancias
de náufragos maderos que derivan la memoria
por aquel amor
que de si mismo enamorado
excava su morada


Todos los sonidos
se recuperan en la hora alta
de un acorde
entre el viento y la figura






Sólo unidad para el hilo
en su condena a mi huso.


p. 3

Huyo tras una sombra oculta en mi madeja
que vuelve más celeste el hecho cultivado en el daño
y que en el frío intersticio pace, nacida, la flora

Me enajeno a un nombre
cuyo ángel de creta
restablece la huella foragida
cuando en mis plantas
existe la enjundia de un camino
El silencio teje enigmas
al antiguo prisionero
y constriñe
uncido al higo
sin meditar con fervor, con deseo o con gracia
en la paz neutra del inocente

No cejemos en el descenso de la carne
tras la sólida advertencia de su nudo


p. 4

Desde el íntimo cuévano
interviene la voz
entre las hojas que las lluvias germinan sobre el rostro
Tañe este destierro
hacia una madeja
aquella que en el huso de la rueca
anuda a su fin estéril
la plenitud de un pétalo:
así
con los dedos conduce su clave
entre las ruinas más altas del pensamiento

Trabajo la materia resuelta en pus
sin médula
para mi estrujado pozo
con músculos
hacia vacíos donde fundir las durezas más córneas
y pienso donde acogerme para un estado supremo del alma


p. 5

Acaso porque es ya vendimia del secreto
conozco ajorcas detrás de cada velo
y mis células se colorean con sentido propio




En latitud nocturna
tropiezo mi entereza alucinada
para sorber la báscula espesa hasta las heces
y envolverme en su cielo clorhídrico y pagano
Hay en la comprensión de su turno
un amor
que se ofrece a los cascos del sueño
y muele su guarida
en las yemas de los dedos
cual un presagio
que anhela iluminarse



Se traducir la cifra de su llama
y aderezo los sentidos en el tiempo.

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Fondo Iommi-Amunátegui / Carpeta Celeste:

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